Comida viejuna: gambas con gabardina

Por: | 09 de noviembre de 2011

La foto(3)

Os preguntaréis por qué ha pasado tanto tiempo desde la última entrega de la serie dedicada a la comida viejuna. Pues bien, mi última experiencia con los platos pasados de moda fue un tanto traumática. Horrorosa. Espeluznante, que diría Piqueras. Tras una larga temporada yendo al psicólogo, he decidido contarlo para ver si mejoro. Esta es mi historia.

El pasado verano, cuando tomaba unos txikitos en una tasca de Bilbao, fui secuestrado por unas gambas con gabardina. Me apuntaron con una pistola, me albardaron, me metieron en un coche, y de ahí al zulo. Más tarde se identificaron como militantes de la organización armada Frente de Liberación Autónoma de las Gambas con Gabardina, también conocida como FLAG Gabardina. Me dijeron que me iban a dar mi merecido por mis artículos sobre comida viejuna, y que no iba a comer más que volovanes rellenos y rollitos de jamón cocido con huevo hilado durante mi cautiverio. Por suerte, la intervención de las fuerzas especiales de la Ertzaintza acabó pronto con el suplicio, pero antes fui sometido a un durísimo interrogatorio que transcribo a continuación.

Te crees muy gracioso con esto de la comida viejuna, ¿no?

Sólo intento contar cosas sobre platos un tanto trasnochados de una manera divertida. Pero todo es una broma, nada más. En el fondo hay algunas comidas viejunas que añoro, y que en un momento dado me apetece tomar.

Así que consideras que nosotras, las gambas con gabardina, estamos trasnochadas.

Hombre... de rabiosa actualidad no están. Ya no las ponen en todos los cócteles y en los aperitivos de las bodas, como pasaba en los sesenta, los setenta o incluso los ochenta. Hoy en día nadie se acuerda de su origen ilustre, cuando las llamaban "gambas orly". Lo siento, pero me da que mucha gente las considera una ordinariez.

¿Una ordinariez? ¡Ya te voy a dar yo a ti ordinariez! [una de las gambas terroristas me golpea la cara con la cola que lleva sin rebozar]. A ver, listillo, ¿cuándo fue la última vez que nos comiste?

Creo que fue en el bodorrio de una prima en la Sociedad Bilbaína, hace casi 20 años. Yo diría que eran congeladas, pero estaban buenísimas [glups]. Tenían esa capa frita gorda y espesa que caracteriza a sus mejores ejemplares. Más que gambas con gabardina, parecían gambas con plumífero.

Ja, ja, ja. Nos partimos. Bien, ya que vas de sabio de la gastronomía, sentando cátedra sobre lo que es moderno y lo que no, a ver, dinos de qué estamos hechas.

Bueno, hay muchas variantes...

¡No pongas excusas, sinvergüenza! [la gamba terrorista más violenta me arroja en la cara la taza de aceite de fritanga que está bebiendo].

¡Está bien, está bien! El rebozado es de pasta orly, creo. Se hace con harina, huevo, levadura química y sal. Se bate, se unta la gamba pelada cogida por la puntita de la cola, se echa en el aceite bien caliente y hala, a engordar.

Ves como no tienes ni idea. Te has dejado un ingrediente fundamental.

¿Cuál?

La cerveza, estúpido. ¿O cómo crees que nuestro magnífico rebozado sale así de crujiente y esponjoso?

Ostras, es verdad, el truco de la cerveza. Entre la levadura y el gas de la birra, así cualquiera sale inflado de la sartén.

Menos cachondeo que te atizo. Bien, el gran bloguero de éxito ni siquiera sabe hacer un frito decente, pero dice que estamos pasadas de moda. ¿Nos podrías explicar por qué?

En general los rebozados están un poco mal vistos hoy en día porque no son precisamente ligeros. Se salvan las croquetas, que han tenido una especie de resurgir en plan gourmet, y desde luego los pescaítos andaluces, que son tan sanos como delicados. Pero los fritos de la vieja escuela, los que van abrigados con una capa bien gruesa... pues no. Algunas personas -yo no, ¿eh?- piensan que envolver algo tan fino como una buena gamba en una masa aceitosa es una especie de crimen gastronómico.

¿Y nunca te has planteado que todo pueda formar parte de una confabulación capitalista para exterminarnos? 

