Es cuestión de circular por la Ciudad Universitaria porteña, en la orilla del Río de la Plata, y empezar a oír acentos de toda Latinoamérica, sobre todo de Colombia. Pero no solo en esa sede de la estatal Universidad de Buenos Aires (UBA) estudian cada vez más extranjeros, sino sobre todo en los centros privados, que cuentan con una red de representantes en el exterior para captar alumnos. En la actualidad, unos 50.000 extranjeros estudian carreras de grado y posgrados en Argentina, lo que supone el doble que en 2006, según el Ministerio de Educación. En este universo también se incluyen españoles.
Argentina supera en cantidad de alumnos a Cuba (27.000), el país que tradicionalmente lideró en la materia en Latinoamérica. Dos de cada tres estudiantes extranjeros de las universidades argentinas son de la región, y a su vez más de la mitad de ellos proviene de Colombia. Otros colectivos importantes son los ecuatorianos, los bolivianos, los peruanos y los chilenos. También hay cada vez más españoles y también se pueden encontrar norteamericanos. En muchos de sus países de origen la universidad pública no es gratuita, como en Argentina, donde no se paga ni matrícula y el ingreso es irrestricto. Además, las casas de estudios privadas resultan más baratas aquí.
Uno de los miles de alumnos colombianos en Argentina es Alejandra Páez, de 25 años. Hace siete vino a estudiar periodismo deportivo, después hizo una licenciatura en periodismo y ahora cursa una maestría en industrias culturales. “Vine porque me gusta mucho el fútbol argentino y también por lo económico”, cuenta Alejandra. “En Colombia la educación está al borde de ser privatizada, hay una oferta mínima de educación pública. En la carrera de periodismo había 300 lugares para 4.000 aspirantes. Aquí, en cambio, vine al Círculo de Periodistas Deportivos, donde pagaba una cuota casi simbólica. Después hice la licenciatura en la Universidad del Salvador (privada) y ahora estudio en la de Quilmes (estatal) y pago 800 pesos (111 euros) por mes por el posgrado”, explica Alejandra.
Cuando llegó a Argentina, el coste de vida en este país era bastante menor que el actual. “En aquel momento era más barato vivir en Argentina. En Colombia estudiar me costaba 2.000 dólares el semestre. Aquí no gastaba ese dinero. Yo recibía apoyo de mis padres, pero también trabajé. Vine a conocer una cultura diferente, era una suerte de aventura, y sin tener que hipotecar a mis papás, como hubiera ocurrido si estudiaba en Colombia”, explica Alejandra. “Hoy en Argentina hay un proceso inflacionario que es innegable. Además, el sector inmobiliario se ha aprovechado del boom de estudiantes colombianos, ecuatorianos y mexicanos, a los que nos cobran el alquiler en dólares. Yo no sufro eso porque estoy en pareja. Los estudiantes colombianos reciben dólares de sus padres y los cambian en el mercado negro”, se refiere a la plaza cambiaria en la que la moneda norteamericana cuesta 47% más que en la oficial. De todos modos, “no les resulta barato vivir aquí”, aclara Alejandra, que tiene dos compatriotas conocidas que pagan 835 euros por un piso con dos habitaciones. Pero a esta estudiante de posgrado, que además ha conseguido trabajo como empleada pública, no le va nada mal: “Estoy absolutamente enamorada de este país, de Buenos Aires, de Malvinas Argentinas (municipio de la periferia de la capital), de donde es mi pareja. Me gusta la comida, la cultura, la ciudad que nunca duerme me atrapó. El nivel educativo es bueno y hay una excelente flexibilidad en cuanto a las barreras migratorias. Hay una gran inclusión, barreras casi nulas para estudiar aquí”, cuenta Alejandra, cuya hermana menor llegó el año pasado a Buenos Aires para comenzar la carrera de sociología.
