Hacer pan como terapia contra la depresión

Por: | 31 de octubre de 2013

Pan
Pan para la cabeza. / AINHOA GOMÀ

 

¿Te sientes deprimido? ¿Alicaído? ¿En proceso de bajona otoñal aguda? Es probable que, siendo lector de este blog, necesites ayuda psicológica profesional. Pero antes de darte a la paroxetina o ingresar en la López Ibor quizá podrías probar una fórmula más simple, barata y gratificante: ponerte a hacer pan. No es que la harina y el agua tengan propiedades mágicas y te vayan a curar de golpe y porrazo, pero trabajarlas sí puede paliar los efectos de la depresión. Al menos eso es lo que dice un informe de la organización Sustain que se acaba de publicar en el Reino Unido.

El prólogo del estudio Rising up, escrito por John Whaite, el panadero ganador del concurso de la BBC The Great British Bake Off 2012, explica bastante bien de qué va la cosa. El mismo John tiene tendencia a la depresión, y cuenta que hacer pan es una de las cosas que más le ayudan a salir de ese bucle que empieza con un día en el que no tienes ganas de nada y termina en el más profundo de los hoyos emocionales. "Hay algo del proceso de la meditación en hacer pan", explica, para después describir el horneado como "una forma de Prozac sin pastillas". 

El informe afirma que la depresión es sólo el más común de los problemas de salud mentales para los que ejercer de panarra es beneficioso. También ayuda a afectados de síndrome de Down o autismo, ex militares con traumas por haber estado en el frente y personas que han vivido otras situaciones igualmente complicadas no relacionadas directamente con la salud mental, como las víctimas de violencia machista o los que intentar salir de una adicción a las drogas o el alcohol. 

Según Rising up, el proceso de hacer pan es accesible, mejora la salud y el bienestar –para un celíaco no hay nada mejor que ser capaz de producir su propio pan– y refuerza las relaciones personales, ya que los excedentes de producción se pueden regalar a amigos y vecinos. Para la acción que llevó a cabo para conseguir datos para su estudio, Sustain tuvo como cómplices distintas panaderías del Reino Unido, que se ofrecieron a hacer talleres y clases de técnicas de amasado en la que pacientes y terapeutas compartieron horas de harina, levado y buen rollo. Pasado el tiempo, la asociación encuestó a 84 de ellos (54 pacientes y 30 terapeutas) sobre la experiencia, y los resultados fueron más que positivos: un 88% afirmó que el proceso les había ayudado a sentirse realizados, un 87% se habían sentido más felices y un 73% afirmaron sentirse más calmados y relajados, además de otros notables beneficios como sensación de independencia y trabajo en equipo.

Asumiendo que todos tenemos algo que mejorar en nuestra almendra –estrés, ansiedad, insatisfacciones, insomnio, tristeza–, preguntamos su opinión al respecto a Susana Pérez, bloguera que acaba de publicar el libro Pan con Webos Fritos. Su respuesta ha sido clara y de lo más contundente: SÍ. "Soy abogada y asesora fiscal, con lo que mi trabajo puede llegar a ser muy estresante en esta época de crisis, además de pasar un montón de horas sentada delante de un ordenador y peleándome con mil papeles", afirma Pérez. "Ponerme a preparar masas me pone de buen humor, hace que se abran mis sentidos. Especialmente el tacto al tocar mis masas, pero también el olfato, cuando abro las bolsas de mis harinas integrales, destapo un prefermento o me pongo a hornear, y el oído, cuando mi pan recién hecho se enfría en una rejilla y oigo cuando cruje... Además el amasado francés con el que trabajo hace que mejoren mis contracturas cervicales. Hacer pan me sienta bien, comprobado".

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Susana haciendo estiramientos. / WEBOS FRITOS

 

Txema Pascual, de la panadería vitoriana Artepan, también encuentra terapéutica su relación con las masas (a pesar de que la suya es laboral, que ya tiene mérito). "La parte que mejor me hace sentir de todo el proceso es dar forma a los diferentes tipos de barras", cuenta. "En general hemos perdido el sentido del tacto por falta de uso, y tocando la masa y trabajando con una materia prima que muta, como la harina, lo siento muy vivo. Las masas te hablan a través de las manos, pidiendo más o menos fuerza y que las trates de una determinada manera". Txema, que ha organizado algún taller para los chavales con discapacidad intelectual de una escuela cercana a su obrador, coincide con Susana en que tiene otros efectos colaterales, como "despertar el olfato con el mundo mágico de la fermentación y, por supuesto, con la cocción. Además formando las barras, algo que se suele hacer con otro panadero, se crea mucha camaradería". 

