El mandato de Fernández Ordoñez termina el 30 de junio. / Marcel.lí Sáenz
El Banco de España y su responsable, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, se han convertido en objeto de duras críticas por su gestión durante la crisis financiera, una actuación cuestionada públicamente incluso por el Ministerio de Economía. Los expertos de Economismo admiten que la labor del supervisor ha tenido fallos considerables en los últimos años, lo que inevitablemente ha dañado su reputación. En este momento, advierten, recuperar el prestigio y la confianza de los inversores en el Banco Central debería ser una prioridad para el Ejecutivo. El Gobierno, dicen, tiene la oportunidad de recuperar el prestigio y la confianza de los inversores con el nombramiento del próximo gobernador. El viernes el Ejecutivo lanzó una señal al nombrar a Luis María Linde como consejero de la entidad.
Rafael Myro, catedrático de Economía Aplicada de la Universidad Complutense de Madrid, considera que la crisis ha mostrado las debilidades de muchas instituciones europeas, “también la del Banco de España”, en su opinión tan excesivamente ensalzada al principio de la crisis como criticada en este momento, por lo que alerta de la necesidad de cautela. Myro se muestra mucho más crítico con la actuación de los políticos, que son en buena medida responsables, dice, de las estrategias llevadas a cabo en las cajas de ahorros. En especial, menciona la gestión del FROB en las cajas con problemas y, especialmente, con todo lo relacionado con Bankia. El catedrático de la Complutense cuestiona, no obstante, la apuesta de la autoridad monetaria por entidades de gran tamaño, la estrategia de saneamiento de la autoridad monetaria en Bankia, no llevar a cabo su labor de inspección con la dureza que exige la actual crisis y no haber exigido más provisiones para los activos inmobiliarios en las carteras de los bancos.
Pese a ello, Rafael Myro considera que no está justificada la búsqueda de dos evaluadores independientes, lo que “parece poner innecesariamente e injustamente en entredicho la competencia del Banco de España, añadiendo desconfianza acerca de la solvencia del conjunto del sistema financiero español”. Esa desconfianza podría afianzar “la solución de una intervención en extenso de la Unión Europea en la banca española, que no parece corresponder con su solvencia real”.
Para Pablo Fernández, socio director de Viewpoint Communication, hay menos dudas. “El Banco de España es una de las instituciones que, sin ninguna duda, más daño reputacional están sufriendo en la actual crisis financiera. Su controvertida gestión y deficiente comunicación a la opinión pública han convertido a la institución en objeto de múltiples críticas”, apunta, “algo impensable hace unos años”. La explicación, dice Fernández, puede encontrarse en el propio nombramiento del gobernador, una persona con marcado perfil político. Para recuperar la confianza en la institución, Fernández considera necesario el nombramiento por consenso de un gobernador de perfil técnico y con una mayor apertura de la entidad a la sociedad, a través de un buen plan de comunicación.
También Santiago Carbó, catedrático de la Universidad de Granada, considera que la reputación del banco de España se ha visto afectada negativamente por la decisión del Gobierno de solicitar dos valoraciones independientes de los activos de la banca española, “una especie de enmienda a las estimaciones ya realizadas por el organismo supervisor, y esto es lo que ha podido tener efectos reputacionales, algo que no beneficia a nuestro país en estos momentos”. Carbó admite que algunas de las valoraciones hechas por el Banco de España han sobrevalorado algunos activos de los bancos, con algunos casos realmente llamativos que han podido contaminar a todo el sector. No obstante, el consultor de la Reserva Federal de Chicago insiste en que “queda mucho camino por recorrer y mucha acción por parte del Banco de España, y este país precisa que el supervisor cuente con todo el apoyo, la credibilidad y reputación posibles”.
El catedrático de la Universidad de Murcia José García Solanes sitúa la actuación del Banco de España en el “cúmulo de errores de regulación y supervisión en todo el mundo occidental”. Dicho esto, García Solanes considera “incomprensible” que el Banco de España no detectara los excesos inmobiliarios de las entidades, que no los corrigiera a tiempo, y tampoco entiende su actuación en los procesos de fusiones del sector, aunque sin olvidar que “ello no puede esconder la desastrosa (y muchas veces ocrrupta) gestión de los últimos 12 años”. Pero quizá lo más importante del planteamiento de García Solanes son las condiciones que debe reunir el sucesor de Miguel Ángel Fernández Ordóñez al frente del organismo. “El sucesor del actual gobernador, aparte de poseer una sólida formación en finanzas y conocer bien nuestro sistema bancario, debería tener excelentes contactos internacionales”, sobre todo, “especialmente ahora que nos quedamos sin representación directa en el Consejo Ejecutivo del Banco Central Europeo (BCE)”, un punto fundamental a tener en cuenta por el Gobierno. En su opinión, el próximo gobernador debería, además, rodearse de un equipo muy ágil en la prevención y detección de problemas y en la adopción a tiempo de medidas correctoras.
Guillermo de la Dehesa, presidente del Centre for Economic Policy Research (CEPR), se erige como firme defensor del Banco de España, “la institución española de mayor excelencia e independencia en el área económica, y hay que preservarla. Lo digo con conocimiento de causa al trabajar varios años allí”, subraya. Y lanza una advertencia: “Ponerlo en cuestión al tiempo que nuestro sistema financiero y otras instituciones es muy mal signo para la imagen internacional española”. De la Dehesa defiende el trabajo de la institución al ser la primera en el mundo en introducir las provisiones dinámicas “con gran rechazo de bancos y cajas”. El presidente del CEPR admite, sin embargo, que el banco ha sido lento en anticipar la fuerte caída del PIB y su impacto sobre la morosidad y el valor de los activos, y poco contundente en su primera reestructuración bancaria. “El Gobierno puede restablecer su credibilidad nombrando a un gobernador y a un subgobernador de la máxima excelencia, que sean indiscutibles ante los inversores y la opinión económica mundial”. La decisión final, en las próximas semanas.