Jorge Katz es uno de los economistas referentes del estructuralismo latinoamericano. Argentino de 74 años, este doctor en economía política de la Universidad de Oxford da clases en la de Chile. Fue funcionario de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), asesoró al Ministerio de Salud de Argentina en el Gobierno de Raúl Alfonsín (1983-1989) y actuó como profesor visitante en las universidades de Yale y Sussex. Desde Santiago de Chile analiza la actualidad de Latinoamérica.
Pregunta. ¿Cómo está la región?
Respuesta. Lo que hemos vivido fue una época de muy buenos precios internacionales de las materias primas, una fase ascendente, con los mejores términos del intercambio en décadas por un periodo largo, y eso tuvo consecuencias. El modelo tradicional de restricción externa (de divisas) se aflojó durante la última década. Esto también se dio por el ingreso de China al sistema internacional de comercio y su impacto en el mercado de commodities (materias primas) industriales, no solo alimentos sino también combustibles, minerales, como los que exporta Chile en particular. Hay un tema interesante: si pensamos en los recursos renovables, en la revolución verde de los años 50, varios países de la región llegaron a ella dos décadas después. En este caso, esta transición hacia lo biológico, lo genético, lo que involucra cambios en la base ecológica, toma a varios países de la región, como Argentina y Uruguay, en un estado más cercano a la frontera tecnológica internacional. La soja de semillas genetéticamente modificadas y la producción asociada a eso, la siembra directa, los inoculantes, los silos bolsa, llegaron temprano a Argentina, y esto abre oportunidades importantes para el posterior afianzamiento de un modelo basado en recursos naturales.
P. ¿Y los demás países?
R. En Chile con el salmón, la actividad forestal y la acuicultura te vas a encontrar con algo parecido, hay un catch up (puesta al día) con la frontera internacional. Está cerca de la productividad internacional. Lo que es relativamente menor es el desarrollo de capacidad tecnológica propia en Chile, en comparación con la soja argentina. En Chile lo que hay es catch up en productivad. En cambio, en Argentina empresas como Don Mario han hecho cierto acercamiento a la capacidad tecnológica mundial y eso es una novedad.
Jorge Katz/UNIVERSIDAD DE CHILE
P. ¿Y fuera de Chile y Argentina?
R. Venimos de un periodo muy largo de metas de inflación, como en México, Brasil, Colombia, y con ritmos de apreciacion cambiaria altos en esos paises que minaron el desarrollo de tecnología local. Las economías se commoditizaron, se concentró en un menor valor agregado doméstico. Brasil ha perdido terreno en calzados y textiles. Lo mismo sucede con México. Colombia se ha ido concentrando en hidrocarburos y carbón. La industria de la inmediata posguerra perdió productividad e insercion internacional en la región.
P. ¿Qué le puede esperar a Latinoamérica en el nuevo ciclo?
R. El final del ciclo de precios altos de los commodities abre preguntas importantes, vuelven las viejas dificultades de la restricción externa. Aún es reciente el fenómeno para ver la reacción de los paises a este contexto. Aún la política económica se guía por el corto plazo y las metas de inflación, hay poca reacción en materia de políticas públicas en relación a las ventajas comparativas sustentables a largo plazo. Veremos cómo a largo plazo se adaptan los países ante la restructuración china y el ritmo inseguro de la reestructuración de la Unión Europea. Incluso EE UU aún no asegura un efecto positivo a la economía mundial.
P. ¿Qué pueden hacer las economías latinoamericanas ante el periodo de vacas flacas?
R. Volver a pensar en la industria metalmecánica tras la incorporación de China a la economía mundial es casi ilusorio. Las mejoras de productividad son infintesimales respecto de China. Puede haber sectores intensivos en ingeniería que asociados a los recursos naturales pueden desarrollarse, como la maquinaría agricola en Argentina. La transición de Finlandia hacia maquinaria para su sector forestal no es estrictamente replicable en Chile, pero puede imitarse. Cuando cae la Unión Soviética, Nokia y otros industrias de maquinaria iniciaron un camino en Finlandia que debería volver a intentarse en Latinoamérica. Pero hoy prima el pensamiento de corto plazo.
