El presidente chino, Xi Jinping, en la última cumbre latinoamericana en Brasil en julio pasado/AFP
Latinoamérica, que este jueves se reunirá por primera vez en forma unificada con China, en un encuentro de ministro de Relaciones Exteriores en Pekín, encontró desde principios de siglo en el gigante asiático un comprador creciente de materias primas. Después ese importador quiso hacerse dueño del recurso y comenzó a invertir en petroleras, mineras y, en algunos casos, en tierras agrícolas. También ha expandido su protagonismo como financiante de gobiernos y de obras y compras públicas con la condición de que empresas chinas sean las proveedoras. Así han ganado terreno a competidoras norteamericanas y europeas. Pero en la región muchos se siguen preguntando cómo seguir mejorando la calidad de la relación, de modo que no se reduzca a un intercambio de productos básicos, ahora devaluados, por manufacturas o de acreedor-deudor. Y en ese sentido la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) publicó hoy un estudio que presentó en la reunión de Pekín y en que la que dejan una serie de recomendaciones.
Las sugerencias del organismo dirigido por la mexicana Alicia Bárcena son las siguientes:
- La exportación de alimentos elaborados, que han logrado insertarse en otros mercados pero no en China, que solo compra de momento materias primas agrícolas.
- La oferta de turismo en Latinoamérica y la venta de otros servicios como los de entretenimiento, arquitectura, planificación urbana, gestión ambiental y cuidado de adultos mayores.
- La inversión de empresas manufactureras chinas, en alianza con socios locales, para fabricar de este lado del océano Pacífico coches o productos electrónicos que abastezcan mercados internos que en los últimos años han expendido sus clases medias o para exportar al vecino EE UU.
- La inversión china en infraestructura, energía, transporte y logística de la región. Este es un aspecto en el que se ha avanzado, pero en el que se puede seguir profundizando, dada la disponibilidad de fondos asiáticos y la baja inversión latinoamericana en estos aspectos. En contraposición a esta sugerencia de la CEPAL, hay que recordar que China busca contrataciones directas para sus empresas, en muchos casos de capital mixto estatal y privado, aunque también acepta que participen en subastas en las que gane la mejor oferta en precios y condiciones.
- La radicación de empresas latinoamericanas en China, de modo de abastecer mejor a los clientes.
- Una mayor facilidad para que ciudadanos chinos consigan visados en Latinoamérica. La CEPAL aduce que los trámites migratorios desalientan oportunidades de negocios, intercambios culturales, científicos y académicos, así como la llegada de turistas. Claro que también hay temor en Latinoamérica de que China traiga sus obreros a trabajar en proyectos productivos o de infraestructura, como ha hecho en África. Por eso sindicatos argentinos han presionado para que el Senado de su país cambiara un proyecto de ley que ratifica un acuerdo de cooperación con China, que por cierto sigue recibiendo críticas de los empresarios industriales del país sudamericano.
Hay 1 Comentarios
en lo que estoy plenamente de acuerdo es en la cuestión de los visados. Es increíble que en pleno siglo XXI haya tanta burocracia y dificultades para visitar países, instalarse en ellos, invertir o hacer turismo. Y América Latina, especialmente Brasil es un excelente ejemplo de desaliento del talento e inversiones foráneas.
Publicado por: nacho | 12/01/2015 1:36:55