JOSEP TÀPIES, profesor de Dirección Estratégica
Del Blog "Empresa Familiar". “Estaría bien que nos dieses algunas recomendaciones para los casos como el mío, donde seguramente hay muchos que nos sentimos y pensamos igual”. Es la petición que me hace un antiguo alumno fundador de una empresa. En ese email plantea las siguientes preguntas:
- ¿Qué futuro tendremos si nadie más quiere continuar nuestro trabajo?
- ¿Qué valor estamos creando cuando tiramos del carro y sentimos que si desaparecemos nosotros la empresa también desaparecerá?
En respuesta a la primera pregunta es importante distinguir lo que significa ser una empresa de dueño de lo que significa ser una empresa familiar. La mayoría de las empresas nacen gracias a la capacidad de una persona emprendedora que ha tenido la visión de un producto o servicio y con esfuerzo, trabajo y sacrificio lo supo sacar adelante convirtiéndolo en un proyecto exitoso.
Al mismo tiempo, en la mayoría de los casos, este proceso va acompañado de otro proyecto; el de la familia. Estos dos proyectos se van desarrollando en paralelo en el tiempo y es al final donde se pone en evidencia si lo que tenemos es una empresa de dueño o una empresa familiar.
Si transcurridos, digamos 30 años, esta persona se da cuenta de que simplemente tiene una empresa exitosa que vale mucho dinero pero que nadie de la familia está interesado en seguir llevándolo en la siguiente generación, estamos hablando de una empresa de dueño.
Pero si la generación siguiente fue educada en valores que definen la misma empresa, si fueron hechos participes en las distintas fases de creación y desarrollo, si la persona emprendedora fue capaz en despertar en ellos el deseo de continuar en forma de legado aquello que ha creado, entonces podemos hablar de la empresa familiar.
Más que el tamaño o la estructura propietaria, lo que define una empresa familiar es la voluntad de la familia por continuar. Por esto es importante plantearles a los hijos en las distintas fases de su desarrollo que vayan pensando en el papel que desean desempeñar en la empresa creada.
En respuesta a la segunda pregunta; sentir que la empresa se puede acabar cuando fallezca la persona que la fundó, es un sentimiento muy frecuente entre los emprendedores que ven a la empresa como una prolongación de sí mismos.
Entregados con pasión al día a día no encuentran el tiempo para pensar en la sucesión. Confunden la sucesión con un acto simbólico en el cual entregan el cetro a la persona elegida, en vez de pensar en un proceso que requiere la planificación paralela entre el proyecto de la empresa y el de la familia.
© Josep Tàpies. Profesor de Dirección Estratégica y titular de la Cátedra de Empresa Familiar del IESE. Doctor en Ingeniería Industrial por la Universidad Politécnica de Cataluña y Máster en Administración de Empresas por ESADE.
Hay 3 Comentarios
Sin duda es un muy buen artículo , realista además. Las empresas familiares muy difícilmente tienen continuidad tras la desaparición de su fundador. En unos casos porque los hijos tienen sus propias profesiones, y otras, aunque los hijos SI han estado interesados en el negocio, marchaba todo muy bien mientras el padre vivía. Luego llegan las sucesiones y ahí es donde las familias dejan de ser lo que fueron. Aparecen así infinidad de situaciones que van liquidando el sentido de sociedad . En general quienes mayor esfuerzo han hecho terminan retirándose, porque no han sido debidamente reconocidos por la otra parte, la cual sin molestarse gran cosa, percibe iguales o mayores beneficios. Lo ideal sería que el padre fundador dejara ya su patrimonio distribuído con pleno conocimiento de las partes. Aún asi, no es seguro que la empresa tenga continuidad.
Publicado por: Beatriz Basenji | 11/02/2014 23:48:11
Desde luego la empresa muere cuando no hay relevo, porque muchas veces las empresas familiares que vienen de muchos años atrás, cubren un sector que actualmente ya no tiene tanta relevancia y los hijos prefieren invertir el tiempo en recursos más actuales.
http://interesproductivo.blogspot.com.es/2014/02/la-escasez-es-rentable.html
Publicado por: Robertti Gamarra | 09/02/2014 21:56:30
En toda empresa familiar se entrecruzan tres sistemas: la familia empresaria, los propietarios, que no todos tienen que pertenecer a la familia empresaria, y la dirección, que no todos tienen tampoco que pertenecer a ella. Suele haber confusión. Es fundamental que haya orden sistémico en la familia empresaria. Cuando hay orden en ella, tiene fuerza. Y cuando eso ocurre, es dificil que no haya un miembro de la nueva generación de la familia empresaria que quiera honrar el esfuerzo de la generación anterior. El resto es pecata minuta.
Publicado por: Carlos Surroca | 09/02/2014 19:41:22