Para que la panadería casera no acabe haciendo el efecto contrario y generando estrés porque la masa madre no sobrevive ni dos minutos o el pan de nube no leva, Txema apunta a la necesidad de ser conscientes de la condición de primerizos y optar por algo sencillito, y Susana insta a respetar los tiempos y no pasarse todo el proceso mirando el reloj cada cinco minutos. "La persona que se enfrente por primera vez a este tema debe pensar que la masa lleva su proceso. Si lo respetas, os llevaréis muy bien", reflexiona. "Déjale sus tiempos de reposo y dedícate mientras tanto a otras cosas, la gran mayoría de las veces los resultados son buenos. No tienes que estar mirando a tu pan, mientras fermenta, aunque bien pensado no estaría mal... no se me ocurre una cosa más hermosa". 

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Txema entre barritas. / HÉCTOR PASTOR (ARTEPAN)

 

Si alguien tiene alguna duda sobre que hacer pan, además de ser beneficioso para cuerpo y mente, engancha, ahí va una anécdota de Txema para confirmarlo. "Mi padre tiene 80 años, es panadero desde que tenía 15 y vive en Pamplona", relata. "Un par de veces a la semana viene de visita, casualmente siempre llega a la panadería cuando estamos formando, que es lo que más le gusta. Pues aunque podría llevarse pan de aquí, o masa para congelar, sigue haciendo el pan en casa porque le encanta. Algo muy gordo tiene que tener cuando lo haces durante muchos años por obligación y después sigues haciéndolo por placer". 

Puede que la reducida muestra del estudio de Sustain no permita elevar sus conclusiones a la categoría de científicas. Y quizá los supuestos efectos antidepresivos de la panadería casera sean aplicables a muchas otras actividades manuales y a la vez creativas, como la cocina, la jardinería, el arte o hasta la papiroflexia. Pero cualquiera que se haya enfrentado alguna vez al desafío de elaborar pan estará de acuerdo en que este alimento tan primario es algo especial. Porque tocar una masa, manosearla, olerla, verla levar, darle forma y meterla al horno no es sólo divertido, sino extremadamente gratificante.

Documentación: Mònica Escudero.

Hay 41 Comentarios

La verdad es que estar ocupado siempre es una buena idea para quitarse cosas raras de la cabeza. Puede ser con pan o cocinando otra cosa, pero lo que sea menos estar parado comiéndose la cabeza.
http://comidadehoy.com

Comparto una receta con todas las imágenes del paso a paso para hacer un delicioso pan de campo http://contactoconlodivino.blogspot.com.ar/2012/03/pan-de-campo.html

Me ha parecido muy interesante esto de relajarnos amasando pan, yo lo hago amasando pizzas, la verdad. Lo del pan he probado algo, pero que creo voy a tener que animarme más a menudo.

Este finde de semana me he animado con las galletas. A ver qué os parecen!
http://www.beqbe.com/c/21932-hunger-qubes?show=22412-galletas-crujientes-de-chocolate

Pues no sé si la amasoterapia tiene solidas bases científicas, pero a mí ya sólo la idea de que tengo que hacer un pan me da alegría.

Doy fe de que así es, amasar relaja y se descubre a uno mismo. Paolo Brich, cocinero de Cocinero a Medida, ofrece talleres a domicilio de elaboración de pan casero. Eso sí, en Madrid y alrededores. http://www.cocineroamedida.com/producto/paolo-brich/

¡Muy de acuerdo! A mí me pasa con la repostería: centrarme en pesar, mezclar y amasar los ingredientes me relaja y me ayuda a desconectar del trabajo.

Mi madre todavia hace pan...y la verdad es increibemente bueno...un pan con consistencia... habeis provado el pan con naranja....
www.naranjamania.com

Además las lágrimas que van brotando le dan un gustito a la masa que mmm. Lo que se ahorra en sal.

