¿Resultan peligrosas las bombillas de bajo consumo? ¿Son de peor calidad estas lámparas fluorescentes compactas? ¿Están diseñadas para que duren poco? ¿Son más eficientes las más modernas LED? Los exhaustivos análisis de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) rompen algunas falsas creencias en torno a las lámparas de bajo consumo. “Demostramos que no son ciertos algunos mitos que circulan sobre estas bombillas”, asegura Belén Ramos, responsable del área de Medio Ambiente de la organización.
Descartadas las tradicionales incandescentes, la elección de una bombilla está entre tres tipos diferentes: fluorescentes, halógenas o LED. Además, de las fluorescentes, están las que tienen forma de tubo alargado y las compactas más pequeñas, llamadas de bajo consumo. Los análisis químicos, de resistencia y de eficiencia energética efectuados para el último estudio de la OCU (sólo accesible a sus socios) concluyen que entre todas estas lámparas las mejores desde un punto de vista ambiental son, hoy en día, las de bajo consumo. Aunque tampoco son recomendables para cualquier sitio, como los lugares fríos (algunos garajes) o donde vayan a encenderse y apagarse muchas veces (pasillos de comunidades).