XAVIER OLIVER, profesor de Dirección Comercial del IESE
En el Festival Publicitario de Cannes, una película de Apple llamada "1984" lanzaba el Macintosh. Ganó el Gran Premio y puso en pie al auditorio. Antológica, escalofriante, diferente, incisiva y reconfortante.
Un cortejo de personas grises, vestidas de gris y arrastrando los pies se dirigen a un auditorio mientras una mujer vestida con pantalón corto y camiseta avanza con un pesado martillo. Sentados frente a una enorme pantalla, los hombres grises escuchan al Gran Hermano que les alecciona con un discurso en que afirma: ¡prevaleceremos!
La chica avanza girando el martillo sobre la cabeza hasta lanzarlo y romper la pantalla en mil pedazos: “El 24 de enero, Apple Computers lanzará el Macintosh y verás porque 1984 nunca será 1984”.
Ese anuncio parecía fuera de lugar: el mercado de ordenadores estaba en manos de grandes compañías poderosas y serias como IBM y Microsoft. Apple era una marca marginal para publicitarios e innovadores, incompatible casi todo. ¿Cómo se atrevían esos pelagatos a criticar a los poderosos que estaban cambiando el mundo? ¿Cómo osaban compararles al Gran Hermano que manipula a sus seguidores, anulándoles su libertad?
Pero el tiempo pone a todos en su sitio. IBM ha salido del mercado de ordenadores para convertirse en una consultora tecnológica, harta de tener que luchar por sus ventas a base de bajar los precios. De Microsoft sabemos que su fundador, Bill Gates, se convirtió en el ciudadano más rico del mundo, que siguen presentando mejoras sobre los programas Office y poca cosa más. De Apple sabemos que es la compañía más admirada del mundo, ¿aquellos hippies que desafiaron el poder del establishment son los más admirados? Admirados, reverenciados, famosos y ricos.
Hay mil datos para confirmar su supremacía absoluta: desde su valor financiero, sus índices de crecimiento, el haberse convertido en la marca más admirada, tener las tiendas en las que más se factura por metro cuadrado del mundo...Apple representará en la historia el desafío de los inquietos, de los innovadores, de los que van por delante, de los que no se conforman con lo habitual. Un logro desmesurado en el mundo de la competencia extrema.
Pero el Mac fue el primero que nos contó que quería ayudarnos a sacar todo nuestro potencial. Pensaba en las personas y no tenía esa mentalidad tecnológica que hace productos complejos e incomprensibles para la mayoría. El Mac fue quien creó las funciones de archivo, arrastrado de iconos y simplificación en el manejo de datos que más tarde copió Microsoft con sus programas Office. El Mac no tenía virus. El Mac no necesitaba estudiar programación ni informática. El Mac era intuitivo e iba a favor nuestro, los PC no.
Y en medio de tanta innovación y diseño, la marca Apple ha logrado ser lo que nadie en la historia había sido. En 30 años ha logrado que les veneremos porque nos cuidan, porque se preocupan de nosotros, porque nos ahorran muchísimo tiempo y dinero haciéndonos la vida fácil. Y se lo puedo contar porque siempre he trabajado con ellos. Desde mi primer ordenador hasta el MacBook Air en el que escribo este artículo en un tren. Y les quiero, les admiro y soy uno de sus más entregados fans. Porque lo que han hecho es una gesta enorme e indiscutible que ha puesto el mundo al revés y nos han ayudado a que 1984 no haya sido “1984”.
© Xavier Oliver. Doctor en Comunicación, Universidad de Navarra. Licenciado en Ciencias Económicas y Empresariales, Universitat de Barcelona. Completó en 1979 el Programa de Desarrollo de Dirección del IESE, el Strategic Marketing Management Program de la Harvard University en 1985 y el Senior Management Program (SMP) de la Omnicom University de Babson (Massachusetts) en 2005-2006.
Hay 1 Comentarios
Directo, claro, publicitario, comercial y emocionante.
El valor nunca es lo que cuesta, sino lo que te da, lo que pasa a ser tuyo. Enhorabuena, Xavier.
Publicado por: Eduard Baldrís inglès | 30/01/2014 13:29:34