Comer una pizza me relaja, hacer pan (o cualquier masa) es un paso necesario para relajarme pero no el que genera ese efecto.

Lo de respetar tiempos me parece gracioso, estamos acostumbrados a medir las cosas en tiempo cuando hay cientos de otros factores que afectan esa medida.

Maria : muchas gracias por la información sobre El Horno de Babette , no tenia ni idea de su existencia y eso que podria verlo desde mi casa , Lo probaré.

Buenas tardes Mikel y compañía....ante todo desearos un buen fin de semana, Mi cocina virtual cierra hasta el lunes...
No por leerte y seguirte hay que amasar pan... aunque si es cierto que engancha y se disfruta con ello, aparte que se puede sacar todo lo negativo mientras se está con las manos en la masa.....
Quiero felicitar a Su de Webos fritos, por su libro y sus logros dentro de éste mundo de la gastronomía, de ella fue mi primer pan....el pan "milagro" que no necesita mucho "arte" panadero para hacer el primer pan...tal y como me ocurrió a mi.
Fuen un buen comienzo que debo retomar....Para "novatos" e inexpertos como yo....pero poco a poco, se logran buenos resultados probando así pan casero...
http://micocinacarmenrosa.blogspot.com.es/search/label/Pan
Gracias

Totalmente de acuerdo. No encuentro nada más relajante. Hacer pan te obliga a detenerte, a respetar los tiempos. Todo toma otro valor. Todo el proceso es mágico, el fermentado, la masa madre, amasar. Adoro entrar en casa y sentir el olor a masa madre y del horneado anterior.

Una buena receta para empezar, el pan Grant (que, además, tiene su historia, muy interesante):

http://neusnogue.blogspot.com/2013/07/pa-grant.html

Hace más de un año que tuve que cruzar el charco con mi pareja y comenzar una nueva vida en los E.E.U.U.
No sé si fué por el interminable y duro invierno que tuvimos que pasar o por estos panes blanditos y dulces que gustan aquí, pero empecé a hacer pan. Buscaba toda la información en internet, tanto en el blog de Susana de Webos Fritos como en el Foro del Pan, hasta que me compré los libros de Peter Reinhart y de Dan Lepard.
Como psicóloga, os puedo asegurar que el hecho de hacer pan ayuda mucho, porque es un proceso que se comienza desde cero y se acaba con un resultado increible: con sólo harina, agua y levadura se crea algo completamente diferente. Creo que el hecho de hacer pan nos ayuda a centrarnos en una tarea y a darnos cuenta de que podemos hacer cualquier cosa que nos propongamos. Y si no sale bien, no pasa nada por haber desperdiciado un poco de harina...
Actualmente, mi pareja y yo estamos más que adaptados a vivir fuera de España y sigo haciendo pan, creo que para siempre.
Si os interesa, aquí teneis una receta de Pan sin Amasado:


http://amasakapaka.blogspot.com/2013/10/pan-sin-amasado.html


En cualquier caso, es una maravilla hacer pan casero. Para quien no quiera o pueda dedicar tanto tiempo, aquí os dejamos algunas recetas fáciles para hacer pan en casa. Todas han sido compartidas por los usuarios de Cocinario, ¡esperamos que os gusten! :)
Pan multicereales, por Trini http://www.cocinario.es/recetas/pan-multicereales
Pan para principiantes, por Mariola http://www.cocinario.es/recetas/pan-pirex-pan-para-principiantes
Pan sin masa madre, por Ainhoa http://www.cocinario.es/recetas/pan-sin-masa-madre
Pan de espelta, por Mareya http://www.cocinario.es/recetas/pan-de-espelta
Y dos recetas de pan muy apropiadas para hoy ;)
Pan de muerto, por Magda http://www.cocinario.es/recetas/pan-de-muerto
Pan de calabaza, por Marian http://www.cocinario.es/recetas/pan-de-calabaza

Seguramente hay muchas actividades que pueden tener esos mismos efectos y cada uno tiene que descubrir la suya, pero yo soy panarra confeso y doy fe que meter las manos en la masa y comerse lo que sale del horno produce endorfinas y ayuda a andar mejor por la vida.
Os dejo, como no, un pan del día, y nunca mejor dicho porque es el Pan de Muerto, una especialidad mexicana que se come el Día de difuntos. Es un pan dulce, aromatizado con anís y azahar, y que vale la pena probar
http://persucar-hipa.blogspot.com.es/2013/10/pan-de-muerto.html
Saludos!

