Otra semana de alta participación en el debate de “economismo”. No solo han participado los expertos registrados, sino que además Fernando Gutiérrez trajo a colación la opinión de Wolfgang Munchau, en el Financial Times del lunes pasado, que se mostraba mucho más pesimista sobre la capacidad de España de romper las inercias negativas de los mercados.
Hay casi unanimidad al señalar que hay muchas diferencias entre las economías de España y Portugal y que hay que excluir una intervención de nuestro país, siempre que sigamos adelante con las reformas emprendidas, aceleremos la solución de la crisis de las cajas de ahorros y pongamos coto a los gastos de las Comunidades Autónomos.
Aun a riesgo a descontextualizar los comentarios, paso a enumerar una idea de cada uno de los expertos que han participado esta semana en el debate, en riguroso orden de aparición.
Mauro Guillén: Frente a Portugal, España cuenta con un gran número de empresas con presencia internacional. No podemos dormirnos en los laureles y hay que facilitar más el desenvolvimiento de las iniciativas empresariales.
Guillermo de la Dehesa: Además de las diferencias de crecimiento económico, existe un consenso unánime entre los líderes europeos sobre que Portugal será el último rescate y que no va a caer ningún miembro más.
Joaquín de la Herrán: La comparación con Portugal es frustrante e irracional. Los mercados deberían confiar en nuestras reformas y nuestros socios deberían ser más contundentes en la defensa de la cuarta economía del euro.
Rafael Myro: La situación española es muy diferente de la portuguesa, aunque es necesaria firmeza y perseverancia en las reformas y mayor concertación entre agentes e instituciones.
José Ignacio Wert: Tenemos un calendario político perverso, que supone un riesgo añadido para mantener esa credibilidad que es clave para asegurar que los mercados nos crean.
Santiago Carbó: Nuestro reto es de largo plazo… hay que alcanzar un nuevo modelo de crecimiento más competitivo e innovador, porque el de los últimos treinta años está agotado y ya no puede financiarse en el exterior.
Manuel Escudero: España no es Portugal si consideramos el número de empresas globales… aunque la presencia española internacional real no se corresponde con la percepción global, equívoca y difuminada de su marca.
Joaquín Maudos: Para convencer a los mercados de que España no es Portugal, hay que avanzar más deprisa en las reformas pendientes y aumentar la transparencia informativa sobre el sector bancario.
David Taguas: Para eliminar las incertidumbres sobre la sostenibilidad de la deuda… hay que impulsar un plan de desinflación de la economía en dos frentes: equilibrio presupuestario y cambio radical del comportamiento de los agentes económicos en la negociación de precios y salarios.
Miguel Ángel García: El cumplimiento del plan de saneamiento de las cuentas públicas es muy importante para ganar la confianza de los inversores. No hay que confiarse y considerar superada la etapa de peligro.
Fernando Gutiérrez: Aunque España tenga una posición más sólida que Portugal, la opinión relevante es la de los mercados… y la preocupación fundamental es la combinación de crisis inmobiliaria, con un sistema financiero débil y alta deuda exterior privada, en un entorno de bajo crecimiento.
José Luis Martínez: Hay que aprovechar esta tregua para confirmar que se están poniendo las condiciones adecuadas para crecer, que el sector financiero no dará más sorpresas negativas y que el ajuste del sector público territorial es tan fiable como el del Estado.
Santiago Fernández de Lis: Hay que preguntarse por qué los mercados ven similitudes entre los periféricos… España tiene más capacidad de resistencia y, desde hace un año, se están haciendo las reformas correctas. Munchau es demasiado pesimista.
Pablo Vázquez: Esto va de crecimiento. Si pensamos que la tarea está terminada, que la ola ya nos lleva, España será Portugal.
José Carlos Díez: La aritmética nos demuestra que España está en mejores condiciones que Grecia, Irlanda y Portugal, con un sólo 4 por ciento del PIB de pago de la deuda en 2015.
José Antonio Alonso: La solidez no es garantía y la capacidad de discriminación de los mercados se acreciente en los momentos de acentuación del riesgo… para evitar el efecto dominó, hay que seguir con las reformas.
Juan José Dolado: Es posible que tengamos nuevas marejadas después del verano. Soy optimista a medio plazo y pesimista a largo.