"Hay diferente aceptación de los transgénicos en América Latina"

Por: | 29 de septiembre de 2014

La suiza Syngenta es la principal fabricante de agroquímicos del mundo y la tercera en semillas, pero su nombre no ha sido demonizado por los ecologistas como el de su competidora Monsanto. En sus oficinas de Vicente López, en la periferia norte de Buenos Aires, el codirector general de Syngenta para Latinoamérica, Antonio Aracre, aborda las expectativas y los conflictos que provocan los agronegocios, esa agricultura de exportación a la que su empresa, Monsanto, BASF, Bayer, Dupont y Dow Chemical proveen de lo esencial.

 

Pregunta. ¿Cuáles son los planes de Syngenta en Latinoamérica?

Respuesta. Hay una tendencia en los últimos cinco años debido a que la proporción de la venta en países emergentes creció significativamente con respecto a los desarrollados: crecen América Latina, Europa del Este y Asia. Tal vez la diferencia es que América Latina es una región proveedora de alimentos: tanto Brasil como Argentina y, un poquito menos, México son países que producen mucho más de lo que consumen. América Latina está convirtiéndose en la región más importante del mundo para Syngenta, más que Norteamérica, Europa, África y Asia. Hace 10 años, ésta representaba el 20% de la venta; ahora ha aumentado casi 10 puntos. Hace una década, cuando se decidían inversiones duras desde el punto de vista de la investigación y el desarrollo, se miraban Norteamérica y Europa; hoy cada vez se mira más América Latina.

P. ¿Cuáles son los países prioritarios para Syngenta en la región?

R. Brasil, Argentina, México y Paraguay son los cuatro mercados más importantes, donde tenemos planes de producción y logística, como la planta de semillas de Formosa, en Brasil, cuya expansión está en línea con el mercado de tecnología de maíz en ese país. Tenemos planes de repensar nuestro modelo de producción en Argentina porque es necesario compatibilizar los costes de producción, de logística y los requerimientos legales, y a veces no tan legales, de licencia para operar que te reclaman los gobiernos y los países.

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Antonio Aracre, codirector general de Syngenta Latinoamérica/SYNGENTA

P. ¿Cúanto van a invertir en la región?

R. Debemos estar cerca de los 200 millones de dólares (154 millones de euros) de inversión anual de investigación y desarrollo.

P. ¿En qué países?

R. Entre Argentina, Brasil y México.

P. Syngenta facturó en 2013 en la región 3.991 millones de dólares (3.086 millones de euros), ¿cuánto provino de agroquímicos y cuánto de semillas?

R. Un 75% y un 25%, aproximadamente.

 

P. ¿Qué porcentaje de las ventas en América Latina es de productos hechos aquí?

R. En semillas, el 100% se produce en América Latina. En el negocio de agroquímicos es una mezcla: hay una gran proporción de ingredientes activos que se sintetizan en una o dos plantas en el mundo, en Europa y Asia, y se empaca en casi todos los países.

P. ¿Cómo evalúa la caída de precios de las materias primas?

R. Una de las cosas más difíciles que hacemos en Syngenta es la proyección de los precios. Siempre la pifiamos. Hoy, la situación en América Latina está muy complicada porque el commodity (producto básico) que más sufrió, la soja, es el principal ingreso del productor, sobre todo en Brasil, Argentina y Paraguay. México está mucho más atado al maíz. Nuestros clientes siguen teniendo un rentabilidad aceptable, pero hubo un cimbronazo [sacudida]. Cuando miras la tendencia de consumo, el crecimiento de Asia es más atenuado de lo que fue en la última década pero sigue siendo importante. No hay una sobreoferta de alimentos que haga que la materia prima caiga significativamente de precio.

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Antonio Aracre/SYNGENTA

P. En México continúa la prohibición al maíz transgénico y en Guatemala, una ley popularmente llamada ley Monsanto que establecía que los agricultores pagaran por la propiedad intelectual sobre las variedades vegetales, fue vetada por el Tribunal Supremo. Estas noticias recientes muestran la resistencia al agronegocio en la región…

R. En materia de aceptación de los cultivos transgénicos hago una gran diferencia entre lo que es México y América Central y el resto. En América del Sur, donde Brasil y Argentina son el 85% de la agricultura, no hay ninguna duda de la aceptación del productor del uso de la biotecnología para mejorar su productividad y los Gobiernos la apoyan. México es otro bicho: ahí el cultivo principal es el maíz y es una cultura milenaria, es casi como un tema religioso. Ellos están viendo cómo determinadas regiones preservan las especies originarias y cómo otras, donde el maíz es más competitivo y orientado a la exportación, aprueban nuestras semillas. Nada se puede lograr por la fuerza y la imposición. La mayoría de las personas tiene que estar de acuerdo de que algo es bueno para que funcione. En esto no todos nuestros competidores están de acuerdo.

