El presidente chino, Xi Jinping, en la última cumbre latinoamericana en Brasil en julio pasado/AFP
Latinoamérica, que este jueves se reunirá por primera vez en forma unificada con China, en un encuentro de ministro de Relaciones Exteriores en Pekín, encontró desde principios de siglo en el gigante asiático un comprador creciente de materias primas. Después ese importador quiso hacerse dueño del recurso y comenzó a invertir en petroleras, mineras y, en algunos casos, en tierras agrícolas. También ha expandido su protagonismo como financiante de gobiernos y de obras y compras públicas con la condición de que empresas chinas sean las proveedoras. Así han ganado terreno a competidoras norteamericanas y europeas. Pero en la región muchos se siguen preguntando cómo seguir mejorando la calidad de la relación, de modo que no se reduzca a un intercambio de productos básicos, ahora devaluados, por manufacturas o de acreedor-deudor. Y en ese sentido la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) publicó hoy un estudio que presentó en la reunión de Pekín y en que la que dejan una serie de recomendaciones.