Mmm... no. Yo culparía más de su declive a las malas prácticas de algunos hosteleros, que por ahorrar dinero utilizaban las peores gambas congeladas, abusaban del rebozado para que llenaran más y encima las hacían en freídoras en las que no se había cambiado el aceite desde la época de los romanos. Eso cuando no las compraban precocinadas, que entonces ya era el apocalipsis. Tampoco jugó en su favor la aparición de las falsas patas rebozadas de buey, tristemente conocidas como "muslitos de mar". Son como un obús de surimi al que le han hincado una pinza de cangrejo. Te haces respiracionista sólo de verlas.

O sea, que el señorito cree que no hay salida para nosotras.

Lo único que se me ocurre es que se reconviertan ustedes en tempura, que como lo japonés tira mucho igual cuelan.

¿Has dicho tempura? ¿Pero quién te has creído? ¡Nosotras no somos un vulgar producto de la globalización! Seguimos siendo voluptuosas y 'sepsis', no como esas pijas japonesas.

Con todo el respeto, yo muy sensuales no las veo.

¿Sabes que no llevamos nada debajo de la gabardina?

Ay madre... no, por favor.

¿Te asusta vernos desnudas?

No, no, por lo que más quieran, ¡no!

Venga chicas, ¡todas a exhibirnos!

Aarrgggg... [desmayo y fin de la dramatización].

Hay 153 Comentarios

Que bueno me recuerda mucho también a las tortilla de camarones algo que no puede faltar con una cerveza. Yo las he probado en www.lagambadeoro.es están genial saludos.

Pues a mí los muslitos de cangrejo me encantan!! Y siempre ha sido uno de los platos estrella en la cena de Navidad de mi tía... ahora que ya no cocina ella han pasado a mejor vida, pero yo los echo de menos!!

Hola Comidista. Propuesta para tu próxima entrada: el plato de entremeses. Sí, ese que se utilizaba para completar los menús de muchos bares y en el que había una loncha de jamón de York, una de jamón serrano¿? una de queso de barra, una de chorizo y si tenías suerte un calamar o un poco de ensaladilla rusa que había sobrado de las tapas. Gracias por hacerme reir por las mañanas. ¡Feliz Navidad!

No a todo el mundo le gusta la nueva tapa gourmet que se pone por todos los bares nuevos. Te invito a que te pases por Zaragoza y vayas al Bar Manilu y te comas unas gambitas rebozadas recien echas, luego comentas, Chao. Tienes un sitio dentro de todos los cocinitas

Creo que las gambas a la gabardina son uno de los mejores pinchos que te pueden poner en un bar con una caña.... junto con unos buenos torreznos...

Soy fan número uno de tu sección comida viejuna. Es perfecto para desconectar un ratito del trabajo aquí en Alemania, mi compañera está mosqueadisima!!!! Qué me decís de la fruta confitada (más tiesa imposible), los orejones o los pistolines. Y cómo postres el limón o la naranja helada con su tapita!!

Hay que tener mucho arte para saber hacer unas buenas gambas a la gabardina. En la mayoría de los sitios, ocurre como en los Simpsons, que tiras la gamba a la gabardina contra la pared de pladur, y ésta se vuelve transparente de la cantidad de grasa que lleva la fritura.

Una alternativa impresionante, la rodajita de chorizo a la gabardina. Para muy gourmets.

Excepcional blog Mikel, enhorabuena.

"Pues en mi pueblo las llamamos mojones, y no llevan gamba ni gabardina, y no consiento que se metan con ellas".
"Además eres un pijo y un snob por opinar sobre comida que a mi me gusta y llamarla viejuna"."Encima eres vasco y eso te incapacita para hacer bromas en las que salgan terroristas porque relativizas?".
Dios miooo que falta de sentido del humor hay por el mundo. Aupa Mikel y la comida viejunaaa.

Hola. Me pareció un excelente artículo, escrito con un gran ingenio y sentido del humor. Las personas que se han dedicado a criticarlo negativamente en los comentarios me da la impresión de que es porque les falta sentido del humor.
Saludos cordiales.

Ricardo

para actualizarlas un poco... yo las llamaría gambas con trench

Lamentable el inexistente sentido critico de algunos por aquí, dispuestos a todo tipo de alabanzas por un comentario anónimo en un espacio de seudo libertad...
23 Javigaro eres familiar de alguna víctima del terrorismo? Confundes criterios : el que ha metido en CONTEXTO el "Terrorismo" ha sido el proprio bloguero...Me parece que en ese sentido eres un IDIOTA, BURRO y TRASNOCHADO...
(lee un poco mas Baruch von Spinoza en materia de categorias de causalidad, contextos y equinos )

Lamentable el inexistente sentido común y del humor que tienen algunos por aquí.
El artículo excelente, una mezcla de ingenuidad y sarcasmo sutil que me ha arrancado carcajadas.
en cuanto a las gambas con gabardina, es cierto que están pasadas de moda, que ya no son "chic", ,pero ¿ y lo buenas que están?

