"Hay baja deuda y se ha desarrollado el mercado interno, pero lo preocupante es el atraso tecnológico"

Por: | 23 de febrero de 2013

A partir de hoy comenzaremos en este espacio una serie de entrevistas con economistas que analizan o investigan sobre Latinoamérica. Se trata de buscar alternativas para consolidar los años de crecimiento económico y de reducción del desempleo, la pobreza y la desigualdad. También es un intento de escuchar voces más heterodoxas que planteen caminos distintos de los explorados hasta el momento por muchos países de la región. Por eso esta serie comienza con un economista heterodoxo de renombre regional e internacional como el colombiano José Antonio Ocampo, de 60 años, que fuera ministro de Hacienda, Agricultura y Desarrollo Económico de su país y secretario ejecutivo de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL). Ocampo, actual profesor de la Universidad de Columbia (EE UU), escribió en 2008 un libro junto al Nobel de Economía Joseph Stiglitz, Liberalización del mercado de capitales y desarrollo, y el año pasado se convirtió en el primer latinoamericano que se ha candidateado a presidente del Banco Mundial.

 

Pregunta: -¿Cuáles son las fortalezas y debilidades de corto y largo plazo de la economía latinoamericana?

Respuesta: -Entre las fortalezas en materia macroeconómica está el bajo nivel de deuda y las altas reservas internacionales de la mayoría de los países. Yo agregaría como factor exógeno los altos precios de los productos básicos. Y también la fuerte mejora del mercado de trabajo y la reducción de la pobreza y el desempleo de los últimos años porque esta coyuntura ha sido muy favorable para el desarrollo del mercado interno. 

P: -¿Son fortalezas de largo plazo?

R: -La baja deuda y las altas reservas son tendencias más establecidas. Los precios de los productos básicos puden revertirse en algún momento. 

P: -¿Se puede calcular cuándo?

R: -Es muy difícil de saber. Yo tengo un análisis de los superciclos de bonanza de las materias primas y en general no han durado más de 20 años. En el actual llevamos 14. Por lo tanto, la posibilidad de que termine es alta. Depende de China, que ahora está recuperándose respecto de la desaceleración de 2012, pero allí hay mucha incertidumbre sobre el futuro.

P: -¿Qué pasaría si cayesen los precios de las materias primas?

R: -Estamos mal preparados para eso. Hemos estado gastando la bonanza de los productos básicos. Todos los países hemos pasado a tener déficit de cuenta corriente, incluso los que tienen los mejores términos del intercambio, como Colombia, Chile y Perú. Una caída de precios generaría dificultades en la balanza de pagos y una fuerte desaceleración del crecimiento económico. Y como en estos años no hemos invertido lo suficiente en la industria manufacturera, que incluso ha retrocedido, no tenemos sectores que reemplacen a los productos básicos como motor del crecimiento.

P: -Hablando de las fortalezas hemos llegado a las debilidades, ¿hay alguna más?

R: -La más importante es el síntoma de enfermedad holandesa en muchos países -se refiere Ocampo a la desindustrialización por la apreciación de la tasa de cambio ante el fuerte ingreso de divisas que provoca la bonanza de los productos básicos-. Esto se refleja en que el crecimiento económico está acompañado de un débil comportamiento de la industria. La desindustrialización (de los 80 y 90) continúa. Lo más preocupante es el atraso que muestran nuestros sistemas de ciencia y tecnología con respecto a otros países comparables, como los asiáticos y los desarrollados ricos en recursos naturales, como Noruega, Finlandia, Australia, Canadá y Nueva Zelanda. Esto hace que sea poco probable que los alcancemos. Después hay países latinoamericanos con problemas particulares.

 

P: -¿Y usted es optimista o pesimista con Latinoamérica?

R: -Habría que ver qué significa ser optimista. La economía latinoamericana tiene bases para seguir creciendo al 3,5% o 4% anual. A mí eso me parece muy bajo. América Latina debería crecer al 5% o 6%. Para eso debería cambiar profundamente en ciencia, tecnología y en el desarrollo del sistema educativo.

P: -Usted dice que la región no corre riesgos de crisis de deuda ni financiera sino de desaprovechar la bonanza de las materias primas para ampliar la base productiva. ¿Cómo se podría aprovechar?

R: -Hay que aprovechar el momento de la bonanza para invertir en sectores que harán posible el crecimiento cuando acabe esta bonanza. Invertir en manufacturas y servicios modernos, de alto contenido tecnológico. 

P: -¿Cómo se hace? ¿Poniendo impuestos a la exportación minera y petrolera, como usted propone en Colombia, y con eso financiar a la industria y los servicios exportables?

R: -Primero hay que corregir la tendencia a la revaluación de la moneda que se manifiesta en muchos países. Ése es el principal mecanismo por el que se expresa la enfermedad holandesa, que es ante todo un fenómeno sudamericano. 

