Por fin llegó el momento: ya tenemos la cifra oficial del déficit público en 2011 (-8,5%) y la previsión de crecimiento realizada por la Comisión para 2012 (-1%). Ahora sólo falta que Rajoy presente los presupuestos y que Bruselas decida si nos permite suavizar la senda de ajuste original. Si no lo hace, Rajoy tendría que recortar 41.000 millones de euros este año (para reducir el déficit del -8,5% al -4,4% inicialmente comprometido). Pero yo creo que el recorte al final será menor.
Hoy, todos los economistas (incluso los más conservadores) comienzan a entender que la política irracional de austeridad generalizada en todos los países europeos nos ha metido en recesión, y que es necesario tomarse la consolidación con más tranquilidad. En este contexto, y con las elecciones andaluzas y asturianas a la vuelta de la esquina, Rajoy ha decidido optar por su estrategia favorita: dejar que el tiempo corra a ver si los problemas se resuelven solos. Retrasar la presentación de los presupuestos hasta el 30 de marzo tiene ventajas electorales para el PP, y además hace que Europa pueda reconsiderar el calendario de ajuste para todos (no sólo España) a la vista de que una gran mayoría de países europeos vuelve a caer en el agujero del crecimiento económico negativo.
Las previsiones de la Comisión para España que nos pronostican una caída del PIB del -1% están lejos de las estimaciones de la OCDE y del FMI (que se disparan hasta el -1,5 y el -1,7%, respectivamente). Rajoy también reaccionó a esas cifras la semana pasada y dijo que él calculaba una caída del PIB del -1,3 o -1,4%. La verdad es que si ya tiene los números en la cabeza, debería presentar los presupuestos y evitar un ejercicio de irresponsabilidad mayúscula que claramente se explica por su evidente voracidad electoralista. Pero en todo caso, todas las señales apuntan a que el objetivo final de déficit para 2012 se relajará, aunque lo importante es saber si será mucho o poco.
Con este mareo de cifras, lo que todo el mundo quiere saber es ¿cuánto va a recortar finalmente Rajoy en 2012?. Yo me voy a aventurar a dar una cifra concreta. Creo que con estos números, y conociendo el juego normal entre Moncloa y Bruselas, está bastante claro que serán unos 33.000 millones de euros: la mitad ya anunciados en diciembre pasado (con las subidas del IRPF y los recortes en todos los ministerios), y la otra mitad por anunciar el último viernes del próximo mes de marzo.
Explicaré brevemente mis cálculos, que por otro lado no exigen demasiada complicación. El objetivo original de reducir el déficit del -6% en 2011 al -4,4% de déficit en 2012 estaba basado en una previsión de crecimiento del PIB para el presente año del 2,3% (lo que hoy se antoja como una auténtica quimera). Eso significaba que por cada punto de crecimiento estimado de PIB, la Comisión nos pedía un recorte del déficit de 6 o 7 décimas. Ahora que no vamos a crecer, sino a decrecer un 1%, lo lógico sería, por tanto, que la Comisión nos diera un respiro adicional de esas mismas 6 o 7 décimas al alza, lo que implicaría tener que rebajar el déficit al -5% en lugar de al -4,4% inicialmente comprometido. La Comisión ha dicho que no quiere ceder mucho, pero hay dos elementos que el gobierno de Rajoy está utilizando para ganar algo más de margen: por un lado acaba de anunciar que el déficit heredado es más alto de lo previsto (del 6% se ha ido al 8,5%) y que la recesión será más profunda de lo que dice Europa. El gobierno español pretende elevar el objetivo al entorno del -5,5, para que los recortes no sean tan drásticos, y Bruselas sólo quiere "ceder unas décimas" (en palabras del Comisario Oli Rehn)
Yo creo que al final la Comisión y el gobierno de Rajoy llegarán a un acuerdo para quedarse en un déficit para 2012 alrededor del -5% del PIB. Vistas las declaraciones recientes del BCE, dudo mucho que prolonguen a 2014 la senda de ajuste, así que en 2013 tendríamos que cumplir en todo caso con el límite del -3% al que obligan los tratados. Es decir, a Rajoy le están sirviendo sus amigos conservadores (Barroso en la Comisión y Merkel y Sarkozy en el Consejo) para ganar algo de margen este año y para recibir aplausos en sus recortes laborales y fiscales, pero no le darán mucho más oxígeno para los años siguientes. Zapatero habría agradecido ese buen trato, pero se ve que en Europa la cosa va de familias ideológicas y tampoco eso garantiza demasiado. Rajoy va a tener que flirtear fuera del eje Merkozy con gobiernos tecnócratas (Monti y Papademos) o de fuera del euro (Cameron) -como ha hecho con su carta conjunta de la semana pasada- si quiere doblarle la mano al férreo eje franco-alemán (salvo que se rompiera naturalmente con la victoria de Hollande en primavera) . En todo caso, pase lo que pase, nadie librará a Rajoy de recortar al menos 3 puntos del PIB (entre 30 y 35 mil millones este año). Pero para él la diferencia entre esa cifra y los más de 40.000 millones que pensaba tener que recortar cuando ganó el 20N, supone un colchón crucial porque ahí está la frontera entre atacar la educación y la sanidad (con el consiguiente estallido social) o dejarlas a grandes rasgos como están.
