El debate sobre una posible Europa a tres velocidades ha tenido una vida muy corta. En seguida se ha entendido como un globo sonda y una especie de presión sobre los países que más arrastran los pies para que se pongan las pilas. Los expertos de “economismo” reconocen que hay varias velocidades en Europa, pero que hay que avanzar hacia una sola Unión Europea. Todo lo demás son errores políticos. Éstas son algunas de las opiniones.
Mauro Guillén: Tenemos que desmitificar el asunto de las velocidades. La construcción de un espacio económico y social en Europa siempre se ha producido a varias velocidades. Lo que tenemos que replantearnos es qué beneficios aporta la moneda única y qué costes. Algunos países periféricos a lo mejor estarían mejor fuera del euro y los países más competitivos se benefician claramente de la moneda única. Entre los dos grupos se encuentra España, que no es ni tan competitiva como Alemania, ni tan atrasada como Grecia. No podemos seguir confundiendo la realidad con los deseos. Todos queremos una Europa unida, dinámica y próspera, pero la Europa a 27 es muy diversa como para tener una moneda única fuerte y estable.
Joaquín de la Herrán: El ruido de las declaraciones recientes sobre Europa a varias velocidades no se corresponde con la posible trascendencia práctica de las mismas. El problema es que cuando, casi por genética, se convive con diferentes velocidades, en momentos de tensión como el actual se produce la tentación de amenazar a los peores de la clase con abandonarle a su suerte como no espabile. Las distintas velocidades pueden acomodarse y hacerse compatibles siempre que los que tienen que ir a la cabeza y tomar la iniciativa, las instituciones europeas, no sean precisamente las que suponen el peor lastre.
Santiago Carbó: El asunto de la Europa de tres velocidades es un marco teórico de referencia, que revela una realidad económica y una desigualdad importante entre países. Da la sensación de que se está tratando de buscar una declaración de intenciones en la que cada país manifieste si está dispuesto a ceder soberanía fiscal y afrontar reformas para una mayor cohesión y coordinación en la eurozona. En este punto, sigue existiendo una gran resistencia política para caminar en esa dirección, por lo que aumenta la probabilidad de que ese concepto difuso de Europa a varias velocidades acabe por materializarse.
José Luis Martínez: Creo que ya se puede hablar abiertamente de una Europa donde el objetivo último sea una soberanía única fiscal y unidad política. Cuando se habla de varias velocidades nos referimos a la posibilidad o no de aceptar este último objetivo. Algunos gobiernos no estarán dispuestos a pagar el sacrificio y otros sí. La cuestión a debatir serán las contrapartidas de aquellos países que pierdan soberanía: eurobonos, solidaridad financiera, credibilidad… y los costes que deberán asumir los que se queden fuera.
Guillermo de la Dehesa: La filtración ha sido una estratagema para meter más presión sobre Italia y no iba en serio. Pero ha sido una malísima idea con efectos muy negativos sobre los inversores al crear más temor e incertidumbre. Sólo podría hacerse a través de una “cooperación reforzada”. En lugar de tomar, por fin, una decisión clara y tajante para recuperar la confianza de los inversores y de sus ciudadanos, los líderes políticos siguen creando cada vez más ruido e incertidumbre, acercándonos cada vez más al abismo. La desconfianza es cada vez mayor tras dos años tomando decisiones equivocadas. No puede hacerse peor y con mayor coste económico y social.
Hay 1 Comentarios
PARÍS IS LOOKING UP TO US…
PUES EN PARÍS NOS PONEN DE EJEMPLO…
À PARIS NOUS SOMMES L´EXAMPLE…
http://junglerias.blogspot.com/
Publicado por: JUNGLERX | 20/11/2011 13:39:27