El chileno Gabriel Palma, de 65 años, se define como un economista de raíces keynesianas y estructuralista. De joven, en el Gobierno de Salvador Allende (1970-1973), trabajó en la Oficina Nacional de Planeamiento de su país y representó al Ejecutivo en el consejo de administración de la Compañía de Cobre Chuquicamata. Después del golpe de Estado de Augusto Pinochet inició en Reino Unido una carrera académica. En la actualidad da clases en la Universidad de Cambridge y es miembro de los grupos de trabajo de la Iniciativa para el Diálogo Político que dirige el Nobel de Economía Joseph Stiglitz en Columbia (EE UU) para investigar la liberalización de los mercados de capitales y la macroeconomía y la política industrial para los países en desarrollo. No es para nada optimista con Latinoamérica en el diálogo telefónico desde Cambridge.