Campesinos de toda Latinoamérica unen fuerzas en Buenos Aires

Por: | 11 de abril de 2015

Unos 1.000 delegados de campesinos de toda Latinoamérica se reunirán entre el martes y el viernes próximos en Ezeiza, en las afueras de Buenos Aires, en su sexto congreso continental. Debatirán sobre las fuerzas contradictorias de algunos Gobiernos progresistas y de izquierda que atienden parte de sus intereses, pero que a la vez dan rienda suelta a las multinacionales que explotan los recursos naturales y disputan con ellos los territorios.

 

La Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo (CLOC) es la representante regional del movimiento mundial Vía Campesina y nació a finales de los 80. Uno de sus fundadores fue el entonces líder cocalero y ahora presidente de Bolivia, Evo Morales. Su último congreso se había celebrado en 2010. En una rueda de prensa de presentación del nuevo encuentro, uno de sus dirigentes, el argentino Diego Montón, señaló la “paradoja” de que en la actualidad los pequeños agricultores se benefician de un “avance significativo en la política”, por la persistencia en el poder de gobiernos de diversas versiones de izquierda, pero a la vez son desplazados de sus tierras por “la ofensiva de la corporaciones transnacionales”. Es que ya no se libra una disputa entre minifundistas y latifundistas, como en el pasado, sino entre los primeros, dedicados a la agricultura familiar, y las grandes empresas de semillas, agroquímicos y exportadoras que son proveedores y clientes de los agricultores de mayor tamaño que apuntan a los mercados externos, según describió la delegada chilena Soledad Alvear. Montón citó al ministro de Economía argentino, Axel Kicillof, al señalar que el 60% de la renta agrícola argentina queda en manos de esas “corporaciones”. “Las élites del campo chocan con el Estado, pero están subordinadas a esas multinacionales”, añadió el dirigente de la provincia argentina de Mendoza.

El dirigente anfitrión reclamó una “reforma agraria integral, que no solo consiste en que la tierra sea para el que la trabaja sino una vuelta al campo de las familias que se fueron a las periferias de las ciudades”. Si bien reconoció que esos habitantes de los suburbios ahora perciben las “ayudas sociales” de los Gobiernos de variados colores, Montón opinó que podrían gozar de una “vida más plena” si volviesen a sus orígenes.
Claro que esas subvenciones se financian en buena parte con los ingresos que provienen de la exportación de granos, petróleo y minerales. ¿Hasta que punto esto supone una contradicción para estos campesinos que apoyan Gobiernos como los de Venezuela, Brasil, Argentina o Bolivia? Montón admitió que “las corporaciones” cuenta con “poder para abastecer el mercado interno y la exportación” y por eso “condicionan la democracia”, pero opinó que es hora de enfrentarlos para evitar “retrocesos de los movimientos progresistas y populares”. El diputado kirchnerista Remo Carlotto, que prestó instalaciones del Congreso argentino para la conferencia de prensa, reconoció que “hay que trabajar sobre las contradicciones de los procesos populares, como que una de las principales exportaciones sea la soja, que utiliza el glifosato”, un herbicida recientemente cuestionado por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

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Miles de campesinos mexicanos marcharon el pasado marzo a la capital de su país contra la reforma energética del Gobierno/EFE

 

La chilena Alvear mencionó que “el fuerte extractivismo de recursos naturales provoca disputas por el agotamiento de las fuentes de agua y por la contaminación”. También criticó la construcción de presas hidroeléctricas y el patentamiento de semillas, un asunto que también está enfrentando a las multinacionales de agroquímicos con grandes y medianos agricultores en países como Argentina. Llamó entonces a “recuperar el territorio, especialmente el indígena” para evitar la migración no solo a las ciudades sino también a grandes fincas de exportación como empleados golondrina.

Precisamente, este asunto del trabajo temporario, muchas veces en condiciones precarias y en algunas oportunidades rallanas a la esclavitud, iba a ser adordado en la asamblea de jóvenes de la CLOC que comenzó este viernes y finalizará este sábado, como anticipo de lo que será el congreso continental. “Los jóvenes somos mirados como fuerza de trabajo o no servimos para nada, pero no somos mercancía”, expuso en la rueda de prensa el delegado juvenil argentino José Cuéllar. “Como decimos en Santiago del Estero (provincia del noroeste de Argentina), las chinas (las jóvenes) se van para la prostitución y los changos (los jóvenes) para peones golondrina. También hay muchos que se van a las grandes ciudades. Hay muchos jóvenes paraguayos en el Gran Buenos Aires (periferia). Ya hemos perdido parte del territorio. Cuando vienen los atropellos (desalojos), es fuerte para las familias porque los padres crían a sus hijos para que se queden trabajando la tierra…”, describió Cuéllar. Después del encuentro de jóvenes, el domingo y el lunes será el turno de las mujeres, que pelean contra el machismo en las zonas rurales, según expusieron Alvear y la dominicana Juana Ferrer.

En la lucha campesino latinoamericana hay mucha heterogeneidad. “En algunos países se dan procesos incipientes, en otros hay un recorrido largo como el Movimiento Sin Tierra de Brasil y están aquellos como Paraguay donde el proceso se ha detenido”, se refirió Alvear a la destitución del Gobierno del exobispo Fernando Lugo, promotor de la reforma agraria, en 2012.

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Sobre el blog

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Sobre el autor

Alejandro Rebossio es periodista. Su especialidad es la economía y trabaja en la corresponsalía de El País en Buenos Aires. Coautor del libro Estoy verde. Dólar, una pasión argentina (Aguilar) y Vaca Muerta (Planeta) junto con Alejandro Bercovich.

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