El debate

No a una Europa a tres velocidades

Por: | 12 de noviembre de 2011

  Merkel

La verdad es que había hecho el firme propósito de no volver a escribir sobre los problemas de la Unión Europea en unas cuantas semanas. Incluso me lo había recomendado alguno de los expertos que opinan en “economismo”. El tema europeo puede llegar a ser cansino. Pero es que prácticamente cada semana, los políticos del Viejo Continente nos sorprenden con una ocurrencia nueva, mientras todos acudimos a un espectáculo de decadencia y desunión que sitúa el proyecto europeo al borde del abismo.

La semana que hoy se cierra ha estado marcada por las alarmas que han vuelto a saltar en Grecia e Italia, por sus respectivas mascaradas políticas, que han dado carnaza a los especuladores y han estado a punto, una vez más, de romper la Europa del euro en mil pedazos. Y, en medio de la tormenta, ha surgido a modo de globo sonda la última idea del eje franco-alemán (Merkozy-Sarkel): el lanzamiento de un núcleo duro europeo el que estén solamente los países capaces de mantener la disciplina fiscal.

 

El proyecto supondría avanzar hacia una Europa a tres velocidades. En la primera estarían los seis alumnos aventajados del actual Eurogrupo (Alemania, Francia, Bélgica, Países Bajos, Luxemburgo y Austria). A continuación se formaría un segundo grupo con los 11 países del euro considerados de “segunda división” (Chipre, Estonia, Grecia, Irlanda, Italia, Malta, Portugal, Eslovaquia, Eslovenia, Finlandia y España, aunque hay quien incluye a estos dos últimos en el primer pelotón). Y, por último, quedaría el grupo de los 10 estados de la Unión Europea que no forman parte de la moneda única europea (Reino Unido, Dinamarca y Suecia, porque no han querido, y Bulgaria, República Checa, Hungría, Letonia, Lituania, Polonia y Rumania, porque no les ha dado tiempo a examinarse).

Tres velocidades distintas y una sola Europa verdadera. Un auténtico disparate que llevaría a la desaparición definitiva del proyecto europeo nacido hace justamente 60 años. Tanto es así, que un portavoz del gobierno alemán se ha apresurado a desmentirlo “categóricamente”, al verlo escrito en los periódicos de todo el continente. Aunque casi siempre las noticias desmentidas se acaban confirmando, con matices, al cabo del tiempo.

En este caso, la filtración ha surgido horas antes de que la Comisión Europea confirmara que hay serias posibilidades de que la mayoría de los países de la UE vuelvan a entrar en recesión en 2012.

Además, el martes por la noche (un día antes de la filtración), el Presidente de Francia, Nicolas Sarkozy había dicho durante un encuentro en Estrasburgo con estudiantes que “habrá claramente dos velocidades europeas, una de mayor integración en la zona euro y otra más confederal a nivel de la UE”. Y añadió sin recato que “quiero que Francia se aproxime a Alemania y no se conforme con liderar simplemente a los países del sur”.

En la misma línea, el ministro de Exteriores de Alemania, el liberal Guido Westerwelle, llegó a ir un poco más lejos al hablar de una “cooperación diferenciada, en la que todos los países estarían invitados a participar, pero habría posibilidad de diferenciar”. Esa era su aportación a la idea de la canciller, Angela Merkel, que dijo el mismo martes: “Ha llegado el momento de dar un paso adelante hacia una nueva Europa”. Aunque el jueves, tras la polvareda de noticias, afirmó que “Alemania solo tiene un objetivo: estabilizar la Eurozona tal y como es ahora”.

Al margen de afirmaciones, filtraciones y desmentidos, está claro que el eje franco-alemán y sus vecinos más próximos están más que hartos de tirar de un carro abarrotado de gente que, además, no cumple con las mínimas normas del club al que pertenecen. El espectáculo político en Grecia e Italia de los últimos días ha colmado la paciencia de Berlín y París.

