Tinta de tinto

Por: | 28 de enero de 2014

 

Haz tinta de vino en tu terraza. / VIMEO

 

Tras décadas sin salirse de los diseños clasicorros, en los últimos años los bodegueros se han soltado la melena con las etiquetas de sus vinos. Los escudos y las tipografías caligráficas han dado paso a toda clase de imágenes impensables en el pasado: escenas de cómic, fotos con primeros planos de labriegos, recopilaciones de insultos o ilustraciones con figuras extrañas como cerdos voladores, señores con cabeza de pez en triciclo, hombres bala y mujeres cañón. Todo vale para transmitir una determinada personalidad o destacar en un mercado / jungla en el que compiten casi tantas marcas como especies hay en el Amazonas.

En este clima de fiebre innovadora, un pequeño estudio de diseño radicado en una zona tan vinatera como el Penedès acaba de lograr lo que parecía imposible: crear un envoltorio y unas etiquetas únicas. La genial (¿o peregrina?) idea de Ladyssenyadora, equipo formado por Montserrat Raventós, Jordi Roca y Raimon Benach, ha sido utilizar el propio vino para fabricar la tinta con la que imprimir ambas cosas. El caldo en cuestión, una edición limitada que el estudio recibió como pago en especie de un trabajo para un bodeguero, lleva su peculiaridad en el nombre: Tinta de Vi ("tinta de vino" en catalán).

"De repente nos encontramos con 150 botellas llenas de vino tinto encima de la mesa, todas ellas desnudas y sin nombre. Ahí empezó el ejercicio de vestirlas y crear un empaquetado de principio a fin sin reglas de juego", cuentan desde Ladyssenyadora. Entonces se encendió la lucecita: tenían que imprimir el vino... con vino. "Teníamos el conocimiento de que antiguamente se usaban los pigmentos elaborados con alimentos para pintar, e incluso habíamos hecho la prueba de usar el vino tinto como si se tratara de tinta china para otro trabajo, pero nunca habíamos oído la idea de introducirlo en una impresora, y menos en una máquina de imprenta. Así que cuando tuvimos la idea nos aventuramos a ello sin saber cómo sería el resultado final".

Primero intentaron deshidratar los posos del vino, pero el pigmento resultante no funcionó. Después probaron con lo primero que se le habría ocurrido a un cocinillas como yo: reducir el vino en una cazuela a fuego lento. No sirvió. La reducción en horno con ventilador y el llenado de un cartucho de impresora con vino no ofreció mejores resultados. Cuando casi habían renunciado, los diseñadores se dieron cuenta de que en una de las bandejas que habían usado para las pruebas y que habían dejado en el tejado se estaba formando un "moco morado" con la consistencia y el color que buscaban. De esta forma, el proceso de evaporación del vino hasta convertirse en tinta, del que podéis ver un bonito resumen en el vídeo que encabeza esta entrada, duró varias lunas.

Ya tenían la matería prima, ahora faltaba el diseño. Para inspirarse, montaron una comida con amigos enólogos y restauradores, que les ayudaron a analizar el vino desde la profesionalidad y les revelaron todos sus secretos y características peculiares. La conclusión fue que las botellas contenían un muy buen vino tinto clásico, pero sin ninguna propiedad distintiva que les diera pistas de cómo realizar el packaging. Por suerte, en la sobremesa (presumiblemente, después de consumir algunas botellas), llegó la iluminación. "En ese momento surgió la idea de llamarlo Tinta de Vi", recuerdan desde Ladyssenyadora. "A partir de aquí hablamos con el escritor Jordi Llavina para crear un poema con este título que completara el toque distintivo que le faltaba a nuestro vino. La etiqueta se diseñó en base a ese poema, y la lámina que envuelve la botella trata de plasmar, a través de un collage, lo que se lee en él".
 