La política migratoria de Argentina ha sido muy abierta, sobre todo en los últimos diez años de gobiernos kirchneristas. Prueba de ello es que el 3,6% de su población es foránea (1,5 millones de personas), frente al 1,9% en Chile (319.000), el 0,7% de México (828.000), el 3,5% de Venezuela (1 millón), el 0,1% de Perú (30.000), el 0,4% de Brasil (782.000) y el 0,2% de Colombia (94.000). Alejandra cita estudios de la embajada de su país que muestran que la emigración colombiana hacia Argentina creció 200% en los últimos diez años, después de que este país devaluara el peso en la crisis local de 2002. Vienen sobre todo jóvenes a estudiar en la universidad y, al igual que hacen muchos de sus colegas que cursan en Colombia, aquí también suelen trabajar de camareros. Más de un restaurante de moda del barrio porteño de Palermo es atendido por ellos. “Nosotros le llamamos Palermo Chévere”, sonríe Alejandra.
También españoles estudian en Argentina. Nacho Gómez Riaza, fotógrafo de 24 años, es uno de ellos. Estaba estudiando publicidad en Madrid y se vino a principios de 2013 por un programa de intercambio para cursar unas materias en la privada Universidad del Museo Social Argentino. “Vine porque me parecía una oportunidad interesante. Además, la situación de España es preocupante y cuando me reciba (gradúe), voy a buscar trabajo aquí. El nivel educativo no es muy alto, pero Buenos Aires y su gente me han encantado. Estoy dispuesto a quedarme y me apuntaré en un posgrado en una de las dos escuelas de publicidad de las que he oído hablar bien”, relata Nacho. Él ya sabía de la buena fama de los publicitarios argentinos, pero no fue por eso que eligió este país. “Buscaba una ciudad con potencial. Apliqué a São Paulo y a aquí. Aquí gasto lo mismo que en Madrid y vivo mejor. El supermercado y la tecnología es más cara, pero el transporte, comer fuera e ir al boliche (discoteca) es mucho más barato. Mi universidad es cara para el nivel que tiene, pero las escuelas de publicidad son baratas. En España no consigues un master por 6.000 euros. Aquí sí, pero si los cambias en el mercado negro”, reconoce Nacho, que en Buenos Aires no ha visto tantos jóvenes españoles por las calles como en una visita reciente a Santiago de Chile.
José Rodríguez Ramos es un peruano de 24 años que hace tres ha venido a aprender periodismo. “Estudiaba en Lima, y decidí trasladarme para terminar acá porque Buenos Aires me da más oportunidades, es más interesante, está aún más conectada al mundo. Las agencias internacionales de noticias le dan más espacio a Argentina que a Perú. Además, estaba interesado en conocer más el continente”, da sus razones José. En un principio planeaba ir a Brasil, pero cambió de rumbo por la “barrera” que el idioma le podría ocasionar. Él estudiaba en una universidad privada en Perú y quería entrar en una pública de Argentina, pero aquí no le reconocían suficientes materias y acabó en una de pago, la de Palermo. “En Perú sale más caro, definitivamente. Además allá las universidades públicas tienen tope, no es como aquí. Allí dan examen 15.000 y entran mil. Y las privadas salen muy caras. Ser muy estudioso o muy rico son las formas de salida profesional. Mi universidad me cuesta la mitad que la peruana. Éste era un buen punto de partida para buscar mi independencia económica. Acá trabajo para una empresa de Perú y eso me ayuda porque me pagan desde allá. No sufro la devaluación del peso”, relata José. El nivel de la educación argentina le ha parecido “en líneas generales mejor” que el de su país, “pero, como en todos lados, hay universidades, profesores y clases buenos y malos”. José también destaca que Argentina no impone “trabas” a la inmigración, aunque considera que los trámites resultan “burocráticos”. “Pero se permite que la gente venga, que los ciudadanos sudamericanos se vuelvan residentes. No te estudian. Solo piden antecedentes penales”, detalla el joven peruano.
