Análisis ambiental de la máquina de café

Por: | 05 de septiembre de 2011

Cafetera Nespresso Pixie ¿Cuánto cuesta un café en términos de energía? Si bien las cafeteras eléctricas no son ni mucho menos los aparatos que más consumen de una casa, el uso de estas máquinas tan de moda sí que tiene un impacto energético. Un café supone bastante poco, muchos cafés es otra historia. Se estima que todas las cafeteras eléctricas en los hogares y oficinas de la UE gastan unos 17 teravatios hora (TWh) al año, o lo que es lo mismo, 17.000.000.000 kilovatios hora (kWh) al año. No sorprende, por tanto, que este sea uno de los nuevos electrodomésticos estudiados por la Comisión Europea, en el marco de la Directiva de Ecodiseño 2005/32/EC, para tratar de reducir su consumo energético. El trabajo sobre estas cafeteras abarca cerca de 300 páginas y fue concluido de forma reciente por Bio Intelligence Service.

El estudio analiza únicamente las cafeteras eléctricas de uso no comercial. Esto incluye diferentes sistemas: como la cafetera de filtro, la de cápsulas, la expreso semiautomática, la expreso automática… Con cerca de 18 millones de unidades vendidas al año en la Unión Europea, estos aparatos eléctricos son los electrodomésticos de pequeño tamaño más utilizados después de las planchas. Entre los diferentes sistemas, la cafetera más vendida en el conjunto de Europa es la de filtro (sistema por goteo en el que el agua caliente pasa por un filtro con el café). Pero las preferencias cambian mucho en cada país para preparar las poco más de dos tazas de café que se calcula que consumen los europeos de media al día (los escandinavos superan las cuatro).

Estas máquinas están fabricadas fundamentalmente con plásticos como polipropileno (PP) o acrilonitrilo butadieno estireno (ABS), además de metales como acero, cables y otros componentes electrónicos. No obstante, según el análisis de ciclo de vida de los distintos sistemas realizado por los investigadores de Bio Intelligence Service, la mayoría de los impactos ambientales producidos por estas cafeteras eléctricas ocurren durante la fase de uso, es decir, cuando están enchufadas en casa o en la oficina. Es entonces cuando estos aparatos con una vida estimada de entre 6 y 10 años generan más del 90% de los impactos relacionados con la energía, el agua o las emisiones de CO2. Aunque hay que tener en cuenta que el estudio se limita a las máquinas y no analiza los efectos ambientales asociados a la obtención del café o a la elaboración de las cápsulas que usan algunos de los aparatos.

En su fase de utilización, el consumo estimado de las cafeteras analizadas está entre 113 y 195 kWh anuales. En un hogar medio, el estudio considera que estas máquinas suponen cerca de un 4% del gasto total de electricidad en un año. Paradójicamente, gran parte de este consumo de energía se produce sin que el aparato esté preparando café, sino en posición de “stand by”  o “ready to use”. En el segundo caso, la máquina puede gastar realmente mucha energía, pues está manteniendo el agua caliente para que el usuario no tenga que esperar cuando quiera un café. El consumo del aparato es menor entonces que cuando está preparando la bebida, pero si pasa muchas horas encendido este modo “ready to use” puede acabar suponiendo un gasto superior. Según el trabajo de Bio Intelligence Service, la cafetera expreso semiautomática analizada gastaría 91 kWh al año en preparar café, a los que hay que sumar otros 104 kWh al año en la posición “ready to use”.

Como suele ocurrir, tan importante como el aparato es la forma en que se utilice. En especial, cuántas horas pase encendida la máquina. Existen cafeteras eléctricas que se apagan de forma automática transcurrido un tiempo, pero otras pueden estar permanentemente encendidas calentando agua sin que nadie las desconecte. Sobre todo, en oficinas.   

“El estudio no busca reemplazar unas cafeteras por otras, en cada categoría hay modelos que consumen más o menos”, destaca Shailendra Mudgal, director ejecutivo de Bio Intelligence Service, que explica que la investigación sí calcula que con cambios en las máquinas se puede reducir el gasto entre un 42 y un 66%. Además, en el trabajo se incide en que estas mejoras pueden suponer también una disminución del coste económico en la vida completa de las cafeteras, estimado entre 2.257 y 8.239 euros (incluye el coste del café o las cápsulas).

Este estudio encargado por la Comisión Europea se limita a las máquinas eléctricas y no hace valoraciones entre los distintos sistemas. ¿Cuál es ambientalmente la mejor forma de preparar un café? Existe una investigación anterior realizada por el Instituto de Ecología Aplicada Öko-Institut de Alemania que sí analizó el impacto ambiental de los diferentes métodos (sean o no eléctricos). Este segundo trabajo tiene la pega de estar financiado por un fabricante de cafeteras, pero aún así no deja de resultar interesante.

El estudio evalúa el impacto ambiental de preparar cuatro tazas de café (de 125 mililitros cada una) en un hogar de Alemania en un periodo de 30 minutos. Y las cafeteras comparadas son una italiana, una de émbolo, una de filtro, una expreso automática y una de cápsulas. La conclusión es que la mejor cafetera desde un punto de vista ambiental es la de émbolo (que consiste en un mero recipiente de cristal con un filtro con el que se separa el agua caliente de café). Al contrario, la de cápsulas aparece en último lugar, ocupando la peor posición en todos los indicadores estudiados (consumo de energía, emisiones de CO2, producción de ozono fotoquímico o eutrofización). Esto es debido principalmente a la producción y tratamiento como residuo de las propias cápsulas de café, que en este caso sí son contempladas.

