Carajillo en el siglo XXI

Por: | 13 de noviembre de 2012

Carajillo
Carajillo en versión fina. / MAGNO

 

Cuando piensas en el concepto "carajillo", te vienen a la cabeza imágenes de señores con puros y traje de tergal, abuelators en bares rancios y obreros metiéndose un chute de alcohol y cafeína a las ocho de la mañana para soportar un día frío de curro. Desde luego, el combinado de café con brandy, orujo, ron u otros licores no es la primera bebida que asociarías a la modernidad, y su consumo parece parte de esa España que, por suerte o por desgracia, agoniza. Sin embargo, todo (o casi todo) vuelve, y quizá en un futuro próximo veamos este ¿cóctel? reivindicado en pleno siglo XXI. 

Una de las principales marcas de brandy, Magno, ha comenzado una campaña de márketing para quitarle esa pátina casposa y convertirlo en una bebida enrollada. Del 16 de noviembre al 14 de diciembre, 220 bares y cafés de Madrid, Barcelona, Valencia y Zaragoza servirán de escenario para minitalleres en los que se enseñará a camareros y clientes a preparar versiones gourmet del carajillo. Éstas se servirán al precio de un café normal.

"Si el gin tonic pudo conquistar los paladares más refinados, ¿por qué no lo puede hacer el carajillo?", se preguntaba Ricardo Hierro, responsable de la iniciativa, en una demostración para la prensa la semana pasada en Barcelona. "Los cócteles calientes se están poniendo muy de moda en Europa, como bebida para consumir en invierno. El carajillo tiene un punto diferencial respecto a la coctelería habitual en España, que siempre es fría, pero a la vez tiene una fuerte raíz tradicional".

Para lavar la imagen del combinado, que para muchos no es más que un café al que se le echa un chorrazo de alcohol o, en el más viejuno de los casos, de Baileys, la marca pretende recuperar su versión más depurada. Es decir, la que se suele elaborar en la Sierra del Maestrazgo, con el brandy flambeado y el añadido aromático de canela y limón. A la vez, en las demostraciones propone una versión más sofis, con peladura de naranja, vainilla y sirope de higo.

Carajillo

Calor para el brandy antes de flambear. / EL COMIDISTA

 

Sin ser yo un gran fans del café, y a pesar de que la cata fue a una hora tan poco propicia a la ebriedad como las 11 de la mañana, me pareció que esta versión del carajillo tiene su punto. Supongo que más allá de los ingredientes novedosos, las normas seguidas para elaborarlo son la clave: café molido recientemente, agua de buena calidad, máquina limpia para que no sepa a rancio, y el brandy suficientemente flambeado como para bajarle un poco, los humos y que no te abrase. El efecto, en cualquier caso, es reconfortante, y si tienes frío te lo quita al segundo sorbo.

De todas formas, lo que más me gustó fue enterarme de algunas batallitas acerca del carajillo. Unos dicen que se inventó en la guerra de Cuba, cuando los soldados españoles mezclaban brandy con café para darse corajillo y entrar en combate entre excitados y colocados. Otros piensan que el invento nació en Cataluña, donde su porcentaje de licor es notablemente mayor. Según Josep Pla, los transportistas lo pedían en la Barcelona de principios del XIX porque tenían tanta prisa que no les daba tiempo a tomar el café y la copa por separado. El nombre vendría de la expresión en catalán que ara guillo (que me largo).

Días después leí otra explicación que parece algo más plausible: los indianos procedentes de Badalona daban a sus esclavos un carajo (café con ron) cada mañana para que trabajaran con más alegría, y se trajeron la idea a España a su vuelta. En cualquier caso, la combinación se encuentra en otros lugares con nombres diferentes: en Mallorca es un rebentat, mientras que en el norte de Italia se conoce como café corretto.

