¿Una botella de agua más ecológica?

Por: | 14 de mayo de 2010

Nueva garrafa de 6,25 litros con un 25% de PET reciclado. Empieza a llegar al mercado español un tipo de botella de plástico con una importante novedad: por primera vez, algunos envases para bebidas incorporan Polietileno Tereftalato (PET) procedente de las plantas de reciclado, es decir, plástico que en una vida anterior ya fue una botella.

Esto estaba prohibido hasta hace muy poco en España para los envases en contacto con alimentos y ha sido un cambio legal de hace dos años lo que ha desencadenado una modificación que tiene más implicaciones de lo que parece. Hasta el momento, esta imperceptible metamorfosis ha comenzado por la sección de agua embotellada de los supermercados: Primero ocurrió con botellas de 1,5 litros de Font Vella, en julio de 2009, pero ahora le han seguido de forma muy reciente todos los envases de plástico de la marca Veri y una nueva garrafa de 6,25 litros de Font Vella, lanzada al mercado con el nombre de “ecoligera”.

A diferencia de la industria del vidrio o del papel, donde un producto al final de su ciclo de vida constituye materia prima que puede volver a ser reintroducida al principio del proceso de fabricación, hasta ahora las botellas de plástico PET que acaban en el contenedor amarillo para ser recicladas sólo podían ser reaprovechadas en otros sectores muy distintos. Como detalla Ecoembes, la empresa que gestiona los residuos de envases, hoy en día un 65% del PET reciclado se destina a lámina, un 30% a fibra y cerca de un 3% a fleje. Lo que traducido significa que una botella de plástico PET que se recicla acaba fundamentalmente formando parte de embalajes para juguetes, aparatos electrónicos u otros productos (lámina), así como moquetas de oficina o ropa (fibra), o en menor medida, precintos (fleje).

El cambio en la legislación española para adecuarla a la europea, a través del Real Decreto 866/2008, permite ahora cerrar el círculo y que una botella de Polietileno Tereftalato reciclado (R-PET) de una empresa de bebidas sea aprovechada para fabricar otra botella para bebidas. Esto encaja en el concepto “de la cuna a la cuna” planteado en el libro “Cradle to cradle” por el químico Michael Braungart y el arquitecto William McDonough, que defienden que los productos sean concebidos desde el principio para que al llegar al final de su ciclo de vida se pueda reincorporar una y otra vez al comienzo del proceso. La realidad es que esto no ocurre con muchos de los productos generados por una planta de reciclado, lo que a veces supone un verdadero problema para encontrar una salida a algunos materiales reciclados, en especial, en momentos de crisis económica como el actual. Por cierto que, según Braungart y McDonough, el fabricar una moqueta a partir de botellas de refrescos es sólo infrareciclar (downcycling), pues entienden que lo único que se logra es posponer su eliminación o su llegada a un vertedero.

“Nuestro objetivo es llegar a cerrar el ciclo de los envases para tener que introducir la menor cantidad de plástico virgen en la fabricación”, comenta Xavier Vidal, responsable de Sostenibilidad de la marca Font Vella (perteneciente al grupo Danone). “En unos 5 ó 10 años vamos a ver cosas muy interesantes”.

Por ahora, el máximo porcentaje de plástico reciclado incorporado en una de estas nuevas botellas es de un 25%, siendo ésta una limitación técnica que se espera superar. Además, aunque ya hay recicladores españoles que han pedido la homologación a la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), todavía no hay ninguno autorizado para vender PET reciclado que pueda ser utilizado en contacto con los alimentos (lo que, según Ecoembes, obliga a llevar a cabo un proceso de descontaminación conocido como super-cleaning). Así pues, el plástico reciclado utilizado en las botellas lanzadas al mercado español procede, de momento, de plantas de otros países, como Francia o Alemania.

Utilizar el equivalente reciclado en lugar de un material virgen suele suponer, casi siempre, importantes ventajas ambientales. Pero para que esta sea una opción realmente competitiva lo interesante es conseguir que esto tenga además un coste inferior para el fabricante. Este no es el caso aún de las nuevas botellas. “Hoy por hoy, el precio del PET reciclado es un poco superior al PET virgen, pues hay muy poco mercado”, especifica el representante de Font Vella, que destaca ante todo las ventajas ambientales: “Un kilo de PET reciclado requiere emitir del orden de seis veces menos CO2 que otro de material virgen a partir de petróleo”.

Entendiendo que lo primordial para este tipo de productos es que el contenido de la botella no se vea afectado por sustancias químicas que puedan migrar, esta transformación de los envases de plástico constituye una innovación muy interesante para el medio ambiente. En el caso de la nueva garrafa de 6,25 litros de Font Vella, esto ha venido acompañado además de un diseño especial que reduce en un 22% la cantidad de plástico utilizado en su fabricación y que permite optimizar mejor su transporte en camiones. En resumen, toda una serie de importantes mejoras ambientales que se han traducido en una reducción del 40% del precio final que paga el consumidor con respecto a las garrafas antiguas (una considerable bajada que demuestra también lo mucho que supone el envase en el precio final de un producto, en especial si lo que lleva dentro es agua).

