El debate

El BCE no debería subir tipos ahora, ¿o sí?

Por: | 02 de abril de 2011

14537280 El próximo jueves, 7 de abril, el Consejo del Banco Central Europeo decidirá si sube los tipos de interés para el área del euro o los mantiene en el 1 por ciento. Su presidente, Jean Claude Trichet, lanzó hace un mes un claro mensaje de subida, al afirmar que el BCE “realizará una fuerte vigilancia de la inflación y actuará cuando sea necesario”. En mi opinión, la autoridad monetaria europea no debería subir tipos por ahora; y menos tras los acontecimientos derivados del terremoto de Japón, que están afectando al crecimiento económico de la zona.

Las opiniones de los expertos consultados son muy diversas y hay mayoría que apuesta por que el BCE suba tipos en jueves próximo. Y lo defienden. Sin embargo, hay una corriente de opinión muy fuerte que asegura que técnicamente es dudoso que sea imprescindible subir los tipos de interés en la zona del euro en estos momentos. Según esta teoría, que yo comparto, el mensaje enviado por Trichet el 3 de marzo habría que entenderlo en términos más políticos que puramente técnicos y en clave alemana.

Europa vive en tensión continua. No solamente los mercados están agitados y sometidos a presiones de todo tipo. Las instituciones europeas debaten estas semanas la futura gobernanza económica y Alemania está jugando muy fuerte para ganar posiciones e imponer sus criterios de ortodoxia económica y financiera, tras haber hecho sus deberes durante casi una década. Y eso afecta también a la política monetaria dictada por el BCE.

La salida de Axel Weber del Banco Central Europeo, que se hará efectiva en mayo, tiene mucho que ver con el duelo entre halcones y palomas en el BCE. Y la advertencia de Trichet de que los tipos subirán, está en la misma onda. Desde Francfort quieren dar un mensaje de dureza y ortodoxia que contente a Alemania, y los posibles candidatos a suceder al francés en la Presidencia de la autoridad monetaria europea también quieren ganar puntos en Berlín. “El Consejo está más politizado que nunca”, me decía esta semana un economista muy familiarizado con el BCE.

Desde el punto de vista puramente técnico, hay tantas razones para subir tipos, como para mantenerlos. Es verdad que los estatutos del Banco Central Europeo le obligan a velar por el control de la inflación y los objetivos están fijados en “below but close to 2 per cent” (debajo, pero cerca del 2 por ciento). Y es verdad que la inflación de la zona euro ha superado el 2 por ciento fatídico, forzada por la subida de los precios del petróleo. Hasta aquí, todos de acuerdo.

No hay que olvidar, sin embargo, que los objetivos de inflación hay que verlos a medio plazo y que la inflación subyacente (sin los precios del petróleo) de la zona euro está por debajo del 2 por ciento (“below but close to 2 per cent”). Así que también habría razones para esperar uno o dos meses a ver cómo evolucionan los conflictos del norte de África y Oriente Medio y, por lo tanto, los precios del petróleo.

Otra cosa muy distinta, que Trichet no ha comentado, pero que seguro está en la mente del Consejo del BCE, es que, antes o después, Europa tendrá que reequilibrar el tono de la política monetaria, que había mantenido los tipos muy bajos para evitar el riesgo de deflación. Es verdad que esa política ha propiciado muchas burbujas y un alto endeudamiento de las familias, las empresas y las administraciones.

Pero surge entonces otra pregunta: ¿Es el momento de reequilibrar ese tono de la política monetaria? Estados Unidos, Reino Unido, Japón y la propia OCDE piensan que todavía no. De hecho, mantienen sus tipos de interés entre el 0 y 0,5 por ciento, siguen comprando activos financieros en mercados libres y recuerdan al BCE el error que cometió en julio de 2008, al subir tipos hasta el 4,25 por ciento (para frenar una inflación que había llegado al 2 por ciento, con el precio del barril de brent a 150 dólares), y que tuvo que corregir antes de que acabara el año, tras la quiebra de Lehman Brothers. A partir de ese momento, el Banco Central Europeo inició una rebaja de su tasa rectora hasta situarla en el 1 por ciento en mayo de 2009, mínimo que no ha variado hasta ahora. ¿Están seguros en el BCE de que la situación de la economía europea es menos frágil que la de Estados Unidos?

