Me gusta la leche de aquí

Por: | 04 de octubre de 2010

Brik de la marca francesa J'aime le lait d'ici. ¿Cuántos kilómetros recorre la leche antes de llegar a la mesa del consumidor? En los supermercados franceses se pueden encontrar hoy tetra briks con un llamativo mensaje: J’aime le lait d’ici (Me gusta la leche de aquí). Es la marca “militante” creada hace ahora un año por la principal comercializadora de este producto en Francia, Orlait, para fomentar el consumo de leche de ganaderos del país. Según la costosa campaña de publicidad puesta en marcha para su lanzamiento, se trata de leche para gente responsable y preocupada por el medio ambiente, pues se diferencia de otras por la proximidad de las vacas a los consumidores

El consumo de productos locales suele tener un impacto menor que el de aquellos que realizan largos viajes, aunque esto no es siempre así (como cuando lo que se mide es la huella hídrica). En el caso de la marca J’aime le lait d’ici, llama la atención que la distancia entre la explotación ganadera y el comprador fijada para estos cartones de leche sea de menos de 330 kilómetros, de media. Claro que, aquí, obviamente, la ecología es más bien una excusa. En verdad, la nueva marca forma parte de la respuesta de los ganaderos franceses a la entrada cada vez mayor de leche de otros países, especialmente, de Alemania.

La leche es un producto particular. Se trata de una materia prima de origen animal, muy regulada y muy sensible a los precios internacionales. Tiene un impacto especial en emisiones de efecto invernadero y en huella hídrica: producir un litro de leche requiere unos 1.000 litros de agua. Además, las mejoras en su conservación han hecho que se haya pasado de consumirla de forma local, e incluso recibirla fresca cada mañana en casa en algunos lugares, a que viaje por todo el planeta. En distancias no demasiado grandes se transporta a granel en camiones cisterna, pero puede llegar a cualquier punto del mundo en forma de tetrabrik, leche en polvo o elaborados como mantequillas o quesos. Y ya es fácil encontrar en el supermercado leche de ganadería ecológica certificada.

¿De dónde proviene la leche de vaca que se consume en España? Según datos de la Federación Nacional de Industrias Lácteas (Fenil), en términos globales, España produjo el año pasado 5,8 millones de toneladas en forma de leche y productos lácteos, y exportó 718.000 toneladas. Pero trajo de fuera 3,5 millones de toneladas, principalmente de Francia, y ahora, cada vez más de Alemania y otros países del norte de Europa.  Esto incluye, tanto la materia prima a granel o en brik, como los elaborados (medidos en toneladas equivalentes de leche), que tienen una gran importancia para el sector, pues un camión de quesos equivale a diez cisternas de leche. Desde el punto de vista económico y de generación de empleo, lo interesante es elaborar aquí el producto terminado, en lugar de traerlo de fuera.

Como explica Luis Calabozo, director de la Fenil, dentro de Europa, cada país tiene marcado un límite para la producción de esta materia prima, la llamada cuota láctea (que debe desaparecer en 2015). Paradójicamente, existen grandes diferencias entre los socios europeos. “España sólo puede producir suficiente para cubrir el 63% de su consumo, no hay más remedio que traer de fuera”, incide el director de Fenil, “en cambio Francia pueda producir un 30% más de la que necesita e Irlanda cuatro veces más”.

No hay suficiente leche para cubrir la demanda, pero los ganaderos españoles aseguran tener problemas para vender la suya. “Ese es nuestro caballo de batalla, no lo podemos entender”, comenta José Ramón Arronte, presidente de la Federación Española de Empresarios Productores de Leche (Prolec), que llama la atención sobre la fuerte presencia en España de cadenas de distribución francesas y alemanas. “Estas industrias de distribución están yugulando a los productores de aquí, con marcas de otros países y con las denominadas marcas blancas”, asegura.

Pese a todo esto, el que un producto provenga del propio país no significa que tenga que ser mejor ambientalmente. Si se mide por kilómetros hasta la mesa, el concepto de consumo local tiene que ver más con algunas máquinas que han comenzado a aparecer desde hace un tiempo en algunos municipios: expendedoras de leche fresca a granel (ver vídeo). Una de ellas, de la marca Mi vaca, está en Arturo Soria, esquina con José del Hierro, en Madrid. Por un euro los madrileños pueden llevarse un litro de leche fresca de una granja de Guadalix de la Sierra, a tan sólo 62 kilómetros de distancia. “Nosotros la pasteurizamos en la finca nada más ordeñarse y luego se lleva hasta allí en un termo frigorífico, en la máquina caben 280 litros”, explica María Antonia, desde Guadalix de la Sierra.

Esto sí que es consumo local, pues esta leche fresca debe consumirse antes de cinco o seis días; no hay tiempo para transportarla muy lejos. La pregunta es: ¿Gusta realmente la leche de aquí? “La gente no está todavía acostumbrada a la leche fresca, recién ordeñada, el sabor es más natural”, comenta María Antonia.