P. En Argentina se discute una ley parecida a la de Guatemala…

R. Hay gente que nos dice: "Te pago [por la semilla transgénica] pero la primera vez, y después no te pago". Es una discusión más egoísta del productor, que quiere minimizar su impacto en las cuentas financieras.

P. Pero esa discusión se parece a las de las grandes farmacéuticas contra los medicamentos genéricos…

R. Pero es distinto porque nosotros no estamos en contra de los genéricos. Hay un plazo donde tienes una protección por las patentes y después compites de igual a igual.

 

P. También hay polémica por el impacto de sus productos en la salud humana y el medio ambiente. En EE. UU., los apicultores han demandado a Syngenta por el efecto del pesticida sobre las abejas, en diversos países se denuncian los llamados agrotóxicos por cancerígenos, como en un fallo contra fumigadores de Córdoba (Argentina), China prohíbe la importación de maíz transgénico…

R. Tengo dos hijos, un varón de 17 y una nena de 14, que ven las noticias en Internet y me dicen: "Papá, ¿es cierto esto que dicen de vos o de la empresa?". Tengo a mis peores detractores en casa. Yo no podría vivir como vivo si no estuviese seguro de lo que hago. Todos los estudios que se hacen para aprobar un ingrediente activo son mucho más engorrosos que para aprobar un medicamento. Con el tema de la abejas se ha hecho una infinidad de estudios en Europa, Chile y Argentina sobre lo inocuo de los productos. Si vamos a hablar de un tipo que hace fumigaciones, nosotros somos padrinos de escuelas rurales y he visto camionetas fumigando a un metro de los chicos. Eso es criminal, el tipo tiene que ir preso. Pero el problema no está en el producto, que controla un montón de enfermedades que no controlas en el campo.

P. También se pone en cuestión al agronegocio porque emplea mucha menos gente que la agricultura familiar.

R. Es un debate que nosotros observamos…

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Antonio Aracre/SYNGENTA

P. Pero a ustedes les conviene que haya más agronegocios…

R. No sé si estoy tan de acuerdo contigo. Por ejemplo, en Brasil tienes el norte con productores de 150.000 hectáreas de soja y en el sur, cooperativas con productores de una hectárea. Nuestra rentabilidad es más alta en el sur porque la capacidad de negociación de un precio que tiene un tipo que te compra para 100.000 hectáreas no es la misma que la del que te compra para una. Si hay concentración o cómo se incorporan los campesinos a un sistema urbano, no es un debate del agronegocio, es un debate político.

P. Otra discusión es sobre la deforestación para plantar transgénicos.

R. También es un debate político. En Syngenta estamos planteando el más con menos, o sea, más producción con menos uso de tierra y agua. ¿Cómo? Con tecnología.

P. Pero ustedes también se benefician cuando se talan árboles para plantar soja…

R. Pero no lo promovemos. Nuestra prédica es todo lo contrario.

 

P. ¿Por qué cree que los pequeños agricultores y los ecologistas critican más a Monsanto que a ustedes?

R. Uno puede decir que es la casualidad o pensar que tenemos estilos diferentes. A lo mejor hay estilos que son más chocantes, más criticados y hay otros más simpáticos y seductores.

P. Es llamativo que dos empresas de origen argentino, Nidera, que también tiene capitales holandeses y ahora chinos, y Don Mario, superan a las grandes multinacionales como Syngenta en el mercado de semillas de soja en Brasil. ¿Por qué?

R. Estas dos empresas han venido trabajando en Argentina en soja desde hace 30 o 50 años, tienen un conocimiento del mercado que otras multinacionales no tienen. Cuando se empezaron a introducir los eventos biotecnológicos en soja, primero en Brasil, ahora en Argentina, el mercado empezó a tomar un tamaño importante y empresas como Syngenta, Monsanto o Bayer empezaron a luchar por obtener un espacio. Las empresas argentinas seguramente en los próximos 10 años van a perder posiciones de una manera significativa, que es lo lógico en un mercado donde empresas globales invierten muy fuerte.

Hay 2 Comentarios

En verdad, la mayoria de las poblaciones en AL y las autoridades que las respetan son contrarias a los transgenicos, solo que hay algunos que se mueven al ritmo de los lobbies. Asi debilitan la democracia, pero peor, debilitan al ser humano con nuevas enfermedades o la perdida de defenzas inmunitarias.

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Sobre el blog

Novedades, tendencias y debates sobre el devenir de la economía y el desarrollo de Latinoamérica y los latinoamericanos.

Sobre el autor

Alejandro Rebossio es periodista. Su especialidad es la economía y trabaja en la corresponsalía de El País en Buenos Aires. Coautor del libro Estoy verde. Dólar, una pasión argentina (Aguilar) y Vaca Muerta (Planeta) junto con Alejandro Bercovich.

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