"No nos acostumbramos al sacrificio de corto plazo"

Por: | 20 de julio de 2015

En nuestra serie de entrevistas a economistas argentinos antes de las elecciones presidenciales de su país toca el turno de Nadin Argañaraz, que a sus 47 años asesora a uno de los dos candidatos de las primarias de la alianza peronista opositora Unidos por una Nueva Argentina (UNA), José Manuel de la Sota. Argañaraz es de la provincia de Córdoba, la que gobierna De la Sota, la segunda más poblada de Argentina. Allí se graduó de economista y después se doctoró en Buenos Aires en la Universidad del Centro de Estudios Macroeconómicos de Argentina. Entre 1988 y 2008 investigó en la Fundación Mediterránea, la cuna de pensamiento de Domingo Cavallo, el que fuera ministro de Economía del ajuste fiscal y las privatizaciones en Argentina en los Gobiernos del peronista Carlos Menem (1989-1999) y del radical (centrista) Fernando de la Rüa (1999-2001). Pero Argañaraz solo fue consultor del Ministerio de Economía entre 1992 y 1996. También asesoró a organismos de la ONU y en la actualidad preside el Instituto Argentino de Análisis Fiscal. En uno de sus viajes de campaña para las elecciones primarias de voto obligatorio del próximo 9 de agosto, Argañaraz habló en Buenos Aires sobre la economía de su país y las del resto de Latinoamérica.

 

Pregunta. ¿Cómo está la economía argentina?

Respuesta. Desde hace ocho años tiene una inflación promedio del 27% anual. Estamos entre las dos economías con mayor inflación del mundo. En parte por eso, hace cuatro años que la economía está estancada. Quedó atrás el crecimiento a tasas chinas (de los primeros años del Gobierno kirchnerista, que comenzó en 2003). Por eso la economía argentina en el primer trimestre de este año dejó de crear empleos. Tenemos un sector público que es el generador de empleo desde hace seis años, pero que con suerte alcanza para compensar la caída del empleo privado. La economía argentina está en estanflación (estancamiento e inflación alta). Cuando ‘vos’ la ‘comparás’ con otras economías de la región, en general uno ve que países como Brasil o Chile pueden verse perjudicados por la caída del precio de las ‘commodities’ (materias primas), que ahora están recuperándose. Para toda la economía latinoamericana pasó el periodo de términos del intercambio (relación entre los precios de los productos exportados y los de los importados) muy favorables y todos los países tienen que ir acomodándose a un escenario distinto. Pero cuando uno mira Brasil, ve que la tasa de inflación apunta al 7,5% u 8%, no va a cumplir con la meta y está tomando medidas. Nosotros nos alegramos con una inflación del 27% porque el año pasado tuvimos 35%. Estamos mal parados respecto de otras economías.

P. Pero algunos países vecinos también están mal…

R. Brasil está en recesión. Este año puede caer 1,5% su PIB. Como estamos tan interrelancionados, eso nos afecta mucho. El 20% de nuestra exportación va a Brasil. Casi toda la exportación industrial, que en su mayoría son automóviles, va allá. Además, la política de atraso (apreciación) cambiario que este Gobierno (el de Cristina Fernández de Kirchner) ha llevado adelante nos está dejando con bastante complicaciones de actividad en exportaciones de frutas, de otras economías regionales (provinciales) y de la industria. Estamos perdiendo mercados que serán difíciles de recuperar. La visión del Gobierno es que no exportamos porque está mal Brasil. No es así. También influye una presión tributaria fenomenal. Todo lleva a esta economía que no pueda salir del estancamiento.

