A los 39 años, en 2007, asumió como ministro de Economía de Argentina. Lo designó el entonces presidente Néstor Kirchner, que confiaba en él después que este economista graduado en la Universidad de Buenos Aires (UBA) batallara durante 11 años como asesor de la Unión Industrial Argentina (UIA) en contra de las políticas neoliberales que aplicaban los Gobiernos de Carlos Menem (1989-1999) y Fernando de la Rúa (1999-2001) y después de que fuera secretario de Industria de su gobierno durante dos años. Pero Miguel Peirano duró pocos meses como ministro: se negó a continuar en el cargo en el Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner (a partir de diciembre de 2007) porque consideraba que debían modificarse las políticas sobre inflación, agricultura y ganadería. De todos modos, aceptó seguir en el Gobierno como presidente del estatal Banco de Inversión y Comercio Exterior (BICE), donde permaneció hasta 2009. Ante las próximas elecciones legislastivas primarias y obligatorias de Argentina del próximo día 11, en las que el kirchnerismo pondrá a prueba su popularidad, Peirano, a sus 45 años, ha decidido enrolarse como asesor del candidato a diputado por la provincia de Buenos Aires que puede derrotar al gubernamental Frente para la Victoria, Sergio Massa.
Massa se presenta como poskirchnerista, aunque a medida en que avanza la campaña electoral eleva sus críticas al Gobierno, fue jefe de Gabinete de Ministros de Fernández entre 2008 y 2009, es alcalde de un municipio de la periferia de Buenos Aires, Tigre, y ahora encabeza el nuevo Frente Renovador. Aquí, el diálogo con su asesor Peirano.
Pregunta. La economía argentina está asumiendo un costo de oportunidad innecesario. Podría estar teniendo un desempeño superior al que está registrando. Si uno analiza las tasas de crecimiento de 2012, cercanas al 0% y el 1%, y la de este año, que estarán cercanas al 3%, evidentemente hay que promediar el comportamiento de los dos años porque pesan la sequía del año anterior y la recuperación estadística que genera este año una cosecha con clima adecuado. Hay una evidencia de que Argentina podría estar creciendo a niveles superiores, pero, sobre todo, mucho más importante que ese crecimiento, es el impacto cualitativo de ese crecimiento. El otro tema central es que en el último año y medio tuvimos altos precios internacionales del complejo agrícola, con liquidez internacional, con tasas de interés muy bajas y con un comportamiento de la economía brasileña particularmente favorable este año. Y hacia 2014 se abren más incertidumbres en el contexto internacional. El tema para advertir es que si en un contexto favorable se generaron dificultades externas, la inflación fue muy elevada respecto de los niveles de crecimiento y los niveles de crecimiento de 2012/2013 fueron relativamente bajos en función del contexto, obviamente el escenario hacia 2014 abre la necesidad de mayores exigencias en términos de las consistencias de las políticas y en términos de los desafíos.
P. ¿Qué hay que hacer entonces?
R. Hay que retomar una lógica de política económica más consistente, una lógica que refleje la existencia de un plan económico integral, sistémico, coherente y evitar esta lógica de medidas aisladas que se caracterizan en los últimos meses por ser desacertadas y por agravar los problemas que ya existían. Se trata de recrear una visión de plan y dar consistencia a las decisiones tanto en materia de política macroeconómica, de políticas sectoriales, de la política del Estado y de las políticas comerciales y las negociaciones internacionales, particularmente al interior de Mercosur.
P. ¿Cuáles son esas medidas desacertadas?
R. A modo de ejemplo, no tener políticas para contener y limitar el efecto inflacionario. En segundo lugar, ha habido políticas cambiarias equivocadas que se han traducido en las restricciones conocidas como cepo (control cambiario), que han agravado los problemas externos durante 2013 en un marco de precios internacionales, liquidez y condiciones objetivas por las que no deberían haberse registrado. Por eso se abre un escenario de mayor exigencia frente a un eventual cambio de los precios internacionales o los niveles de tasa (de interés de EE UU). La política comercial también ha tenido errores de administración, que se reflejaron en problemas de abastecimiento de insumos y partes (en la industria) en un cierre (de las importaciones) que no tuvo la jerarquización y el análisis de los comportamientos sectoriales en la evolución de los precios, las desinversiones y el nivel del empleo. Tomaron medidas puntuales como un blanqueo de capitales o un congelamiento de precios, que se intentaron plantear como medidas para solucionar, en el primer caso, las restricciones externas y, en el segundo, la dinámica de precios. En ambos casos demostraron ser medidas totalmente limitadas y no podían cumplir los objetivos por los cuales se plantearon por razones obvias. Argentina tiene todavía condiciones presentes en sus variables macroeconómicas, reservas (del Banco Central), situación potencial del sector agropecuario y del industrial y recursos naturales para aprovechar el contexto internacional un escenario de oportunidades muy importantes en el corto y mediano plazo. Es necesario reordenar algunas decisiones de política económica para rápidamente encontrar un sendero virtuoso en términos de inversión y expectativas favorables hacia futuro.