Tinta de vi 2 Tinta de vi 3 Tinta de vi

La gente con cabezas de animales es tendencia. / LADYSSENYADORA

La técnica escogida para imprimir tanto para la lámina que envuelve la botella como para la etiqueta fue la serigrafía. "La diferencia", matizan, "es que en la primera la impresión el trabajo fue manual y tardamos 2 días, y en la segunda nos dirigimos a una imprenta especializada en etiquetaje de vino y en 10 minutos estuvo listo". El papel con el que trabajaban tampoco era asunto baladí. Exigía ser de gran calidad, suficientemente poroso como absorber bien la tinta (que había adquirido textura de mermelada) y que minimizara el problema del secado. También que fuera fino para poder envolver y que quedara bien sujeto a la botella. "Al final nos decidimos por el Fredigoni Arco Print White de 70 gramos para el póster, y para la etiqueta usamos un papel autoadhesivo de las mismas características, uno de los mejores que existen para etiquetaje de vino: el  Manter Cotone Bianco de 120 gramos".

Volviendo al lenguaje que somos capaces de entender todos los mortales –y no sólo los diseñadores–, no podíamos evitar preguntarles si la tinta olía como su componente principal. "Huelen a vino sobretodo los primeros días pero con el tiempo va desapareciendo. ¡Aún no hemos encontrado la fórmula para conservarlo!", se lamentan. Algunos otros cambios que experimenta la impresión tienen que ver con el cambio de color de la tinta. "El color inicial, que es un burdeos de una tonalidad fuerte, en algunos casos se oxida y en otros no, y aún no sabemos muy bien por qué. Según el lugar donde se almacena se oxida más o menos, y se vuelve de unos colores más o menos oscuros".

Aunque en un principio las botellas de Tinta de Vi estaban pensadas para regalar a amigos, proveedores y clientes, sus creadores han puesto a la venta las botellas sobrantes ante la expectación que ha despertado el experimento (se pueden conseguir escribiendo a [email protected] y previo pago de 50 euros). Yo creo que me voy a pillar un ejemplar: dar con una obra de arte con la que además te puedas toñar no es algo que pase a menudo.

Documentación: Mònica Escudero.

Hay 36 Comentarios

Esto no lo va a leer nadie, pero yo lo comento por si alguno llega tarde. El vino "garrafero" con la etiqueta "gilipollez" es un vino medalla de oro en Mundus Vino 2013 y con 91 puntos en la Guía Peñín, que no es poca cosa. Pero claro, no se ha hecho la miel para la boca del asno, ni con los vinos ni con la creatividad. Así nos va. Saludos cordiales y Mikel, si te compras una botella por 50 pavos, pagarás un buen precio por el. Por cierto, el vino en si vale del orden de 15 euros, luego sumarle 35 euros más por el proyecto gráfico me parece una ganga. Palabra de creativo!!

Leo muchos comentarios que denotan nulo conocimiento del mundo de la creatividad y muy poca empatía con la gente que se dedica a crear. En primer lugar, dudo mucho que un bodeguero de Vilafranca del Penedés se gaste la pasta en contratar a un equipo de diseño para que le hagan un trabajito si el vino que pretender "adornar" es un vino malo. Dicen que era una edición limitada, con lo cual intuyo que sería un vino de autor, de los que no se distribuyen por los circuitos comerciales al uso. Segundo, el trabajo de concepción de una marca y una imagen no se hace en diez minutos como algunos se piensan. Y el ordenador no tiene un botón mágico al que apretar y que salgan logotipos e imágenes como si fuera palomitas. Dominar los programas de diseño tampoco se hace en dos horas, hay que pasarse mucho tiempo delante del ordenador para saber utilizar algo más que los horrorosos filtros que algunos manejan con demasiada destreza. Y una vez hecho el diseño, hay que imprimirlo, e imprimir una tirada corta como son 150 etiquetas y 150 envoltorios vale un pastón, y si se utiliza un papel especial, más todavía. Si me apuráis, incluso esos 50 pavos se quedan cortos, porque si el vino es bueno, que intuyo que malo no será, todo el proyecto de concepción, desarrollo y aplicación vale un dineral: es creatividad, y eso hay que pagarlo. Me imagino que muchos listos que aquí comentan que jamás se gastarán eso en una botella de vino malo visten camisas de conocidas marcas fabricadas por un niño esclavo en China, pero eso les da igual...cuanta ignorancia!!

