Seis razones para tomar azúcar de comercio justo

Por: | 07 de mayo de 2013

Panela 1
Azúcar sin injusticias. / CECJ

 

Cuando me topo con un paquete de azúcar de comercio justo en un supermercado, me suelo hacer esta pregunta: ¿estaré haciendo el idiota si lo compro y pago más que por uno normal? Mi yo hormiguita que piensa en el fin de mes me dice que deje las buenas causas para otro momento, mientras que mi yo solidario me empuja a rascarme el bolsillo por respeto a las personas que lo producen. Al final, la batalla la gana uno de los dos yoes dependiendo de cómo tenga el día, siempre después de complicadas elucubraciones con cierta tendencia al absurdo ("podría consumir la mitad, y así mantener a raya mi vacaburrismo sin gastar más", y cosas así).

Puede que haya llegado el momento de dejarme de bobadas y dar con razones sólidas para apostar por el azúcar bueno, aprovechando que el Día del Comercio Justo se celebra el sábado. Este año, la Coordinadora Estatal que agrupa a las organizaciones que lo defienden se ha centrado precisamente en este alimento, con una campaña denominada Para endulzarte la vida no hay que amargar a nadie. Habrá concursos de repostería, reparto de muestras gratuitas y charlas con el objetivo de promover su consumo en España, donde las ventas suben poco a poco pero aún estamos a un par de años luz de países como el Reino Unido: allí más del 40% de los sobres de azúcar que se pueden encontrar en las cafeterías son de fair trade.

¿Por qué deberíamos comprar más azúcar de comercio justo? Para responder a esa cuestión, acudí a la presidenta de la Coordinadora, Mercedes García de Vinuesa, quien me dio los siguientes argumentos.

 

1. Porque los trabajadores que lo producen reciben un salario digno

"Diversos estudios señalan que los productores de azúcar de comercio justo reciben el doble del porcentaje del precio final de venta que los del mercado mayoritario", explica García de Vinuesa. Esto ocurre en un sector en el que las condiciones de los trabajadores suelen ser hardcore: en países como Brasil o Tailandia la caña de azúcar se corta a mano por apenas unos dólares diarios, y muchos agricultores han perdido sus tierras por los contratos abusivos con las fábricas. En el comercio justo, "el precio se fija de común acuerdo entre productores e importadores, siempre sobre un mínimo necesario para obtener salarios que permitan una vida digna. Este precio y salario es estable frente a las subidas y bajadas drásticas tan propias de la especulación financiera con materias primas".

2. Porque las mujeres no ganan menos

Parece increíble que en esto el siglo XXI sea tan siglo XIX, pero en la mayoría de los sectores productivos las mujeres cobran menos que los hombres por las mismas tareas. "Esta realidad es especialmente palpable en la agricultura, donde solo el 1% de la tierra es propiedad de las mujeres, a pesar de que realizan el grueso de las labores de mantenimiento", señala la presidenta de la Coordinadora. Los productos de Comercio Justo, entre ellos el azúcar, garantizan el mismo pago para empleados y empleadas, recolectores y recolectoras y vascos y vascas (bueno, esto último no tanto porque en Euskadi no hay caña de azúcar).

Corte caña ecuador
Corte de caña de azúcar en Ecuador. / CECJ

3. Porque no hay explotación infantil

¿Quieres ver niños trabajando largas jornadas en condiciones insalubres? Date una vuelta por algunos cultivos de caña de azúcar de países latinoamericanos como Bolivia o México. Según García de Vinuesa, en República Dominicana también hay casos documentados de explotación de trabajadores de origen haitiano en los bateys (plantaciones de azúcar en régimen cuasi-feudal), donde abunda la malnutrición infantil y el sistema de escolaridad no llega ni a los cuatro cursos. "El comercio justo combate y prohíbe cualquier forma de explotación infantil y suele destinar habitualmente las primas de desarrollo a la construcción de escuelas e infraestructuras para el desarrollo de la infancia". Mmm... no estaría mal pensar en esto cada vez que le ponga azúcar al yogur.

4. Porque es respetuoso con el medio ambiente

Desde finales de los ochenta, el uso de azúcar de mesa en España ha descendido a la mitad, pero se toma un 20% más de azúcar por habitante en total gracias a los dulces, embutidos, lácteos o refrescos que lo incorporan (la relación de este dato con la obesidad da para otra entrada). En el resto del mundo nos encontramos con incrementos similares, y ya estamos en unos 24 kilos de media por persona al año. Para dar respuesta a la demanda, "se favorecen las variedades de caña más productivas en detrimento de las especies autóctonas y de cualquier otro tipo de plantaciones complementarias, lo cual atenta contra la biodiversidad y contra el propio rendimiento de la tierra a medio plazo dada la ausencia de rotación de cultivos", afirma García de Vinuesa. Además, buena parte del azúcar refinado que consumimos en Europa proviene de la remolacha, y la producción del mismo a partir de la raíz es, según la Coordinadora, más contaminante que la caña. El azúcar de comercio justo, siempre proveniente de esta última, no utiliza productos químicos agresivos y respeta los cultivos autóctonos. Es un poco más consciente, vaya.

