Contra todo pronóstico, la Reserva Federal (Fed) de EE UU optó este miércoles por mantener los estímulos monetarios para el crecimiento de su economía y eso ha repercutido en forma positiva en los mercados latinoamericanos. Cuando en mayo pasado el presidente de la Fed, Ben Bernanke, anunció que antes de finales de 2013 comenzaría a girar la política del dólar barato, con la que el banco central norteamericano había enfrentado la crisis mundial que hace cinco años se desató con la caída del banco Lehman Brothers, los capitales especulativos comenzaron a volver a EE UU y a salir de los países emergentes, cuyas monedas entonces se depreciaron. En las últimas dos semanas, las restricciones monetarios que adoptaron algunos de estos países, los buenos datos de la economía china y el pacto para evitar la intervención militar de EE UU en Siria habían derivado en una mejoría de los activos financieros de los países en desarrollo. La noticia sorpresiva de este miércoles confirmó la recuperación.
Brasil había sido uno de los países más beneficiados por el ingreso de capitales en los últimos años y fue uno de los más castigados a la hora de su retiro. Pues este miércoles la decisión de la Fed, que no solo implica el mantenimiento de la llamada flexibilización cuantitativa -mediante la compra de bonos del Tesoro- sino también una postergación hasta 2015 de subidas del tipo de interés actualmente cercano al 0%, derivó en un alza del índice de la bolsa de São Paulo del 2,6%, hasta los 55.702 puntos, el mayor nivel en cuatro meses. En 2013 acumula aún una pérdida del 8,6%. El dólar bajó un 3,1% respecto del real, con lo que en el año ahora solo sube un 6,7%. Había llegado a elevarse más del 16% hace solo dos semanas. La devaluación del real hacía temer un impacto en la inflación, por lo que el Banco Central de Brasil elevó los tipos de interés, lo que a su vez desalienta el de por sí moderado crecimiento económico. Claro que una depreciación de la moneda puede mejorar la competitividad cambiaria de Brasil, dañada por años de apreciación, y en última instancia puede incentivar la expansión del PIB y el empleo.
En México, el índice bursátil IPC subió este miércoles el 1,8% como reacción a las noticias de la Fed. La bolsa mexicana acumula todavía una caída del 4,1% en lo que va de 2013. El dólar cayó en la jornada un 2% frente al peso, que así revirtió la devaluación que registraba en el año. Ahora la moneda norteamericana lleva un descenso del 1,5% frente a la mexicana en 2013. A diferencia de Sudamérica, cuya actividad económica de los últimos años ha estado más vinculada a la expansión de China y su impacto en el precio de las materias primas, principal exportación de esa región, en los casos de México y Centroamérica el desempeño del PIB depende más de la evolución de EE UU y las exportaciones de manufacturas de bajo valor añadido a ese supermercado. Por eso en los últimos años a Sudamérica le había ido mejor que a México y Centroamérica, tanto en lo que hace a la actividad económica, el empleo y la reducción de la pobreza como en la atracción de capitales en relación a su PIB.
Por factores internos, Argentina y Venezuela habían quedado al margen de la afluencia de fondos especulativos. Y por tanto también habían permanecido resguardados de la retirada. Sin embargo, esas cuestiones domésticas y la necesidad de mantener la competitividad frente a Brasil han llevado a que el Banco Central argentino alentara en los últimos meses una devaluación en el mercado oficial de cambios (al igual que en Venezuela, hay restricciones y se ha desarrollado una plaza ilegal). La decisión de la Fed no impactó entonces en el peso argentino: el dólar incrementó su cotización un 0,1% en la jornada y acumula un 17% en el año. Pero el índice Merval de la bolsa de Buenos Aires sí reaccionó a la noticia con un aumento del 2,1%, con lo que ha subido el 65,8% en 2013. Este brutal salto se debe en parte a que la compra de acciones ha sido usada por los inversionistas como medio legal para hacerse de divisas. Además, la modesta elección del kirchnerismo en las legislativas primarias y obligatorias del pasado agosto han llevado a que más de un inversor adquiriera los abaratados activos argentinos con la esperanza de que en 2015 llegue al Gobierno un presidente más dócil con los mercados que Cristina Fernández de Kirchner.
En Colombia, el índice IGBC de la bolsa de Bogotá se elevó apenas el 0,2% y en lo que va de 2013 ha retrocedido el 4,2%. En un país donde la pérdida de la competitividad de los últimos años ha despertado un debate y donde las autoridades han mostrado su satisfacción por la devaluación reciente, dada la baja inflación reinante, el dólar siguió subiendo este miércoles, el 1,4%, frente al peso y lleva una subida del 10% en el año.
En Venezuela, la paridad cambiaria se mantiene fija en el mercado oficial. El dólar no varió este miércoles frente al bolívar, pero en 2013 acumula un alza del 46% por la brusca devaluación de principios de año. El índice bursátil Caracas General se elevó en la jornada el 0,1% y en 2013 ha saltado un 240,1% porque la bolsa aquí también actúa como refugio de la inversión que no puede apostar por las divisas.
Por último, en Perú ocurrió la excepción. El índice general de la bolsa de Lima cedió el 0,2%, claro que la merma iba a ser peor y se redujo por la noticia que llegó de EE UU. La plaza estaba cayendo por una mayor diferencia, sobre todo por la desconfianza de los inversores en acciones de compañías eléctricas, constructoras y agroindustriales. El dólar cayó el 0,1% frente al sol y acumula una subida del 8,9% en el año. Así como la economía venezolana es de las más dependientes de un producto básico, el petróleo, la peruana también lo es del oro, cuya cotización venía vapuleada por las perspectivas del final de ciclo de dólar barato, pero este mismo miércoles repuntó.
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