Una botella de vino: 660 l. de agua

Por: | 01 de marzo de 2010

Contenedor de vino australiano yellow tail.  
¿Cómo sería la cata ecológica de un vino? Con los datos medios del Análisis de Ciclo de Vida (ACV) de una botella de vino de las denominaciones de Aragón y de La Rioja(1) realizado por el equipo de Alfonso Aranda, en el Centro de Investigación de Recursos y Consumos Energéticos (CIRCE) de la Universidad de Zaragoza, el resultado podría ser el siguiente:

El hipotético catador miraría al trasluz la copa, acercaría la nariz al borde, se la llevaría a los labios y luego identificaría uno a uno todos los recursos utilizados o las emisiones generadas en el cultivo de la vid, en el proceso de bodega, en el transporte de esta exquisita bebida hasta la tienda y en el posterior tratamiento de la botella vacía como residuo.

Tras analizar el color del caldo debería deducir que sólo esa botella de vino (de 750 centilitros) ha requerido de 1 kilo de uva. Con su experto olfato tendría que identificar el aroma de los 0,33 litros de gasóleo que los investigadores de la Universidad de Zaragoza calcularon que se utilizan por cada botella en carburante para el tractor durante el cultivo de la vid y luego en el transporte para la distribución del vino. O a continuación, al saborearlo, debería identificar las reminiscencias acuáticas de los 660 litros de agua, de media, requeridos por los viñedos en forma de riego y lluvia (al 50% cada parte) para producir el vino de una sola botella. Seguro que le costaría más el deducir los cerca de 1,4 kilos de CO2 generados(2) tanto en la fermentación como por el consumo de energía, o los 8 gramos de azufre producidos también por el uso de energía.

Afortunadamente, el gusto del gasóleo utilizado no se queda impreso en el vino como ocurre con la madera de las barricas en la bodega. Pero estos Análisis de Ciclo de Vida como el llevado a cabo por los investigadores aragoneses resultan muy interesantes para mejorar la eficiencia de procesos productivos. En este caso, puso sobre la mesa la importancia para una botella de vino de las denominaciones de Aragón o La Rioja del gasto de agua para las plantas y del consumo de carburante durante el cultivo y el transporte. “Si queremos mejorar la eficiencia energética de nuestra botella media, la bodega es el último sitio donde actuar, al contrario de lo que suele ocurrir”, incide Alfonso Aranda.

Conocer esta información resulta también esencial para saber lo que hay detrás de las cosas que nos rodean. E incluso para apreciar aún más el valor de un buen vino. Además, puede darnos grandes sorpresas. En 2007, los estadounidenses Tyler Colman (Dr. Vino en la blogosfera) y Pablo Päster (bloguero de Treehugger) calcularon la huella de carbono (CO2 emitido en su ciclo de vida) de tres botellas de vino distintas consumidas en Chicago (EEUU): un yellow tail (un exitoso vino australiano con un canguro en la etiqueta -el del contenedor de la foto-), un Coulée de Serrant (un prestigioso vino francés del Loira) y uno del valle californiano de Napa (que se vende desde la bodega directamente al consumidor).

Lo lógico sería que la botella descorchada en Chicago con una huella de carbono mayor fuese la que viene de más lejos por tener que recorrer más kilómetros y consumir por tanto más energía en el transporte. Sin embargo, encontraron justo lo contrario. La botella australiana mostraba una huella de carbono de 3,44 kg de CO2, la francesa de 2,12 kg y la estadounidense de 4,5 kg.

La explicación es que la australiana viajaba 33 días en barco hasta Los Ángeles y luego iba en camión o en tren hasta Chicago; la francesa cruzaba el Atlántico en contenedores refrigerados, junto a muchas otras, en un barco hasta Nueva Jersey y después era cargada en un camión; en cambio la californiana era empaquetada y enviada en un correo urgente por avión; todo un lujo, con muchas más emisiones.


(1) Los datos de una botella media pueden ser distintos en otras regiones con otras condiciones climáticas, tipo de cultivo, etc

(2) No se ha considerado el CO2 equivalente formado por los NOx derivados de los fertilizantes, por lo que la cantidad señalada puede ser menor que en otros estudios similares.

Hay 10 Comentarios

excelente información me ha dado le agradezco que haya gente con esa cultura y esa forma de explicar porque ha quien le guste los vinos sin duda esta página le interesara

Que excelente articulo fue un placer disfrutar de el, sinceramente no soy experta en el tema pero es algo a lo cual le presto mucho interés.

He visto que alguna persona pregunta acerca de los tapones de corcho, e otros también hablan de tapones sintèticos.

Informo de que hay ya algun estudio comparativo entre los diferentes tapones, mediante ACV.

Yo estoy haciendo mi tesis doctoral sobre la evaluación ambiental del sector corchero en Cataluña, y una de las partes que ya he realizado es un ACV de la producción de tapones de corcho natural para vinos tranquilos.

Esto es un crimen. Qué ZP prohíba la producción de vino en España y así nos alcanza el agua sin necesidad de trasvases de ríos. Eso, prohibición ya al vino. (Qué dejen la cerveza en paz.)

Muy interesante el blog. ¿Dónde podemos hacer sugerencias para futuros artículos? Con todo lo que está lloviendo este año, me gustaría leer algún artículo de los pozos de recuperación de aguas pluviales.
Muchas gracias y enhorabuena por este blog!

No entiendo el computar como consumo el "agua de lluvia", mientras que sí considero lógico hacerlo con el agua de riego. Existen muchísimos viñedos que no se riegan.

Tomo nota, GCC. Gracias.

Sr. Álvarez ¿Por qué no un artículo sobre el tapamiento natural de las botellas de vino, el corcho?

El vino se ha convertido en un caso de consumismo no siempre racional. Me imagino que, aparte de las emisiones en el transporte, los procesos químicos a los que son sometidos los caldos tienen algún impacto en el medioambiente, como el uso de pesticidas en los viñedos. Luego está el tema de los corchos de silicona, que no sé hasta qué punto contribuyen de alguna manera a preservar el medio ambiente.

Encuentro este blog entretenidísimo y muy educativo, ójala hubiera más así.
En el estudio me hubiera gustado que se reflejaran los pesticidas y abonos que si no me equivoco sson bastantes, pero bueno, está muy bien esta visión.

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Ecolaboratorio

Sobre el blog

Como si mirásemos por el ocular de un microscopio, Ecolaboratorio es un blog ambiental que trata de ver más de cerca todo aquello que nos rodea. En este particular laboratorio se buscan respuestas a las cuestiones más enrevesadas que nos asaltan de forma cotidiana.

Sobre el autor

Clemente Álvarez

(Madrid, 1973) es un periodista especializado en medio ambiente y ciencia. Colaborador de El País desde 2004, le entusiasma mezclar elementos de la ecología con reactivos de la energía y la economía, aunque la fórmula pueda resultar inflamable.

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