Bebe. Y luego, cómete el vaso

Por: | 09 de agosto de 2010

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Si mordisqueamos el cucurucho después del helado, ¿por qué no comerse el vaso después de tomar un refresco? Algo de esta lógica hay detrás de los recipientes de Jelloware, hechos con agar-agar -una sustancia extraída de las algas muy utilizada en la cocina contemporánea para espesar líquidos o hacer gelatinas- por el grupo de diseñadoras neoyorquinas The Way We See The World .

Los vasos tienen diferentes sabores -limón y albahaca, jengibre y menta o remolacha y romero-, pensados para acompañar sus correspondientes bebidas. Si no te gustan o no te apetece comértelos, los puedes tirar tranquilamente al campo, pues el material del que están hechos sirve como fertilizante.

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El Jelloware nació como una propuesta para la Jell-O Mold Competition, un concurso de creaciones en gelatina que se ha celebrado este año por segunda vez en Nueva York, y en el que artistas, diseñadores, chefs y aficionados usan este material comestible de las maneras más sorprendentes. "Empezamos a experimentar con la gelatina de muchas formas, y nos enamoramos de lo increíble que es este material", cuenta a El Comidista Monica Bhatia, una de las componentes de The Way We See The World. "Decidimos hacer algo funcional que celebrara las propiedades de la gelatina. Hicimos platos, boles y otros elementos de vajilla, pero los vasos eran lo que mejor expresaban nuestro concepto".

El Jelloware ganó el segundo premio del concurso -el primero fue para un virginal montaje titulado La Ascensión en aspic - Sabe a gloria-, y sus inventoras decidieron convertir el prototipo en una realidad. "Ahora mismo estamos trabajando con fabricantes para intentar sacar este producto al mercado. Creemos que tiene potencial para ser el vaso desechable del futuro, y esperamos que esté disponible en las tiendas para el próximo verano", explica Bhatia.

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Los recipientes plantean, eso sí, ciertas dudas sobre su duración, su estabilidad y sobre si admitirán bebidas frías, calientes o ácidas. ¿Y resultarán cómodos de usar siendo flexibles? "La flexibilidad es su mayor encanto. Son cómodos, pero cremos que en la próxima línea de Jelloware los vasos serán más cortos y algo más rígidos".

En cuanto al coste, también es demasiado pronto para saberlo. "Son prototipos, por lo que su coste no puede dar una idea de lo que valdrán al final", asegura Bhatia. "Eso es algo que se decidirá cuando se fabriquen".

 

The way we see it

Monica Bhatia (a la izquierda) y sus compañeras, en la Jell-O Mold Competition.

Hay 14 Comentarios

como puedo hacer esos vasos, nadie tiene ni una idea de como hacerlos porfavor

Me encantan...!! pero donde puedo comprarlos? mil muakys a todos!!!

Curiosa idea, solo una pequeña correción: que una sustancia sea fertilizante o biodegradable no significa que podamos tirarla al campo... este error es muy común incluso entre personas que aman la naturaleza y buscan su protección. Fertilizar un ecosistema que naturalmente no necesita fertilizantes es desequilibrarlo ya que podrían aparecer especies invasoras (tanto animales como plantas) que de otra manera nunca habrían prosperado en ese entorno y que podrían ser perjudiciales para las especies autóctonas.
Sin más, un blog muy entretenido. Saludos.

www.artples.urbecom.com

miren tambien estas zapatillas please

La verdad es que los vasos estos no tienen mala pinta. Pero no creo que vayan a tener un uso generalizado, nunca. Y esto es porque me parece que nunca van a tener precios tan bajos como para que la gente los compre cada vez que se vayan de camping, organicen comilonas etc...
Estos inventillos se limitarán a ocasiones especiales, o específicas, y sin duda los invitados se pueden quedar gratamente sorprendidos.
Y lo que más me gusta es eso de que lo puedas tirar al suelo sin ningún temor, ya que son vasos eclógicos.

No es por nada, pero eso de comerte el vaso es más viejo que el betún...
En las fiestas de Astudillo de Valdeabajo (nombre ficticio) se han servido los chupitos de orujo de garrafón en unos vasitos de chupito de barquillo que luego se comían...

Bufff...apetecibles, apetecibles...habría que probar, pero la verdad, a mi tampoco me llama mucho comerme el vaso...ya me cuesta con las algas.

Qué buena idea, yo ya estaba dispuesta a comer en hojas de banana, me parece genial.

El invento desde luego no puede ser más ecológico y respetuoso con la naturaleza.. no sé si a la larga, si se extendiera el invento, esquilmarían la población de algas agar-agar ;-) pero por lo pronto podrían acabar con toda la basura que se genera con los platos y cubiertos de usar y tirar.

Jajaja! En las mías tampoco, Igs :-D

Lo veo como una curiosidad para hacer la gracia en un momento determinado delante del personal, pero soy esceptica. A decir verdad, el comerme una vajilla de agar-agar no esta entre mis fantasias culinarias.

Me conozco. Y si me gustan acabaré haciéndome "un bocata de vasos". Y bastante fama de rara tengo ya... ;-)

Una idea interesante, sin duda. Me quedo con ganas de probar.

Que apetecibles son Mikel. Los ví el otro día en la cocina de Javitxu y en The way we see the world, y me parecieron una pasada...

Y yo que estaba contento con mis vajillas comestibles http://cort.as/072b para servir las ensaladas...

esto se sale

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Sobre el blog

El Comidista trata todos los aspectos de la realidad relacionados con la comida. No sólo da recetas fáciles de hacer, habla de restaurantes accesibles o descubre los últimos avances en trastos de cocina, sino que comenta cualquier conexión de lo comestible con la actualidad o la cultura pop. Todo con humor y sin ínfulas de alta gastronomía.

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Mikel López Iturriaga

es periodista y bloguero, y lo más decente que ha hecho en su vida es crear El Comidista en 2009. Escribe en EL PAÍS y habla en el programa 'Hoy por hoy' de la Cadena Ser, después de haber pasado por Canal +, El País de las Tentaciones, Ya.com o ADN. Aprendió a guisar con su madre y, después, en la Escuela Hofmann, pero sigue siendo cocinillas antes que cocinero.

Mónica Escudero

es DJ, madre, escribe, cocina y pone la mesa para El País Semanal, ejerce de Comidista adjunta, y no necesariamente en ese orden. Dirigió las revistas Barcelonés y Madriz, y colaboró en medios como Marie Claire, SModa, Vanidad, Yo Dona o La Luna. Ha escrito A vueltas con la tartera, y lo que más le gusta es cocinar, la michelada y los gatos (pero no para comérselos).

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