Comida viejuna: la Comtessa

Por: | 26 de mayo de 2011

En su particular 'Qué pasó con...' de la gastronomía, El Comidista continúa su serie de entrevistas a platos pasados de moda de los que nunca más se supo.

La foto

La Comtessa no tuvo rival como gran diva de los helados industriales en los ochenta. Desde que la marca Frigo lo lanzó a principios de esa década, el ondulado postre de nata y chocolate fue omnipresente en los restaurantes y los hogares españoles. ¿Pero qué ocurrió con ella? ¿Por qué se hundió su prestigio? El Comidista ha viajado hasta la nevera de un apartamento abandonado en Salou para entrevistarla y desentrañar así este crucial misterio.

Vamos directos al grano. ¿Se considera usted comida viejuna?

¡De ninguna manera! Soy una chica muy joven. Nací en Estados Unidos en 1981, así que sólo tengo 30 años. Estoy en la flor de la edad.

¿Quién la inventó?

Oficialmente, mi padre es Kevin Hillman, un apuesto desarrollador de productos de la marca americana de helados Wall's. Él tuvo la idea de hacer una especie de milhojas de helado, e impulsó el desarrollo de un sistema mecánico para hacer mis capas. De todas formas, por la elegancia y distinción que tengo yo diría que vengo de alguna familia de la jet italiana. ¿No le recuerdo un poco a Carlota Casiraghi?

Yo la veo más Sabrina Salerno, pero bueno, volviendo al tema: ¿cuál fue su momento de máximo esplendor?

Los ochenta, sin duda. Es mi época favorita de todos los tiempos. Todo era precioso: los cardados, los cinturones de medio metro de ancho, los vaqueros sobaqueros lavados a la piedra, Verano Azul, los Hombres G, Objetivo Birmania... ¡tantas cosas bonitas! Yo formo parte de aquel escenario maravilloso y feliz, porque fui la reina absoluta de los helados en aquella década.

Hombre, había otros que molaban: el Frigodedo, el Drácula, el Fantasmiko, los Negritos...

Bueno sí, chucherías para críos. Pero el helado elegante, el de los domingos, las bodas y comuniones, era yo.

También estaban los cortes de fresa y nata o de vainilla y chocolate.

Bah, antiguallas de los setenta. Ninguno podía competir con mis decadentes capas onduladas, mi chocolate crujiente, la sensación de que te metías algo duro en la boca y luego te estallaba la crema en la lengua, mmmm... ¿No se excita sólo de pensar en comerme?

Esto... no. Pero sí recuerdo que los anuncios con los que la promocionaban eran muy sexys para la época.

Eran la bomba. Yo es que fui un poco pionera del food porn y todo el rollo de vender la comida como un placer capaz de sustituir al sexo. ¡Si hasta los vídeos de cómo me fabricaban son eróticos! 

 

 

Ahora que habla de su fabricación, yo la recuerdo con cariño, pero un poco química. A veces te dejaba peliculilla sebosa en el paladar.

Yo nunca he dejado peliculillas a nadie en ningún sitio. Comería usted imitaciones baratas de a saber qué marca. A mí en Frigo siempre me hacían con ingredientes 100% naturales.

Había otro problema con usted: la escarcha que se le hacía por todos lados una vez abierta.

A ver, eso era porque la gente humilde, los pobres vaya, no tenían congeladores no frost. ¿Cómo podrían vivir sin ellos? Ay, me estremezco sólo de pensarlo. 

¿Es verdad que para 'calentarla' le echaban whisky por encima?

Uy, eso fue en mis años locos. ¡Cómo me ponía de achispada! Calle, calle.

¿Por qué cree usted que se pasó de moda tan rápido?

La gente es caprichosa. Un día te ven como una novedad y te adoran porque eres superguay. Y al siguiente no quieren saber nada de ti porque estás demodé. No sé, a veces me siento como las hombreras.

Háblenos de su cambio de nombre. Porque ahora la llaman Vienetta, ¿no?