Todo esto ha llevado a la marca Font Vella a colocar en el etiquetado de su nueva garrafa la denominación de “Ecoligera”, junto a las palabras “+económica”  y “+ecológica”. Y es aquí donde surge una vez más la controversia por cómo la publicidad y los mensajes comerciales utilizan en España este tipo de mensajes ambientales. ¿Se debe utilizar el prefijo “eco” o la palabra “ecológica” en la etiqueta de una botella de agua (sin especificar además que se está hablando del envase y no del contenido)? “Cuando ponemos este mensaje lo que queremos decir simplemente es que resulta más ecológica en relación con nuestras garrafas antiguas”, apunta Vidal.

Son muy numerosas las denuncias de las organizaciones de consumidores por el uso indiscriminado de apelativos como "ecológico" o "eco" en la publicidad, siendo uno de los casos más recordados cuando el grupo Danone fue obligado a cambiar el nombre de sus yogures "Bio" (que ahora se llaman "Activia"), tras regularse el uso de estas denominaciones para los alimentos procedentes de la agricultura y ganadería ecológica a través del Real Decreto 1852/1993. Del mismo modo, el Ministerio de Medio Ambiente lanzó el año pasado un código de buenas prácticas para intentar poner orden en la publicidad, en especial la de automóviles y energía.

Seguramente, el caso de la garrafa "ecoligera" no hubiera llamado tanto la atención si no se tratara de agua envasada, señalada por muchos sectores ambientalistas como un despilfarro de recursos frente al agua de grifo. "Nosotros no nos comparamos con el agua de grifo, pues es otro producto distinto", se defiende Vila. "Nuestra agua no está tratada y tiene una composición química constante, justo lo contrario que el agua de grifo. Es otro producto muy distinto. Que sea el consumidor el que elija".

¿Merece el bueno diseño de un envase que tiene verdaderas ventajas ambientales llevar la denominación "+ecológico" o es este un mensaje engañoso que puede confundir al consumidor sobre las cualidades del producto? ¿Vosotros qué opináis? 

Hay 44 Comentarios

No se olviden qu eestamos hablando de un derivado del petroleo como es el famosa PET (poli etilen tereftalato) y que para formar o soplar una botella hacen falta 35 kg de presion de aire, y que para que un compresor de este calibre funcione deben las empresas contratar más energia, por ejemplo para fabricar en una hora 2500 garrafas de 5 lts hacen falta 300 kwh, o sea que por un lado es eco y por el otro, más consumo electrico,más contaminacion de las centrales electricas,más etc....

A ver, que parece algo turbia la escena.
1: Beber agua de grifo no puede, en mi opinión, compararse en términos de sostenibilidad al agua embotellada, sería como decir que en vez de comer lechuga comprada en el mercado, es mejor comer césped de un parque. Ojo con los radicales fanáticos...

2: Envasada se escribe con V, en castellano.

3: Para el caso concreto que nos concierne, el de la botella de FontVella, cabe destacar que el esfuerzo técnico por parte de la empresa (es muy valorable q una empresa invierta en I+D+i en España, y que además abogue por una buena causa) es loable. Imagino que muchos no saben o no quieren considerar las limitaciones técnicas a día de hoy del PET... En cualquier caso el estímulo es válido. La utilización con fines comerciales de esa novedad en su envase es otro tema(lo de la optimización mucho me temo que es algo bastante más sencillo que corresponde a principios matemáticos más sencillos), pues como marca, les interesa q la gente valore esa aportación (de lo contrario NADIE sabría ni vería la diferencia), y para ello se valen de las pocas herramientas de las q dispone el diseño gráfico de cara a la ecología: color verde y el prefijo ECO-. Las personas, automáticamente asocian el color verde a lo natural, es decir, al respeto por al naturaleza y el ECO- a la eliminación de un impacto ambiental. Es correcto. Si la gente estuviera más informada, no haría falta abusar, sabría mejor lo q compra, y las empresas podrían focalizarse más.

Espero haber aportado una visión algo más objetiva sobre el asunto.

De "eco" no tiene nada y de "ligera" tampoco. Está demostrado que el consumo mas responsable y ecológico es beber agua del grifo. Comprar estos garrafones supone poner en circulacion miles de camiones que emiten una cantidad enorme de CO2 a la atmosfera. El agua embotellada, mal que les pese a los fabricantes, CONTAMINA el medio ambiente. Si quereis ser consecuentes con el medio ambiente, consumid agua del grifo, y si consumis agua embotellada no seais tan ingenuos de pensar que es eco-lógico.