P. Usted fue parte del Gobierno hasta 2009, ¿por qué cambió de bando?
R. No se trata de cambiar de bando. La primera decisión que adopté fue plantear la conveniencia de no continuar como ministro de Economía por razones que se concentraron en diferencias en el tema INDEC (Instituto Nacional de Estadística y Censos, cuyos datos de inflación han sido subestimados y cuyos número de crecimiento han sido sobreestimados), en el tema inflacionario y en algunas medidas de política agropecuaria. En ese sentido, pensé que iba a generar más perjuicios a la dinámica interna del Gobierno y, dada las diferencias de criterio, prefería no continuar como ministro. Y no se trata de que hoy esté participando porque hay una diferencia de bandos sino que creo que en el Frente Renovador se abre un espacio que tiene la posibilidad de plantear propuestas en los frentes que le decía, de trabajar con marcos conceptuales y consistencia técnica para colaborar con la propia tarea de gobierno a partir de 2014. Es simplemente un espacio donde existen coincidencias conceptuales y de instrumentación técnica en temas centrales como la inflación, mejora de la competitividad, generación de un proceso de estímulo de las inversiones, tener el rol del Estado jerarquizado y efectivo en la relación con los sectores, prioridad de la inversión en materia de infraestructura, incluso recurriendo al endeudamiento para lograr mayor competitividad. Es una serie de temas que son propositivos, un aporte para la tarea de gobierno de 2014 y, por supuesto, no se trata de bandos ni de espacios que necesariamente tengan que estar distanciados. Creo que en este espacio están dadas las condiciones para plantear mi visión y mis propuestas. Había encontrado limitaciones objetivas en mi tarea en el Gobierno.
P. ¿Por qué habla de 2014? Las elecciones presidenciales son en 2015. ¿Piensa hacer propuestas como asesor de Massa en el Congreso?
R. Exactamente. El primer desafío central del espacio político del Frente Renovador es elaborar propuestas de carácter legislativo. El ámbito específico que a mí me corresponde es el económico. La idea es proponer debates que generen en el corto plazo la posibilidad de mejorar el comportamiento de la economía y plantear temas de más largo plazo. La tarea del Legislativo puede tener una dimensión importante, puede colaborar desde con proyectos de ley y propuestas del espacio hasta enriquecer el análisis de las políticas económicas. Creo que existe la posibilidad de dar una dimensión superior al análisis de la solución de la inflación y no intentar un congelamiento de precios repentino sin analizar las causas que están generando el proceso inflacionario. O existen marcos y políticas consistentes y efectivas para mejorar la situación del sector externo sin imaginar que un blanqueo de capitales tal como se aplicó va a solucionar las dificultades en materia de reservas de la economía argentina. En el Parlamento se puede colaborar para que el Gobierno en 2014 y 2015 reciba propuestas y después se puede conformar un pensamiento económico de mediano y largo plazo.
P. ¿Qué rescata de los diez años de economía de los gobiernos kirchneristas?
P. Algunos kirchneristas acusan a Massa de neoliberal. ¿Y usted qué es?
R. El espacio político tiene claramente una visión de desarrollo, una visión de que es el crecimiento el que ordena las relaciones macroeconómicas y genera los procesos de inclusión social, y justamente el crecimiento requiere de políticas macroeconómicas, sectoriales, un rol del Estado presente, una instrumentación efectiva de las decisiones económicas. Todo esto es necesario para que primero el crecimiento se produzca; segundo, para que ese crecimiento económica tenga consecuencias sociales relevantes y, tercero, permita los equilibrios fiscales y externos. Respecto a lo personal es claro que durante la década del 90 tuve un trabajo muy activo y permanente en la crítica a las políticas aplicadas y creo que ha sido muy elocuente mi visión contraria a las políticas de ajuste en Argentina, en Europa y el resto del mundo. Más importante que lo que pueda decir es el análisis de lo escrito en estos años.
P. ¿Qué pasará con Argentina y el resto de Latinoamérica si caen, como pronostican algunos analistas, los precios de las materias primas y comienzan a subir los tipos de interés en EE UU, con la consiguiente salida de capitales de mercados emergentes?
R. Si se produjese esa caída, que esperamos que no se produzca y tampoco hay que darla por segura, habría necesidad de políticas más consistentes, holgadas, quitaría márgenes de error hacia la política económica porque, en particular, respecto al sector externo va a generar mayores desafíos. Lo que genera es una exigencia adicional en la calidad y la consistencia de las políticas aplicadas. Pero también son distintas las realidades de los países. No todos los países tienen esquemas similares en la región, con lo que tampoco puede generalizarse. Hay modelos que, si bien tienen un perfil de valorización de la necesidad de contener los sectores sociales, no pueden ser asimilados o simplificados en su análisis.