P. ¿Qué puede ofrecer Latinoamérica al mundo?
R. En energía las demanda en la región están mal abastecida, hay posibilidad de desarrollo tecnológico local, aunque en el medio esté la oferta china. Si Argentina, Chile o Uruguay fueran hacia la energía eólica o renovable, a la larga se confrontarán con la presencia china, que tiene oferta excedente de esta tecnología. Brasil enfrentó esto al intentar el desarrollo de polos regionales de energía renovable, pero tuvo dificultades para hacer turbinas propias. Por eso se asoció con la empresa argentina Pescarmona. Pese al desarrollo de compañías como Embraer, se le hizo difícil desarrollar tecnología propia. Si uno fuera sector por sector, no es solo recursos naturales lo que se ofrece, hay bienes intensivos en ingeniería y conocimiento. ¿Por qué China tiene interés en Argentina? Si uno mira las diferencias de productvidad agrícola de los dos países, Argentina puede ofrecer diversidad de avances. Los Grobo son unos contratistas que hicieron avances bastante significativos en el negocio, y esas son lineas interesantes para un inversor chino.
P. ¿Y cómo ve la macroeconomía de los países más grandes de la región?
R. La situación es muy diferente según el país. Es un momento de incertidumbre. En general hay un macroeconomía relativamente a equilibrada, pese a que hay volatilidad en el tipo (tasa) de cambio. Pero hay alta incertidumbre en la economía de México, Brasil, Argentina. Están en una cierta encrucijada sin dilucidar el futuro. Y la respuesta no pasa por la posibilidad de desarrollar un programa de política pública y de inversión para revitalizar la competitividad internacional. No hay tanta incertidumbre macroeconómica en Chile y Perú.
Una plataforma de la petrolera estatal mexicana Pemex en el Golfo de México/EFE
P. ¿Qué ve en México?
R. La inseguridad y la caída del precio del petróleo van a obligar a México a redifinir sus prioridades. Por ahora solo tiene un núcleo importante que es la maquila (industria de ensamblaje). En un mundo en el que el avance de China es arrollador, la maquila mexicana tienen dificultades para competir. Con la caída del precio del petróleo, el costo de transporte de la industria china enfrenta bien la competencia. Con el petróleo caro, la maquila mexicana había empezado a revitalizarte, pero ahora vuelve a tener problemas.
P. ¿Y Brasil?
R. Es notable la pérdida de competitividad de Brasil, que ha quedado arrinconada a su industria automotriz, gracias al acuerdo de complementariedad con Argentina. Es uno de sus pocos ámbitos de desarrollo sostenible. El ritmo con que China avanza es tan espectacular que crecientemente va a seguir perdiendo. El 20% del mercado de coches chilenos fue absorbido en menos de una década por China.
P. ¿Y Argentina?
R. Argentina va a aumentar el ensamblado de vehículos. Tiene potencialidad si los integra un poco más con componentes locales. Pero cuando yo estaba en la universidad, Argentina producía 15 millones de toneladas de granos. Hoy produce 100 millones. Es una expansión espectacular, con un cambio en la estructura, los bancos, las nuevas empresas de provisión de servicios biotecnológicos. No sé si esto alcanza a crear el empleo que el país necesita, pero no es solo un tercio de las exportaciones sino que genera empleos sofisticados.
P. ¿Y cómo se crea empleo para los que no viven de las materias primas?
R. Ese es el problema. En México y Brasil es más complejo porque son cientos de millones de personas. El conjunto de recursos naturales no puede ser la base del desarrollo para esta población. Pero en este tiempo ha surgido una nueva clase media. Hay 11 millones de brasileños que reciben la Bolsa Familia y demandan más transporte, vivienda, educación, salud. El Brasil de la última parte del Gobierno de (Luiz Inácio) Lula (da Silva) y un tramo del de Dilma (Rousseff) ha crecido solo en base a eso. Su apreciación cambiaria ha sido tremenda y perdió la industria.
P. ¿Le parece poco sustentable el surgimiento de la nueva clase media brasileña?
R. No, pero no sé si alcanza para 200 millones de personas.
Un trabajador en una mina de carbón en Colombia/AFP
P. ¿Cómo ve a Venezuela y Colombia?
R. Más que Venezuela y Colombia, quiero destacar que Paraguay y Bolivia, con la soja, han tenido un crecimiento espectacular. Pero son países sin base de recursos humanos calificados, sin empresas de biotecnología que den sustentabilidad doméstica. Son importadores de semillas y productores de soja. Venezuela está otra vez en un cono de sombras por la incertidumbre macroeconómica. Colombia tiene estabilidad macroeconómica. Estuve en Bogotá y me llamó la atención porque es ahora una ciudad más sofisticada que hace diez años, pero, como dije, está muy concentrado en hidrocarburos y carbón.
Hay 1 Comentarios
Me dicen que actualmente el mercado automotor en Argentina está saturado. Las ventas han caído desde hace unos meses. Quizá pasada la estación veraniega vuelvan a moverse las ventas, pero nunca lo que los concesionarios esperan.
Publicado por: bergante | 20/02/2015 18:55:53