El veterinario y ganadero Francisco Sainz, de la lechería La Cántara, en Azoños (Cantabria), tiene doce de estas máquinas repartidas por municipios cántabros, la más lejana a 40 minutos de viaje. Como incide, este sistema tiene otra ventaja y es que el consumidor puede traer su propio recipiente, lo que permite ahorrar también un envase. “Este es el mejor sistema de venta cercana al campo, pero todavía hay poca conciencia ecológica”, subraya Sainz. “Estamos relativamente contentos, la gente no valora lo que se le ofrece a la puerta de su casa".

Hay 29 Comentarios

Que dificil es comportarse como un consumidor consecuente...sobre todo si eres español (del sur especialmente) y vas a comprar leche. Si consideramos, como dicen el el blog, que hacen falta 1.000 litros de agua para obtener un litro de leche...¿es lógico que se produzca leche en lugares donde no sobra el agua y no crecen pastos verdes ni por asomo?¿que es más perjudicial, el transporte de la leche o el impacto sobre los recursos de una vaquería intensiva? aunque por otra parte tampoco creo que el medio ambiente pese mucho a la hora de asignar cuotas. De todas maneras, ya puestos, vamos a apoyar a nuestros ganaderos, porque si no lo hacemos los consumidores nadie lo hará. Por cierto, tengo la suerte de poder tomar leche fresca "La colmenareña" (esa que venden en el Hiber en Madrid) a diario y jolines si se nota la diferencia.

"la leche de aqui" si, así nos ahorramos intermediarios y costes medioambientales... pero y ese cartoncito taaaaan complicado por no decir imposible de reciclar que?! Un apunte de branding: Incorpora tu cultura corporativa en cada detalle, recomiendo botellas de vidrio que además de poder ser reutilizadas después pueden ser recicladas ;)

Antes eramos más ecológicos. la leche que consumiamos era la que producía el campesino cercano repartida localmente, se hervía y se tomaba el mismo día. Luego se inventaron que tocaba procesarla, todo solo para beneficio del gran empresario y para contaminar más.

En Galicia ya existe una leite 100% galega "Deleite"

http://www.alimentoslacteos.com/

Muy bien, pues a comprar leche de la central lechera asturiana, que es de aquí y pasa los controles.

Muy interesante el post. Yo vivo en Barcelona y compro la President ecológica de granjas gallegas. Probablemente no se produzca cerca del consumidor (en este caso) pero es la única ecológica que conozco. Estaría genial que en Barcelona existieran los dispensadores y yo creo q tendría éxito.

En Madrid, los supermercados Hiber tienen leche fresca de la sierra de Madrid. De muy buena calidad. Yo empece a probarla hace un par de meses y no lo he dejado. Evitas cientos de km. de recorrido del producto, gasto en combustible, y favoreces la crianza de vacas en la sierra y el que se fomente la elaboracion de productos frescos y de calidad. Y en este supermercado, que yo sepa, traen un monton de productos carnicos, jamones, embutidos, etc., de Avila. Me parece un punto a su favor y prefiero pagar unos centimos mas si hacen las cosas bien. Solo faltaría que hiciesen lo mismo para evitar esparragos chinos, pimientos de sudamerica, etc... (utopia por el momento)

Yo soy de Segovia y he empezado a consumir leche Mesenor, que proviene de un pueblo a 25 km. de la capital. Mientras el precio siga siendo competitivo dentro de un margen razonable, la seguire usando.

Como estas maquinas expendedoras existen muchas en pueblos de Los Alpes, me parece una idea genial. Leche fresca, a buen precio, más sana, y pudiendo usar recipientes reutilizables, encima ayudas a los pequeños comerciantes locales. Se debería hacer campañas a favor de los productos nacionales, regionales o locales. Y los consumidores deberíamos pensar cómo sencillamente podemos ayudar al medio ambiente. Somos los únicos que podemos cambiar el mercado.

En Barcelona nuestro ayuntamiento ordenó quitar una de estas máquinas expendedoras de leche fresca. Estuvo poco tiempo y fue un éxito. Tal vez tambien hubo presión de otros distribuidores, pues me comentaron que fácilmente se vendian 800 litros a la semana. Es una pena! Ahora seguimos sin saber de dónde viene nuestra leche y tirando un envase por cada litro consumido...

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Sobre el blog

Como si mirásemos por el ocular de un microscopio, Ecolaboratorio es un blog ambiental que trata de ver más de cerca todo aquello que nos rodea. En este particular laboratorio se buscan respuestas a las cuestiones más enrevesadas que nos asaltan de forma cotidiana.

Sobre el autor

Clemente Álvarez

(Madrid, 1973) es un periodista especializado en medio ambiente y ciencia. Colaborador de El País desde 2004, le entusiasma mezclar elementos de la ecología con reactivos de la energía y la economía, aunque la fórmula pueda resultar inflamable.

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