Dudo mucho de que el carajillo vuelva con el ímpetu del gin-tonic. Y me parece todavía más complicado el objetivo de reimplantarlo como una bebida de tarde, tal como pretende la iniciativa de Magno (yo lo veo más como un pelotazo pos-cena antes de salir a darlo todo). Ahora bien, como bebida entrañable que no sólo inspiró revistas underground de los setenta, sino que puede servir como sustitutivo de otras sustancias más dañinas, me encantaría que no se perdiera en la noche de los tiempos.

Hay 96 Comentarios

¿Cuanto te han pagado los de Magno?
Esto es publicidad y punto.

El buen carajillo, aunque parezca fácil su confección, no lo es tanto, aquí inserto un blog en donde se pueden tomar buenos carajillos en la provincia de Catellón.
Lo principal de todo, es hacerlo con mucho cariño y los ingredientes a gusto del consumidor.

Al gallego que aparentemente no se entera -de parte de otro gallego-: el carajillo y el café con gotas no es lo mismo.

En Galicia se le llama "café con gotas" (de caña de orujo, claro).

Es muy popular en bares y mesones auténticos para asentar el estómago (que no la cabeza) después de comer.

Jajaja... Juan
A mi me paso lo mismo, pero con tequila, es que los americanos no tienen termino pequeño, ni mediano , todo a lo grande.
En Mallorca el "rebentat" con Ron Amazona es insuperable

Aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid os cuento una anécdota que me pasó hace ya un puñado de años en EEUU con el carajillo. Resulta que fui a visitar a la familia de mi entonces novia norteamericana a la zona de Washington DC. Me llevaron a cenar a un restaurante español, del que no recuerdo el nombre, aunque la comida estaba decente. En la carta de postres vi que ofrecían carajillo, y le pregunté a la camarera si lo hacían con café americano o con espresso. Me dijo que americano, pero que podían cambiarlo. Así que me pedí uno con café espresso, y mis suegros y cuñados, por eso de la curiosidad, se apuntaron todos también al carajillo. Cuando los trajeron casi me cago de la silla. Eran tazones de cristal enormes, tamaño café americano, llenos hasta arriba de espresso y cargadísimos de brandy. Le dí un sorbo y aquello no había quien se lo bebiese. Las caras de mis comensales diciendo que estaba buenísimo mientras daban sorbitos tratando de ser corteses se me han quedado grabadas. Me costó convencerles de que no se lo tomasen y que aquello no era el "typical Spanish carajillo"…

como te pone uno de estos con un buen orujo en los madrugones frios de invierno duro. Solo con un buen, buen Orujo !!!

Yo pensé que la gente pasaba de la publicidad de dietas ¿pero alguien se lo cree a estas alturas? o más bien alguien que siga al Comidista ¿le interesan las dietas?
Y en cuanto al carajillo no puedo tomarlo porque me pone a cien y luego no duermo en toda la noche ni parte del día siguiente, pero eso sí bien hecho el de la foto tiene que estar bueno

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A nosotros no nos importaría incluir en nuestros listados de Restaurantes, por ejemplo, en http://www.dondecomerok.net/Provincias/Pontevedra/Vigo/Vigo01.html , ya que es la ciudad en dónde realizamos nuestras actividades Web; información, promociones, imágenes, etc sobre la vuelta a la novedad con mayor calidad, de una bebida o coctel como el del artículo.

Mikel, tres puntos por mencionar que en Mallorca llamamos "rebentat" al carajillo. El clásico de los clásicos en la isla no es de coñac, si no de "Ron Amazonas" (hecho en Mallorca, si es que somos muy caribeños) también conocido por "cavallet" al llevar la imagen de una amazona montando a caballo impresa en la etiqueta, o de anís seco "Tres caires", made in Llubí http://www.trescaires.com/. Yo, que no soy nada viejuno, me apunto algún domingo con alegría al "rebentat d'Amasones" después de una comida ligerita a base de "arròs brut" y "porcella". Ya me ha entrado el hambre, mira tu...

Y larga vida al carajillo! Dicho sea de paso.

