¿Pueden los árboles compensar el CO2 emitido por los coches?

Por: | 17 de junio de 2011

Una hoja de plátano de sombra de un parque de Madrid ¿Hasta qué punto pueden retirar los árboles CO2 de la atmósfera para compensar lo que emiten las actividades humanas? Los investigadores Gregorio Montero y Ricardo Ruiz-Peinado, del departamento de Sistemas y Recursos Forestales del CIFOR-INIA, han estudiado de qué forma capturan el carbono las distintas especies de los bosques españoles. Sus trabajos son muy interesantes para saber cuánto CO2 equivalente almacena una encina centenaria, una vulgar mesa de madera o todas las masas forestales del país.

Al igual que el resto de plantas, los árboles absorben el CO2 y se quedan con el carbono de la molécula. Lo utilizan en forma de carbohidratos en sus procesos metabólicos para ir creciendo. De esta forma, los átomos de carbono quedan fijados en la madera del tronco, las ramas, las raíces, ayudando a retirar el exceso de CO2 de la atmósfera que causa el cambio climático. Al menos, temporalmente.

Según explica Ruiz-Peinado, más o menos el 50% del peso seco de cualquier árbol es carbono. Pongamos que se trata de un pino silvestre de una tonelada: aproximadamente 500 kilos serían agua y habría otros 500 de madera seca. Así pues, en el pino habría acumulados 250 kilos de carbono, que equivaldrían(1) a 915 kilos de CO2.

Todo este carbono estará en el árbol vivo mientras se mantenga en pie. Pero volverá a la atmósfera si el pino arde en un incendio o cuando tras su muerte se descomponga. En algunas especies, esto puede tardar siglos en ocurrir. Ahora bien, ¿qué pasa con el CO2 si llega un leñador y corta el árbol para utilizar su madera? Como explican los investigadores, dependerá de en qué acabe convertido. Si se utiliza para fabricar papel, su tiempo de vida útil será de unos pocos años. Y el CO2 regresará a la atmósfera según el papel vaya descomponiéndose en sucesivos ciclos de reciclaje (las fibras de papel no se pueden reciclar más de unas seis veces) o, lo que es peor, cuando termine en un vertedero. Sin embargo, si el árbol se convierte en una mesa robusta de pino, el CO2 permanecerá ahí bastante más tiempo, durante décadas. Hasta que sea destruida. 

¿Se puede entonces compensar las emisiones producidas por un automóvil, un avión o una central térmica plantando árboles (como proponen algunas empresas)? Hasta cierto punto, pues con el coche, el avión o la central térmica se habrá liberado CO2 almacenado en los combustibles fósiles desde hace millones de años, mientras que el tiempo que se puede retener en los árboles será mucho más corto. “Supongo que habría que ir reemplazando los árboles por otros nuevos de forma constante a lo largo del tiempo”, incide Montero.

El CO2 siempre vuelve a la atmosfera, los árboles no solucionan el problema del cambio climático, lo único que nos dan es algo de tiempo para llevar a cabo otras acciones; la cuestión no es sólo cuánto carbono pueden fijar los árboles, sino durante cuántos años”, desta este ingeniero.

Los árboles que capturan más carbono son aquellos que están creciendo. De ahí, que sean las masas forestales más jóvenes las más efectivas para retirar CO2. “Por eso en España se fija ahora mucho CO2”, apunta Montero. En el caso de los bosques más antiguos, sus gruesos troncos serán los que tengan almacenado una mayor cantidad de carbono, aunque con el tiempo habrán dejado de crecer y ya no contribuirán a reducir más CO2 de la atmósfera.