El pan casero, ese "bum"! hace ya dos decadas estallo este mismo fenomeno en el reino unido, y ahora nos estamos dando cuenta en este pais, bien! Hacer pan se tendria que enseñar en la escuela, es una cosa tan facil de hacer, tan gratificante! que deberiamos de saber hacerlo todos o al menos intentarlo, como quien hace la paella los domingos!
Asi que animaos, sea como sea el pan, en muchos casos sera mejor que el pan que se encuentra en muchas panaderias de nuestro pais, asi que lanzaos, pegar la nariz a la puerta de vuestro horno (siempre y cuando se de doble acristalamiento, sino mejor evitadlo) y disfrutad de la magia!...

Un abrazo!

Costalita, puedes elegir entre la López Ibor y el Horno de Babette que lo tienes a patada y media. Deja la farmacopea y ponte con la masa que te está llamando cruzando la calle...

Estoy convencida de ello, pues nada todos a amasar :))
Saludos

Como ex currante (temporal veraniego) en una fábrica de pan, puedo corroborar las virtudes panísticas para levantar el ánimo. No sé que pesa más... diría que el meter las manos en la masa. Aquí comparto otro artículo interesante sobre pan de nivel y que, solo de verlo, ya te alegra. Ya, por mucho que la vista no sea garantía de calidad. "Cuatro panaderías eco donde el pan es arte": http://www.somostriodos.com/panaderias-ecologicas/. Gracias, comidista!

Qué bueno Carrillera Perdida... A ver si publicas algo que nos tienes a pan y agua!

Asistí por primera vez a un curso de pan con masa madre en la Cocina de Babette para motivarme a la vuelta de las vacaciones de verano, uno de lo momentos más críticos para mis vaivenes depresivos, y me sentí tan bien que estoy total y absolutamente enganchada a las masas. El pan tiene algo que te remueve y ya nada es igual. Supongo que no le pasa a todos, pero al que le pasa ya no puede desengancharse. El olor de la masa te lleva al origen, es trascendente. Ese curso es lo mejor que he hecho en mucho tiempo

Pos claro! No hace falta hacer un estudio de eso. Todo el mundo sabe que sacar algo del horno que ha crecido da subidón. Y si lleva azúcar más.

Siempre he dicho que, al amasar el pan, el elemento vivo que contiene se manifiesta y se me transmite. Es una gozada pringarse de harina :)

Lo de hacer pan contra la depresión, es porque le empiezas a darle porrazos a la masa y te libera tensiones y frustraciones, jajaja. Pues nada, me haré un par de barras a la semana, para evitar caer en la depresión
http://tarragonain.blogspot.com.es

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Sobre el blog

El Comidista trata todos los aspectos de la realidad relacionados con la comida. No sólo da recetas fáciles de hacer, habla de restaurantes accesibles o descubre los últimos avances en trastos de cocina, sino que comenta cualquier conexión de lo comestible con la actualidad o la cultura pop. Todo con humor y sin ínfulas de alta gastronomía.

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es periodista y bloguero, y lo más decente que ha hecho en su vida es crear El Comidista en 2009. Escribe en EL PAÍS y habla en el programa 'Hoy por hoy' de la Cadena Ser, después de haber pasado por Canal +, El País de las Tentaciones, Ya.com o ADN. Aprendió a guisar con su madre y, después, en la Escuela Hofmann, pero sigue siendo cocinillas antes que cocinero.

Mónica Escudero

es DJ, madre, escribe, cocina y pone la mesa para El País Semanal, ejerce de Comidista adjunta, y no necesariamente en ese orden. Dirigió las revistas Barcelonés y Madriz, y colaboró en medios como Marie Claire, SModa, Vanidad, Yo Dona o La Luna. Ha escrito A vueltas con la tartera, y lo que más le gusta es cocinar, la michelada y los gatos (pero no para comérselos).

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