Buenas Mikel, oye...No te cansa que la gente dedique el espacio de los comentarios a hacer propaganda de dietas y esas cosas?!...Me indigna, siempre igual con las chorradas de "Esta sí funciona" Y "Es mogollón de sana" y paridas así...ya esta bien...Manifiéstate cari!

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Y... ¿qué hay del "belmonte", o de su versión sofisticada, el "asiático"? ¿los conocéis? pista: el "irlandés" comparte algo con ellos.

Adriana: http://www.carajillomagno.com/ Hay una sección de la ruta de cafés (ahora no puedo entrar no sé por qué). Los de Madrid y barcelona estaban seguro. No sé si los de Valencia también.

hola, pone que es hasta diciembre y en valencia una de las ciudades, pero ¿en qué locales en concreto? gracias

¡Qué recuerdos! Hace decenas de años los domingos por la tarde nos tomábanos en el café Scorpios de Toledo unos carajillos deliciosos que resucitaban a un muerto y nos espabilaban de la resaca en las tardes frías. El que han mencionado de la calle Silva me pilla bien, en breve lo visitaré.

Genial la iniciativa. La receta 1 es justo como lo prepara mi padre cada vez que vamos a su casa a comer en plan cuchipanda: magno quemadito (el lo pasa x el micro para q coja llama con el mechero) canela y rodajita de limon. No hay nada mejor

Me estaba imaginando al grupo de obreros con los que a menudo compartí desayuno en la barra metálica de un bareto de toda la vida. Con sus monos azules y sus cascos de plástico llenos de polvo, esperando a que el camarero les prepare los carajillos: "Fermín, a ver si acabas de pelar la naranja ya. Ponme bien de sirope de higo, eh".

En mi vida me plantee el brandy como opcion y ahora me esta apeteciendo pero en la version sofis, la de los higos. Este finde me bajo a barcelona a hacerme la ruta. Esta publicada en algun lado?
Ah, me parece divina la tazacopa. Donde la pillaste?

...corteza de limón, perdón!

pues a mi esta entrada me parece muy bien, la receta que propone Mikel es la canónica - Si acaso me sobran los granitos de café (acaban siendo un incordio) pero lo de la canela, la corteza de café y requemar el brandy y que el brandy sea bueno no uso de esos patateros con los que te desafían en los bares de carretera es lo mínimo.
Yo también soy de Castellón pero llevo media vida en Madrid, media vida esperando que me pongan un carajillo como mandan los cánones. Puede que de esta aprendan

Sin animo de ofender...pasaros por Castellón ( o todo el Pais Valenciá en general...)

A ver si de una puñetera vez puedo tomarme un buen carajillo en Madrid, ben cremaet....

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Sobre el blog

El Comidista trata todos los aspectos de la realidad relacionados con la comida. No sólo da recetas fáciles de hacer, habla de restaurantes accesibles o descubre los últimos avances en trastos de cocina, sino que comenta cualquier conexión de lo comestible con la actualidad o la cultura pop. Todo con humor y sin ínfulas de alta gastronomía.

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Mikel López Iturriaga

es periodista y bloguero, y lo más decente que ha hecho en su vida es crear El Comidista en 2009. Escribe en EL PAÍS y habla en el programa 'Hoy por hoy' de la Cadena Ser, después de haber pasado por Canal +, El País de las Tentaciones, Ya.com o ADN. Aprendió a guisar con su madre y, después, en la Escuela Hofmann, pero sigue siendo cocinillas antes que cocinero.

Mónica Escudero

es DJ, madre, escribe, cocina y pone la mesa para El País Semanal, ejerce de Comidista adjunta, y no necesariamente en ese orden. Dirigió las revistas Barcelonés y Madriz, y colaboró en medios como Marie Claire, SModa, Vanidad, Yo Dona o La Luna. Ha escrito A vueltas con la tartera, y lo que más le gusta es cocinar, la michelada y los gatos (pero no para comérselos).

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