Para calcular la cantidad de carbono almacenada en los distintos árboles españoles, estos dos investigadores se fueron directamente al campo para recoger muestras de las 32 especies forestales más comunes del país. Extrajeron todo tipo de ejemplares con raíces incluidas, pesaron sus distintas partes y secaron muestras en el laboratorio. Con los datos de 1.508 árboles, crearon un modelo para determinar la cantidad de CO2 equivalente almacenado en un ejemplar cualquiera a través de la altura y el diámetro de su tronco. Con solo estos dos variables, el modelo deduce el peso en madera seca de cualquier árbol de estas especies, calculando a partir de ahí su contenido en carbono.

Esto mismo sirve también para calcular el peso no de un solo un árbol, sino de todos los bosques del país. De esta forma, estos dos ingenieros han estimado que el conjunto de las masas forestales españolas tienen acumuladas hoy en día el equivalente a 3.310 millones de toneladas de CO2, casi nueve veces lo emitido a la atmósfera por las actividades humanas durante 2009 en todo el país(2). Asimismo, también han determinado que todos los bosques fijan cada año unos 87 millones de toneladas de CO2 por efecto de su crecimiento, lo que equivaldría al 79% de las emisiones generadas en 2009 por el transporte en España o al 89% de las lanzadas a la atmósfera por la industria.

Igualmente, también se puede ir de lo más grande a lo más pequeño. Al haber recogido datos del peso de los árboles en sus distintos fragmentos, esto permite a los investigadores deducir además el carbono fijado en aquellas otras partes diferentes del tronco, como las ramas, las raíces… Todo esto resulta muy útil para intentar maximizar la captura y almacenamiento del CO2 de los bosques, lo que se denomina selvicultura del carbono. Esto implica conservar bien los árboles existentes, protegiéndolos del fuego, pero también limpiar los bosques para favorecer el crecimiento de ejemplares jóvenes.

La forma en que se va a conseguir almacenar CO2 por más tiempo es protegiendo los árboles para que perduren. Y si se necesita una mesa, también es mejor que sea de madera antes que otros materiales. Una mesa de madera maciza hecha para durar, en la que se almacene el carbono durante mucho tiempo. “Cuánto mejor sea la madera de la mesa, más tardará el CO2 en volver a la atmósfera”, incide Ruiz-Peinado.


(1) Para pasar carbono a CO2 hay que multiplicar el carbono por 3,66. Este factor se calcula teniendo en cuenta el peso molecular del CO2, que es de 44 gramos (12 g del carbono (C) y 32 g de los dos átomos de oxígeno (O)). 44/12=3,66.

(2) Según el Informe de Sostenibilidad en España 2010 del OSE, en 2009 el país emitió 372,4 millones de toneladas de CO2 equivalente.

Hay 16 Comentarios

El articulo es bueno pero incompleto. Hubiera sido mas facil investigar y decir cuantas hectareas de bosque (autoctono, repoblaciones forestales para la industria y matorral) se necesitan para cubrir las emisiones percapita de nuestro pais, y cuantas mas se necesitarian plantar o reuperar para que nuestra hueya de CO2 fuese al menos neutra. Lo del 79 o el 89 por ciento es confuso. Por lo demas, felicito a los autores y a los blogueros.

Muy interesante la entrada, me gusta mucho y ya se cosas que antes las dejaba pasar, muchas gracias.

Muy interesante este estudio de un proceso natural que siempre ha ocurrido, pero que en este mundo actual se ha mostrado incapaz de mantener el equilibrio adecuado, para mantener nuestro planeta en las condiciones idóneas para el desarrollo y mantenimiento de la vida en el Mundo.
La naturaleza nos lo dá todo, solo tenemos que hacer un uso inteligente de los recursos que pone a nuestra disposición.

En China, investigadores en biotecnología, están modificando árboles para extraer el CO2 y convertirlo en Hidrógeno para su posterior utilización en pilas de combustibles.

Interesantisimo articulo. pareciera que el incremento de niveles de CO2 no se podrá resolver a menos que se disminuya su producción antropogena. Pero me pregunto con las algas marinas que es el principal fijador de CO2 del planeta, ahí tambien el fenomeno es igual a los arboles o el carbono se distribuye en la cadena trofica?