Del país latinoamericano con más protestas de estudiantes por una universidad gratuita, Chile, ha venido hace cinco años el guitarrista clásico César Farías , de 28 años. “Vine a Paraná (462 kilómetros al norte de Buenos Aires) por la presencia del docente Eduardo Isaac, que es un referente mundial en guitarra clásica. Después me enteré de que él enseñaba en la Universidad Autónoma de Entre Ríos, que era gratuita. Me pareció una cosa impresionante. En Chile por la universidad se pagan precios exorbitantes. Que acá enseñe Eduardo y encima gratis es increíble”, elogia César. Llegó con su mujer, también música, y su hijo, entonces de dos años. Ahora está por acabar su carrera, mientras da clases particulares, al igual que su esposa. Destaca varios aspectos de la educación argentina: “Lo positivo es que es accesible para cualquier persona y el nivel de guitarra es muy elevado. Lo adverso es que, al ser gratuita, la gente no se recibe nunca, dilata mucho los años de estudios, los profesionales no salen de las carreras. También es deficitaria la inversión en infraestructura. En las universidades pagas de Chile hay buena infraestructura, pero te cobran cualquier guita que nadie puede pagar. Me quedo con la educación argentina. Mi país no me dio la posibilidad. Mi familia no me podía seguir sosteniendo. Me vine por los costos. Acá tengo una mejor vida. Yo vivía en Santiago. Paraná es más chiquita, te brinda otras opciones, mejor calidad de vida, más tranquilidad, la gente ya me tiene como referente y doy clases particulares, cosa que en Santiago no sucedía. El nivel de vida de la clase media argentina es mejor que en Chile. Hay más ocio, se puede escuchar un concierto, los costos son más accesibles, podés salir a comer pizza sin problemas para llegar a fin de mes. En Chile la cultura tiene impuestos más altos, y la gente se mide mucho más”, explica César, que se define como de clase media baja. El año próximo planea ir a especializarse en algún país europeo, pero después prevé regresar a Paraná. “Soy de Santiago, vivía en un barrio artístico, pero allí la situación es más desigual, hay círculos más marcados, y aquí la sociedad es más horizontal”, concluye el músico chileno, que en su carrera tiene como compañeros a tres compatriotas, un colombiano, un cubano y un boliviano.
Hay 4 Comentarios
Amigo Warrantas; sabes desde cuando vienen profetizando la caida de Argentina?, desde el primer día en que empezo a salir de la crisis en el 2003...
muchos quieren la caida de Argentina, un País al que muchos ven como la verdadera competencia económica, inclusive piensan eso, hasta en el mísmisimo Estados Unidos, quizás hayan envidiesillas ocultas en cada ser humano que piensa y desea el mal para Argentina.
lo bueno es que existe el efecto bumerang, desea aquello que quierás ver para tí, multiplicado por varias veces.
Publicado por: juan | 03/07/2013 18:30:57
juan: casi siempre el motivo de la inmigracion es económico, no hace falta que lo grites; todavía es muy grave el síndrome de inferioridad de los chilenos, se nota.
por otra parte, argentina a lo largo de su historia a mantenido un nivel educativo bastante alto, se lo digo al amigo español, que da su opinión mas arriba; y lo digo con fundamento, no por nada, Argentina posee 5 premios nobel, 3 de ellos en ciencias.
Publicado por: juan | 03/07/2013 18:22:49
Ojito con Argentina, Venezuela (y España) porque la situación económica empeora y como ocurra algo externo mundial, puede empeorar rápidamente...
Y no digamos algo gordo, como un Crash Bolsa New York (USA) 2013-2014
http://www.warrantsyquinielas.com/2013/05/crash-bolsa-new-york-usa-2013-2014.html
Publicado por: Warrants_1X2 | 03/07/2013 16:51:07
Dos amigos míos chilenos, que no se conocen, están cursando sus estudios universitarios en Argentina. Ambos justifican su permanencia allí con varios de los argumentos que acabamos de leer, pero el motivo único que hizo que emigraran a la Argentina fue económico. En Argentina la matrícula universitaria es gratuita y en Chile es muy cara.
Publicado por: Jose | 03/07/2013 6:20:00