Pacto Panela proceso 10(1)

Panela en proceso. / CECJ

 

5. Porque beneficia a las comunidades donde se produce

El comercio justo no busca líos de una noche con los productores para dejarles tirados cuando los precios fluctúan, sino relaciones comerciales estables basadas en el respeto mutuo. "Se fijan por adelantado precios de compra, se prefinancian las cosechas cuando los grupos productores lo solicitan y se establece un compromiso de durabilidad, con el fin de consolidar una estabilidad en los ingresos y favorecer el desarrollo de esa comunidad", arguye García de Vinuesa. Los beneficios no sólo se usan para mejorar los cultivos, sino para financiar becas, transporte o material escolar para estudiantes, infraestructuras o proyectos de salud.

6. Porque está bueno

No hace falta ser catador de azúcar para percibir una pequeña diferencia entre el azúcar blanco convencional y el integral (ojo, no confundir con el moreno, que suele ser refinado y teñido posteriormente). "Tiene un sabor mucho más natural", defiende García de Vinuesa. "Aunque hay algunas variedades refinadas, la mayoría del azúcar de comercio justo es integral o, directamente, panela, un tipo de azúcar más artesanal y natural que mantiene las melazas donde residen los componentes más nutritivos de la caña de azúcar". Es decir, que con él no sólo los engordeleques dulces están mejor, sino que sus minerales y vitaminas hacen que te sientas menos culpable. ¿Convencidos?

Hay 62 Comentarios

Yo suelo comprar azúcar de caña integral y me da mucha rabia cuando veo que viene desde la isla de Reunión, a miles de km! Ahora he comprado sirope de ágave bio y viene desde Méjico! Pienso que estaría bien que se pudiera comprar azúcar integral de remolacha, hecho con remolacha nacional por una empresa nacional, yo no lo he visto, no sé si existe, que lo Inventen! ja ja

Pues yo estoy totalmente de acuerdo con Justa Panela.. ¿apoyar los productos de aquí sólo porque se han hecho aquí? es tanto como decir que hemos de comprar los tomates de Almería sin importarnos que hayan explotado a inmigrantes en su producción. Lo importante es cómo se han producido, si respetan los derechos de las personas y el medio-ambiente y quién se lleva los pingües beneficios. ¡Más solidaridad y menos chovinismo!

Estoy completamente de acuerdo con Mercedes, los productos españoles son tan buenos y mejores que la mayoría de los de importación y al mismo tiempo uyudamos a enriquecer nuestro país y no a unos importadores que se quedan con pingües beneficios a costa de arruinar la producción española.

Pues yo creo que el tema de consumir español vs importado es un falso debate cuando se habla de comercio justo. La cuestión no es dónde se produce, sino en qué condiciones. Ni el comercio justo está en contra de la producción local (aquí) con criterios justos, ni a favor de toda importación.
El azúcar del que se habla en esta entrada no se caracteriza por ser producido en el extranjero, sino por ser sostenible, saludable y respetuoso con la dignidad de los productores.
El azúcar europeo es siempre refinado (por ser de remolacha), lo que conlleva más químicos, y cada vez son más habituales las variedades transgénicas. Además, el mercado está copado por un puñado de multinacionales. Eso no son precisamente empresas locales y en absoluto justas. Ni tampoco es "local" consumir en Madrid azúcar producido en Munich.
Supongo que en el fondo estamos de acuerdo, lo ideal es que lo que consumimos sea justo, ecológico y local. Pero la realidad a veces es más complicada. Hay que mirar los matices y no ser esencialistas. Sin que la complejidad nos paralice, claro!

Gracias por la entrada Mikel, muy ilustrativa, como siempre
Con respecto a aquel artículo de El País sobre el robo de tierras en Uganda y el café de comercio justo, recuerdo haber leído una respuesta de la Coordinadora de comercio justo desmintiéndolo. Dejo aquí el enlace:
http://comerciojusto.org/declaracion-de-la-coordinadora-estatal-de-comercio-justo-sobre-las-recientes-informaciones-aparecidas-en-prensa-en-torno-al-cafe-ugandes/
A veces parece que ponemos más empeño en criticar a quienes tenemos al lado y hacen algo por cambiar las cosas (encima con argumentos falsos), que en criticar a los verdaderos responsables de tanta explotación laboral. ¡No les hagamos el trabajo sucio a las multinacionales!

