"Es difícil que Latinoamérica vaya a crecer como hasta ahora"

Por: | 24 de octubre de 2013

Algún lector se ha quejado ayer de que estamos hablando demasiado de Argentina en este blog. Pero, claro, es la tercera economía de Latinoamérica, este domingo hay elecciones legislativas en este país y además Eco Americano se edita en Buenos Aires. Así que hoy continuamos con la serie de entrevistas a economistas argentinos candidatos en los comicios, pero que no se preocupen los lectores interesados por otros países de la región que también vamos a hablar de toda Latinoamérica. En este caso, lo hará un postulante a diputado por el Frente de Izquierda y los Trabajadores (FIT) en Buenos Aires, José Castillo. El FIT sorprendió en las elecciones primarias de agosto pasado al obtener más del 3% de los votos en Argentina y sueña con entrar al Congreso. Castillo es uno de sus economistas. En la Universidad de Buenos Aires (UBA) se graduó, hizo una maestría en Administración Pública, da clases e investiga. También enseña en la Universidad del Centro de la Provincia de Buenos Aires. Él y los demás militantes del FIT, incluidos estudiantes universitarios y delegados sindicales en empresas, critican al Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner por izquierda.  

 

Pregunta. ¿Cómo está la economía argentina?

Respuesta. La economía argentina está con las luces amarillas tendiendo a rojas, más allá del crecimiento del PIB este año, no el que se anuncia oficialmente, que está claramente sobredimensionado. La economía argentina no está en recesión, pero tiene muchos problemas en su frente externo. Concretamente, hay una caída de las reservas (del Banco Central) muy fuerte, producto de, por un lado, el pago de la deuda externa en todos estos años y, por otro, de algunos problemas que están repercutiendo en la balanza comercial, sobre todo por la crisis energética. Argentina lleva un par largo de años está importando energía y eso está reduciendo aceleradamente la balanza comercial. O sea, por el lado del frente externo, hay serios problemas que tienen su manifestación en el cepo cambiario (prohibición de la compra de divisas para ahorro y restricción para adquirirlas para viajes). El Gobierno está haciendo todos los esfuerzos para que no se le desborde el tipo (tasa) de cambio, pero es muy probable que se vea obligado a ajustar la economía, es decir, a devaluar, en el periodo inmediato, en los próximos meses. Además de todos estos problemas, el otro, histórico del periodo kirchnerista, es que nunca logró domar la inflación. Tenemos la famosa discusión de los índices que no son reales, los del INDEC (Instituto Nacional de Estadística y Censos), pero el índice de precios real de Argentina va a volver a terminar este año alrededor del 30% y eso genera evidentemente una tensión por los salarios, que otra serán sobradamente afectados. Por ahí podemos caracterizar los problemas con los que se va a enfrentar la economía argentina después del 27 de octubre. Habrá una necesidad por parte del Gobierno de realizar un ajuste, lo cual va a generar una seria conflictividad social el año próximo. Y está el problema de cuál va a ser el ritmo devaluatorio de acá hasta las elecciones presidenciales de dentro de dos años. Hay que seguir con mucho cuidado la caída del nivel de reservas, que están retrocediendo muy fuerte.

P. Usted habla de una inflación del 30%, pero ni las agencias provinciales de estadística ni las consultoras que informan sus índices a los diputados opositores hablan de una inflación tan alta, sino del 24% o 25%, respectivamente.

R. Efectivamente, el índice de precios al consumidor (IPC) en los últimos años terminó entre el 20% y el 25%. Pero tenemos un problema muy serio con lo que es la canasta que constituyen los bienes que consumen los trabajadores. El problema es que los indicadores que miden los precios de estos bienes están subiendo muy por encima de lo que sería un IPC bien calculado. Hay muchas anécdotas que pueden marcar esto en las últimas semanas (el entrevistado alude al nuevo aumento de los precios del pan y la harina de trigo). Además, el IPC es un promedio. No nos tenemos que olvidar que hay tarifas que están prácticamente congeladas, las de los transportes y de los servicios públicos privatizados, y eso hace que baje el promedio general. Pero si nos referimos a los bienes de consumo como alimentos y bebidas, artículo de limpieza y la salud, nos vamos a indicadores mucho más altos. Por eso digo que vamos camino a un aceleramiento inflacionario que va a terminar promediando en los próximos meses un 30% anual.

Izquiera

P. ¿Qué medidas debería adoptar el Gobierno de Fernández para encarrilar la economía?

R. Básicamente, el planteo número uno del Frente de Izquierda es que no se puede seguir pagando los montos de endeudamiento que se han venido pagando en los últimos 30 años, y en particular en la última década. Cuando tenemos un Gobierno que reconoce haber pagado desde 2003 173.000 millones de dólares básicamente en efectivo y hoy el endeudamiento es de 200.000 millones, evidentemente nos encontramos frente a una bola de nieve de endeudamiento, que es el problema número uno de Argentina. La propuesta número uno del Frente de Izquierda es que para viabilizar nuestras otras propuestas hay que dejar de pagar la deuda externa. Al lado de esto hay que hacer una reformulación de la economía argentina a favor de la clase trabajadora y los sectores populares. Básicamente esto es: salarios iguales a la canasta familiar, jubilación correspondiente al 82% (de lo que ganaba el trabajador en tiempos de actividad), la nacionalización de la banca y el comercio exterior para frenar el agujero de la fuga de divisas y una resolución del problema de los servicios públicos privatizados con una reestatización bajo gestión de los trabajadores y usuarios. Ahí tenemos el conjunto de las medidas centrales que plantea el Frente de Izquierda en el terreno económico.