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Nadin Argañaraz, asesor económico de uno de los candidatos presidenciales del peronismo opositor, José Manuel de la Sota/UNA

 

P. ¿Qué rescata de estos 12 años de economía kirchnerista?

R. Desde el análisis económico no tengo mucho para rescatar. Tuvimos la oportunidad de encaminar a Argentina hacia un país que en 2035 sea estable, con pleno empleo formal y con buenos indicadores educativos. Seguramente algunos aprovecharon el crecimiento a tasas chinas, pero no desbordó para todos. Hoy no tenemos fondo anticíclico (de ahorro en tiempos de bonanza para compensar los de crisis). El excedente de ingresos que tuvimos en estos años por el precio de la soja fue de 80.000 millones de dólares. ‘Imaginate’ si podríamos haber usado todo eso para generar condiciones de desarrollo económico hacia el largo plazo. Hoy tenemos al productor de soja que a lo mejor hizo un montón de inversiones inmobiliarias…

P. ¿Qué es lo poco positivo que rescata?

R. El tema de la deuda. Hoy ‘tenés’ un ratio de deuda pública en manos del sector privado del 15% del PIB. Pero para poder aprovecharlo, para abrir la puerta al financiamiento, al que muchos ven como la gran llave para salir del estancamiento con inflación, vamos a tener que arreglar con los ‘holdouts’ (acreedores que rechazaron la reestructuración de 2005 y 2010 y que litigan sobre todo en la justicia de EE UU). Pero a mi criterio no nos hemos desendeudado. Estamos igual de endeudados que antes. Hicimos un cambio de acreedores: que el Banco Central haya pasado a ser el principal acreedor del Tesoro no es una buena noticia. El año próximo el presidente que venga deberá asumir el primer vencimiento de la letra intransferible que le colocamos al Banco Central para cancelar la deuda al Fondo Monetario Internacional (FMI, en 2006). ¿Le va a pagar los 10.000 millones de dólares, para lo cual habría que endeudarse, o le dará otro papel a no sé cuántos años de plazo? Claro que sería peor que tuvieras una deuda del 50% del PIB con el sector privado.

P. ¿Un Gobierno de De la Sota implicaría un regreso del peronismo al neoliberalismo de los tiempos de Menem, cuando él fue embajador en Brasil, senador y gobernador de Córdoba?

R. No, en absoluto. De la Sota no se siente identificado con eso, más allá de que haya compartido el espacio político. De la Sota no propone ni el neoliberalismo ni un Gobierno que se dice progresista pero tiene una tendencia de izquierda. Él propone un gobierno de centro en el que se recupere el diálogo social, con un modelo de desarrollo claro y que integre a todo el país, con una economía que busque el pleno empleo formal. Esto para nada se identifica con el neoliberalismo. Este Gobierno sí hizo bien lo relacionado a la ciencia y la tecnología, y hay que consolidarlo.

 

P. ¿Cómo ve al resto de la economía latinoamericana?

R. En América Latina no nos hemos acostumbrado al sacrificio de corto plazo para el beneficio de largo plazo. Perú ha tenido cambios significativos en lo macroeconómico. El hecho de que tenga una inflación del 2,5% anual y una economía cada vez menos ‘dolarizada’ muestra que hizo un esfuerzo grande, pero prima la visión de corto plazo y nunca genera las condiciones para el desarrollo. Venezuela está en un extremo, junto con Argentina, de vivir el corto plazo independientemente del largo. Chile es una economía más estable en el sentido de que tiene un fondo anticíclico, es ordenada, previsible, con reglas de juego claras, pero tiene cuestiones educativas importantes por resolver. Economías como la chilena están más preparadas para un desarrollo económico sostenible, que es el desafío que sigue vigente para toda Latinoamérica.

P. ¿Qué opina de Brasil y México?

R. No sigo tanto la economía mexicana. Brasil aplicó últimamente la receta de libro. Si se van dólares, deja que se devalúe el real. Brasil tuvo durante años el dólar a dos reales, cuando antes estaba a tres. Hay cambios importantes como el hecho de que la gente haya podido salir de la pobreza, pero es un gigante que no logra consolidar su posición por problemas de falta de visión de largo plazo, de consenso. Brasil saldrá adelante con este plan de ajuste que está haciendo, se va a acomodar, pero es posible que vuelva a tener una situación como la actual dentro de unos años porque no hay un camino.

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Sobre el blog

Novedades, tendencias y debates sobre el devenir de la economía y el desarrollo de Latinoamérica y los latinoamericanos.

Sobre el autor

Alejandro Rebossio es periodista. Su especialidad es la economía y trabaja en la corresponsalía de El País en Buenos Aires. Coautor del libro Estoy verde. Dólar, una pasión argentina (Aguilar) y Vaca Muerta (Planeta) junto con Alejandro Bercovich.

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