La mayoría de estas preguntas no tienen una respuesta de blanco o negro. Hay muchos grises. Pero hay algunas claves que hay que tener en cuenta para entender lo que pueda decidir el BCE el próximo jueves. Y la más importante es la clara asimetría que existe entre los 17 países miembros de la Europa del Euro. Si decidiera solo Alemania, la decisión de subir tipos de interés estaría clara, pero si nos rigiéramos por la media ponderada del Eurogrupo, probablemente habría que mantenerlos. Y dentro de éstos, los países que saldrían más perjudicados por una subida de tipos en estos momentos serían los más endeudados y más retrasados cíclicamente; España, entre ellos.

La respuesta la tendremos el próximo jueves, en el que los 17 gobernadores de bancos centrales y los seis miembros del Comité Ejecutivo del BCE (Jean Claude Trichet, Vitor Constancio, Lorenzo Bini Smagli. Jürgen Stark, Gertrude Tumpell-Gugerell y el español José Manuel González Páramo), tomen la decisión y la comuniquen urbi el orbe.

Hasta entonces, podemos debatir. ¿Es el momento de subir tipos en Europa, o no?

Hay 15 Comentarios

Artículo: ¿Quiénes son esos tipos de interés?. Consulten mis respuestas “transgresoras” con “comité de expertos” en:
http://desequilibriogeneral.wordpress.com/2011/04/07/%C2%BFquienes-son-esos-tipos-de-interes-1/ (se agradece que dejen comentarios!).

Adendum: Si claro, me olvidaba, también podemos esperar crecer por el tirón del crecimiento mundial. Es una opción. Hacer una mala política económica, esperar que los otros crezcan y encontrar algunos productos para hacernos un hueco en los mercados mundiales. Esto va influir positivamente sobre el nivel de empleo. Pero esto pasa por aturdir los factores de crecimiento interno y bajar salarios (al menos relativamente a los otros países). Además, tener un sector exportador fuerte no implica tener un tejido productivo dentro del país por lo que difícilmente se va a acabar con el paro y dificulta la recaudación de impuestos. Finalmente, si consideramos que España ha mantenido sus cuotas de exportación durante los últimos años es probable que los déficits de la balanza corriente sean consecuencia de las entradas de capital y no de la falta de competitividad. Desde este punto de vista será difícil aumentar las exportaciones.

¿Quienes son esos tipos de interés?

Si la vuelta de Keynes hubiera tenido algo de contenido y no se hubiera limitado a simple retórica, los economistas serían más escépticos sobre los efectos que las variaciones del tipo de interés fijadas por la política monetaria puedan tener sobre el nivel de actividad y en el nivel de precios. En especial en un período compulso como el que estamos atravesando.

Keynes (en el Treatise si mal no recuerdo, pero no he tenido tiempo revisarlo) establece una distinción entre la “circulación industrial” y la “circulación financiera” que nos es de una gran utilidad al examinar la circulación monetaria.
En la circulación industrial intervendrían las transacciones correspondientes al pago de salarios y de inputs de producción, a la compraventa de productos para el consumo y la inversión, a la formación del ahorro, a la financiación de la inversión y al pago de beneficios (la retribución, al fin y al cabo, del capital físico). La circulación financiera estaría compuesta por otras transacciones como son las compraventas de títulos en los mercados secundarios (acciones, obligaciones, opciones, futuros, swaps, …).

Con la ayuda de esta distinción, lo que sigue debe considerarse como un ensayo en el que avanzo unas proposiciones que tal vez ayuden al lector a formarse una idea más clara de la coyuntura actual y de algunos escenarios de futuro. Aun con sus déficits, espero que mostrará la esterilidad del enfoque tomado por Ayuso y seguido por sus contertulianos. Lamentándolo, no les puedo dar una respuesta extensiva pues ante tal desbarajuste no tengo páginas ni dedos que den abasto.