P. Cuando en el resto del mundo se habla de Argentina, algunos analistas la ubican cada vez más cerca del eje bolivariano. La izquierda del extranjero elogia al kirchnerismo, pero ustedes lo critican…

R. Efectivamente, si nosotros tuviéramos que clasificar a los nuevos gobiernos latinoamericanos del siglo XXI, uno podría hablar de lo que sin ninguna duda aparece como el eje bolivariano, que es Venezuela, Bolivia y Ecuador, centralmente. En el otro extremo están los gobiernos más PT (Partido de los Trabajadores) de Brasil y los Frente Amplio uruguayos. Y Argentina siempre queda en el medio, ¿no? Es un punto interesante por la retórica del Gobierno kirchnerista. Hay un doble discurso: el Gobierno kirchnerista tiene una retórica que parecería acercarlo a posturas de enfrentamiento con el imperialismo norteamericano, pero cuando miramos las políticas concretas, como la megaminería, los acuerdos petroleros con Chevron y otros o algunos alineamientos internacionales de Argentina, en realidad terminamos encontrando que ese supuesto antiimperialismo se acerca más a un doble discurso. Esto coloca a Argentina en un lugar distinto al que tienen Venezuela, Bolivia y Ecuador, más allá de que nosotros, como Frente de Izquierda, también tenemos nuestras críticas a los llamados Gobiernos bolivarianos.

P. La propuesta del FIT es ir más allá de lo que hizo Hugo Chávez como presidente de Venezuela, por ejemplo, al sugerir una estatalización de la banca.

R. Claro, lo que es interesante discutir es si lo que empezó Chávez, que introdujo el término socialismo del siglo XXI en 2005, es efectivamente una propuesta de izquierda o si está haciendo una gestión populista de la renta petrolera. Por supuesto que Argentina ni siquiera está haciendo gestión de la renta petrolera. Ésa es la diferencia. Pero la propuesta del Frente de Izquierda no es el chavismo. Nosotros tenemos diferencias muy fuertes con lo que está haciéndose en Venezuela. Lo vemos más parecido a los populismos caudillescos que históricamente existieron en Latinoamérica que a lo que sería a nuestro juicio una propuesta verdaderamente de izquierda.

 

P. ¿Cómo ve a la economía latinoamericana en general?

R. Latinoamérica tuvo suerte en estos últimos seis o siete años porque en el marco de una crisis mundial enorme, que empezó en 2007 en EE UU, se extendió en 2008 por Europa y después se generalizó, Latinoamérica, debido al tipo de materias primas con las que ingresa al mercado mundial, los minerales, la soja, pudo quedar encapsulada, no se ligó al corazón de la crisis. Esto permitió que, mientras se hundía Europa y era muy fuerte la crisis en EE UU, a Latinoamérica le pasara todo de costado. Acá el punto es que tenemos que ver si efectivamente ese ciclo de los súperprecios de las materias primas no están llegando al final. Argentina, Brasil, Chile y Perú dependieron demasiado de las locomotoras clásicas, de China particularmente. Daría la sensación de que esa locomotora, como único elemento que permite a la economía latinoamericana cubrirse de la crisis, está agotándose. ¿Llegó la hora de la verdad para las economías latinoamericanas? Argentina está estresándose desde el lado de la restricción externa (escasez de divisas), Brasil ha tenido también serios problemas después de un año recesivo para lanzar de vuelta hacia adelante la locomotora industrial, tal como ellos la pensaban. Los problemas venezolanos son claros. Y el resto de los países depende demasiado de precios de materias primas que ellos no deciden. Toda Latinoamérica tiene un problema encapsulado de endeudamiento que, en cuanto llegue a caer el precio de las materias primas, va a volver a ser el gran tema. Entonces, creemos que difícilmente en los próximos cuatro o cinco años las economías latinoamericanas puedan volver a sostener esos niveles de crecimiento hasta ahora. Además se agrega el problema de que Latinoamérica creció en términos de PIB, pero no pudo resolver sus problemas estructurales del subdesarrollo, de pobreza, de empleo informal, de analfabetismo funcional (incapacidad de un individuo para utilizar su capacidad de lectura, escritura y cálculo de forma eficiente en las situaciones habituales de la vida), de salud y de infraestructura. Éste es el gran tema: la economía latinoamericana crece, pero, al no haber resuelto estos problemas, va a entrar a un ciclo seguramente más crítico y esto va a tener efecto sobre los sectores populares.

Hay 2 Comentarios

Para leer estos articulos necesita varias horas y se vuelve "loco" ! es una olla de grillos! hay para todos gustos y conflictos de todas clases! Prefiero decir que en Latino America no hay "economistas de verdad" criticos todos son, pero arreglos no vi ,despues de leer bastante tiempo!
Y ni dicen de deudas personales o embargos de futuros de petroleo como Venezuela o Ecuador!

creo que si no se pagara la deuda externa, eso seria a la larga tremendamente negativo, lo que se debería hacer es ver si con lo pagado ya es suficiente, demostrando con pruebas reales que los que cobran están estafando a todo un país, solo así, habría que dejar de pagar deuda.

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Sobre el blog

Novedades, tendencias y debates sobre el devenir de la economía y el desarrollo de Latinoamérica y los latinoamericanos.

Sobre el autor

Alejandro Rebossio es periodista. Su especialidad es la economía y trabaja en la corresponsalía de El País en Buenos Aires. Coautor del libro Estoy verde. Dólar, una pasión argentina (Aguilar) y Vaca Muerta (Planeta) junto con Alejandro Bercovich.

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