Yo lo que no entiendo es por qué hay tan poca selección de azúcar en España, nunca he visto moscovado y apenas he empezado a comprar demerara hace poco (en la sección bio de carrefour), parece que todo se reduce al blanco y al integral (que yo no se si es blanco mezclado con melaza), y de Azucarera.

¿¿Y no sería también "justo" apoyar a nuestros productores remolacheros, a los que se les han reducido la mayoría de los derechos adquiridos y se les ha rebajado la cuota porque (ahora) sale más barato importar (y por intereses políticos, por supuesto....)??Un saludo

Leí este artículo en El País hace poco: Uganda condena a una multinacional a devolver sus tierras a 2.000 campesinos (http://sociedad.elpais.com/sociedad/2013/04/14/actualidad/1365964984_694172.html)

Vivo en África y estoy a favor del comercio justo, claro, pero desgraciadamente no te puedes fiar de nadie. Espero que esté lo más controlado posible

Todo muy interesante, pero en el comercio lo fundamental es el precio.
La gran mayoría de la gente de nuestras sociedades compra mirando principalmente la economía del producto ¿o creen que prefieren vino D. Simón de tetrabric porque les gusta más que un crianza de la Ribera del Duero?
Ignorar este hecho es no entender nada.

Mikel, enhorabuena por esta entrada. Creo que sería una buena idea que tu blog tuviese cada vez más entradas de este tipo, en detrimento de entradas con recetas (aunque sin abandonarlas). Hay muchos sitios donde encontrar recetas en internet, sin embargo no hay tantos en los que se reflexione sobre la comida. Además, podría ser que esto lo retwitee la gente con más frecuencia que las recetas, lo cual te puede beneficiar.
Saludos!

¿Y para cuando un artículo con las razones para no tomar azúcar? Pero claro, la salud no es importante...

A mí me gustaría apuntarte, que el comercio justo no es más caro; simplemente, es el precio real y justo que valen los productos. Lo que no es ni medio normal es el precio que encontramos en la mayor parte de lo que consumimos: o está subvencionado, o simplemente se paga una miseria el productor. Por tanto, cambiemos el chip, y consumamos justo, con su precio real.

Yo consumo panela de Comercio Justo, por esas razones y alguna más.
Un saludo

Hay que fomentar lo nuestro YA

Gracias, Rosa Tovar. Muy claras tus puntualizaciones

Varias puntualizaciones:
1.- En Europa en la práctica totalidad el azúcar refinado es de remolacha, porque desde los tiempos de Napoleón los países del continente se defienden con aranceles del azúcar de caña, de mejor calidad y más barato --el proceso industrial es menos costoso, porque la caña tiene una mayor proporción de sacarosa que la remolacha. Es una medida estúpida pero es lo que hay y hay que decirlo. Si es más costoso este azúcar es por los aranceles.
2.- El azúcar integral de caña es el azúcar moscabado, moscabo, la panela, papelón, raspadura, chancaca .... que de todas estas formas se llama en España y en América. Se apelmaza mucho. Si no se apelmaza, es azúcar refinado con melazas para darle color y sabor, es decir, no es azúcar integral. No quiere decir que sea malo, pero no es integral.
3.- Es cierto que el proceso de refino del azúcar de remolacha deja muchos subproductos. Se pueden aprovechar, aunque no siempre se hace, y, además, se puede vender antes del refino como azúcar integral de remolacha. Se llama vergoise y se utiliza en el norte de Europa. Tiene un color oscuro y un sabor muy intensos, mucho más que el azúcar moscabado --hay muchos más residuos vegetales. Está bueno para hacer pan de especias y acompañar frutas.
4.-. Ojalá sea cierto que las mujeres cobran lo mismo que los hombres que la trabajan y que lo que cobran todos sea un salario digno.
5.- Soy partidaria de comprar productos de precio justo cuando se adquieren en establecimientos que ofrezcan ciertas garantías, como Intermon-Oxfam

yo estoy de acuerdo de que hay que fomentar el uso de productos locales y de España pero resulta que el azucar de caña no es de España ,el de España es de Remolacha, no que no se puede es vender azucar de caña cuando algunas empresas unen azucar blanco con melaza para teñirlo y despues venderlo como de caña o comprar el azucar de caña super barato y venderlo aqui a 7 euros.
el comercio justo es vender productos de su propio pais sea panela de ecuador como mermelada de castaña de lugo pero de cooperativas, empresas pequeñas que son pisadas por las empresas grandes,

Tal como están las cosas, mejor apoyar la industria local, que los del comercio justo ya tienen Holanda y Alemania para colocar sus productos.
Por otra parte, lo de que la remolacha es contaminante es muy relativo. De hecho, gracias a los residuos de la remolacha, entre otras plantas, se están fabricando cada vez más bolsas de plástico ecológicas, de esas que se desintegran solas. Es decir, orgánicas.

