Hasta arriba de azúcar: cómo nos engorda la comida industrial

Por: | 18 de septiembre de 2014

Fed-up

Balanzas al límite. / FED UP

 

¿Por qué cada vez hay más gordos? La respuesta convencional a esta pregunta pone siempre el foco sobre los afectados. Comen mucho. No tienen fuerza de voluntad. No hacen ejercicio. Es genético. ¿Pero explica esta lectura el aumento galopante del sobrepeso? ¿Por qué en un mundo lleno de gimnasios, de dietas y de productos light, que lleva 30 años en permanente pelea contra las lorzas, la obesidad mata ya a más gente que el hambre? Si es una cuestión de predisposición individual a engordar, ¿por qué la plaga afecta a muchas más personas que en el pasado?

Fed up, un documental estrenado hace unos meses en EEUU que se acaba de lanzar en vídeo, apunta a la industria alimentaria como responsable directo de la epidemia. La película defiende que las grandes marcas de comida han regado sus productos con un ingrediente que intensifica el sabor y logra que sean más placenteros, a la vez que nos crea múltiples problemas de salud: el azúcar.

Si lo tomas en cantidades moderadas (seis cucharaditas diarias para las mujeres; nueve para los hombres, según la American Heart Association), el azúcar no es dañino. El problema es que no sólo te lo pones en el café, sino que lo consumes muchas veces sin saberlo en refrescos, dulces, bollería, zumos, aperitivos, salsas, cereales, lácteos, helados, preparados cárnicos, precocinados y demás compañeros de supermercado elaborados por las susodichas empresas. Unos Frosties, un zumo de naranja, una Coca-Cola, un Nestea, un poco de Nutella y una pasta con una salsa de bote pueden disparar tu tasa con facilidad hasta las 40 cucharaditas en un día, sin cometer grandes excesos. Y eso es entre cuatro y siete veces más de lo recomendable.

Impulsada por Laurie David, productora del documental de Al Gore sobre el cambio climático Una verdad incómoda; apoyada en un montón de datos impactantes y testimonios de expertos, e hilvanada a través de casos concretos de niños y adolescentes en lucha contra su gordura, Fed up describe de una forma tan amena como amenazadora las causas y consecuencias del abuso de azúcar añadido. El drama se inició a finales de los setenta en Estados Unidos. Después de que la grasa fuera demonizada por engordante, la industria comenzó a reducir su presencia en los alimentos y a lanzar versiones light. "Cuando le quitas la grasa a la comida, sabe horrible, como a cartón", asegura en el documental el profesor de pediatría de la Universidad de California Robert Lustig. "La industria lo sabía, ¿y qué hizo? Inundarla de azúcar".

Desde 1997, Estados Unidos ha doblado su consumo de azúcar, y según Lustig, éste se encuentra en el 80% de la comida envasada que se vende en su país. Escondido, eso sí, bajo 56 denominaciones diferentes que terminan despistando al consumidor medio. "Hasta a los que nos dedicamos a esto nos cuesta en muchas ocasiones entender que cierto ingrediente impronunciable no es otra cosa que azúcar camuflado con una de las denominaciones de su fórmula molecular", reconoce desde España el dietista-nutricionista Julio Basulto.

 

El tráiler de 'Fed up'. / YOUTUBE

 

Fed up, cuyo título se podría traducir como "Hartos", explica por qué no es lo mismo consumir este azúcar añadido que el natural que contienen algunos alimentos. Contado un poco a lo bruto pero de forma comprensible, si tú tomas fruta o verdura, ingieres fibra, y la subida de azúcar es más suave porque no lo absorbes inmediatamente. Sin embargo, cuando bebes un refresco o un zumo, el subidón es inmediato, tu páncreas se ve obligado a segregar insulina y el hígado convierte el azúcar en grasa. Los niveles altos de insulina bloquean además la sensación de saciedad (comes más) y te hace sentirte cansado (te mueves menos). Por eso se dice lo de que "una caloría no es una caloría", o se etiquetan como "calorías vacías" las de los azúcares añadidos.

