Actualidad de Cicerón

Por: | 06 de septiembre de 2012

JUAN MANUEL DE TORO MARTÍN, profesor de Marketing.

Hace pocos días releía la magnífica novela de Taylor Caldwell 'La columna de hierro'. La autora pone en boca de Cicerón las siguientes palabras en el primer discurso que el célebre abogado pronunció ante el Senado de Roma en defensa de un plebeyo al que se acusaba de evasión de impuestos:

Juan Manuel de Toro Martín"Los romanos siempre se impusieron impuestos, desde los primeros días de la República, porque los justos impuestos son necesarios para que todos sobrevivamos. Pero ¿para qué fueron creados estos impuestos? Para pagar soldados que nos protegieran de nuestros enemigos exteriores (hoy, ejército). Para pagar a los guardianes de la ciudad (fuerzas de seguridad). Para establecer tribunales (justicia), pagar los estipendios de los legisladores (diputados), el Senado, los tribunos y los cónsules (gobierno). Para construir los templos y vías necesarias. Para la construcción y mantenimiento de de una red de alcantarillas, así como de acueductos que nos proporcionen la bendición del agua pura (ministerio de fomento). Para crear una organización encargada de la sanidad, que preserve la salud de nuestro pueblo" (ministerio de sanidad).

Y continúa: "Pero esta ley (los impuestos) no fue promulgada para favorecer aventuras exteriores, no para esquilmar a los hombres industriosos a fin de mantener a los holgazanes, los inútiles y los irresponsables que no hacen nada en favor de sus compatriotas y de su país. No fue aprobada para sobornar a una plebe depravada a fin de comprar sus votos, porque cuando nuestros antepasados crearon una civilización en esta tierra, tal gentuza no existía, los cobardes aún no habían nacido, los ladrones no saqueaban nuestro tesoro público, los débiles no iban a gemir a la puerta de los senadores, ni los irresponsables se sentaban perezosamente en las calles ni merodeaban por los campos"...

Y más adelante: "Así que Roma está siendo lenta e implacablemente destruida para favorecer a la gentuza que vive dentro de sus muros... Y todo por votos. La deuda y el despilfarro solo llevan a la desesperación y a la bancarrota. Siempre fue así".

Terminado el alegato de Cicerón (que solicita el indulto de su defendido en razón a que la ley impositiva, si bien existe y es real, fue concebida en origen con una intención muy distinta a su utilización actual), se levantó el cónsul de turno y dictaminó: Habéis sido liberados no porque seáis víctima de una ley inexistente. Esa ley existe (los impuestos)... Ya he dicho que esa ley no puede ser derogada, pero rectificaré mis propias palabras. Será derogada cuando los romanos, dándose cuenta del peligro en que se encuentran, pidan que sea abolida. Pero, ¡ay!, los pueblos no se dan cuenta de que están en peligro hasta que es demasiado tarde".

Con mucha probabilidad, estas palabras que pone Taylor en boca de Cicerón sean una adaptación de una parte de su primer alegato como abogado en el proceso denominado "Pro Quinctio". Pero sean literales o adaptadas, al leer algo así uno se pregunta si es que la historia de la humanidad es siempre repetitiva o, más bien, es que el hombre ha cambiado muy poco en estos últimos dos mil cien años, pues bien podría ocurrir que alguna persona íntegra pronunciase palabras idénticas a las de Cicerón en nuestro Congreso de los Diputados para reflejar la situación actual en nuestro país. ¿O no?

 

© Juan Manuel de Toro Martín. Doctor en Economía y Administración de Empresas por la Universidad de Navarra, Máster en Administración de Empresas por el IESE-Universidad de Navarra y Licenciado en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid.


Hay 6 Comentarios

Desde que existe el estado (aparece cuando un pueblo se divide en dominantes y dominados, disolviendo el vínculo de parentesco real o ficticio entre ellos, véase Kottak: Antropología Cultural, en el capítulo que habla de formas políticas, por ejemplo), las élites, que existen como tales para mejorar la regulación de sociedades que se hacen demasiado complejas para regirse de otro modo, se olvidan de ese su papel y se dedican a aprovecharse descaradamente de ello, hundiendo al pueblo en la miseria. Ocurre desde las civilizaciones del Antiguo Oriente, que tras la realización de los regadíos, ya comenzaron inmediatamente la dominación, explotando a los campesinos. Volviendo a Roma, es interesante el libro de Maquiavelo Discursos sobre la Primera Década de Tito Livio, atribuye la vertiginosa expansión de la República Romana a que durante ese tiempo, los patricios estuvieron limitados porque la plebe podía negarse a luchar, sirviéndo así de freno a sus pretensiones, hasta que llegó el ejército profesional y el imperio.

Bueno, para los filólogos se trata de una adaptación muy , muy libre del texto de Cicerón, y desde luego en la línea de Taylor.
Los textos históricos es bueno leerlos tal y como fueron escritos dentro de la sincronía para la que sirvieron, y sólo cuando se comprende el porqué de su repercusión, se pueden extrapolar enseñanazas a presente.
Cicerón es un personaje apasionante que se sirvió de su extraordianria formación y de sus debilidades para hacer carrera politica en una época de fin de ciclo político (laRepública) y Guerra Civil. Prefirió las defensas a las acusaciones en los procesos en los que tomó parte, lo que le proporcionaba una mejor baza. Mediante la defensa de Quinctio, convirtió una causa civil por malversación en un alegato contra un sistema tributario que hasta ése momento él mismo había defendido, como garantía de la República y sostén de su posible expansión (la aplicación de tributos directos de manera excepcional). De este modo, elevando los argumentos, se implicaban altas instancias en un proceso.

No es que la historia se repita, es que es siempre la misma. El hombre es un lobo para el hombre desde que el mundo es mundo

Efectivamente, la historia se repite. Gracias por su artículo, profesor.

He leido recientemente ese libro y también saqué varias conclusiones que podían ser extrapolables al momento actual en EEUU, Europa y por supuesto España. Muchas gracias, profesor Nano de Toro, por recomendar esa lectura. A ver si muchos economistas y estadistas de este país leen esa obra y sacan las mismas conclusiones que nosotros. Un saludo profesor.

¡Qué brillante cerebro el de Cicerón!, ¿verdad? Para que el ejemplo hubiese resultado redondo sólo tenía Vd. que haber recordado que vivía en una sociedad esclavista...

Los comentarios de esta entrada están cerrados.

Economía con valores

Sobre el blog

Comentarios y opiniones plurales al hilo de la actualidad realizados por profesores del IESE. Su objetivo es introducir en el debate económico nuevas ideas que puedan enriquecer a los lectores en la visión de la economía. *Las opiniones expresadas por los autores son de su exclusiva responsabilidad y no representan necesariamente al IESE o la Universidad de Navarra.

Sobre los autores

IESE

El IESE es la escuela internacional de dirección de empresas de la Universidad de Navarra. Tiene la aspiración de proporcionar una contribución duradera a la profesión de la dirección. Este enfoque, centrado en las personas, refleja nuestro convencimiento de que el objetivo de los empresarios y directivos debe ser servir a las personas y a la sociedad.

El País

EDICIONES EL PAIS, S.L. - Miguel Yuste 40 – 28037 – Madrid [España] | Aviso Legal