La oficina de Estadísticas europea, Eurostat, acaba de confirmar que la economía española cerró 2013 con un déficit del 6,62% del PIB (7,1% si se incluyen las ayudas a la banca), muy cerca del objetivo comprometido del 6,5%. Buena parte de los expertos de Economismo ha eludido el planteamiento específico del debate sobre cómo se ha alcanzado semejante meta y qué escenario de futuro plantea, en favor de un posicionamiento más general sobre la austeridad. Quienes sí lo han hecho, ponen el acento en el problema en torno a los ingresos, la estructura del gasto y las dudas sobre los objetivos de los próximos años.
Mónica Melle, profesora titular de Economía Financiera de la Universidad Complutense, pone el acento en lo difícil que resulta cumplir los objetivos de ajuste fiscal sólo con políticas de austeridad. A su juicio, España está sufriendo la espiral del “austericidio” que impide que los recortes de gasto público tengan los efectos deseados porque la baja actividad económica reduce los ingresos fiscales. Melle defiende un papel activo del BCE en relación con el crecimiento económico y la generación del empleo, "la mejor estrategia para reducir el endeudamiento y cumplir con el objetivo de déficit", sostiene.
También Mauro Guillén, director del Lauder Institute en la Wharton School de la Universidad de Pensilvania, denuncia que Europa siga empeñada en salir de la crisis mediante políticas de austeridad, que "son muy dolorosas y solamente funcionan en el medio y largo plazo". A su juicio, a corto plazo se necesita más crecimiento para aumentar los ingresos fiscales y reducir el gasto en prestaciones de desempleo "y también necesitamos un poco más de inflación, que siempre ayuda a los países endeudados". Guillén insiste, para ello, en una vieja idea de que sean las economías excedentarias, sobre todo Alemania, quienes lleven a cabo políticas de estímulo.
José Luis Curbelo, decano de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Económicas de la Universidad Camilo José Cela, recuerda que el déficit sería "sustancialmente mayor si se añaden los costes de los diversos "rescates" (bancario, autopistas, etc.)" y cree que se subestimó el impacto de los recortes de gasto y de la demanda sobre los ingresos. Curbelo comparte la tesis de Guillén y pide un esfuerzo "concertado" en la zona euro para expandir la demanda agregada de la UE. En ambos casos, cree necesario liderazgo político y altas dosis de consenso para hacer frente a esta situación. "Mientras que las próximas elecciones europeas permiten un moderado optimismo acerca de que cambie el tono actualmente recesivo de la política económica de la UE, la realidad política española aboca a un mayor pesimismo", asegura.
José García Solanes, catedrático de Análisis Económico de la Universidad de Murcia, entra de lleno en el fondo del debate y denuncia "la escasa envergadura de los ingresos, que apenas alcanzan el 38% del PIB, nueve puntos porcentuales por debajo de media de la zona euro", pese a las subidas de impuestos; la estructura del gasto público, donde resulta "alarmante" el descenso de la inversión, así como los gastos de sanidad y educación. Los recortes de los últimos años, dice García Solanes, "reducen el bienestar y el potencial de crecimiento de la economía española a medio plazo". El catedrático murciano también muestra su preocupación por el descenso de las cotizaciones sociales, que siguen agravando el déficit de la seguridad social, y el aumento de la carga de intereses "incremento de cuatro décimas del PIB, a pesar del notable descenso de la prima de riesgo". A su juicio, el gobierno confía en que la recuperación económica, unida a la reforma fiscal, las restricciones de la inversión pública, la congelación de los salarios públicos y los límites en la revalorización de las pensiones permitirán cumplir el objetivo de déficit de 2014. "Pero el Banco de España ya ha advertido que, sin reformas que reactiven el crecimiento, el déficit de 2015 (previsto en 5,5% del PIB) estará 13 décimas por encima de la meta pactada con las autoridades europeas (4,2% del PIB)", concluye.
José Luis Martínez, estratega de Citigroup para España, insiste en que, con un gasto público del 45% del PIB (50 % en promedio de la zona euro) y unos ingresos del 38 % (47 % de media en la Unión Monetaria), "el problema del déficit público responde a un nivel bajo de ingresos fiscales más que a un exceso de gasto". Martínez subraya, además, que los bajos ingresos son compatibles con elevadas tasa impositivas marginales, fruto, a su juicio, de la economía sumergida e impuestos complejos y poco eficientes. "Se debe utilizar la política impositiva para fomentar la inversión empresarial y el empleo. Este es el objetivo prioritario en estos momentos", asegura. El estratega del Citi defiende, adema, la reducción del déficit estructural y evitar supeditar las metas de ajuste a la mejora del ciclo económico. "La mejora cíclica del presupuesto no debe hacernos cejar del compromiso a medio y largo plazo que supone el elevado nivel de deuda y el bajo crecimiento económico potencial", apunta.
Miguel Ángel García, profesor colaborador de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid, añade un dato interesante. En su opinión, el cumplimiento del objetivo de déficit ha sido posible gracias a que el gasto agregado no ha sido restrictivo (412 millones de euros adicionales sobre 2012) y una mejora en los ingresos públicos apoyada en un mayor esfuerzo de quienes pagan sus impuestos (+4.243 millones). ha ayudado a mejorar la actividad de la economía junto con el proceso de devaluación interna. Para este año, García se muestra optimista y sostiene que un crecimiento del 1,6% nominal permitiría cumplir con el objetivo del 5,8%, siempre que la política fiscal sea neutral, es decir, un nivel similar de gasto público y un aumento de los ingresos acordes al mayor crecimiento.
Juan Ramón Cuadrado, catedrático de Economía Aplicada de la Universidad de Alcalá, recuerda que el aumento del déficit conlleva un aumento de la deuda pública, que "en los dos últimos años aumentó en 230.000 millones, es decir unos 24 puntos del PIB. Como consecuencia, España deberá captar este año el volumen de deuda más elevado de su historia". Cuadrado sostiene que "de no practicarse nuevos ajustes en el gasto público el déficit podría aumentar y situarse por encima del 6,5% en 2015. La clave sigue estando en los ajustes en los gastos", dice. Para lograrlo, el catedrático alcalaíno defiende la reducción de la eliminación de algún Ministerio, las Diputaciones, las mancomunidades y no pocos orgasmos públicos. "Hacerlo ni es popular ni resulta muy fácil, sobre todo con el programa de elecciones que tenemos por delante. Pero, hay que hacerlo".
Hay 2 Comentarios
Estoy con el usuario de arriba. Siempre se hacen interpretaciones que al fin y al cabo acaban siendo eso; un conjunto de palabras que no llevan a nada.
Publicado por: Ramon | 02/05/2014 11:35:12
Por desgracia, los resultados económicos son tan volátiles como su interpretación, dependiendo de en mano de quien caiga, sale un argumento u otro, pero nada cercana a la realidad de quienes sobreviven a base de la mendicidad social, carencias educativas, deficiencias sanitarias...
http://goo.gl/zECBJv
Publicado por: Robertti Gamarra | 26/04/2014 10:11:48