La gran industria alimentaria insiste en lo contrario, con mensajes del tipo "todas las calorías cuentan". Niega las evidencias científicas sobre la relación del consumo de sus productos con la obesidad, apoyándose en estudios financiados por ella misma. Torpedea con todos los medios a su alcance cualquier intento gubernamental de poner coto a la publicidad o a la presencia de comida y bebida basura en los colegios. Y defiende la actividad física como "estilo de vida saludable", como si el sedentarismo fuera la única causa de la epidemia.

"Los intereses de la industria están fuertemente ligados a que consumamos más cantidad de sus productos, y el azúcar es un ingrediente clave para dar sabor a los alimentos", asegura Basulto. "Una investigación de la doctora Cristin Couzens reveló que las tácticas que utiliza la industria del azúcar para que consumamos sus productos son muy parecidas a las que usaron las grandes tabacaleras, hasta que se regularon por la vía legal. Pero no sólo lo dice ella: Margaret Chan, directora general de la OMS, declaró en su discurso de apertura de la 8 ª Conferencia Mundial de Promoción de la Salud que tanto Big Soda como Big Food (grandes corporaciones alimentarias que venden bebidas azucaradas o alimentos altamente calóricos) 'temen la regulación' y se protegen haciendo lo mismo".

Los momentos más cómicos (por decir algo) de Fed up comparan lo que hacía la industria tabaquera en los cincuenta y sesenta y lo que hace ahora la alimentaria. Muestra dos anuncios similares de los Picapiedra, uno antiguo de tabaco y otro reciente de cereales, además de otros ejemplos publicitarios de vender los cigarrillos como algo "sano". Las intervenciones de los representantes de las multinacionales del tabaco y de la comida ante las autoridades estadounidenses son calcadas: las mismas negaciones... y el mismo cinismo. Después de ver las toneladas de publicidad dirigida a los críos de productos rebosantes de azúcar, y la desesperación de las familias que aparecen en el documental en su lucha contra la gordura, te preguntas lo mismo que uno de los participantes en la película, el senador Tom Harkin: "¿Cómo puede esta gente dormir por la noche?".

 

 

Ayer, tabaco. Hoy, cereales azucarados. / YOUTUBE

 

Tanto en Estados Unidos como en Europa, el Big Food promueve que el debate se deslice al terreno de la libertad individual, un territorio muy grato a los medios conservadores. "Lo que como es responsabilidad mía y nadie me va a decir qué". Ahora bien, no parece interesarle demasiado un consumidor libre informado de verdad. Julio Basulto me cuenta cómo participó junto a otros investigadores en un estudio cuyas conclusiones apoyaban las etiquetas en semáforo, según la cantidad alta (naranja), media (amarillo) o baja (verde) de calorías, azúcar, grasa, grasa saturada y sal del alimento. "Pero, cómo no, a la industria no le parece bien", afirma. "Leemos en la edición de diciembre de 2012 de la revista British Medical Journal que ha invertido 1,4 mil millones de dólares para que no vea la luz este tipo de etiquetado".

Puede que Fed up sea panfletario en algunas ocasiones y demasiado sentimental en otras. Reducir el problema de la obesidad al uso del azúcar suena un pelín simplista, y desde luego se echan en falta más voces de la industria que den su versión (muchas grandes multinacionales de la comida se negaron a hacer declaraciones). La asociación estadounidense que las agrupa, la GMA, promovió una web en la que se rebaten algunos de los datos que ofrece la película, y se subrayan los esfuerzos por reducir la cantidad de calorías en sus productos. Pero en cualquier caso, el documental es ante todo una bofetada en la cara para que empecemos a pensar en lo que comemos y en la gravedad del problema al que nos enfrentamos. Como bien dice Laurie David, "estamos viviendo la crisis sanitaria más grande de la historia, y no estamos haciendo demasiado contra ella".

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La droja del refresco. / FED UP

 

Habrá quien piense que esta historia es cosa de los yanquis, que no comen más que hamburguesas y helado mientras aquí en España seguimos con la dieta mediterránea. Pues no. Según la encuesta oficial ENIDE, los españoles tomamos del azucar añadido un 20% de la energía que ingerimos, cuando la OMS aconseja no superar el 10% y se plantea bajar la cifra a un 5%. La obesidad infantil crece más rápido que en EEUU, y tres de cada diez niños sufren de sobrepeso. Estamos engordando, y a buen ritmo.

