JOSÉ RAMÓN PIN ARBOLEDAS, profesor de Dirección de Personas en las Organizaciones y Ética Empresarial.
Ante las perspectivas económicas de 2012, la noticia es que 27.000 españoles salieron del país durante el primer trimestre del año; muchos eran universitarios bien preparados. Pero eso no ocurre sólo con las personas físicas, las jurídicas (las empresas) también emigran. Es la respuesta de un empresario a otro cuando su colega le preguntó: ¿Qué podemos hacer? Las maletas, le contestó.
Las maletas para establecerse (la inversión española en el extranjero es similar a la deuda externa del país) o para vender fuera. Ambas son soluciones para las personas, las empresas y para el país. En el cuadro macroeconómico del 2012 el sector exterior crecía un 3 por ciento; la única cifra positiva junto al aumento de la productividad. Así que hay que hacer las maletas.
Por eso las empresas ofrecen traslados a otros países a sus miembros. Es lo que se conoce con el nombre de expatriados, profesionales que se desplazan geográficamente un periodo de tiempo para un proyecto: dirigir una filial, lanzar un producto, construir unas instalaciones…. La experiencia es enriquecedora, para la empresa y el expatriado. Los mejores momentos para ello son al principio de la carrera o al final, cuando las obligaciones familiares son menores.
Sin embargo, aunque parezca lo contrario, el mayor problema no se produce en la salida o estancia en el extranjero sino en el retorno. Durante la expatriación, profesional y familia se han acostumbrado a un entorno diferente y la vuelta y adaptación al entorno local resulta complicada. En el aterrizaje a la ida, la empresa ayuda; incluso contrata empresas especializadas para facilitar los trámites burocráticos, la búsqueda de vivienda, colegios, colocación del cónyuge, idiomas, adaptación cultural… Con una de ellas, Relocation, en el IESE hemos realizado informes sobre todo ello, el último referido a Brasil. En el viaje de regreso se supone que el directivo lo conoce todo y no es verdad; conoce el entorno, pero no su propia capacidad de adaptación y la de su familia.
Por eso muchas veces al aceptar un encargo de expatriación, sin saberlo, se está iniciando una carrera internacional, que no es lo mismo. El directivo debe ser consciente de que sale de su país, dispuesto a realizar un itinerario por otras geografías a lo largo de su vida. La vuelta a casa es una etapa más, a veces ni siquiera la última. Las empresas españolas, en una economía como a la que tenemos que ir, necesitan estos profesionales. Afortunadamente la crisis tiene algunas cosas buenas: los profesionales españoles están cada vez más dispuestos y preparados para este tipo de carreras.
© José Ramón Pin Arboledas. Director académico, profesor de Dirección de Personas en las Organizaciones y Ética Empresarial y titular de la Cátedra de Gobierno y Liderazgo Público en el IESE Business School. Doctor en Ciencias Políticas y Sociología por la Universidad Pontificia de Salamanca, Máster en Administración de Empresas por el IESE-Universidad de Navarra e Ingeniero Agrónomo y Licenciado en Economía por la Universidad de Valencia.
Hay 6 Comentarios
Ironias de la vida, hay un refran que dice arrieros somos y en el camino andamos, ya a los latinos nos ha tocado eso, y como nos llamaban? SUDACAS, y casi siempre en contra de nuestra voluntad hemos tenido que emigrar, no es una queja., pero si un llamado a la solaridad y aceptar otras razas, siempre y cuando la gente q se reciba sea honesta y responsable.
Publicado por: lina antonia | 01/07/2012 4:41:56
(( Respuesta del profesor José Ramón Pin ))
A mis queridos lectores. Primero gracias por leerme. Segundo creo que no me he explicado, o no me han entendido, hay que hacer las maletas para instalarse fuera o para vender. De hecho Telefónica y los bancos es lo que han hecho, en contra de lo que dice "Susurro". Con ello además de traer divisas a España adquieren una experiencia muy útil. En fin una cosa es el voluntarismo y otra la realidad y los empresarios y directivos siempre se deben atener a lo segundo. Por supuesto que es mejor que se generase riqueza dentro del país, pero una forma de hacerlo es trabajando desde él fuera o desde fuera para él. Lo que no es posible es vender sin demanda. Un abrazo y repito: gracias por leerme. JR Pin.
Publicado por: José Ramón Pin Arboledas | 28/06/2012 21:06:02
O sea que, al igual que las ratas o los que no tienen ningún compromiso ni responsabilidad para con la sociedad en la se formaron y están insertos, cuando el barco comienza a hacer agua ¿a qué tratar de achicarla o buscar soluciones? ¡Huyamos con el rabo entre las patas, a vivir una cultura diferente y que, los demás, se arreglen como puedan!
¿No es así profesor de dirección de empresas? Los empresarios tienen una mentalidad tan abierta e internacional, que no tienen amor por otra cosa que por el dinero y sí mismos. El concepto de compromiso social es algo que no corresponde a las empresas; porque el capital humano son objetos de uso y descartables, al igual que los clientes, que no son más que "objetos animados consumidores".
¡Qué buena cátedra da, del sálvese quien y como pueda!
A la vez que ¡qué poco "mea culpa" hace respecto de directivos empresarios que han hundido al mundo entero en una crisis globalizada! Precisamente por abusar en un lugar hasta que no da más y, entonces, hacer las maletas para ir a saquear a otro lado.
¿A dónde irán cuando ya no haya lugar estable o con buen nivel económico en el planeta?
Me parece que usted olvida algo tan básico y elemental como que el verdadero empresario es el que tiene ideas creativas y soluciones válidas para afrontar inclemencias y hallar nichos de mercado. Como un capitán de barco que sabe cómo capear temporales sorteando escollos, en lugar de marineros de agua dulce como el del Costa Concordia.
¿Qué pasaría con España si Telefónica, Grupo PRISA y empresas similares decidieran simplemente "armar las maletas e irse", como Rata y Cía? ¿Cómo cree que les recibiría la sociedad española si algún día, ya pasada la tormenta, decidieran volver?
Publicado por: Susurro | 28/06/2012 16:01:34
Creo que desde IESE deberías de ver que sucede cuando la gente más formada de un país, trabaja fuera (ver caso de Portugal).
Donde la gente formada y no tan formada está trabajando fuera del pais, generando ingresos y pagando impuestos en otro pais, y solo regresan para las vacaciones, y alguna que otra visita, y el retorno de capitales no es recompensa suficiente para el gasto de formación realizado por el pais.
En resumen, cada vez que emigra un español el país pierde dinero, progreso, competitividad, ... y maletas.
Publicado por: EyOM | 28/06/2012 14:16:49
yo estoy pensando tambien en marcharme. asi no podemos seguir mas tiempo
Publicado por: Álvaro Gómez | 28/06/2012 11:15:31
¿No podemos hacer nada contra esta lacra social? Años de estudios, gastos escolares, matrículas universitarias... todo tirado a la basura por culpa de un sistema que no ha sabido adaptarse a los tiempos modernos y por una clase política que no ha sido sensible con los problemas de la ciudadanía. ¿Esto es lo que hay? Este tema me indigna. Gracias profesor por su sinceridad. Ya tengo dos amigos arquitectos en Brasil, un primo ingeniero en Alemania y yo en el paro. Empiezo ya a preparar mi maleta.
Publicado por: Esther Luna | 28/06/2012 9:42:18