Yo creo que la clave de la sostenibilidad está en consumir menos. Mucha gente no tiene acceso a agua potable al abrir el grifo, si nosotros sí, ¿porqué comprar agua embasada?. Si el sabor o la pureza nos preocupa, también están los filtros purificadores, como alternativa. Aunque como siempre ocurre, abría que analizar el consumo de recursos que requiere su fabricación, pero en principio parece una alternativa más ecológica...Gracias por la entrada, muy interesante.

Yo diria que no entendemos bien lo que significa sostenibilidad medioambiental,
Muchos reclaman los productos reutilizables, sin pensar el impacto que generan las aguas residuales de limpiar esos envases, mas la polución y consumo de combustible (no renovable) como consecuencia de todos los camiones que recogen esos envases vacios.
Los hay que siempre están dispuestos a sospechar que les engañan en aquellos productos que no les interesa consumir, pero no hay ningun problema en el coche, la lavadora, los móviles, los pañales, los fantásticos viajes de vacaciones .....y un largísimo sin fin de los productos/servicios que nos ofrece la sociedad actual.
Los hay en contra de todo y lo ideal sería volver a la edad media, y dejar de hacer todo o casi todo.
No solo se trata de oponerse a todo, se trata de hacer esfuerzos, gestos y pensar de forma inteligente cómo podemos conseguir hacer las cosas para que nuestros hijos tambien puedan disfrutar de la vida en este planeta.
Si el PET reciclado es una de las via, pues bienvenido sea.
Para acabar, el agua del grifo es maravillosamente sostenible por eso cada ciudadano de este pais gasta unos 200Lt/dia : Nos duchamos todos los dias con jabon ( que no contamina, por lo visto), fregamos a grifo abierto, tiramos continuamente de la cadena del váter, lavamos el coche, regamos nuestro fantástico jardin, .... y todo esto sin ningun problema de conciencia medioambiental cuando hay millones que no tienen acceso al agua para beber. Somos la leche con nuestra conciencia!


Bueno, y me pregunto yo varias cosas viendo los posteos de la gente. La mayoría no sabe de los sistemas productivos, asi como de distribución y almacenaje, que tiene el PET para compararlo con el vidrio retornable, para demonizar un material con cierto critero. A eso ayuda blogs de cuatro meapilas que no profundizan sobre los sistemas productivos basándose en obviedades, enseñando lo malo pero descartando el lado bueno.

Este envase lleva un porcentaje de material reprocesado o reciclado, y esa parte no se le vuelve a expoliar de la materia prima, por lo tanto, guste o no es respetuosa con el medio ambiente, ya que rebaja el material virgen en su composición sin perder propiedades en la botella. Llamarla ecológica o no es otro cantar.

Otra cosa, sabéis que las botellas de PET antes de ser botellas, son preformas, que ocupan 10 veces menos espacio que el envase soplado, por regla general. Esto último es un invento logístico., ya que permite transportar grandes volúmenes de material, y soplarlo en casa del cliente, como parte del proceso de llenado. Os pongo un ejemplo, en un camión trailer entran 52 palets. Si son de botellas de un volumen de 1.5 l de vidrio, como mucho puede llevar 50000 botellas, el camión básicamente transporta aire. Pero si llevan 52 palets de preformas de PET, llevan casi medio millón de unidades. Esto no se sabe, a que no, uséase que si usted quiere llevar la misma cantidad de botellas de vidrio que de preformas, el camioncito tiene que hacer 10 viajes, que si no recuerdo mal, lleva un motor de combustión que expulsa CO2 a la atmósfera, unos de los responsables del cambio climático. Estamos tan seguros que el vidrio retornable es la panacea. Los costos de su transporte, tanto económica o de impacto medioambiental son muy elevados respecto al PET.. No olvidemos que los hornos de las empresas vidrieras requieren mucha más energía para funcionar que la inyectoras/sopladoras de PET.

Me hace gracia los antiplastiqueros, porque si no fuera por los plásticos los coches pesarían un 40% o 50% más y serían pozos sin fondo consumiendo carburante, y expulsando a la atmósfera los restos de su combustión. El aligeramiento de todos los autos, que ha supuesto una gran eficiencia en el costo de consumo/prestaciones ha sido gracias al plástico, en su multitud de formas.

Habría que ver la huella energética de una botella de vidrio respecto a una de PET, y a partir de ahí opinar con cierto fundamento. Habría que ver los costos medioambientales del transporte, transformado y distribución. Y a partir de ahí hacernos una idea seria, no la que la mayoría del personal tiene, plástico malo, vidrio bueno.