¿Qué hacer? Evitar en lo posible los alimentos azucarados parece un buen camino. Pero para eso, primero hay que detectarlos. "Aperitivos, batidos, bollería, confitería, pastelería (aunque sea casera), repostería, horchatas, helados, postres lácteos, sorbetes, granizados… y seguro que me dejo alguno", recopila Julio Basulto. "Pese a que tiñen nuestra dieta de calorías vacías, pensamos que los consumimos 'con moderación y de forma ocasional', lo cual no es cierto. Todavía me sorprende cuando personas con las que convivo habitualmente descubren que la miel es azúcar en un 80% o que las galletas María tienen casi cuatro veces más azúcar que un cruasán".

El nutricionista da alguna pista práctica más: "Los productos con más azúcar oculto son, en general, los que se anuncian en televisión. Como expliqué en el artículo Gobierno e industria de alimentos y bebidas. Amistades peligrosas, cuando en un anuncio de un alimento vemos en la parte de abajo, en letra minúscula, un mensaje que dice algo así como 'sigue un estilo de vida saludable', podemos estar bastante seguros de que el alimento será rico en azúcar, grasa, sal o las tres cosas".

Yogurcito

Yogurcito sano: 6,5 cucharaditas de azúcar. / FED UP

 

Otros productos de los que huir: zumos y bebidas energéticas. "La ingesta de zumos en niños, sean o no caseros, no cesa de aumentar, y es preocupante. Pero hay datos más alarmantes: dos de cada diez niños de entre tres y diez años consumen unos dos litros mensuales de bebidas energéticas (tipo Red Bull). De ellos, alrededor del 16% son 'altos consumidores crónicos', ya que toman unos cuatro litros mensuales. Redacté un texto para Ser Consumidor sobre este tema con un título bastante elocuente: ¿Quiere averiar la salud de su hijo? Ponga a su alcance bebidas 'energéticas'. Si esto es así con las bebidas energéticas, ya podemos imaginar qué sucederá con los mal llamados “refrescos” (deberían denominarse “bebidas azucaradas”), cuya relación con la obesidad es hoy por hoy indiscutible".

Por último, comer productos frescos o no procesados cocinados por nosotros mismos nos permitirá controlar más el consumo de azúcar, porque lo veremos si es que lo añadimos. "Es una muy buena idea, para los adultos y más todavía para los niños, en los que la mala alimentación es más preocupante (van a vivir muchos más años expuestos a nuestro entorno obesogénico)", coincide Basulto. "Si bien es cierto que un bizcocho casero tiene tanto azúcar como uno industrial, comer en casa evitando usar a menudo la comida procesada nos permite aprender a usar con destreza una importante herramienta con la que podemos modular nuestra salud: la buena alimentación".

Hay 62 Comentarios

Buenas tardes , después de leer este articulo y posteriormente los comentarios donde mucha gente comenta que no sabe donde encontrar stevia pura aquí os dejo una web donde producen lo que muchos buscáis y producido en nuestras tierras .
http://www.alnaec.com/

Un saludo y feliz lunes

Aquí os dejo este artículo sobre el sustituto natural del azucar. Por desgracia, de momento, es un poco difícil encontrar aquí estevia pura.
http://10000maneras.blogspot.com.es/2014/09/la-stevia-o-stevia-rebaudiana.html

¡ Zotes!... El higado transforma el azucar en glucogeno, no en grasa

hay que cuidarce mas lo que uno come y yo tomo y uso Productos herbalife y mi familia

El problema principal del azúcar no es que engorde o no, si no echarle un vistazo a este artículo:
http://10000maneras.blogspot.com.es/2013/06/el-edulcorante-que-es-mas-peligroso-que.html
Pero además es que la industria de la alimentación no quiere ofrecer alternativas saludables pues los edulcorantes artificiales están bajo sospecha de ser cancerígenos, de provocar diabetes, y un largo etcetera.

Me temo que la población ya empieza a saber que los azúcares refinados, la bollería y los refrescos son cosa mala. El problema muchas veces es que el ritmo de vida, o las limitaciones económicas hacen que se tire de estos productos en lugar de otros más sanos. Ya no hablamos de poder tomar alimentos bio (sin alteraciones genéticas) o ecológicos (respetuosos con el medio ambiente), que resultan prohibitivos.