P. ¿Hay una desindustrialización de Latinoamérica?
P. ¿Cómo ve la economía regional? ¿Hay ejemplos o contraejemplos?
R. Creo que cuando se tienden a simplificar las experiencias internacionales y se las intenta resumir en pocos adjetivos de virtuosas o negativas se corre el riesgo de caer en equivocaciones. Cada uno de los países tiene recursos, cualidades, capacidades, situaciones diferenciales que los llevan a tener que tener políticas económicas con características específicas. Así como en los últimos diez años han prevalecido espacios políticos que han acentuado la preocupación por el tema social, cuando uno analiza las políticas económicas, cambiarias, monetarios, fiscales, de comercio exterior, de negociaciones internacionales, se muestran totalmente diferentes. Cada país adopta políticas en función de sus especificidades y no pueden sacarse generalidades en el conjunto de los países, sino que hay que analizar en profundidad cada una de las experiencias. Tampoco se pueden simplificar como únicas e iguales a lo largo de los años.
P. Aunque las experiencias no sean trasladables a otros países, ¿cuáles rescata?
R. En ese sentido prefiero expedirme sobre la economía argentina, a la que conozco en detalle. El comportamiento de las economías latinoamericanos es un tema complejo. Creo que hay un esfuerzo de salir de los esquemas neoliberales, ortodoxos, de las teorías del riesgo país (prima de riesgo) en algunos países. Cuando se quiere dar confianza a través del ordenamiento fiscal y generar un círculo virtuoso a través del riesgo país, cuando quieren aplicar modelos ortodoxos ya sean explícitos o con sus principios subyacentes menos explícitos, evidentemente se generan problemas muy graves. Un avance conceptual, que después tiene realidades distintas en cada país e instrumentaciones distintas en cada etapa, es avanzar en concepciones macroeconómicas con mayor preocupación por lo social, con una visión de desarrollo y con lo que yo llamaría teoría del crecimiento. Es decir, cuando se adoptan las medidas económicas, sectoriales y generales adecuadas, y se logra crecimiento, ese comportamiento ordena las variables macroeconómicas, incluso las fiscales. Éste es el orden y no el inverso. No es que el ordenamiento fiscal genera crecimiento en sí mismo sino que el crecimiento a través de medidas consistentes, globales y sistémicas es lo que permite el equilibrio fiscal.
P. ¿Por qué cree que no hay que dar por sentada la caída del precio de las materias primas?
Hay 3 Comentarios
Podremos estar de acuerdo o no con la política de este señor, pero no le falta razón cuando dice: "[..]una lógica que refleje la existencia de un plan económico integral, sistémico, coherente y evitar esta lógica de medidas aisladas que se caracterizan en los últimos meses por ser desacertadas y por agravar los problemas que ya existían[...]"
Publicado por: Diego Diego | 05/08/2013 16:41:51
Con todo, y dentro de los neoliberales encubiertos y recalcitrantes que acostumbrás a entrevistar, Peirano, parece tener lo que pocos economistas: sensatez.
Rescato este párrafo con el cual concuerdo absolutamnente: "Creo que hay un esfuerzo de salir de los esquemas neoliberales, ortodoxos, de las teorías del riesgo país (prima de riesgo) en algunos países. Cuando se quiere dar confianza a través del ordenamiento fiscal y generar un círculo virtuoso a través del riesgo país, cuando quieren aplicar modelos ortodoxos ya sean explícitos o con sus principios subyacentes menos explícitos, evidentemente se generan problemas muy graves. Un avance conceptual, que después tiene realidades distintas en cada país e instrumentaciones distintas en cada etapa, es avanzar en concepciones macroeconómicas con mayor preocupación por lo social, con una visión de desarrollo y con lo que yo llamaría teoría del crecimiento. Es decir, cuando se adoptan las medidas económicas, sectoriales y generales adecuadas, y se logra crecimiento, ese comportamiento ordena las variables macroeconómicas, incluso las fiscales. Éste es el orden y no el inverso."
Publicado por: Ale | 04/08/2013 8:32:38
Otra nueva falacia. Massa no representa ningún poskirchnerismo, ese es el target que los medios le endilgaron; más bien representa los intereses de Macri, tanto como su misma torpeza política.
Último momento...ese candidato está bajando drásticamente en las encuestas; ahora que se está definiendo, parece que ante la desesperación los del lobby Clarín-Nación les está soltando la mano.
Un dato más orientarivo de la gente de tu palo, Rebossio, leé la mayoría de los comentarios de los lectores de tu fuente de información permanente (LN) y vas a poder sentir el gusto de lo que se avecina.
Lanata, ya está anunciando "fraude", lástima, parece ser que a tan sagaz periodista "independiente" le va a pasar lo mismo que cuando fue a hacer fuerza por Capriles en Venezuela.
Publicado por: Ale | 04/08/2013 8:04:47