Empecemos por que poco importa si el BCE sube los tipos de interés. Lo que importa en todo caso es si tiene intención de empezar un período de subidas sucesivas. En este caso, un aumento continuado de los tipos de interés junto con un avance moderado de la inflación y un estancamiento de los salarios podría tener consecuencias desastrosas y propiciar un largo período de estancamiento. Si esto además se junta con una congelación del gasto y la inversión pública las consecuencias pueden ser desastrosas (véase el Pacto de Euro (1)).

No tendremos este resultado porque el aumento del tipo de interés va a frenar el crecimiento de la inversión y va a dificultar las exportaciones al propiciar una apreciación del euro. No. Lo vamos a tener porque los desequilibrios inter-temporales no se van a corregir. Vamos a entrar en un período de desendeudamiento por parte de las familias, el estado y muchas empresas no financieras en el que además les será difícil refinanciar los créditos en unas condiciones que no sean de usura y menos aun realizar nuevas inversiones.

Esto se debe a que el sistema financiero, con los grandes bancos a su cabeza, tardará todavía un tiempo en proporcionar liquidez al sistema productivo (la “circulación industrial”) en una cantidad suficiente para contener las tensiones recesivas y deflacionistas por falta de medios de pago. En estos momentos todavía están saneando sus balances. Razón por la que se mantiene la provisión del BCE de liquidez “infinita”. Pero vayamos por partes.

La crisis que tenemos delante parece que tenga por lo menos dos causas que se relacionan con las finanzas: una sobrevaluación del precio de muchos activos y un creciente grado de fragilidad financiera (debida a su vez a un mayor apalancamiento de los agentes y a una mayor interconexión entre ellos).

La sobrevaluación ha afectado tanto a (i) activos reales (caso del inmobiliario) como a (ii) activos financieros con una relación más o menos directa con la producción (acciones, participaciones) o (iii) sin ella (swaps).

Los activos reales y la cotización de las acciones en algún momento se tienen que enfrentar con los precios (y los salarios) corrientes: no es posible que los precios de los bienes inmobiliarios y de las acciones crezcan sistemáticamente por encima de los precios corrientes, porqué esto quiere decir que las inversiones cada vez reciben un tipo de beneficio mayor. Esto en algún momento se ha de parar ¿o no? Respecto a los títulos del tipo (iii), estos caen cuando los otros empiezan a caer o cuando a sus detentores les suben el tipo de interés.

Una característica particular de nuestra economía es que normalmente el propietario de un activo, su poseedor, normalmente no es su propietario definitivo, en el sentido que el propietario lo ha adquirido endeudándose con otro agente. La persona que ha concedido el préstamo, el prestamista, toma el valor del activo como garantía en caso de no devolución. El valor del préstamo entre el valor del activo es la tasa de cobertura.

En los años anteriores a la crisis tanto los prestamistas como los prestarios han estado formalizando créditos con una tasa de cobertura cada vez menor (pasando por ejemplo, y me lo invento, del 60% al 90%) con la expectativa de que el precio de los activos que sirve como garantía seguiría aumentando. Los prestarios aumentaban su apalancamiento y los prestamistas incrementaban los riesgos asumidos. Después, estas deudas se transmitían a otros agentes en forma de títulos y así sucesivamente fragilizando en suma al conjunto del sistema (transmisión de títulos por la “circulación financiera”). Luego vino la crisis. Pero ahora no me quiero detener en ello. Nuestro tema es la política monetaria.

En relación a las dos causas apuntadas, estas pusieron de manifiesto que las previsiones de los precios de los activos eran erróneas y que en las nuevas circunstancias muchos agentes endeudados estaban en números rojos y que su posición se iba a agravar en la medida que todos los agentes intentaran o se vieran obligados a saldar su posición. Se acercaba un período de quiebras masivas. ¿Qué hacer en estos casos? (a) no hacer nada, (b) renegociar la deuda, (c) inyectar liquidez, (d) cambiar el sistema monetario de la UE.