Lo que no entiendo es porqué es mas caro, ganan mas dinero sus campesinos que los de aquí o también tienen intermediarios vividores. No me parece bien desnudar un santo para vestir a otro, así que seguiré comprando azúcar español y que los campesinos de aquí puedan aguantar unos años mas.

El plural de "batey" es "bateyes", no "bateys".

Después de muchas pruebas este es el azúcar que uso para muchas de mis recetas de cerveza casera. Por todas esas razones y por el sabor que consigo en la carbonatación. Se nota menos la química y más lo natural.
https://www.cervezartes.com/

Traer a un blog (o a cualquier sitio) para que dé consejos a una señora de una asociación que se dedica a eso es como traer a un policía para decirnos cómo nos debemos portar en una manifestación: ya sabemos lo que nos va a decir.

O sea, que la pregunta que formula el autor del blog al principio, sigue sin estar respondida.

Me has abrumado, son ciertas todas las razones, del sabor del azúcar no hablo porque se nota.
Pero realmente el planteamiento tiene que ser no que nos concienciemos y compremos el azúcar de comercio justo, sino que se exiga a las empresas que comercien / fabriquen de modo justo. Hace poco ha saltado a los medios de comunicación las condiciones de los trabajadores de las fábricas textiles en algunos países de Asia, que fabrican para nuestras marcas.
Independiente de la opción personal de cada uno, tiene que tomarse otro tipo de medidas, que duda cabe que los consumidores, somos los que podemos pedir a las marcas otros comportamientos éticos.
Saludos dulces desde cakes, hoy un postre más saludable si cabe http://cakesamedida.blogspot.com.es

Yo recomiendo consumir Panela, también llamada rapadura. Jugo de caña de azúcar sin refinar. Es fácil de encontrar en herboristerías, y si disponéis de un mercado ecológico cercano, se suele encontrar más barato los de comercio justo (alrededor de 4 euros el kilo).

Un saludo.

Sin ánimo de meter jaleo, pero sí de ser realista, a la mayoría de la gente le importa un pimiento todo esto que ha dicho usted, sr. López. La mayoría busca el bolsillo. El ahorro, vaya. Incluso si el sabor es peor, la gente seguirá yendo a por lo más barato.
Y no sólo por la época que vivimos, pues el bolsillo ahora manda sobre todas las cosas, sino también porque está en nuestra cultura ser unos memos irracionales. Ya antes de la crisis las tiendas de los "chinos" triunfaban con ganas, aun cuando todo el mundo sabe la basura que allí se vende y la pésima relación "valor por dinero" que ofrecen. Aquí no se valora el trabajo bien hecho, la durabilidad, la resistencia ni nada parecido. Y ni le cuento ya cuestiones como la justicia o moralidad que hay detrás de los fabricantes. ¿Cree usted que si en este país la gente tuviese conciencia existirían tiendas como Zara, Mango o El Corte Inglés? Por todo ello concluyo que, salvo los pocos concienzados de turno, a la mayoría todo esto se la suda. Perdone por ser tan duro, pero creo que así son las cosas.

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Sobre el blog

El Comidista trata todos los aspectos de la realidad relacionados con la comida. No sólo da recetas fáciles de hacer, habla de restaurantes accesibles o descubre los últimos avances en trastos de cocina, sino que comenta cualquier conexión de lo comestible con la actualidad o la cultura pop. Todo con humor y sin ínfulas de alta gastronomía.

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Mikel López Iturriaga

es periodista y bloguero, y lo más decente que ha hecho en su vida es crear El Comidista en 2009. Escribe en EL PAÍS y habla en el programa 'Hoy por hoy' de la Cadena Ser, después de haber pasado por Canal +, El País de las Tentaciones, Ya.com o ADN. Aprendió a guisar con su madre y, después, en la Escuela Hofmann, pero sigue siendo cocinillas antes que cocinero.

Mónica Escudero

es DJ, madre, escribe, cocina y pone la mesa para El País Semanal, ejerce de Comidista adjunta, y no necesariamente en ese orden. Dirigió las revistas Barcelonés y Madriz, y colaboró en medios como Marie Claire, SModa, Vanidad, Yo Dona o La Luna. Ha escrito A vueltas con la tartera, y lo que más le gusta es cocinar, la michelada y los gatos (pero no para comérselos).

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