Una pregunta... los paises exportadores de muebles, papel.. ¿están exportando carbono a otros paises? ¿se podría cuantificar?

No me gusta el enfoque del artículo, la verdad.

Un bosque es más que plantar árboles.

Cómo ya se ha comentado, la cuestión no está en el C02 que acumule un árbol, sino más bien en el número de árboles. Si este número crece.

Es más, si se habla de superficie forestal, el CO2 no solo se almacena en la madera de los árboles. También en el suelo que se va formando (pueden ser varios metros de profundidad), en el sotobosque de matas y arbustos, lianas, trepadoras.... en definitiva, habría que hablar de biomasa por hectarea y cómo va aumentando según se dan las etapas de sucesión de la vegetación, aumento que sigue un modelo sigmoideo: esto implica que un bosque maduro es el que acumula más biomasa por hectarea, y aunque un bosque en etapas anteriores produzca más biomasa por año su biomasa por hectarea es menor.

Por si no queda claro, yo peso ahora más que cuando tenía 12 años, mi biomasa acumulada es mayor. Sin embargo (si consideramos un % de grasa corporal constante) hoy no crezco y no aumento mi biomasa, pero a los 12 años si que lo hacía y aumentaba por tanto ésta biomasa corporal.

Me parece un post muy interesante, aunque yo matizaría alguna cosa; por ejemplo respecto a lo de la duración del papel, yo conservo libros heredados de mi abuelo, mientras que no conservo ningún mueble de su época. Otra cosa es respecto a la capacidad de crecimiento de la masa forestal según su edad; yo no soy ningún experto en la materia y digo estas cosas con el pudor del neófito, pero el caso es que he leído respecto al crecimiento de las secuoyas que, según recientes estudios, su acumulación de biomasa aumenta según aumenta su tamaño, aunque -precisamente por ese tamaño- ese aumento sea menos evidente. La densidad de los árboles aumenta con la edad y… cuanto más densos más carbono guardan.

Por cierto, aviso a navegantes... en muchas situaciones un terreno arbolado produce más alimento que uno desarbolado.

Muchas zonas de encinar apenas producirían trigo, y sin embargo hay montones de calorías en forma de bellotas -un alimento magnífico, que nuestra cultura menosprecia irracionalmente-.

“Supongo que habría que ir reemplazando los árboles por otros nuevos de forma constante a lo largo del tiempo”, incide Montero.

^^ En un bosque sano, ellos mismos se reemplazan. ¡Ni que los árboles dependieran de los humanos para reproducirse!

Aquí la pregunta no es cuántos árboles se plantan, sino cuántas hectáreas se transforman de una situación desarbolada permanente (no valen terrenos incendiados, que suelen regenerarse solos), a una situación arbolada.

No se trata pues del número de años que permanecerá fijado el carbono -si la masa no se destruye, quedará fijado por millones de años-, sino de cuántas hectáreas desarboladas estamos dispuestos a "sacrificar" para convertir en monte.

En los paises occidentales, con gran cantidad de superficies deforestadas de escaso potencial agrícola, hay mucho que reforestar y por lo tanto mucho potencial de compensación.

Va por tí, Clemente.... con Montero esto lo tengo requere-discutido, pero la presión de ciertos sectores por desacreditar al árbol le hacen seguir repitiendo lo del "almacen temporal".

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Como si mirásemos por el ocular de un microscopio, Ecolaboratorio es un blog ambiental que trata de ver más de cerca todo aquello que nos rodea. En este particular laboratorio se buscan respuestas a las cuestiones más enrevesadas que nos asaltan de forma cotidiana.

Sobre el autor

Clemente Álvarez

(Madrid, 1973) es un periodista especializado en medio ambiente y ciencia. Colaborador de El País desde 2004, le entusiasma mezclar elementos de la ecología con reactivos de la energía y la economía, aunque la fórmula pueda resultar inflamable.

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