Tres sustitutivos al azúcar o fructosa para endulzar tus cafelitos: miel, azúcar moreno, y sirope de agave.

¿De verdad es necesario un documental para hacernos saber que los refrescos, los bollos y los batidos están hasta arriba de azúcar?. ¿O que no es conveniente darle a un niño bebidas energéticas?.
Lo entendería si resulta que la industria está azucarando las espinacas o las lechugas, pero en los alimentos que se tratan en el documental es de cajón...
Decir "estoy gordo porque me inflo a coca-cola y bollos y no es culpa mía porque no tenía ni idea de que tenían toneladas de azúcar" me parece victimismo puro y duro.

La resposteria casera llevara tanto azucar como la industrial si se la pones no? igual que mantequilla o harina blanca etc, esa es la gracia de que sea casera, que le pones lo que te conviene. A mi me parece que lo que enmascara el sabor de las cosas es precisamente, el azucar, y por eso me suelen gustar el café, o incluso la nata (que esta engorda ya por si misma, ya lo se) sin azucar ni edulcorantes, o con muy poquito, igual que los pasteles, a los que le suelo poner como mucho la mitad del azucar que recomiendan.

Durante la revolución industrial los campesinos ingleses fueron desplazados, con recursos no siempre honestos, del campo a los centros fabriles, donde su nivel de vida cayó hasta límites de pobreza desconocidos. El azúcar, que se podía producir en cantidades ingentes en las colonias de América, se presentó como una alternativa para alimentarlos a bajo precio. Pero para producir azúcar se hizo necesario disponer de una mano de obra aún más barata, los esclavos africanos. Se formó así un círculo comercial diabólico, que contribuyó a financiar las grandes inversiones de la neciente industria británica y nuevas conquistas coloniales. La artista afroamericana Kara Walker realizó hace poco una esfinge de azúcar, de varios metros de altura, con rasgos africanos, que nos habla de esta historia obscura de oro blanco.
bistrotnahuatl.com

Buenas noches. En mi familia casi todos son diabéticos, menos mi padre y yo. No sé si me he acostumbrado a comer con poco azúcar o si no he llegado a acostumbrarme a comer cosas muy dulces. Hay muchas comidas y bebidas que para mi paladar son marcianadas. Muy bueno eso de que si algo se anuncia en la tele es hiperdulce. Hace nada fue el día de Méjico y hoy es el de Chile. En ambos países la gente es, en general, gorda, y creo que es por la coca cola y mil cosas superazucaradas que comen. Esas cosas no son de su cultura, sino que se las han impuesto. Ahí vamos nosotros también.

¿Y un gin tonic no tiene azúcar? A mansalva chato!

Los productos de la marca Eroski si que llevan el etiquetado de semáforo y en mi casa lo miramos mucho. Viene tanto los colores como el porcentaje del consumo adecuado para un adulto por día que contiene ese alimento.

1.- Dices que "cierto ingrediente impronunciable no es otra cosa que azúcar camuflado con una de las denominaciones de su fórmula molecular": sería muy informativo que señalaras por su nombre esos ingredientes impronunciables.

2.- Dices "el hígado convierte el azúcar en grasa": ¿tiene esto algún fundamento técnico?, he pasado dos hepatitis, una "A" y una "B" (no, no chuto) y el tratamiento médico ortodoxo tradicional consiste en proscribir las grasas y reccomendar alimentos azucarados supuestamentes sanos como las mermeladas de frutas las compotas, etc.

Personalmente, opino que demonizar el azúcar es un tanto simplista. Tiene tanta culpa como las grasas hidrogenadas, la vida sedentaria, el consumo de alcohol... Como me encanta cocinar, en casa no comemos precocinados (ni siquiera salsa de tomate de bote), y uso mantequilla tanto como AOVE. A pesar de que la descendencia va al cole con magdalenas y galletas caseras a tutiplén, nadie de la familia tiene sobrepeso, los adultos, que hacemos deporte, estamos perfectos, y los peques pecan, al contrario, de demasiado delgados. Eso sí, prácticamente nunca comemos fritos y patatas fritas como mucho una vez al mes.

Muy bueno, el azúcar es una droga más, muy adictiva y mala para la salud si se toma en exceso. Por 30 gramos diarios no pasa nada, pero si son 300... malo.

