Tibia, tenue, lenta, titubeante. Así será la recuperación de la economía española, según los expertos de Economismo, ahora que el crecimiento ha dejado atrás los números rojos. No será un camino fácil y la mayoría de la población tardará mucho en percibir los frutos de esta nueva etapa, según los expertos. También son muchos los riesgos, por lo que los economistas del blog instan a comprobar si las reformas funcionan y a profundizar en las mismas. Se ve la luz, dicen, pero seguimos dentro del túnel.
Mónica Melle, profesora titular de Economía Financiera de la Universidad Complutense de Madrid, insiste en que son muchos los riesgos, sobre todo externos, que condicionan la consolidación del crecimiento e incluso ve una salida de la crisis “en forma de sierra”. Melle cree posible que “se cree empleo aún con tasas de crecimiento del PIB inferiores al 2%”, pero advierte que este empleo será “precario y de baja remuneración”, aunque los ciudadanos no notarán una reducción significativa del paro antes de 2015.
José Luis Martínez, estratega de Citigroup para España, se pregunta por qué esta salida de la crisis, a nivel global, genera tantas dudas y establece paralelismos entre la recuperación española y la estadounidense. Martínez cree que “probablemente hemos visto el suelo en la caída del PIB español bajo la hipótesis de que no surjan imponderables o haya accidentes en Europa o internacionalmente” y confía en que el Banco Central Europeo apruebe una nueva subasta de liquidez “probablemente a principios de 2014”. Y advierte de la necesidad de “no entrar en la complacencia de esperar que el paso del tiempo haga el resto para solucionar los desequilibrios y permitirnos volver a crecer”.
José García Solanes, catedrático de Análisis Económico de la Universidad de Murcia, apunta que la recuperación “sucede a la grupa de factores estacionales y con muy dudosas señales de permanencia” y sostiene que, si la recuperación se afianza “será lenta y convivirá con unas tasas de desempleo superiores al 25% de la población activa durante un buen puñado de años”. Entre los riesgos, García Solanes apunta “sorpresas” en las pruebas a la banca que arrancan este otoño; posibles rescates adicionales de Grecia y Portugal y las dudas sobre el nuevo Gobierno alemán.
Más optimista parece Santiago Carbó, catedrático de Economía y Finanzas de la Bangor Business School, que defiende que “los fundamentos para una recuperación económica son ahora más sólidos de lo que fueron en 2011 en Europa y en España” y recuerda que “en todas las salidas de grandes crisis económicas y financieras en el pasado, las economías avanzadas han crecido a ritmos inferiores a lo que lo hicieron en los años anteriores a esas crisis”. En todo caso, Carbó cree que para España es esencial combinar los esfuerzos ahora en marcha —“desapalancamiento público y privado, reformas, estabilidad financiera”— con una reducción progresiva de la presión fiscal, más confianza inversora y cambio de expectativas en las rentas y en la demanda interna.
Rafael Myro, catedrático de Economía Aplicada de la Universidad Complutense, recuerda que la incipiente recuperación está lastrada “por nuevas disminuciones en la demanda interna” y que las exportaciones serán el único motor de crecimiento como en años pasados. “La clave de la segunda mitad de 2014 y de 2015 se encuentra en los estímulos de demanda interna y externa que provengan de la eurozona”, subraya. Asimismo, “la continuidad de las reformas estructurales por parte del Gobierno español ayudaría” y cree que “en 2015 se debería alcanzar el punto en el que la creación de empleo es posible, aunque esta sea aún poco visible”.
Es Joaquín Maudos, catedrático de Fundamentos Económicos de la Universidad de Valencia, quien apunta que “vemos la luz, pero desde dentro del túnel”, aunque confía, pese a todo, en que con la ampliación del plazo de cumplimiento del objetivo de déficit, el avance hacia la unión bancaria y el compromiso del BCE en política monetaria, “que no haya vuelta atrás en la recuperación”. Maudos admite que “es una incógnita el efecto que las recientes reformas en el mercado de trabajo pueden tener en la relación crecimiento del PIB y creación de empleo” y advierte que “si no se recupera el crédito, más cuesta arriba se pone el aumento de la inversión y, por tanto, del empleo”.
Sara de la Rica, catedrática de Economía de la Universidad del País Vasco e investigadora de Fedea, es directa: “Mientras la demanda interna no aumente, la reactivación económica será extremadamente lenta” y admite que será difícil que la demanda aumente dado los elevados niveles de endeudamiento de familias y empresas y de desempleo. “En consecuencia, no se atisba sino una recuperación muy lenta y muy poco apreciable para los ciudadanos”. De la Rica expresa su preocupación por los casi dos millones de parados de larga duración que difícilmente encontrarán trabajo aunque se reactive la creación de empleo, “a no ser que se implanten planes de formación y recolocación” para este colectivo.
Federico Prades, asesor de la Asociación Española de Banca (AEB), lanza un soplo de optimismo al asegurar que esta ocasión “difiere radicalmente de la abortada recuperación de 2010, cuando prácticamente todos los ajustes estaban por hacer”. Pero Prades advierte que para “aprovechar esta oportunidad” será crucial mantener la estabilidad macroeconómica y extender las reformas estructurales destinadas a ampliar el potencial de crecimiento.
En una línea similar se posiciona Guillermo de la Dehesa, presidente del Center for Economic Policy Research (CEPR) en Londres, que admite que para crecer lo más posible y reducir los tres grandes desequilibrios acumulados —deuda pública y privada, deuda externa y desempleo— “lo importante es continuar con las reformas estructurales, no acometidas durante décadas”. Entre las reformas, De la Dehesa destaca la laboral que “necesita ahora fuertes políticas activas de empleo, reducir la dualidad indefinido-temporal y primar el empleo a tiempo parcial y el empleo con formación dual en las empresas”. También apuesta por reformas en educación, de las Administraciones Públicas, una reforma fiscal integral y la de la justicia.
Juan Ramón Cuadrado, catedrático de Economía Aplicada de la Universidad de Alcalá, insiste en que la economía ha dado un giro positivo, pero que, aunque estamos saliendo de la recesión “todavía no de la crisis”. Cuadrado hace un profundo análisis del impacto que ha tenido la crisis sobre los principales indicadores y señala que “la recuperación no vendrá sola”, que para ello habrá que adoptar medidas de estímulo “y en este terreno debería moverse ya la política económica”. Y concluye: “Continuar con la política de austeridad y de recortes impedirá la recuperación”.
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