P: -¿Y los impuestos a la minería y el petróleo?

R: -Son uno de los instrumentos que pueden utilizarse. Para manejar el auge de los productos básicos, es necesario que la tasa de cambio sea más competitiva y uno de los mejores medios en Colombia y otros países mineros y petroleros es la aplicación de ese impuesto a la exportación. Y que el dinero sirva más para ahorrar en tiempos de auge que para desarrollar planes productivos. Habría que ver caso por caso cada país para ver si puede generalizarse la receta que sugiero para Colombia porque no estoy seguro de que deba aplicarse de la misma manera en la producción agrícola. El auge agrícola es de otra magnitud. La producción agrícola necesita más inversiones para su modernización y quizá se logran mejores resultados si se transmite el auge a ese mismo sector. La minería y el petróleo están en niveles excepcionalmente altos de precios en términos históricos. No es el caso de la agricultura, que se recuperó de años muy negativos, los 80 y los 90.

P: -La minería ha despertado un debate regional sobre cómo se reparten sus beneficios y sobre su impacto medioambiental. ¿Usted qué opina?

R: -Por supuesto que uno debe explotar los recursos mineros. Esto no me presenta ninguna duda. Debe hacerse de manera sostenible, tratando de evitar efectos ambientales negativos. Y los excedentes mineros deben invertirse en nuevas actividades productivas.

 

P: -China se ha convertido en casi sinónimo de explotación de los recursos naturales latinoamericanos. ¿Le parece positivo o le despierta temor?

R: -Fortalecer la relación con China es algo positivo, pero también hay que aspirar como región a un comercio mucho más diversificado. Hoy solo se exporta un puñado de productos básicos y se importan cada vez más manufacturas y con contenido tecnológico cada vez mayor. Hay un problema profundo en la relación con China y esto debería preocupar a las mismas autoridades chinas.

P: -¿Por qué?

R: -Porque Latinoamérica es un socio interesante para China. Debería haber una cumbre China-América Latina, y no solo reuniones bilaterales entre China y cada uno de nuestros países.

P: -¿Pero Latinoamérica no tiene con EE UU y la Unión Europea una relación tan desigual como con China?

R: -Pero eso es más producto de la enfermedad holandesa.

P: -Precisamente, en la reunión del G20 del fin de semana pasado los ministros de Economía de las potencias llamaron a evitar la guerra de monedas.

R: -La guerra de monedas es una realidad más patente que en otro momento. Japón ha decidido abiertamente devaluar. Reino Unido lo tiene decidido. Suiza está evitando la apreciación. Hollande piensa que el BCE (Banco Central Europeo) debe evitar el fortalecimiento del euro. EE UU no habla, pero sospecho que debe estar contento con la depreciación del dólar frente al euro. En esa guerra nosotros somos los perdedores.

P: -¿Por qué?

R: -Debería haber mayor regulación de los flujos de capitales. Cuando todos quieren tener superávit de cuenta corriente, al otro lado hay países que tienen mayor déficit. Y así se nos derrumba una de las fortalezas que teníamos. 

 

P: -Usted considera que los controles no deben afectar a la inversión extranjera directa. ¿Cree que deben discriminar entre las inversiones directas que generan más empleo y más desarrollo tecnológico y las que no?

R: -No deben discriminarse la inversión directa de manera sectorial. De ninguna manera

P: -Usted aboga por manufacturas de mayor contenido tecnológico, pero las de menor nivel crean mucho empleo entre la población menos capacitada.

R: -Los que tengan ventajas comparativas en manufacturas de bajo contenido tecnológico deben exportarlas, pero a largo plazo deben aspirar a agregar contenido y eso también crea empleo.

P: -¿Cómo será 2013 para América Latina?

R: -Vamos a crecer un poco más rápidamente que en 2012, fundamentalmente porque la economía brasileña va a crecer más. Brasil se desaceleró en forma exagerada en 2012. 

P: -Pero de momento no hay señales de un crecimiento importante en Brasil.

R: -Pero creo que van a tener una recuperación mayor que el 1% de 2012.

P: -¿Brasil es un ejemplo de la receta por seguir? ¿Cuáles son los modelos de Latinoamérica y cuáles los contraejemplos?

R: -No creo que haya un manejo macroeconómico que yo resaltaría especialmente. Hay países con más o menos fortalezas. Por ejemplo, en materia de promoción de la industria y la tecnología, lo que está haciendo Brasil es el cambio más interesante de todos. Pero en cuanto a la tasa de cambio el que mejor la ha manejado es quizá Perú. 

 

P: -¿Y algún país le preocupa?

R: -Venezuela es un país que va a tener una desaceleración. Acaba de devaluar y eso va a tener un efecto recesivo.