Por tanto, si la Comisión le deja a Rajoy ese margen adicional, lo que nos espera es "solamente" un recorte adicional de 16.000 millones entre marzo y diciembre de 2012. ¿Cómo hará Rajoy ese nuevo ajuste? A mí me parece claro que subirá el IVA, recortará la factura del gasto en desempleo e incluirá alguna medida recaudatoria de izquierdas que le dificulte al PSOE la oposición, como viene haciendo en todos sus paquetes de reforma. Al primer ajuste lo acompañó con subidas más que proporcionales del IRPF y del capital, que parecían sacadas de un manual socialdemócrata. Y a la reforma financiera la ha acompañado con engañosas recomendaciones a la dación en pago, que han surtido gran efecto mediático. Parece que en este terreno, Rajoy está jugando como Sarkozy lo hizo durante sus primeros años, para tratar de complicar aún más la vida a sus rivales políticos.
En ese escenario, podemos esperar una subida del IVA de 2 puntos (del 18% al 20%, que es la media de la UE-27), lo que supondría aumentar la recaudación en 5.000 millones de euros aproximadamente. Para reducir los gastos de desempleo (que hoy está por encima de los 30.000 millones de euros al año) en otros 5.000 millones hay varias fórmulas: reducir el número de meses que se percibe la prestación, disminuir la tasa de cobertura, o eliminarla cuando se rechace alguna oferta de empleo (algo que ya viene proponiendo la CEOE a modo de avanzadilla). Y, finalmente, para cuadrar el último tramo re recortes, Rajoy tiene dónde elegir. Podría adelantar la introducción de la euroviñeta para el transporte en camiones (como obligará Bruselas en 2013), lo que supondría 2.700 millones más. Podría elevar el céntimo sanitario o introducir un copago de 1 euro por receta (como ha hecho el gobierno de Mas en Cataluña), lo que le daría unos 1.500 millones adicionales; o finalmente, podría terminar jugándole una mala pasada al PSOE si subiera el impuesto del patrimonio (grandes fortunas), revisara la remuneración a las energías tradicionales (intentando compensar el golpe a las renovables), o incrementara los impuestos al alcohol y al tabaco. Todas ellas fueron propuestas de Rubalcaba en campaña para recaudar entre 2.000 y 4.000 millones más, pero servirían a Rajoy para terminar de cuadrar una cuentas muy complicadas, al tiempo que barnizaría sus recortes con un tinte progresista.
Haga lo que haga, lo cierto es que no lograremos sacarnos los asfixiantes recortes de encima y tendremos otro año más de grave crisis económica y creciente desigualdad social. Eso deprimirá aún más a la población española y, por tanto, alejará de nuevo la recuperación. Esperemos que esa dinámica cambie a base de alternancia democrática en los líderes de la zona euro, empezando por Francia en 2012 y siguiendo por Alemania en 2013. A los españoles nos vendría de maravilla.