El economista francés Thomas Piketty y su libro El capital en el siglo XXI han conmovido al mundo académico con sus pruebas de que la desigualdad deriva en menor crecimiento de las economías, en mayor inequidad y en elites que dominan económica, política y socioculturalmente a las sociedades. Ha complacido a los progresistas y ha provocado urticaria en la derecha. Sus planteos actualizan el desafío de todas las regiones de revertir el alza de la desigualdad. En el caso de Latinoamérica, donde este flagelo es alto como en ningún otro sitio pero ha bajado en los últimos años, parte de la clave consiste en mejorar los empleos, pero también la política fiscal, según queda claro en el documento Pactos para la igualdad, que la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) difundió la semana pasada.
En ese trabajo se observa cómo el índice de desigualdad de ingresos Gini baja antes y después de la aplicación de impuestos y gasto público en diversos países latinoamericanos. Brasil, uno de los pocos países de la región con niveles de tributación similares a los de países desarrollados, baja el Gini de 0,6 a 0,43, es decir, unos 0,17. México, en cambio, con baja recaudación impositiva, lo disminuye de 0,5 a 0,42, o sea, 0,08.
Los impuestos directos, como el de la renta o el patrimonio, contribuyen a reducir la inequidad sobre todo en Uruguay y México, pero no impactan en Bolivia. Los gravámenes indirectos, como el IVA, sólo recortan las injusticias en México y Perú, pero en los otros países analizados las agrandan. En cambio, lo que más aporta a la redistribución del ingreso son los gastos. Las transferencias monetarias del Estado a los ciudadanos acotan en todos los casos la desigualdad, pero destacan los ejemplos de Argentina -esta es la única variable analizada de este país-, Uruguay y Brasil. También ayudan las transferencias en especie, sobre todo en Brasil, Uruguay y México. Pero los países ricos de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) reducen el Gini un 35% con la política fiscal, mientras que los países latinoamericanos analizados sólo un 6% de media.
La clasificación de los países latinoamericanos por el índice Gini es la siguiente: Honduras, 0,56; Brasil y República Dominicana, 0,55; Colombia y Paraguay, 0,54; Panamá, 0,53; Chile, 0,51; Bolivia y Costa Rica, 0,5; Argentina, 0,49; México, 0,48; Nicaragua, 0,47; El Salvador y Perú, 0,45; Ecuador, 0,43; Uruguay, 0,4 y Venezuela, 0,39. Respecto de 2002, los mayores descensos se produjeron en Argentina, Bolivia, Nicaragua y Venezuela. Solo aumentó la inequidad en Costa Rica y República Dominicana.
La CEPAL también mide la llamada desigualdad funcional del ingreso, es decir, a qué porcentaje del PIB equivale la masa de todos los salarios. En otras palabras, con cuánto de lo producido se quedan los trabajadores. Con datos de finales de la década pasada, se puede concluir que estos son los países más justos de mayor a menor,según este criterio: Costa Rica, 56,7%; Brasil, 51,4%; Honduras, 47,4; Paraguay, 47,2%; Uruguay, 45,8%; Chile, 45,4%; Argentina, 42,9%; Colombia, 36,1%; Panamá, 35,2%; Bolivia, 34,5%; Venezuela, 33,5%; Guatemala, 32,8%; México, 32,2% y Perú, 24%. Entre 1990 y 2009, en la mayoría de los países latinoamericanos analizados, los trabajadores perdieron peso en la economía, con las excepciones de Chile, Costa Rica, Paraguay y Venezuela. Si se compara 2009 con 2000, también la mayoría evidencia retrocesos de los asalariados, salvo en Argentina, Brasil y Costa Rica.
Pero hay más formas de medir la desigualdad. Una de ellas es la educativa. Si se compara el tiempo de escolaridad del 20% más rico de la sociedad y el 20% más pobre, se descubre que la mayor brecha en América Latina se registra en Bolivia, Colombia, El Salvador, México, Panamá y Perú. En esos países, los ricos estudian siete años más que los pobres. Los países con menos diferencia, de cuatro años, son Argentina, Chile, República Dominicana y Venezuela.
La desigualdad en el acceso a Internet entre los más ricos y los más pobres es alta en países como Honduras, Paraguay y Perú . En cambio, en Uruguay y Venezuela la posibilidad de navegar por la Red es más igualitaria. Los que menos ingresos tienen en Bolivia y Honduras afrontan muchas más veces la desnutrición que los más acaudalados. En este sentido, Brasil y República Dominicana están mejor situados.
La desigualdad también se nota en el porcentaje de hogares hacinados entre ricos y pobres. La brecha más alta se registra en El Salvador, Guatemala y Nicaragua. La más baja, en Chile, República Dominicana y Uruguay. Si se mide la inequidad por el acceso a bienes duraderos, como coche, nevera, lavadora, ordenador, calefacción o telefono, México y Perú son los más injustos, mientras que Venezuela, República Dominicana y Brasil aparecen como las igualitarios.
Como veíamos, la productividad laboral también es un factor clave para mejorar los salarios y, por tanto, la distribución del ingreso. Chile, México, Panamá y Argentina, en ese orden, ofrecen los mayores índices de productividad media. Bolivia, Nicaragua, Honduras y Paraguay, los menores. Otro factor que contribuye a la igualdad es la subida del salario mínimo. Entre 2002 y 2010, se destacaron las alzas en Argentina y Uruguay. Sólo bajó en México y República Dominicana.