Ya dije antes que la industria del PET está buscando envases donde el reprocesado sea el 100% la composición del envase. Incluso en Alemania se está probando con un PET que es retornable durante un número limitado de usos, y que luego pasará a ser reprocesado, para introducirlo de nuevo en la cadena productiva de envases de PET

Marketing, ¡puro marketing!
Por un lado está bien que empiezan algunas empresas acciones de este tipo pero es vergonzosa la lentitud de la legislación y en ocasiones, su torpeza...

Vaya tomadura de pelo. Donde va al final esa botella de plastico? a los vertederos, porque lo que han hecho es encontrar un uso más en el ciclo de vida del plastico, que al final terminara como ultima utilización en bolsas que contaminaran el planeta.
Que yo sepa la unica botella que se puede realmente reciclar porque de una vieja, sale otra nueva, una y otra vez, es la botella de vidrio. Por tanto que ni Veri ni Font-vella ni el sunsun cordan intenten manipuarnos y engañarnos.

El agua del grifo no es una alternativa en la mayoría de los municipios españoles, pues es desagradable al paladar, además de la cantidad de depósito sólido que conlleva a la larga para el organismo. Sí es una solución purificar nuestra propia agua cada familia en casa. No es una solución cara, pues a corto plazo se genera beneficio, sobretodo para la salud, además de obtener un agua de gusto impecable. El único coste (además de la instalación inicial, por supuesto) es el cambio de filtros, que se compran en los grandes almacenes y son fáciles de cambiar. El coste de los purificadores por osmosis inversa han ido bajando de precio (yo cuando me lo instalé era bastante caro, ya que además me instalé un descalcificador general, maravilloso), hoy en día son asequibles para casi todo el mundo, calculen si no el gasto en agua embotellada que puede tener una familia de cuatro miembros.

Hace unos días vi a una prostituta ofreciendo sus servicios en plena calle, como es muy habitual hoy día y desde que tengo uso de razón. La novedad es que se anunciaba así misma como "la prostituta ecológica", a saber porqué se consideraba así misma ecológica, quizá reutilizaba condones...
Desde hace años las empresas quieren aumentar las ventas anunciando sus productos y servicios como ecológicos, sin que nadie ponga coto a esto, sin una certificación oficial o sello de calidad ecológico que garantice que esa empresa cumple con ciertos requisitos, procedimientos etc. Así, hoy día todo es ecológico si eso nos ayuda a vender más, porque todo se basa en el consumo, mejor dicho, todo se basa en el aumento del consumo -leed por favor
http://tecnologiamable.blogspot.com/2008/12/cabezas-de-gambas-y-pipos-de-aceituna.html

Si hay algo en España poco responsable desde el punto de vista ecológico, poco sostenible económicamente y desde luego, en el 90% en absoluto necesario, es el consumo de de agua embotellada. Los productores nos han ganado la partida y nos han convecido de lo saludable, necesario y cool que es ir a todos lados con la botellita en la mano. Un triunfo del marketing, por supuesto, pero un fracaso del sentido común.
Peor aún, en un restaurante te ofrecen cartas de aguas -todo lo que les ayude a engrosar la factura final bienvenido sea- y si pides una jarra de agua poco menos que te miran mal, te la ponen a regañadientes o no te la sirven, porque no. Ofrecen botellas de aguas envasadas en botellas de cristal decorados con motivos de joyería, aguas que dicen provenir de glaciares a no sé cuántos miles de metros de altura, de icebergs, de agua de lluvia recogida en la corona de volcán Mauna Kea, del coño de la Bernarda... Y los más snobs, horteras o sencillamente imbéciles la compran, como antes pedían un vino determinado o un aceite especial, en la mayoría de lso casos sin tener mucha idéa ni de vinos ni de acietes, y aunque la tuvieran, da igual, sebasa casi todo en una engañifa colosal. Los snobs, los cool, los guay con pelas pican, para que se les vea en el escaparate, para que los demás sepamos que ellos pueden permitirse beber un litro de agua de cuesta 32 €. ¿Beberían esa misma agua en casa a solas? Obviamente no. Vivimos en un escaparate y se tiene que mostrar la horterada, la ostentación, la estupidez en último término.
Sempre habrá algún idiota, o cientos, o millones. Quizá la crisis tenga algo de bueno y nos ayude a discrimar mejor lo necesario de lo espureo, el grano de la paja.

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Sobre el blog

Como si mirásemos por el ocular de un microscopio, Ecolaboratorio es un blog ambiental que trata de ver más de cerca todo aquello que nos rodea. En este particular laboratorio se buscan respuestas a las cuestiones más enrevesadas que nos asaltan de forma cotidiana.

Sobre el autor

Clemente Álvarez

(Madrid, 1973) es un periodista especializado en medio ambiente y ciencia. Colaborador de El País desde 2004, le entusiasma mezclar elementos de la ecología con reactivos de la energía y la economía, aunque la fórmula pueda resultar inflamable.

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