Últimamente los vinos destacan más por su packaging que por su calidad!! Pero hay veces en las que la calidad del producto y del envase se fusionan formando una pieza única como es el caso de Cuatro Almas, una colección que me ha impresionado de verdad... uno de los modelos cuenta con una etiqueta de acero que mantiene la temperatura durante 60 minutos... conservando de esta forma las cualidades del producto, brillante!!

Diseñado por el estudio madrileño Grantipo.

http://grantipo.com/#cuatro-almas-packaging-wine-acero

Total, que lo que estás comprando con esos 50 € es el arte en la botella, no el vino en sí.
Mikel, yo te adoro y me parto de la risa contigo pero este post me parece un poco snob si de lo que queremos hablar es de gastronomía.
Además, tengo la una duda: ¿No se enfadará el bodeguero por ver revendidas suyas unas botellas sin el nombre de su bodega?
Me parece un tema peliagudo... !

Casa Mariol ya sacó hace dos años una pluma con tinta de vino! https://vimeo.com/59640955

Doña moderadora yo no tengo ningún poder ha sido el señor Comidista el que ha escrito que se reunió un grupo de enologos y restauradores y cataron un muy buen vino, no dice nada de excelente, y yo 50 euros pagaría por un vino que me hiciera levitar. Que la fuerza le acompañe a usted también

Como curiosidad, vale. Como para darle un señor post, no me parece para tanto (incluirlo dentro de un post más genérico me hubiera parecido más adecuado). Incluir los datos de venta me parece hasta de mala educación (crea expectativas en un público potencialmente interesado mucho más numeroso del que la demanda puede aparentemente satisfacer), incluso aunque me parece que lo de gastarse 50€ en un vino porque la etiqueta es "peculiar" me parece snob (salvo que uno sea un profesional del diseño y quiera tenerlo por ello) y contradictorio con el inicio del post en el que critica, veladamente, la moderna costumbre de hacer etiquetas gafapasta porque sí.

Simplemente le felicito por ser capaz de detectar la excelencia de un vino sin haberlo probado y poder afirmar categóricamente, como lo hace, que el vino no es excelente. Yo tampoco lo he probado, por eso no digo que lo sea o no. Lo que le intento comunicar respecto a la excelencia o no del diseño es que eso no es algo universal: puede parecerte bonito o no, habrá a quien le parecerá excelente y otros a los que le parecerá una patata. En general afirmar categóricamente la excelencia (o la falta de la misma) de algo que a) no has probado o b) es subjetiva es, cuanto menos, atrevido. O si no, es que tiene un superpoder, por el cual ya ha sido debidamente felicitado en el comentario anterior. ¡Saludos!

De acuerdo en casi todo con WinSmith.
Por experiencias pasadas, no me gasto 50 euros en una botella de vino desconocida con aires pseudomodernos ni de casualidad. Al menos sin haberla probado antes.
Si invierto 50 euros en un vino, es para una comida u ocasión especial, y no hago experimentos. Voy a lo seguro.
Ahora, si ese fuera un vino de 10-15 euros, posiblemente lo comprara por probar.

Saludos

Hombre, yo entiendo que quien más, quien menos -ojalá fuesemos tod@s, señor Montoro- andamos liadillos por las mañanas y leemos algunas entradas de MLIchu así, a la remanguillé, o "a la que la jodimos", que es una frase que me gusta aún más entoavía... pero leo algunos comentarios que me dan que pensar en que algun@s ni siquiera leen, parece que solo miran.


El rollo es que estos chicos se encontraron con 150 botellas de pago en especie por un trabajo realizado. No conozco a muchos que cobren en vino, aunque sí a unos cuantos que lo desearían. Y claro, la opción de ponerse como Boris Yelstin está bien, pero esta gente además de ello tendrá que comer y la ocurrencia de meter un valor añadido al paquete que tenían encima de la mesa, a mi me parece de lo más chulo. Se trata de convertir en divisas su trabajo haciendo su trabajo... no sé si me explico.


El vídeo me ha encantado. Y si me sobrasen los 50 pavos igual me pillaba una.


@Peñiscolo... no, si te parece hacen el tinte con Château Lafite Rothschild.


Joder, llevo tiempo pareciendo serio y todo... ¿me estaré haciendo viejo?


Buena tarde!!

