Los platos son los nuevos discos

Por: | 30 de marzo de 2015

 

Albondiloto

MATT MATERA

 

Cada cual tiene sus inquietudes sociales. A mí, por ejemplo, me invade la compasión cuando veo sectores profesionales destruidos por la modernidad. Padecí por los reveladores de fotos, los vendedores de VHS vírgenes o, fíjense hasta dónde llega mi empatía, por Rosario y Chenoa cuando les pirateaban los CDs. Ahora mi corazón sufre por los fabricantes de platos, próxima especie amenazada del siglo XXI.

Si ustedes van a restaurantes con pretensiones, se habrán dado cuenta de servir la comida en vajilla convencional no mola. Todo empezó, hace años, con las pizarras: al principio el sushi quedaba mono sobre ellas, pero la moda se nos fue de las manos y en tu mesa podía aparecer el encerado del colegio con un mondongo de fabada en una esquina. Las tablas de madera, las latas y los tarros cuquis de cristal las han sucedido en la era hipster, a la vez que la alta cocina promueve delirios rococós como la “porcelana multisensorial” de Arzak.

La platofobia está alcanzando su paroxismo en todo el planeta, por lo que comienzan a surgir movimientos de lucha que reivindican los llanos y hondos de toda la vida. Uno de los más exitosos lo encabeza We Want Plates, cuenta de Twitter que recopila excesos loquísimos en este campo. Allí podemos deleitarnos con pan servido en zapatillas de estar en casa, salchichas con puré en copas, pollos asados en cestas de mimbre o lasañas en frascos. Algunas imágenes encapsulan toda la histeria reciente de la restauración a la vez que evocan la muerte por obstrucción arterial, como el combinado de huevo frito, lomo y chips sobre pala de cavar.

Reconozco que presentar la comida en una mini cocotte o una mini sartén puede quedar rústico a la par que apetitoso (no tanto si la pones en un mini váter, acto registrado por We Want Plates en Taiwan). Lo que no comprendo es la fiebre de inventar artefactos cada vez más incómodos para el comensal porque tú has decidido que eres muy original y que vas a dejar boquiabiertos a los paco martínez soria y las lina morgan que caigan por tu local.

También debo decir que hay cosas peores que la bandeja con papel parafinado o la cestita metálica para las patatas fritas que asolan nuestros restaurantes. Horrores que llevan desde los ochenta entre nosotros, como el plato cuadrado o el sopero con medio metro de borde que si le das la vuelta se convierte en ovni o en sombrero del Quijote. Si estos monstruos primigenios desaparecen con las nuevas tendencias, la extinción porcelánica habrá valido la pena.

Hay 24 Comentarios

Lo que esta de moda, es volver al duralex, encima, bien barato que es. Viva el duralex!!!

http://www.petramora.com/menaje/Plato-sopero-ambar-Duralex.html

Llamadme clásico pero nunca me comería algo que viniese dentro de un zapato...
Por cierto tenemos un web de ofertas y descuentos en restaurantes:
http://www.cenabarato.com
Pasaros y visitadla que seguro que encontráis alguna buena oferta para ahorrar en restauración y mucho más.
Además ahora tenemos un sorteo de 30€ para pedir comida en Just Eat, apuntaros!!
http://www.cenabarato.com/sorteo-just-eat-regalamos-30e-aniversario-cenabarato/

O utilizar plato, pero incorrecto, como ponernos un arroz caldoso con bogavante esparcido por un plato llano no, lo siguiente. Se me enfrió el arroz buscando la cámara oculta, porque con cuchara cogías tres granos, y con tenedor te quedabas sin caldo....

Prueba

Lonhe descubierto en un programa de Comando Actualidad. Haremos alguna receta

Lo que se nos esta yendo de las manos es la gastronomía en general.