No hacer nada hubiera sido divertido en un principio, pero habría provocado un descontrol absoluto. Renegociar la deuda hubiera sido más inteligente y más justo, seguramente más difícil porque muchos agentes deberían reconocer sus errores en cuanto a sus expectativas y asumir pérdidas (véase los bancos) y podría provocar una discusión seria sobre el sistema monetario y cómo esto ha sido posible.

Inyectar liquidez es lo que se ha hecho: creación de dinero por parte del banco central para al sistema bancario europeo (además de bajar los tipos y fijarlos al 1%, amentar la periodicidad de la “subasta” y relajar los criterios de los activos aceptados como contrapartida). ¿Pero esto no provocaba inflación? Depende de lo que estén haciendo los bancos comerciales.

En nuestro caso los bancos están aprovechando la ventanilla del BCE para refinanciar sus deudas (al 1%!) e ir asumiendo las pérdidas en su cartera. Con esta “ayuda” pueden continuar su actividad y sanear su balance progresivamente con las ganancias realizadas. Así el precio de los activos se mantiene relativamente estable (con algunas pérdidas) y la entidad no entra en suspensión de pagos (que dependiendo dimensión puede provocar una disminución generalizada del precio de los activos y llevarla a una insolvencia absoluta).

La ingente liquidez impresa por el BCE se queda en la circulación financiera, en las operaciones de saneamiento bancario, sin que llegue para financiar una inversión potente (ni tampoco el déficit público a unos tipos de interés decentes). A saber por donde circula. Probablemente una parte va con todos aquellos fondos que andan locos con la crisis buscando especulaciones rentables, comprando oro, provocando subidas del petróleo y las materias primas, haciendo una burbuja inmobiliaria en Francia, etc.

Si lo que proponen es subir los tipos de interés, mantener la liquidez ilimitada e intentar por todos los medios contener la inflación lo que están haciendo es impedir el ajuste de los precios de la producción corriente con el precio de los activos. Se está intentando mantener esos precios de los activos no como si estuvieran sobrevaluados, sino como si fueran la referencia a tomar. Se está ajustando el sistema productivo a ellos, con todo lo que eso conlleva. En el proceso muchos agentes se van a descubrir insolventes y más a medida que vayan subiendo los tipos de interés (sus ingresos corrientes no dan para pagar la devolución de su deuda, el valor de sus activos tampoco y no se pueden refinanciar). Todos ellos hicieron unas malas previsiones de futuro, pero a los que sean grandes se les va a salvar, a las pequeñas empresas y a las familias no.

En este contexto una inflación alegre pero controlada podría ser una cura, un poco injusta para el ahorrador, pero muy eficiente contra los bancos y la distorsión que están provocando en los precios con sus políticas. Debería ser una inflación propia eso sí, no importada como la actual, y para compensar al pequeño ahorrador se podrían subir salarios y pensiones.

No es por aquí por donde van los tiros. El asunto es que proponen frenar el gasto público y congelar salarios. Las consecuencias sobre la demanda son evidentes.

No sé que obcecación les hace creer, a estos sacrosantos expertos, que ante este desequilibrio en múltiples mercados creen que porqué aumenta la tasa de paro hay que bajar salarios. Es la burda aplicación de la teoría del equilibrio parcial de un payés a la gestión macroeconómica. Bajar salarios sólo conllevará mas paro y más bajadas de salarios.

¿Y que nos queda? La inversión. ¿Quién es la inversión? Las PYMES están que tiemblan, no encuentran financiación. Así que nos quedan las grandes empresas. Muchas también están que tiemblan. Otras muchas forman parte de grandes grupos globales. Las grandes empresas se están concentrando. Estamos en medio de un intensísimo periodo de concentración empresarial, cosa que pasa demasiado a menudo desapercibida.