Bueno, así es como se me ha conocido siempre en los círculos internacionales. En España no me pudieron comercializar como Vienetta por un problema legal, y por eso me llamaron Comtessa. Cuando se solucionó el tema en los noventa, pues los dueños de Frigo, Unilever, decidieron ponerme Vienetta para que no hubiera dos marcas distintas y ahorrar costes. A mí me gusta más Comtessa, pero hija, las multinacionales alimentarias son así.

¿Qué le parece que la preparen a usted en casa?

¡Superbien! me encantan esta clase de homenajes. Hay gente que me hace al estilo clásico, o de fresa... hasta me sirven en versión salada con jamón, ¡fíjese qué atrevidos!

¿Sabe usted que tiene un grupo de fans en Facebook?

Ay sí, mis fans. ¡Son tan monos! ¿Sabe cuáles son sus tres reivindicaciones básicas? Que me sirvan en todos los restaurantes, que me vuelva a llamar Comtessa y que llegue a España mi versión con palo para poder comerme por la calle. ¡Estos sí que son jóvenes rebeldes, y no esa gente tan cutre de las acampadas!

 

PRÓXIMA ENTREVISTA: Melón con jamón

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San Jacobo

Hay 100 Comentarios

De tanto en tanto voy a comer a un bar donde ponen, con bastante frecuencia, comtessa para el postre (pero de la buena!), y siempre la pido! me encanta!

Qué recuerdos. ¿Y qué se hizo de las famosas "fresas con nata"? Eso sí que era colesterol en vena.
Pablo.

me encantaba la comtessa, era taaan sofisticada. no había bodorrio postinero o comunión sin su ración de comtessa. Para cuendo una entrevista al pijama?? con su flan de sobre, su melocotón en almibar, la cerezita y el barquillo húmedo?? tan 70 / 80 como starky y huthc!

Jajaa, qué entre vista tan buena, pero debo confesar que la compro alguna vez y me gusta. Cuando no quiero gastar mucho en helado y solo aliviar mis ganas de dulce. Porf un euro y medio más o menos no está mal como salida de emergencia.
Saludos

Oyhsss..... con lo que me gusta a mi la comida viejuna bien oficiada...
Venga va, no seais reprimidos (que aquí estoy viendo a muchos, jeje..)y reconoced que en el fondo os gusta recordarla...

"A veces te dejaba peliculilla sebosa en el paladar"... que generosidad la tuya, Mikel... SIEMPRE dejaba peliculilla sebosa en el paladar. ¡Qué lástima no haber sabido antes que el antídoto era un buen chorro de amaretto!
De lo viejuno, mi número uno: los huevos rellenos, a los que aplico el "aggiornamento" de mezclar con el atún trozos de piña natural muy picada, que aligera contundencias poco digestivas.
Y queremos declaraciones del escalope a la milanesa y del lenguado meuniere, ¡ya!

El otro día estuve en un bar del barrio y de postre podía elegir entre "comtessa" y "crocanti". Me faltó la opción "pijama", pero anda que no me acordé yo de las entrevistas a la comida viejuna...

Mikel, deberías currártelo un poquito más. Últimamente te repites a la hora de elegir temas, más bien parece que te hubieras cogido la carta de helados y me imagino que el pasó siguiente será dedicar una entrada al "Cornete", después será el "Frigodedo" y por último el "ColaJet".
Aún así me gusta tu blog.

a Bábara y Cuantaordinariez
¿Realmente no os dais cuenta que todo es una broma y que no se está ofendiendo a nadie? RELEEDLO, por favor

En otro orden de cosas, a mi me parecía lo mas exótico del mundo mundial la comtessa. Aunque realmente era algo más glamuroso que otra cosa por que el sabor que recuerdo es a grasa dulcificada... Con un cierto gusto a tocino frio que se comia untado en pan con azucar....
Llevaría grasa de cerdo a cascoporro¿?

muy buena mikel (la etv, digo... no la comtessa) jeje
aunque para gustos...

Jajajajajaja, me ha gustado muchísimo la "entrevista".
La Comtessa comprada esta buena, pero si la haces en casa, a tu gusto, poniéndole el helado que más te gusta... entonces es otra historia.
Hacer la prueba, gana muchísimo!!!
Ondo izan!!!

