Una nueva política industrial (I): Desmontando los mitos sobre la Industria

Por: | 24 de febrero de 2013

JOSÉ RAMÓN GUTIÉRREZ, Director Asociado del Executive MBA del IESE

En los últimos tres meses estamos asistiendo a un nuevo interés por la cuestión de la estrategia industrial de nuestro país. No es que todos los días se publiquen informes o artículos sobre la estructura industrial o la política que se hace o debería hacer, pero sí es frecuente encontrar opiniones que defienden la necesidad de reinventar y extender el sector industrial en España.

José Ramón GutiérrezPero, ¿por qué ahora este renovado interés, coincidente en que hay que tomar medidas para reindustrializar nuestro país? La tesis que lanzo en este artículo, y que ampliaré en otros dos posteriores, es que la coyuntura de recesión económica prolongada, que sufrimos en los países occidentales desde 2008, ha dejado blanco sobre negro la necesidad de un cambio en nuestras estructuras productivas, que nos permita ser competitivos en los actuales mercados globales y formando parte de un área de moneda única, es decir, sin soberanía de políticas fiscales y monetarias.

De esta manera, sin haber hecho alguna estrategia previa, se ha ido imponiendo la idea de que hay que apostar por una nueva industria, innovadora, que reduzca nuestra exposición a los ciclos económicos. En este sentido, se ha roto con algunos mitos sobre la maldad intrínseca del sector industrial, que ha pasado a ser así el bueno de la película.

Y cuáles son esos mitos sobre la industria que se han extendido sobre todo a partir de los 70. Me parece que se pueden resumir en los cinco siguientes: 

    - La industria siempre es sucia y contaminante.

    - La extensión de la industria es una etapa intermedia de desarrollo, hacia una economía de servicios más desarrollada

    - En España no existe tradición industrial, y es una anomalía histórica pretender ahora tener en nuestro país un sector industrial fuerte.

    - Es imposible fabricar en España compitiendo con la industria de los países asiáticos.

    - Las PYMEs industriales no pueden ser competitivas frente a la gran empresa, porque no desarrollan las mismas economías de escala.

Sobre el primer mito, esta Tercera Revolución Industrial (como la denomina The Economist) no se basará en el carbón y el acero, sino que, como defiende el semanario británico, estará dirigida a la manufactura de productos a medida. El segundo mito lo desarrollaré en el siguiente artículo. En relación al tercer mito, la anomalía histórica es precisamente la contraria, es decir, la extensión en un país de nuestro tamaño de un sector servicios muy amplio sin base industrial, porque esto es algo que no ocurre en ningún país de nuestro entorno.

En referencia al cuarto mito, habría que decir que es absolutamente actual si mantenemos industrias cuya competitividad se basa en costes y salarios. Sin embargo, no deja de ser un mito si nuestras industrias basan su competitividad en el proceso recurrente de introducir nuevas innovaciones antes de que se agote la anterior.

Por último, resulta sencillo rebatir el quinto mito presentando varios ejemplos de PYMEs innovadoras de nuestro país que tienen ventaja competitiva por su liderazgo tecnológico de nicho, y que por el contrario, son pioneras de un fenómeno generalizado en países como EEUU o Alemania, donde hay multitud de PYMEs industriales que han desarrollado tecnologías de nicho que les dan una ventaja diferencial en los mercados globalizados.


© José Ramón Gutiérrez. Director Asociado del Executive MBA del IESE. Anteriormente trabajó en consultoría de sistemas de información en Telefónica, ha sido gerente de consultoría tecnológica en Indra y jefe de proyecto de desarrollo de sistemas en Telefónica OSI.

 

Hay 6 Comentarios

introducir nuevas innovaciones antes de que se agote la anterior... esa política es la que debe implementarse. Del dicho al hecho hay un largo trecho... Saludos desde Argentina

Estoy totalmente de acuerdo con lo que dice José, autor del comentario anterior.

Enhorabuena por este magnífico artículo, José Ramón. Yo también creo que se necesita un nuevo enfoque en nuestra política industrial y propuestas concretas para transformar nuestro modelo productivo de una vez.

Muchos autores postulan sobre la conveniencia de ser mayoritariamente una economía de servicios básicamente porque el servicio está más localizado que el producto. De todas formas se puede competir en el desarrollo de nuevos productos y servicios si introducimos la innovación y el concepto de generación (algo que cualquier jugador de estrategia conoce). Si favorecemos la innovación como proceso de negocio en nuestras empresas y construimos ventaja de la implantación de cambios tendremos la clave del crecimiento y de la economía futura.

De todas formas, alguna ayuda de las políticas arancelarias sería necesaria para que los ciclos de innovación no tengan que ser tan cortos.

Totalmente de acuerdo con unos comentarios nacidos de la sabiduría, la formación y la experiencia del autor de este brillante artículo. La economía española tiene que apostar por un cambio en el modelo productivo que ha de estar basado en ventajas competitivas de primer orden o de rango superior mediante el desarrollo de procesos basados en I+D+i y no en una política económica, que podríamos denominar Reaganomics "a la europea", en la que el sector de la construcción constituye una piedra angular. Por ello, el futuro de la industria pasa por desarrollar tecnologías de nicho altamente especializadas y diferenciadas del resto del mundo, para que así las ventajas competitivas sean sostenibles en el tiempo y sean difícilmente imitables por los competidores.

Precisamente en la última reunión de la Asociacion Española de fabricantes de Maquina Herramienta (AFM) se reclamaba al gobierno politicas de incentivación de la Industria. Esta asociación está compuesta por Pymes y exporta el 90% de la produccción, compitiendo con Alemanes y Americanos buscando nichos de mercado. Creo que es un claro eejmplo de la industria es el futuro del pais ya que genera empleo y riqueza.

A nivel de ciudadanos, en la situación actual en que vivimos, la gente solo podemos pensar en las cooperativas comarcales.
Es una forma de hacer frente a la situación de paro, con la colaboración de muchos que aportan poco capital individualmente.
Empleándose a si mismos y dando salida a los mercados a los productos de su zona, de su tierra.
Produciendo y manufacturando a nivel local.
Fomentando la pequeña industria, que solo ofrece lo que se produce allí.
Desde productos de la tierra, hasta los envases, la venta y la distribución.
Tenemos ejemplos de este tipo de pequeña industria, en la que se emplean colectivos reducidos de personas, incluso personas disminuidas físicamente que funcionan y prosperan.
Bajo la dirección de personas que piensan en el colectivo y no en la riqueza personal.
Desde esa óptica se puede crear empleo.
Desde la solidaridad y la colaboración complementaria entre grupos coordinados de equipos productores.
Hoy tenemos casi de todo y buena formación en la gran mayoría de la gente.
Sentido de la responsabilidad y necesidad de salir de esta situación atascada.
Se trata de hablar, de agruparse y de romper las barreras que impiden el ponerse en marcha.
Utilizando los medios y las agrupaciones a nuestro alcance que desde esta óptica se presten a colaborar, en los pueblos, las comarcas y las ciudades.
En muchos sitios se están recuperando oficios dejados y olvidados.
Recuperando la tierra y los animales de granja.
Los trabajos de reparación y recuperación de materiales desechados, evitando contaminación medio ambiental.
El abanico es amplio.
Y las posibilides también, depende de la capacidad y de la determinación de cada agrupación local.

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