Así que quien es la inversión: los bancos que financian, las grandes empresas que tienen acceso a la financiación, que se concentran y que monopolizan mercados y las empresas de rating que dicen que chanchullo vale y que inversión no. Es a estos a los que habremos de rogar por favor, una vez ya hayamos aceptado todas las reformas laborales, de las pensiones, todos los pactos del euro y aquello que se les ocurra, que empiecen a utilizar la máquina de hacer dinero para poner en marcha la circulación industrial, se cree empleo, el estado recaude y las escuelas tengan fondos.

Una alternativa a esto muy interesante sería repensar el sistema monetario y financiero, el BCE y el papel de la inversión pública. Como yo no soy muy favorable al monstruo del estado, debería repensarse la toma de decisiones, haciendo avanzar el ideal democrático. La inversión y el dinero, dos claves para cambiar este negro futuro que nos preparan. Pero esto ya es otra historia.

Nota: me queda pendiente la creación monetaria, el tipo de beneficio y el tipo de interés. Ya lo discutiremos.

Se han recogido mas de 9.500 firmas para traer el cuadro “Guernica” de Picasso a Gernika.

Pedimos tu adhesión a la que creemos legítima reclamación de trasladar definitivamente el cuadro, “Guernica-Gernikara”.

http://www.guernicagernikara.net/home/?page_id=80

La realidad es que Europa debía de iniciar un proceso de economía social. Si crece la deuda, pues adelante. Para quien trabajamos los economistas, ¿para la Banca? o ¿para la Sociedad (e incluyamos aquí a aquellos cuyas oportunidades siempre son cero)?

Le he echado un vistazo al blog de T. Giro: "Desequilibrio general" y al menos apunta hacía otras propuestas, otra modelización del problema. Creo que ya es momento de que nos bajemos del burro y afrontemos propuestas sociales de verdad...

Perdonen el retraso, todavía sobre las agencias de rating (pueden leer el artículo entero en http://desequilibriogeneral.wordpress.com/):
Si no se intenta tomar una visión de conjunto, la discusión sobre las agencias de rating se vuelve un arduo campo plagado de términos técnicos y de fórmulas de una complejidad progresiva donde es difícil apreciar el papel que juegan en nuestra economía.

Esto es algo que los comentarios populares ponen de manifiesto al apuntar algunas de las interacciones entre determinados grupos sociales y los sucesos de los últimos años. El caso más flagrante es el de los movimientos de altos cargos y directivos entre grandes empresas, organismos públicos y el mundo de las finanzas: la puerta giratoria. Un tema que ha estado últimamente de moda, tras el oscar recibido por el documental “Inside job” (que todavía no he visto).

[…] Si las agencias de notación degradan la nota de un país, las empresas financieras querrán, pero también deberán sacar los respectivos títulos de deuda pública de sus balances para ajustarse a los requerimientos legales, pues las empresas financieras ya suelen operar al máximo ratio de “riesgo” permitido. De esta manera se tumba el valor de unos títulos y se hace arrodillar a un estado. Los tipos de interés se disparan.

[…] Visto esto, constatar comportamiento pro-cíclico de las susodichas agencias no aporta gran cosa. Ahora bien, cuando miramos los comentarios de los “expertos” vemos que tienden a focalizarse sobre cuatro cuestiones, las cuatro que están de moda, minimizando el interés del foro y de la discusión. Sus contribuciones no me ayudan, ni tampoco creo que ayuden a un público general, a tener unos mejores argumentos. Son superficiales. Ni clarifican ni profundizan. Resumiendo, son las siguientes:

[…] El primer artículo de Ayuso empieza haciendo una llamada a la ética de los negocios. Buenas traemos. Dirigir la atención hacia eso es una pérdida de tiempo. En un mundo con libertad de pensamiento en el que cada uno sigue sus juicios respetando la ley, los temas éticos son los últimos en discutirse. En fin, ahí asume un tono moralista que casa muy bien con el misticismo que impregna su visión de la economía.