Jajajaja, me he reido durante toda la entrevista. Muy original, las últimas entregas de 'Comida viejuna' habían perdido fuelle. Gambas orly, coctel de gambas con salsa cocktail, a mi todas me parecen que son despojos de la comida francesa, menos mal que ya llegan los confits, el foie, el tartár y las vieiras de nuestro país vecino.

El Comidista me conmueve, a veces.

Me hace, de todos modos, más gracia...como recomiendas los sobaos. :(

Explicacion subjetiva aunque honrada : puede uno mofarse de la gambas en "gabardina"? SI! (claro que si por Dios !!!) Estructurar el relato con referentes a secuestros y zulos fue un error...Ya sabemos con que la memoria colectiva de este pais lo relaciona...
(Siniestro total con el sindrome de Estocolmo lo hizo mucho mejor.)
Le deseo unas felices gambas.

Agradezco: "gilipollas" con LL
( Lo mismo en materia de saludos, es decir "abrazos" y no gilipollas)
Citacion belica y gala : " peut-on rire de tout? Oui, mais pas avec n'importe qui...."

¡Ja, ja, ja...! Como siempre, graciosísino: yo sólo las como una vez al año: en los Sanlorenzos, en Huesca, es como un rito... ¡Larga vida a las gambas exhibicionistas...!

En mi barrio había un bar tipo inglés (si, de esos con sillas acolchadas de piel y remaches metálicos que ya son viejunos) en el que ponían las mejores gambas a la gabardina del mundo. Era la tapa estrella (tapa sí, de la que no se paga) y el cocinero las hacía sobre la marcha, mojando una a una las gambas frescas en un lodazal de harina, cerveza y huevo, y soltándolas con gracia, también una por una, sobre el aceite hirviendo en la sartén.

El cocinero estaba muy gordo y tenía el pulgar como de caucho, de tantas veces que se había quemado al soltar las gambas cogidas por la cola. Viejuno y sin glamour, estamos de acuerdo, pero hay que ver lo buenas que estaban aquellas gambas.

Gamba gabardina, un éxito internacional:
http://www.facebook.com/photo.php?fbid=10150334220762670&l=2802e06a9f

Si queréis ir a un cocktail como unos Don Juanes: ¡click sobre mi nick!

Pues a mi me chiflan,bien cocinadas y recien sacadas del aceite caliente... y un vinito blanco Ribeiro o Albariño...y buena compañía.. ¿Soy viejuna yo tambien?
Saludos desde el Noroeste y no os tomeis la vida/blog tan en serio,
Abur

Las gambas gabardina del Tamboril en la Plaza de la Consti en Donosti son, todavía, alucinantes!

Las gambas con gabardina, como todo, las hay buenas y malas. Lo que no es de recibo que una gamba de estas cueste 1.5 € la unidad en la gran mayoria de establecimientos de mi pueblo, y que practicamente sea la tapa estrella, somos viejunos ..........

Me encantan tus artículos.¡Qué buen guión para un cortometraje!.Saludos...con gabardina.Jim

Bueno, estas me las pusieron en Compostela la semana pasada. Menos mal que no te metiste con la pavía, tan crujiente ella, tan hinchada de armazón, tan amarilla... Tan envidiable envolviendo en escaramuza a la merluza o al bacalao.

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Sobre el blog

El Comidista trata todos los aspectos de la realidad relacionados con la comida. No sólo da recetas fáciles de hacer, habla de restaurantes accesibles o descubre los últimos avances en trastos de cocina, sino que comenta cualquier conexión de lo comestible con la actualidad o la cultura pop. Todo con humor y sin ínfulas de alta gastronomía.

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Mikel López Iturriaga

es periodista y bloguero, y lo más decente que ha hecho en su vida es crear El Comidista en 2009. Escribe en EL PAÍS y habla en el programa 'Hoy por hoy' de la Cadena Ser, después de haber pasado por Canal +, El País de las Tentaciones, Ya.com o ADN. Aprendió a guisar con su madre y, después, en la Escuela Hofmann, pero sigue siendo cocinillas antes que cocinero.

Mónica Escudero

es DJ, madre, escribe, cocina y pone la mesa para El País Semanal, ejerce de Comidista adjunta, y no necesariamente en ese orden. Dirigió las revistas Barcelonés y Madriz, y colaboró en medios como Marie Claire, SModa, Vanidad, Yo Dona o La Luna. Ha escrito A vueltas con la tartera, y lo que más le gusta es cocinar, la michelada y los gatos (pero no para comérselos).

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