El Comidista prosigue su serie de entradas breves en forma de autoentrevista sobre restaurantes, bares, cafés y actividades gastronómicas diversas para disfrutar el fin de semana. Se publican uno de cada dos viernes, alternando con el consultorio Aló, Comidista.

Noche en el 220. / MONT BAR
Vaya, otro sitio de Barcelona. Pues sí. Es que yo vivo aquí, lo siento. Vale. ¿De qué va el Mont Bar? Digamos que es un bar de tapas de toda la vida, pero con cocina elaborada y algunos toques de vanguardia. Se nota que el señor que manda en los fogones, Pedro Salillas, ha pasado por restaurantes de nivel. ¿No será un restaurante pijo con pretensiones? No. De hecho, es bastante informal, como corresponde a un bar, y lo mismo puedes desayunar, picar unas croquetas o tomar un vermú que comer o cenar más en serio compartiendo unos platillos. Ni la decoración, bastante cálida, ni el servicio, poco rimbombante, apabullan: el refinamiento está más en la comida. ¿Qué se come? Yo probé una ensalada verde con sardinas, mango y cítricos muy fresca, una ensaladilla rusa con esturión confitado curiosa y un canelón de cordero con una bechamel de las que ya no se ven en ningún lado. Pero si algo me entusiasmó fueron los huevos de payés con papada confitada, trigo y cecina, uno de esos platos con los que podría morir feliz comiendo.