Por detrás de la de émbolo, el estudio sitúa a la máquina eléctrica de filtro y luego la italiana (fabricada con aluminio y calentada en vitrocerámica). Con todo, los investigadores reconocen que estos resultados pueden cambiar si varían los escenarios: la cafetera de émbolo, por ejemplo, tendrá un mayor impacto si el usuario prepara más café del necesario. 

Hay 43 Comentarios

Este artículo compara cosas muy diferentes, las cafeteras integradas con las de émbolo, por ejemplo. Me quedé turulato cuando vi los precios de cafeteras de émbolo del enlace, van de 25 a 129 euros. Yo tengo una, creo que me costó 3 libras y no pagaría más de 10 libras es lo que cuestan en UK.
Si eso cobran en España os están robando.
No hay artículo sobre una cosa muy importante, las 'pavas' o sea recipientes para calentar agua, sean sobre cocina, o sobre brasas en campamentos, o eléctricas imprescindibles en la vida europea para hacerse té, café cómo no, una sopa rápida y tantas cosas.
Difíciles de encontrar en España (yo no encontré en el Corte inglés de Alicante) pocas cosas más convenientes, flexibles y que ahorren más energía.

Está muy bien que se mire la incidencia de nuestras actividades en el medio ambiente, pero esto ya es rizar el rizo. Hay otros aspectos mucho mas perjudiciales que tomarse un café en casa; por ejemplo el alumbrado público, que seguramente consume bastante más que el de la actividad cafetera. Cualquier cultivo a gran escala es bastante más contaminante y tiene mayor incidencia que el hecho de tomarse un café. Me parece bien que se mire el consumo energético y que el café venga de cultivo y comercio justo; no hay que volver a las cavernas; empecemos dejando el coche en casa y desempolvando la bici.

Hola, yo siempre he tenido cafetera italiana, ya que los cafés que he probado por otros sistemas no me han convencido. Cuando tenía cocina de butano, nada más levantarme por la mañana ponía la cafetera en el fogón más pequeño y al mínimo, y en 5-10 minutos, mientras me duchaba rápidamente, el café salía lenta y deliciosamente, perfumando la casa con ese olor tan agradable. Ahora, con la vitrocerámica, tengo que estar pendiente de cuando comienza a salir el café para apagarla y dejar que salga y ser así algo eficiente. ¡Viva la cafetera italiana! ¡y cica la cocina de butano!

Hola, Luis. Los cálculos del artículo son correctos. Tu estás haciendo números con España y, como bien indica Argenta, las estimaciones son para toda la UE. Pero, además, si te lees el artículo descubrirás que lo llamativo es que gran parte de la energía se gasta sin que la cafetera esté preparando café. Tu calculas solo la energía que gasta la máquina en un minuto, que es lo que consideras que puede tardar en preparar un café. Pero lo que dice el estudio es que hay cafeteras que están encendidas 12 horas al día y que en ese tiempo están gastando siempre energía (principalmente, manteniendo el agua caliente).

¡Virgen de la multiplicación, la división, la conversión y la regla de tres! A ver, Luis, el artículo habla de la UE y no de España, pero con tus cálculos lo estás apoyando. Si en España las cafeteras consumen el 5% de 318, significa que gastan unos 16 TWh al año, que prácticamente coincide con la media europea. A lo único que le bailan tres ceros es a tu ego y las ganas de hacerte el listo. ¡Que las cifras están bien! ¿Por qué no os hacéis de una p. vez con una de esas tablitas de múltiplos?

Y el humazo y el tiempo que se gastaba en hacer un cafelito con leña?.
El problema no es la energía consumida , que siempre podemos ahorrar un poco , sino las tonterías de cafeteras , carísimas, de diseño italochino con guapo en la foto de promoción, las unidosis de los cojones, con lo fácil que es una cuchara y el sometimiento a unas marcas de café que como nestlé, nunca respetó nada a la tierra en los cultivos ni a los cafeteros trabajadores,mucxhas veces infantiles

En mis tiempos deciamos diecisiete mil millones de Kilowatios, lo de terawatios, lo desconocía, será cosa de la informática.

¿Latas de refresco de aluminio?, ¿las de Coca-cola?, ¿habéis probado a acercarles un imán?. Ya veo que la gente no sabe ni lo que tiene entre manos...

Periodistas por favor, revisad las cifras aplicando el sentido común, como ha hecho muy correctamente Jmerca.

Está claro que los números están mal, tal como dice Luis. Para malgasto energético el de los ordenadores en marcha toda la noche para descargar ficheros gigantescos. Basta hacer los cálculos: 200W x 10 horas= 2KWh por ordenador y noche.

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Sobre el blog

Como si mirásemos por el ocular de un microscopio, Ecolaboratorio es un blog ambiental que trata de ver más de cerca todo aquello que nos rodea. En este particular laboratorio se buscan respuestas a las cuestiones más enrevesadas que nos asaltan de forma cotidiana.

Sobre el autor

Clemente Álvarez

(Madrid, 1973) es un periodista especializado en medio ambiente y ciencia. Colaborador de El País desde 2004, le entusiasma mezclar elementos de la ecología con reactivos de la energía y la economía, aunque la fórmula pueda resultar inflamable.

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