Toallitas de papel o secador eléctrico

Por: | 08 de octubre de 2010

Secador eléctrico Saniflow de 2,25 kW. Es una de las grandes preguntas que uno se hace en unos baños públicos: ¿Toallitas de papel o secador eléctrico? ¿Qué es mejor desde el punto de vista ambiental para secarse las manos? 

Un estudio realizado hace unos años por la consultora Environmental Resources Management (ERM) para la marca británica de secadores eléctricos Airdri, compara 130.000 usos de estos dos sistemas de secado. Por un lado, poner las manos mojadas bajo el aire caliente producido por una máquina eléctrica durante 30 segundos. Por otro, coger dos toallitas de papel que acaban en una papelera. Un gesto y otro, frente a frente, repetidos hipotéticamente 500 veces por semana a lo largo de cinco años.

Habría que discutir si 30 segundos de aire de media o dos toallitas son la medida justa para secar bien unas manos: A veces la realidad resulta muy distinta. Lo que hace este trabajo es analizar los impactos ambientales de uno y otro sistema teniendo en cuenta todas las fases de su vida útil. En el caso del secador eléctrico, una máquina de 2,4 kW de Airdri modelo B-709, el estudio comienza considerando los efectos ambientales de la fabricación del aparato: 6,4 kilos de diferentes metales y plásticos, principalmente acero, aluminio, zinc y cobre. En cuanto al sistema de papel, contempla las consecuencias de producir toallitas de 3,79 gramos de media y de tipo C-Fold(1) y un dispensador de acero ligero (de 2,6 kilos), pero también la papelera de acero (de 6,2 kilos) y hasta una bolsa de basura de polietileno para cada día.

El principal impacto de producir los 30 segundos de aire caliente no está ni mucho menos en la fabricación de la máquina, sino en la electricidad necesaria para que el aparato funcione. Así pues, los efectos ambientales serán muy diferentes según el país donde se lave uno las manos, pues dependerá mucho de cómo se genere en cada sitio la energía (con centrales de carbón, ciclos combinados, nucleares o renovables(2)).

En lo que respecta a las toallitas, el impacto de la papelera y el dispensador resultan irrelevantes comparado con el resto. La mayor parte de los daños causados con este sistema ocurren por la fabricación de las toallitas de papel o por acabar estas en un vertedero (lo que genera gas metano).

La conclusión a la que llega este estudio es que la máquina resulta mejor para el medio ambiente en siete de las ocho categorías de impacto analizadas (cambio climático, acidificación, ecotoxicidad, toxicidad en humanos, nitrificación, capa de ozono o smog), obteniendo peores resultados sólo en una (degradación de los recursos). En el caso concreto del cambio climático, el trabajo considera que tras 130.000 usos el secador eléctrico habría generado cerca de 1,6 toneladas de CO2, mientras que las toallitas supondrían unas 4,6 toneladas.

Por supuesto, hay que tener en cuenta que este estudio fue encargado por una empresa de secadores eléctricos. Aún así, este trabajo pone de manifiesto dos cuestiones clave: Una es que la máquina puede reducir de forma considerable su impacto ambiental si la electricidad procede de fuentes renovables. La otra es que quizá la bolsa de basura diaria y la papelera de acero tengan una incidencia menor en el balance final del sistema de toallitas, pero su presencia en el baño resulta muy significativa: A diferencia de otros tipos de papel y cartón, como los embalaje o los de impresión, los tisú utilizados para secarse las manos no se reciclan, perdiéndose así una de las grandes ventajas ambientales de este material. Acabarán en un vertedero o en una incineradora, no pudiendo volver la celulosa al comienzo del ciclo.

También existe otra modalidad de secadoras eléctricas, de la marca británica Dyson, en las que se introducen las manos en una ranura donde reciben un chorro de aire frío a 640 km/h. Según asegura la compañía, estos aparatos pueden eliminar la humedad en tan sólo 10 segundos y no utilizan aire caliente, por lo que puede consumir un 80% menos de energía que un secador convencional. En cuestión de emisiones, un estudio realizado por esta empresa ha calculado que el modelo AB03 del secador de manos Dyson emite unos 900 kilos de CO2 a lo largo de toda su vida útil, que se estima en cinco años durante los cuales se realizarían 200 usos diarios.

Con todo, cuando se trata de comparar las máquinas con las toallitas, aquí los defensores del papel no esgrimen tanto argumentos ambientales, como de higiene. Los secadores eléctricos pueden contribuir a diseminar por las manos las bacterias que haya en los baños públicos. "Nosotros recomendamos el secado con papel", asegura Jesús Rodríguez Baños, médico del Hospital Virgen de la Macarena de Sevilla y miembro de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC), que también incide en que se desconoce hasta qué punto es esto importante. "Hay más datos de laboratorio que de espacios públicos y no sabemos si luego esto tiene una trascendencia grande", destaca.