No sé yo a quién le pueda interesar un helado de nata de lo más ordinario... Pensaba que esto era un blog culinario serio. Un poquito más de elegancia y de visión internacional, que el mundo es muy grande y hay muchas comidas mucho más importantes de qué hablar, antes que de un vulgar helado de nata de los años ochenta. Cualquiera que lea esto pensará que vivimos como en Cuba, que no tenemos nada que comer y que añoramos la comida de los ochenta.

Evidentemente el mérito de este helado consiste en lograr mucho juego de sabor con el menor gasto en ingredientes posible.

¿como que ha desaparecido de los hogares españoles? está claro que no has vistado muchos, pero basta con ir a los supermercados para ver que no solo ha desaperecido si no que hay Comtesa en Marca Blanca!!

Vivan las crujientes láminas de chocolate!!!!!!!

Muy graciosa, pero sinceramente, el último comentario sobre las acampadas creo que está de más... Llamar cutre a las personas que están ahí durmiendo, otros reveindicando y luchando por los intereses que más de un@ estamos de acuerdo, creo que es ser cutre. Cutre s el que menciona la Acampada de Sol desde el anonimato de una Comtessa...

Mmmmmm, como me gustaba deshacer la nata en la boca y masticar el chocolate solo. Q recuerdos!!!

En casa de mis padres no se que comeríamos de postre los domingos si no existiera la comtessa ummmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmm que rica

Comtessa, comtessa, lo que se dice comtessa, una que yo me sé. Y súperviejuna (rancia perdida, la pobre). Pero venenosa...

Me molesta un poco el tonillo despectivo con el que se habla de las cosas del pasado, y especialmente de los 80. Todo el mundo recuerda los 60 o los 80 por su música, su vestimenta, sus gustos, etc...Por algo será. Yo creo que nadie se acordará de la década 2000-2011, época gris donde las haya.

Tengo 28 años, 2 menos que la CONTESSA y aun así hoy por hoy sigue siendo mi helado preferido.
ESTA MUY MUY DE MODA.

¿La entrevista? Tronchante, tronchante, tronchante... Todavía no me he recuperado del ataque de risa...

me parto con este blog, no lo conocía!!!

El postre que se comía en casa de mi abuela, los domingos por la tarde. Mi abuela no sabia preparar postres, así que la Comtessa no podía faltar. Y para darle un toque mas chic, lo acompañaban con una copita de ¡¡Amaretto!! ¡Qué nostalgia!

Mikel, simplemente me parto, a cada cual mas acertado...
Acuerdate de las gambas con gabardina que eran/son muy grandes.
Enhorabuena por el blog!

Lo siento pero discrepo totalmente con lo del pollo a l'ast!!. Anda que no se solucionan aun comidas familiares con el socorrido pollo. El secreto es encontrar el sitio donde los hagan bien. Pueden ser puro arte (y lo bien que huelen, uhm).

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Sobre el blog

El Comidista trata todos los aspectos de la realidad relacionados con la comida. No sólo da recetas fáciles de hacer, habla de restaurantes accesibles o descubre los últimos avances en trastos de cocina, sino que comenta cualquier conexión de lo comestible con la actualidad o la cultura pop. Todo con humor y sin ínfulas de alta gastronomía.

Sobre los autores

Mikel López Iturriaga

es periodista y bloguero, y lo más decente que ha hecho en su vida es crear El Comidista en 2009. Escribe en EL PAÍS y habla en el programa 'Hoy por hoy' de la Cadena Ser, después de haber pasado por Canal +, El País de las Tentaciones, Ya.com o ADN. Aprendió a guisar con su madre y, después, en la Escuela Hofmann, pero sigue siendo cocinillas antes que cocinero.

Mónica Escudero

es DJ, madre, escribe, cocina y pone la mesa para El País Semanal, ejerce de Comidista adjunta, y no necesariamente en ese orden. Dirigió las revistas Barcelonés y Madriz, y colaboró en medios como Marie Claire, SModa, Vanidad, Yo Dona o La Luna. Ha escrito A vueltas con la tartera, y lo que más le gusta es cocinar, la michelada y los gatos (pero no para comérselos).

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