DOMÈNEC MELÉ, profesor de Ética Empresarial
Del Blog "Ética Empresarial".
1. Crear una cultura empresarial de responsabilidad, de modo que el elemento central no sea la mentalidad de maximizar beneficios a toda costa, sino la función ético-social de la banca con razonables beneficios económicos y sociales. Los bancos cumplen su función social moviendo con prudencia el capital que los ahorradores depositan y facilitando el crédito que familias y empresas necesitan para crecer, generar empleo y, en consecuencia, riqueza. Con los riesgos y malas prácticas que han asumido bancos e instituciones financieras, han dejado de cumplir esta función, necesaria para el desarrollo económico de la sociedad.
2. Actuar con transparencia, explicitando información relevante, incluso más allá de la legalidad. El efecto de la titularización de activos tóxicos, así como la colocación de acciones preferentes con información deficiente ha sido devastador, y conviene aprender la lección. Ni la titularización de hipotecas ni mala existencia de acciones preferentes son intrínsecamente malas, pero hay que explicarlo bien y no ofrecerlo a quien puede tener muchas dificultades para entenderlo.
3. Administrar fondos con prudencia y transparencia. Hay bancos que han quebrado por imprudencia o negligencia en la administración de fondos, con frecuencia, acompañada de opacidad. La banca vio en el sector inmobiliario, por ejemplo, un enorme filón en el que se manejaban grandes volúmenes y es ahí, en el volumen, donde obtiene rentabilidad. Pero el dinero disponible no es sólo de consejo de administración, que con frecuencia sólo son propietarios de un pequeño porcentaje. Hay cientos de miles de pequeños accionistas y ahorradores que se han visto perjudicados.
4. Otorgar créditos con sentido de responsabilidad ético-social, considerando la actividad a la que van destinados y el valor social de la misma. Rentabilidad y solvencia no agotan la responsabilidad en la gestión de un banco. Hay también una responsabilidad ética y social, que considera la contribución del crédito en la generación de empleo y la creación de riqueza en condiciones éticas. En sentido inverso, la responsabilidad al otorgar créditos exige negarlos si van destinados a actividades y sectores faltos de ética.
5. No utilizar la situación de poder abusando de las necesidades de otros. Poder puede ser tener más información o mayor poderío negociador. Imponer cláusulas abusivas en hipotecas o abusar de la ignorancia de un ahorrador son algunas de las situaciones de abuso de poder que pueden darse en la banca.
6. Evitar incentivos o presiones perversas para decisiones de inversión. Los clientes a menudo reciben asesoramiento de los empleados de la banca a los que pueden acudir por la confianza que les merecen. Una política corporativa impulsada desde la alta dirección del banco que presione a estos empleados, sin ninguna cautela, puede llevarles a colocar productos financieros sin ofrecer información completa y clara a los clientes, o sin recomendarles lo más conveniente a su perfil inversor.
7. Actuar con imaginación moral y sensibilidad social. La imaginación moral lleva a buscar soluciones creativas éticamente mejores que las usuales. ¿Por qué ha faltado –y es una de las críticas más feroces que reciben los bancos– sensibilidad social ante los problemas de devolución de las hipotecas y los consiguientes desahucios? ¿No es posible en muchos casos la dación en pago? La falta de agilidad en la resolución de un problema que afecta directamente a las necesidades básicas de miles de familias indica falta de sensibilidad social.
8. No cooperar a malos comportamientos ajenos. Esto incluye desde la colaboración en blanquear dinero a la ayuda técnica para realizar evasión fiscal fraudulenta a paraísos fiscales. Es conocido que en los paraísos fiscales el dinero no está sujeto a impuestos, o son muy bajos y, además, se cuenta con el secreto bancario, Los bancos no deben ser cómplices de malas actuaciones de sus clientes, aunque sean importantes.
9. Actuar con sentido de buena ciudadanía. Implica que el banco ha de actuar y ser visto como un actor social, que no se despreocupa de los problemas de la sociedad, aunque no estén directamente incluidas en su misión. Muchos bancos dedicar parte de sus beneficios en actuaciones sociales, muchas de las cuales difícilmente se cubrirían. Naturalmente esto no puede servir para encubrir mala prácticas, pero debe ser alabado.
10. Asegurar el cumplimiento pero apuntar a la integridad. Tener códigos de conducta bien establecidos y aplicados y otros medios de auto-regulación puede ayudar, pero hay que apuntar a una mentalidad compartida de integridad, más allá del cumplimiento. Con esto se podrían evitar actitudes de “cumplo” y “miento”; literalmente cumplo con la norma pero sin verdadera integridad moral.
© Domènec Melé es doctor en Ingeniería Industrial por la Universitat Politècnica de Catalunya y doctor en Teología por la Universidad de Navarra. Además, es licenciado en Química por la Universidad de Barcelona.
Hay 1 Comentarios
La cruda realidad nos ha despertado de golpe a toda la ciudadanía, que estábamos creídos de que la banca era seria, que era verdad que vivíamos en un estado de respeto y serio.
Y que nuestras instituciones principales se regían por una gestión controlada desde los fundamentos legales más estrictos y legales, socialmente.
Ya que un banco o Caja de Ahorros mediaba en todo lo más importante de nuestras vidas, a la hora de comprar o de pedir una hipoteca, o un informe de solvencia.
La banca era una garantía.
Y hemos visto que no es así, que no nos podemos fiar de nadie, porque la gestión ahora es pura y simple de ganar a cualquier coste desde la superioridad de actuar con el conocimiento y el manejo de toda la información.
De forma arbitraria y en detrimento de la ciudadanía que fiada por los muchos años de solvencia, decía amen a lo que le garantizaban.
Hemos visto que el control de las instituciones era solo de apariencia, porque se han tirado de cabeza a un tipo de gestiones arriesgadas que han terminado en fiasco.
Y el rebote ha sido que los platos rotos los paguen la gente de base, la gente más indefensa.
Sin miramientos.
Hay quien ha perdido todo su patrimonio, sin querer ni ser entendidos en especulaciones.
Engañados con todas las letras, y a plena luz del día.
Una mala gestión social llevada a efecto sin renuncia a sus privilegios y ganancias.
Asegurados sus patrimonios y sus salarios de alto nivel.
Desde una impunidad a toda prueba.
Y con el miedo de que si no se les rescataba nos íbamos a la ruina.
Encima.
Publicado por: Olite | 06/07/2014 16:14:22