P: -¿Y México y Argentina?

R: -México no me preocupa. Argentina ya tuvo una desaceleración fuerte y no creo que tenga otra. Creo que no es positivo su enfrentamiento con el FMI (Fondo Monetario Internacional). Hay que hacer las modificaciones que sean necesarias en las estadísticas. Como dijo la presidenta (de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner), hay que producir un nuevo índice de precios totalmente creíble.

Hay 7 Comentarios

Hola, amigos. Lo del desarrollo sostenible, en el tema de la explotación minera, es una mentira completa y redonda. Dejémonos de tanto bla, bla, bla barato y analicemos los hechos. Todos los días, y hoy también, se vienen denunciando en COLOMBIA las atrocidades, exacciones, atropellos, irrespetos, mentiras y trapacerías de las trans y multinacionales de la explotación minera no solo en Colombia, sino en Perú, Ecuador, Brasil, Argentina, etc. La DRUMMOND, ECOORO, ANGLODOLD, CERROMATOSO y todas las demás, tanto legales como ilegales, siguen haciendo lo que les da la gana y les conviene. Gastan cantidades ingentes en publicidad mentirosa, hablando de que los trabajadores son su familia, de que cuidan el medio ambiente,etc. Mentiras simples y redondas. Ellos van a lo suyo: ganar, aunque sea destruyendo el país, corrompiendo a los políticos, engañando a los indígenas. No hay explotación minera sostenible: solo ellos se sostienen. Colombia siempre pierde; ellos siempre ganan. MIren los índices de productividad, las inversiones, los balances. Y miren también lo que dejan: territorios desolados, desertizados, envenendados, destruidos. Y las poblacioanes sin agua, sin luz, sin salud, sin un nivel de vida decoroso. Esos grandes señores del dinero, que hablan de desarrollo sostenible, hablan de una hipótesis que nunca se cumple. Seguiremos muriendo aceleradanmente, podridos de CO2, mientres ellos maquinan irse a vivir a Marte y empezar de nuevo.

Rebossio: lo de las estadísticas verosímiles me parece perfecto. Eso es un punto totalmente criticable del gobierno de Cristina, (entre muchos otros, así como también hay que reconocer aciertos, sin necesariamente enbanderarse en partidismos); falsear números no es el modo de transformar la realidad. En eso no hay nada que señalar, salvo exigir que los datos sean veraces. Lo que me hace ruido y me parece más de lo mismo es tomar al FMI como árbitro válido y como consejero de buena fe, sabiendo, a la luz del desastre que causó en la década pasada en latinoamérica fomentando el "libre mercado". Cualquier justificación de ese nefasto ente, elogiándolo o justipreciándolo es mentir adrede, sobre todo teniendo en cuenta, como dije antes, lo que les está haciendo a España, Grecia y Portugal, para no ir tan lejos..
.Kicillof, ya que tomaste ese ejemplo, desde su keynesianismo -que no marxismo- adopta una postura crítica y censurable respecto al FMI y en general a todas las corporaciones financieras internacionales que depredaron al continente desde siempre.

Nada, nada, estadísticas fiables y creíbles es sinónimo de neoliberal fascista opresor e imperialista, un buen progresista prefiere siempre estadísticas cocinadas por el gobierno, sobre todo si éste es el de Cristina, ese ángel siempre preocupada por el bienestar social, nunca por el propio.

Ale: De neoliberal no tengo nada ni me gustan esas viejas recetas que han fracasado y que están causando estragos sociales. Ocampo tampoco lo es sino que defiende el uso de estadísticas públicas creíbles, como lo hacía el propio Axel Kicillof hasta 2011, cuando era vicepresidente de Aerolíneas Argentinas y antes de ser de viceministro de Economía. Y Kicillof no es un neoliberal.

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Con esa última respuesta, la del FMI, no hace falta agregar una palabra más, a este economista lo pinta de cuerpo entero. Uno de los mejores logros y méritos del gobierno de los Kirchners fue enfrentar a ese monstruo bueno para nada bueno. Argentina siguió sus consejos al pie de la letra en los '90 y terminó en el desastroso 2001.
Este aspirante a gerente del Banco Mundial es más de lo mismo. Igual que Rebossio intentando convencernos de las viejas y fracasadas recetas neoliberales que, justamente, el FMI está aplicando ahora mismo en Europa, con 'maravillosos' resultados.

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Sobre el blog

Novedades, tendencias y debates sobre el devenir de la economía y el desarrollo de Latinoamérica y los latinoamericanos.

Sobre el autor

Alejandro Rebossio es periodista. Su especialidad es la economía y trabaja en la corresponsalía de El País en Buenos Aires. Coautor del libro Estoy verde. Dólar, una pasión argentina (Aguilar) y Vaca Muerta (Planeta) junto con Alejandro Bercovich.

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