El déficit argumental que esto produce en los “expertos economistas” hace que las bases de sus razonamientos tengan un origen mítico (a veces llamado cuento chino). Ahora no tenemos tiempo de explayarnos en él, demos tan sólo unas indicaciones.

[…] El mito del librecambio en una economía de mercado, el mito de la competencia, el mito de la máquina de la moneda […]

[…] Los elementos movilizados hasta aquí ya nos permiten sacar una conclusión crucial. Como el futuro es incierto, el acceso al crédito o la colocación de unos títulos representan una validación social de la perspectiva de futuro del prestamista. Los mecanismos por los que esta validación se produce están determinados por la interacción entre el banco central, los bancos privados y las demás empresas financieras y entre estas y las empresas productivas, los particulares y los Estados.

Espero que ya podamos empezar a apreciar el peso que tienen las agencias de notación sobre nuestro futuro. Al dar o negar credibilidad a un emisor le permite o prohíbe el acceso al crédito a unas condiciones en las que le sea posible llevar a cabo su plan de futuro. El mañana está en sus manos.

[…] Aún que haya perlas que merecen la atención, ya no me quiero alargar más y no voy a comentar en detalle las ideas de los expertos. Simplemente decir que los argumentos para justificar los 4 tópicos mencionados son del todo insuficientes. ¿Por qué son necesarias y en qué casos? ¿Por qué esa fe en la propiedad privada? ¿Cómo que un bien público? ¿Cómo lo son el País o la Vanguardia? ¿Por qué no empezar el cambio regulatorio una pelotón de países?

En las conclusiones del viernes el moderador sólo puede reconocer el consenso: que nada importante cambie. Los expertos del foro, de hecho, están haciendo como las agencias de rating: marcando la nota para que los sigan los bobos.

Algún día llegará y pienso que es mejor ir subiendo poco a poco los tipos que tenerlo que hacer de golpe a final de año (hemos de evitar los shocks).Si se decide subir los tipos de interés va a haber un efecto de revaluación del euro por atracción de capitales extranjeros. Esto va a afectar negativamente las exportaciones, pero tambien va a reducir el coste de la importancion de petróleo.
El problema lo tienen los países con mayor deuda, porque los costes de su financiación va a crecer. Ni que decir el caso de los hogares con endeudamiento.


Disculpais, contiene tal derecho, po' cual viene la
resaga', los perjudicados por dicha "antonomasia"

Hay un susodicho cual refiere ma' o menos:

" primero es lo primero! "

Abrazos al pais, todo.

Nuuuuú!.bajo ningun punto de vista, sua derecho de
subir dog' bajar tazas de tipos de interses, por fuera
presisamente de los intereses!.

Cual significa, aplicareis la teoría del desacople, segun'
y para cual modo de vida', prevalecer'es cadaciudadano',
"ano".

En mi opinión, los tipos de interés deben de "surgir" espontáneamente, sin manejo de ningún órgano dictador financiero. Así reflejarán la realidad.

Básicamente lo que defiende la Escuela Austríaca.

¡No todos los economistas somos neoliberales! Desarrollen otro punto de vista con:
http://desequilibriogeneral.wordpress.com/