Mónica, he leído y releído tu respuesta a Siberio y, serà que ya me fallan las neuronas, pero no consigo entenderla. No suscribo su opinión, pero chicos, tranqui.

Hombre, está chulo. Vale que son solamente 150 botellas, pero ponerlas a la venta (y a 50 euros) por quien (presumo) no se dedica a la venta de vinos parece un poco raro. Como ejercicio de diseño me parece muy acertado, pero si te has encontrado con esas botellas en contraprestación a un trabajo (no siendo bodeguero ni tendero), o te las bebes o se las regalas a los colegas o a los clientes del estudio.

No sé si la idea contiene suficiente novedad inventiva (es decir, si es patentable, o no). Los antecedentes del uso de vino como tinta son tanto antiquísimos (p. ej., en la tinta ferrogálica) como contemporaneísimos (Casa Mariol Wine Ink: http://www.youtube.com/watch?v=_3i7MALxLU0#t=2).

Está claro que es una buena técnica de merchandising, más que nada porque lo que se está hablando ya. Luego ya entrará si el vino es bueno o malo. Otros métodos que también funcionan son: http://www.regalodeempresagsr98.es/merchandising-promocional/regalos-originales/

¿Por qué será que este tipo de noticias siempre me hace pensar en aquella frase (atribuída a Schiller) sobre los dioses y la estupidez...?
http://gastrocinemia.blogspot.com.es/

Pues lo siento pero esto me parece una grandísima gilipollez

Yo no me lo acabo de creer...

Peñíscolo: el vino que se usa para hacer la tinta no es el mismo. Como dice en el texto, les pagaron con BOTELLAS. Saludos.

Es difícil debatir sin probar y sólo con fotos, pero en principio puede tener su público, yo personalmente soy de los escépticos (o los rácanios, según se mire) y jamás me gastaría esa pasta en una cosa así...

Como se observa en el video es un vino garrafero.

Qué ilusión nos ha hecho a todo el equipo de Radio Gladys Palmera encontrar la tarjeta que hicimos con Lady Soto en las fotos. Gracias!

Pues al precio que está la uva y la aceituna al final tendremos que beber todos de tretra-brick, que desastre de país, esto es Españistán http://xurl.es/9ik46

Me encantaría probar
almu
http://www.mavieenroseblog.com/

Vale, pero el vino es bueno o vinagre puro??? Sinceramente... la botella la tiro después de beber el vino...

Me parece interesante el tema de fondo con el que Mikel inicia rl articulo, la innovacion en el etiquetado del vino. Reconozco qur, personalmente, tiendo a comprar vinos con etiquetas sencillas o "clasicorras", las etiquetas con escenas de comics y otras forzadamente modernas o graciosas mas bien me echan atras, me da la sensacion de que es una forma de vender vino a un publico al que no le gusta el vino, y prefiero gastar 10 € en un vino y no en un concepto de vino, o un chiste sobre vinos. No es mas que una opinion, basada en parte en la experiencia y en parte en el prejuicio, y me gustaria conocer otras opiniones al respecto.

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El Comidista trata todos los aspectos de la realidad relacionados con la comida. No sólo da recetas fáciles de hacer, habla de restaurantes accesibles o descubre los últimos avances en trastos de cocina, sino que comenta cualquier conexión de lo comestible con la actualidad o la cultura pop. Todo con humor y sin ínfulas de alta gastronomía.

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es periodista y bloguero, y lo más decente que ha hecho en su vida es crear El Comidista en 2009. Escribe en EL PAÍS y habla en el programa 'Hoy por hoy' de la Cadena Ser, después de haber pasado por Canal +, El País de las Tentaciones, Ya.com o ADN. Aprendió a guisar con su madre y, después, en la Escuela Hofmann, pero sigue siendo cocinillas antes que cocinero.

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es DJ, madre, escribe, cocina y pone la mesa para El País Semanal, ejerce de Comidista adjunta, y no necesariamente en ese orden. Dirigió las revistas Barcelonés y Madriz, y colaboró en medios como Marie Claire, SModa, Vanidad, Yo Dona o La Luna. Ha escrito A vueltas con la tartera, y lo que más le gusta es cocinar, la michelada y los gatos (pero no para comérselos).

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