Además, la situación se ha agravado con una nueva y fortísima inestabilidad en los mercados europeos, que ha llevado al gobierno italiano a tener que pagar cerca de un 7% por su nueva emisión de bonos, superando las líneas rojas para un posible rescate. No hay que olvidar que la deuda pública italiana supera los 1,9 billones de euros, un cuarto del total de la deuda soberana de la zona euro y un 120% del PIB de Italia. Y, por supuesto, los bancos alemanes y franceses están en los primeros puestos de la lista de acreedores.

La respuesta ante el “presunto” proyecto de Europa a tres velocidades no se ha hecho esperar. El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, advertía el miércoles en Berlín que “una Unión dividida no funcionará” y añadía que “las instalaciones supranacionales son las que mejor garantizan el respeto a los principios y las normas de la Unión”.

El presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, se alineaba con Barroso al defender como objetivo prioritario “la unión de la eurozona, con todos los 17 miembros a bordo”. Y un portavoz del gobierno español insistía en que España es partidaria de avanzar tan rápido y tan lejos como se pueda en la integración europea, pero con la condición de que no se deje a nadie atrás”.

Esa es la clave del problema: la ambición del proyecto y las distintas velocidades posibles. Los países más aventajados de la Europa del euro querrían dar por concluida la crisis cuanto antes para evitar la temible segunda recesión y presionan a los “periféricos” para que ejecuten los ajustes fiscales exigidos con rapidez y eficacia. Por su parte, los estados más castigados por la crisis tienen serios problemas para llevar a cabo sus compromisos de estabilidad fiscal sin que ello suponga varios años más de recesión económica.

Sea como fuere, no tiene sentido plantear en estos momentos una nueva Unión Europea sobre la base de un núcleo duro de elegidos y varios pelotones de países que avanzarían a distintas velocidades. Sería el fin del proyecto europeo, nacido en 1952 con seis países: Bélgica, Francia, Alemania, Italia, Luxemburgo y Países Bajos. Curiosamente, cinco de ellos quieren volver a los orígenes de un club que consideran demasiado multitudinario y el sexto, Italia, puede ser el detonante de la explosión europea.

Hay 2 Comentarios

Pues tendrán que apurarse a reestructurar bien la economía y a tomar las medidas pertinentes sobretodo en aquellos llamados los periféricos, sin cooperación no habrá unidad posible y el enfrentamiento de la crisis depende de que todos estén dispuestos a retrasarse por los mas rezagados...

PUES EN PARÏS NOS PONEN DE EJEMPLO…

Los comentarios de esta entrada están cerrados.

Economismo

Sobre el blog

Economismo es, según el Diccionario de la Real Academia de la Lengua, “la doctrina que concede a los factores económicos primacía sobre los hechos históricos de otra índole”. Este foro pretende abrir una línea interactiva de debate, de alta calidad y diversidad, sobre economía nacional e internacional. Para ello, contamos con la colaboración de destacados expertos que aportarán sus opiniones a lo largo de toda la semana.

Sobre los autores

En este espacio tendrán cabida los debates de nuestros expertos sobre cuestiones de máxima actualidad y todos aquellos temas que pensemos que puedan ser interesantes para nuestros lectores, cuya participación será fundamental para todos nosotros. Coordinado por Alicia González.

Metodología

El autor elaborará semanalmente un artículo de tema económico, cuyo titular será una afirmación y que estará razonado y documentado. La extensión no deberá superar los tres folios. La idea es que el artículo sea debatido por un grupo de expertos económicos, que deberán estar registrados en el foro para poder participar. Se accede al registro o por invitación del autor, o por solicitud del interesado. El artículo será enviado a los expertos registrados los viernes a última hora de la tarde. Posteriormente, será colgado en elpais.com el sábado y publicado en el suplemento de Negocios de El País el domingo. El debate estará abierto hasta el jueves de la semana siguiente, en que el autor elaborará unas breves conclusiones, que se colgarán en la web y se publicarán en Negocios, junto al siguiente tema de debate.

El País

EDICIONES EL PAIS, S.L. - Miguel Yuste 40 – 28037 – Madrid [España] | Aviso Legal