"Pusieronme droja en el ColaCao"
Palabras de José Tojeiro, sofisticado hombre de mundo.

Sobre este tema pasaron un documental fantástico el año pasado en La noche temática: "El lobby del azúcar".

Doc, ese pie de foto está bien. Es droja.

Por si todo eso fuera poco, hay montones de recetas circulando en blogs de cocina como tarta de oreo, tarta de donuts, bizcocho de galletas principe… que llevan como ingrediente esos alimentos industriales bien cargaditos de azucar y grasas y ademas en la receta se añade azucar, nata… y todas encantadas con lo rico que esta y lo que les ha gustado a sus niños !!

Aiis, esos bloggers bipolares que una semana se jactan de comer poca carne roja y hacer ejercicio regularmente y a la semana siguiente dicen que la respuesta convencional parece no funcionar.
Es una pena que sólo quieras ver los documentales que casan con tu modo de ver las cosas. Este te gusta porque se critica a la horrible industria alimentaria, se combina con un poco de conspiranoia y se vende en un documental de facil digestión.
Si te damos un par de semanas mas te podrías leer algo de Gary Taubes y convencernos de que Atkins estaba en lo cierto después de todo.

Buen artículo. Hecho en falta algún comentario sobre las bondades de la miel. La miel es la clave, y es práctica y fácil para sustituir al azucar, además de ayudar a la apicultura, que a su vez es clave en el ciclo de la vida. Miel es más.

Pues a mi me encantan los pasteles y los helados y mirad como estoy: http://goo.gl/HNNCws

Se ha lucido el tal jason montero con eso de"
las mujeres no cocinan comida de verdad como una sopa o parrilladas, y se les da a los niños dulces y galletas q no nutren; la mejor forma de demostrar amor es cocinar comida de verdad" Pues está fácil buen hombre: cocine usted y verá que si cocina de verdad y da mucho amor y buen rollito. ¿Por qué diablos eso es obligación de las mujeres? Le salió la vena machista.

El artículo está bastante bien, pero no seamos tremendistas. Meter en el mismo saco a la bollería con el zumo natural o la miel es salirse un poco, no? No demonicemos los hidratos de carbono; son necesarios, lo que hay que ver es qué tipo se consume y cómo (además hay que contar con todos los beneficios añadidos que tienen los segundos). Yo a mis hijos, desde luego, les diré que tomen toda la miel o zumo natural que quieran, y estoy segura de que no tendrán obesidad por ello.

como decia el chapulin: lo sospeche desde una principio. Como dice el doctor Robert Bernardini: "la verdad no hace publicidad" nos engañan y casi todas las personas estan siendo enfermadas por el sindrome metabolico, estan obesas y desnutridas; y eso tambien influye mucho la cultura, las mujeres no cocinan comida de verdad como una sopa o parrilladas, y se les da a los niños dulces y galletas q no nutren; la mejor forma de demostrar amor es cocinar comida de verdad

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Sobre el blog

El Comidista trata todos los aspectos de la realidad relacionados con la comida. No sólo da recetas fáciles de hacer, habla de restaurantes accesibles o descubre los últimos avances en trastos de cocina, sino que comenta cualquier conexión de lo comestible con la actualidad o la cultura pop. Todo con humor y sin ínfulas de alta gastronomía.

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Mikel López Iturriaga

es periodista y bloguero, y lo más decente que ha hecho en su vida es crear El Comidista en 2009. Escribe en EL PAÍS y habla en el programa 'Hoy por hoy' de la Cadena Ser, después de haber pasado por Canal +, El País de las Tentaciones, Ya.com o ADN. Aprendió a guisar con su madre y, después, en la Escuela Hofmann, pero sigue siendo cocinillas antes que cocinero.

Mónica Escudero

es DJ, madre, escribe, cocina y pone la mesa para El País Semanal, ejerce de Comidista adjunta, y no necesariamente en ese orden. Dirigió las revistas Barcelonés y Madriz, y colaboró en medios como Marie Claire, SModa, Vanidad, Yo Dona o La Luna. Ha escrito A vueltas con la tartera, y lo que más le gusta es cocinar, la michelada y los gatos (pero no para comérselos).

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