El Sr Trichet ya hizo de las suyas cuando subió los tipos por última vez en julio de 2008 para tener que rebajarlos a la carrera en los siguientes meses pues tal era la situación catastrófica de la economía occidental. Entonces también la excusa era la inflación, el peor enemigo de la economía para los ortodoxos. Quedó sin embargo inmediatamente claro que el gobernador del BCE era un hombre con pocos reflejos y bastante torpe. Ahora los precios están subiendo en el área euro y en Gran Bretaña. Su causa es multifactorial pero mayormente externa debida al alza de los productos energéticos y de los alimentos. Los conflictos del Magreb no ayudan para nada y tampoco lo hace la crisis nuclear japonesa. China sigue incrementando el consumo de combustibles fósiles al igual que otros países emergentes que se encuentran en otra fase económica cuando se compara con los paises del mundo occidental. Subir los tipos no mejorará para nada la inflación. Subiendo un 0.25% algunos interpretan que se quiere mandar una señal: los bancos centrales europeos no toleraran que la inflación suba descontroladamente (ja, ja, ja). Una señal inútil y muy perjudicial para las economías familiares de los paises periféricos incluida Gran Bretaña. El Sr King, Gobernador del Banco de Inglaterra, ya ha dado indicios de que no es personalmente favorable a incrementar los tipos de su institución. Pero cada vez aumentan los miembros de la comisión del Banco que se inclinan a ello, porque para eso están los grupos de presión.
Alemania también tiene tensiones inflacionistas, pero por razones diferentes y mayormente internas. Su PIB está creciendo portentosamente gracias a la exportación, precisamente a paises emergentes como China que necesitan justo lo que Alemania produce. Así que, para mantener su competitividad y ante el riesgo de sobrecalentar la economía necesita una subida urgente de los tipos. Mientras tanto, los bancos y otros grupos financieros están aburridos de tipos bajos que no atraen ahorro. Los lobies presionan a los bancos para que suban los tipos independientemente de si eso es bueno para la economía europea en su conjunto.

Me añado a las dos respuestas anteriores. El BCE es el banco central de Alemania y Francia. Y no solo el BCE, el pacto de estabilidad quedo discretamente olvidado en cuanto Alemania y Francia vieron que no podian cumplirlo.

Me añado a las dos respuestas anteriores. El BCE es el banco central de Alemania y Francia. Y no solo el BCE, el pacto de estabilidad quedo discretamente olvidado en cuanto Alemania y Francia vieron que no podian cumplirlo.

La subida de tipos de interés solo tiene lógica en un contexto inflacionista con una fuerte expansión del crédito, medido por la M3 en la zona euro. Aunque es cierto que la inflación está aumentando en la eurozona, como bien se dice en el artículo, no parece ser debida a factores estructurales sino, por el contrario, al efecto del encarecimiento de las materias primas, sobre todo por el impacto coyuntural de las revueltas en los países árabes del arco mediterráneo. Por lo que el efecto de una subida de los tipos de interés tendrá un efecto contractivo al aumentar los costes financieros de empresas y gobiernos, reproduciendo el circulo vicioso al que las agencias de rating nos abocan. El BCE debería contener sus impulsos mecanicistas e intentar impulsar una mayor coordinación de las políticas económicas y fiscales dentro de la eurozona. A España en particular las medidas del BCE son siempre contracíclicas, permanentemente nos vemos afectado por decisiones que favorecen a los países "core", por ejemplo, la subida de los tipos de interés se debía haber producido en plena década expansiva cuando crecíamos a tasas emergentes gracias a tipos de interés reales negativos favorecido por la política del BCE que buscaba apoyar la recuperación alemana con tasas de crecimiento sensiblemente menores. Ahora también tenemos tipos de interés reales negativos, aunque el crédito desgraciadamente no fluye debido al cerrojazo bancario. Que solucionen el problema de los bancos y después ya subirán los tipos.

El BCE siempre ha estado "obsesionado" en controlar la inflación (in crescendo por el precio del crudo). Como Alemania esta creciendo, y el resto somos unos PIGS, no solo van a subir los tipos 25 puntos básicos el próximo 7 de abril sino que el mercado y profesionales de las finanzas esperan ver los tipos al 1,75% para finales de 2011. Quien diría que estar en el "euro" nos iría tan bien..., si es que esta visto que aquí solo tienen en cuenta a Alemania y Francia, el resto somos "verano azul" para ir de vacaciones.

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Economismo es, según el Diccionario de la Real Academia de la Lengua, “la doctrina que concede a los factores económicos primacía sobre los hechos históricos de otra índole”. Este foro pretende abrir una línea interactiva de debate, de alta calidad y diversidad, sobre economía nacional e internacional. Para ello, contamos con la colaboración de destacados expertos que aportarán sus opiniones a lo largo de toda la semana.

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