Existen muchos estudios sobre higiene en el secado con conclusiones diferentes: los hay que afirman que no hay diferencias entre los distintos sistemas u otros específicos que recomiendan los secadores Dyson frente a los tradicionales de aire caliente. En cualquier caso, según este médico de enfermedades infecciosas, lo más importante es intentar salir de los baños con las manos completamente secas. "Hay muchas bacterias que colonizan muy bien los ambientes húmedos".


(1) El estudio analiza el impacto de las toallitas de papel, según cuatro bases de datos distintas y luego determina una media entre todas.

(2) El trabajo toma como referencia una media europea de la generación de electricidad.

Hay 43 Comentarios

Lo mas ecológico es bañarse las manos con un uso racional de agua, luego sacudiralas y secarse con la parte trasera de la camisa. Cuando yo puedo lo hago. que mas da?

Veo todos los dias un baño con acceso publico en mi curro. Gana por goleada la maquina de aire. El despilfarro de toallitas y la actitud gamberra de la gente seguro que no se ha tenido en cuenta en los calculos.

Con respesto a la cuestion de la higiene, Dyson tiene un estudio reciente dónde afirman que las bacterias se difunden no por el aire caliente, sino por frotar las manos, lo cual libera bichos de los poros ;)

http://www.DiseñoySostenibilidad.com

El artículo menciona que el papel no se recicla y blackball que el pomo de la puerta lo puede haber tocado algún marranillo. Por ambas dos cosas yo salgo del cuarto de baño de la empresa secandome las manos abriendo la puerta con el hombro y tiro el papel al contenedor de reciclaje del descansillo.

Lo mejor de todo. Llevar guantes de látex. Te los pones al entrar en el baño, haces de todo y cuando ya terminaste y vas a salir, tiras los guantes y te largas. Es lo que hacen en los quirófanos.

Hace ya tiempo, publiqué en mi facebook esta noticia:
http://desenchufados.soygik.com/que-es-mejor-el-secador-de-manos-electrico-o-el-papel/

Respecto al Higiene dice:

Secamanos: Remueve las bacterias y hongos que contiene el aire de la habitación y los proyecta sobre las manos. Según un estudio de la universidad de Westminster la contaminación de las palmas aumenta un 250% tras lavarse las manos y utilizar el ventilador.

Papel de manos: El papel logra reducir la cantidad de bacterias que quedan en las manos después del lavado.

Interesante noticia, aunque habría tenido en cuenta este dato que lo creo bastante importante.

Saludos cordiales,

Aitor
http://www.facebook.com/aitor.agirregabiria

El mejor sistema no es ni el del aire caliente ni el de las toallitas de papel, sino el de los rollos de toalla lavables. Es un sistema poco usado en España pero muy frecuente en el resto de Europa. En los baños públicos (de una empresa, de una universidad, de un edificio administrativo...) existe una máquina similar a la de toallitas de papel pero que en este caso contiene una gran "toalla" enrollada que va saliendo limpia y volviendo a enrollarse en la parte ya usada. Acabado el día, el rollo se lleva a lavar y se cambia por otro, con lo cual únicamente hacen falta dos rollos en un baño, usados por tiempo ilimitado. Ni gasto en papel, ni gasto eléctrico, ni nada. Alguno dirá que se gasta en lavadoras, pero eso es rizar el rizo, pues lo que pasa es que las empresas se llevan los rollos, los lavan industrialmente y los traen de vuelta... La mejor solución, sin duda. Y además higiénica, pues cada usuario se limpia con un trozo de toalla no utilizado. Salud.

Salvo que tengas una cita, una reunión o temas mojar al personal cuando salgas del baño, lo mejor es secarse con la ropa o como bien señala alguien, usar un pañuelo de tela. Es importante considerar cada acto respecto a su impacto ambiental y saber de donde proviene cada recurso que utilizamos en esta sociedad ajena a los ciclos de la naturaleza

Yo lo que hago es no tocar nada, ni puertas ni interruptores, lo hago a ciegas algunas veces, no me lavo las manos ni antes ni después de mear con lo que soy muy ecológico, la única contaminación que produzco es la emisión de metano, eso si, solo se me escapan de vez en cuando.

Se ha olvidado una cuestión muy importante por lo que se refiere al balance de CO2 del papel. El papel tiene su origen en la celulosa sintetizada por las plantas utilizando energia solar. El balance de CO2 de la destrucción del papel es 0. La celulosa se ha producido a partir del CO2 de la atmosfera. El estudio no considera, y resultaria muy determinante la procedencia de la celulosa. ¿De que tipo de cultivo procede? Una vez más se trata de un estudio manipulado o simplemente realizado por ignorantes. Más bien me inclino por lo primero.

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Como si mirásemos por el ocular de un microscopio, Ecolaboratorio es un blog ambiental que trata de ver más de cerca todo aquello que nos rodea. En este particular laboratorio se buscan respuestas a las cuestiones más enrevesadas que nos asaltan de forma cotidiana.

Sobre el autor

Clemente Álvarez

(Madrid, 1973) es un periodista especializado en medio ambiente y ciencia. Colaborador de El País desde 2004, le entusiasma mezclar elementos de la ecología con reactivos de la energía y la economía, aunque la fórmula pueda resultar inflamable.

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