Hay 6 Comentarios
RD avanza
Publicado por: Kelvin | 31/08/2014 15:02:37
La desigualdad de Venezuela la mantienen los Boliburgueses fuera de Venezuela
Publicado por: Per Kurowski | 10/06/2014 18:48:28
¡¡¡Hasta cuando comunistas torpes, brutos e iletrados!!! Queremos a Piketty no a Marx..Porque el NO hace sus planteamientos desde el comunismo, que es una doctrina que atenta contra Estado Social y Democrático de Derecho. Piketty plantea una sociedad mas justa e igualitaria, en cambio Marx lleva al totalitarismo, al reparto de la miseria.
Basta de estupideces comunistas!!! queremos un Estado, si LO QUEREMOS, queremos que sea responsable pero que redistribuya, que invierta, que reforme. pero que nunca desaparezca o se convierta en la herramienta de coacción ilegitima de un brutal tirano y de una burocracia inepta (Como fue utilizado en la URSS, ejemplo por antonomasia del comunismo llevado a la practica).
Los latinoamericanos nos caracterizamos por defender ideologías que no tenemos idea de lo que son y lo que implican realmente. uno se sorprende de ver gente que defiende al comunismo, sin haber leído jamas a sus exponentes, sin haber reflexionado que el contexto histórico del siglo XIX y principios del XX es diferente al actual.
Que sin haber mediado el mas mínimo atisbo de razonamiento, digan y re-contra digan; repito textualmente "el comunismo es la única vía para el continente" con otras aberraciones como las que dijo hace un par de años la dirigente estudiantil chilena Camila Vallejo; textual "no descartamos la vía armada" (en una entrevista en el año 2012, solo realicen una búsqueda en google de la susodicha frase o vean el video en Youtube ) .
Entiendan que tienen la gran posibilidad para profundizar la Democracia, la única vía respetuosa con los derechos humanos y la igualdad social que existe en el panorama político mundial.
Faltaba agregar; Los ultras de izquierda y derecha desde los 60s y 70s no han hecho mas que impedir la implantación de democracia social con un proceso de institucionalización fuerte.
En Chile los padres conocieron los peligros del comunismo irracional y la la tiranía de una dictadura cívica-militar de derechas, ellos no quieren repetir los errores del pasado y por eso permitieron tantas privaciones para consolidar la democracia chilena (una excepción a la regla en un continente plagado de corrupción y gobiernos pseudo-rrevolucinarios).
Figuras como el presidente de Ecuador, Rafael Correa, son peligrosas para las democracia latinoamericanas, dio una entrevista en el programa de TVN, el informante (puede verse en el exterior por TV Chile) donde hablo de una serie de cosas, me llamo la atención que fuera tan conservador en el área de las libertades individuales y civiles, !como es posible que un dirigente "de izquierda" no defienda el derecho de una mujer a decidir sus criterios reproductivos! ¡como es posible que un dirigente "de izquierda" no defienda la secularización del Estado y aparte su pensamiento religioso de los asuntos gubernamentales! , !como es posible auto-denominarse demócrata sin defender la libertad de prensa!
Estos pseudos referentes de la izquierda no hacen mas que desprestigiar al propio sector y lo único que van a lograr al final es acercar a la gente a los populismos antidemocraticos. la única forma posible de lograr el objetivo de una sociedad igualitaria y justa es avanzando a la democracia con un Estado de derecho social fuerte. al estilo de la República Federal de Alemania que aun siendo gobernada por la CDU (centro-derecha) no tranza sus principios sociales.
Publicado por: arbetareparti | 17/05/2014 0:29:41
Hola, amigos. ¡ABAJO EL GOBIERNO DE LOS CHORIZOS Y LAS BUTIFARRAS! ¡SEÑOR RAJOY, POR LA DIGNIDAD DE ESPAÑA, DIMITA!
Publicado por: Francisco Tostón de la Calle | 16/05/2014 18:33:08
Thomas Piketty, su libro, Le Capital au XXIème siècle, más se asemeja a una de aquellas serpientes de verano, que a algo realmente importante donde se llame a las cosas por su nombre. ¿"Ha complacido a los progresistas y ha provocado urticaria en la derecha"? Yo no lo diría así, sino de esta otra manera: a los realmente progresistas no les dice nada que no haya dejado dicho, y bastante mejor, Carlos Marx; en realidad, viene a ser una especie de Marx más o menos políticamente correcto. Y por lo mismo, el nombre de Piketty no se le cae de la boca a la derecha: es mucho más cómodo, y allí donde las cosas se ponen levemente feas -para la derecha-, entonces sí, como era de esperar, dicen aquello de "Donde yerra Piketty...", y a otra cosa. Podría colegirse, pues, que la mayor parte de las disquisiciones del francés debiéramos repasarlas en Marx, el genuino.
Publicado por: Hanna | 16/05/2014 16:20:14
Los panelistas olvidan que las tasas de impunidad son altísimas en america latina, realmente lo que no hay es justicia y mucho menos cárceles completas, sino se tiene esto resuelto como se va a dejar de lado; lo social no excluye trabajar el tema de justicia. El problema del discurso izquierdista centrado en los aspectos sociales es olvidar el factor justicia por lo que mientras se enfoca en el tema social se olvidan de que hay estructuras criminales que hay que atacar, que hay que sancionar al delincuente. Ese discurso de privilegiar una cosa sobre la otra esta mandado a recoger, los gobiernos deben atender el tema de la criminalidad en todas sus etapas como lo que es un tema de policial judicial y además trabajar por la prosperidad de los habitantes: justicia social
Publicado por: lira | 13/05/2014 15:54:15