Jo, este mismo sábado pensé en todo ésto. Pedí unas albóndigas de solomillo en un restaurante cuyo contraseña era su nombre seguido de 1989...y me las sirvieron en una especie de palangana cerámica. En un viaje en el que sueltas el cubierto para hacer algo tan necesario como coger pan, mirar a los ojos a tu acompañante o ver los <3 de Instagram resbaló y quedó sepultado por la salsa cual chino de Humor Amarillo. Sucedió una vez más. Mientras limpiaba el mango disimuladamente con la servilleta me acordé de un campamento al que fuí en 1989 cuando todavía me hacía pipí en la cama y hacíamos cadenas humanas frego-secadoras. Y no pude instagramear las albóndigas: con la luz de cena íntima parecían de lata.
Más luz, más wifi y menos cuquicacas.

El otro día llegué a Asturias a la hora de comer, entré en un bar restaurante de pueblo y me pusieron unos platos blancos de loza que casi lloro de la emoción. Y con el contenido ya ni te cuento.

Daviz Muñoz te echa la comida directamente en el mantel.

Solo espero que a ninguno de estos listos (el pan en pantuflas!) se le ocurra homenajear a la decadente imagen de beber champagne en un zapato sirviendo cava en una chiruca. O mejor, adelante con ello, siempre habrá algún tonto...

Quim Monzó, ya hace algún tiempo, se quejaba del vicio de presentar la sopa en una ollita y proponía, como solución, cuando en un restaurante le presentasen una, gritar ¡plato!, como en el tiro al plato...igualmente armado de la correspondiente escopeta.

¿Y qué decir de los platos refractarios para la carne? Con su doble efecto: recocerla y salir con pestucia en la ropa.

Cuando importa más el continente que el contenido es que se ha perdido el rumbo.

Y por cierto, la pizarra a mi me gusta... Pero he de decir que a veces "pobres camareros", traen 20gr de comida en una placa de 2kg...

Ah! Y será antihigiénico...pero como buen gallego ¡Yo quiero mi pulpo en madera!

Hum, que extrañeza! Creo que una presentación sencilla pero elegante es siempre la mejor.
Saludos y buen Lunes a todos!

http://www.gastronomiaditalia.com

Ah! y comer en copa me parece incomodísimo. Donde esté un cuenco o un bol... En cuanto a las fotos, las zapatillas y las cestas es, no sólo incómodo, sino además antihigiénico. Casi prefiero un papel de estraza... (esos cucuruchos llenos de cazón en adobo... vamos!)

Yo seré muy básico... Pero me encantan los platos blancos sin adornos y los cacharros de barro típicos y tradicionales... Si he de elegir otras novedades... piedra, y vajillas tradicionales de donde sea (chinas, japos... artesanales y bien hechas) pero nada que destaque más que la comida que llevan, claro...

Con esta receta de huevos no quedara ni el plato después de haberla catado. Un plato comestible diseñado con un exquisito estampado.
http://www.dosyemas.com/index.php/platos-al-huevo

La cosa se ha desmadrado bastante, pero a mí me gustan los recipientes alternativos siempre que sean pertinentes e higiénicos. Los platos tradicionales muchas veces no se adaptan a lo que trato de poner en ellos. Y lo que sí que habría que desterrar de ese "soporte de comida horizontal" tan tradicional como guarro que es la tabla de madera.

Pues a mi los mas pequeños porque cabe menos comida y asi como menos... O repito mas segun se mire...

Si es que vais a restaurantes muy pijos. Mikel, no sufras tanto. Siempre quedará el reducto de casa de mi madre, que tiene los mismos platos desde hace 30 años. Aunque bueno, con ella los fabricantes de loza tampoco saldrían a flote...

Lo jodido es que a la gran mayoría le vuelve loco todas estas cosas, osea, es súper moderno, sabes...

Ufff... a veces la gente se pasa...

Sé de un sitio donde te dan por carta una pizarra, escrita a tiza, y de tres kilitos, así desde que abrieron.

- ¿Qué plato te gusta más?
- A mi el hondo, porque cabe más comida

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Sobre el blog

El Comidista trata todos los aspectos de la realidad relacionados con la comida. No sólo da recetas fáciles de hacer, habla de restaurantes accesibles o descubre los últimos avances en trastos de cocina, sino que comenta cualquier conexión de lo comestible con la actualidad o la cultura pop. Todo con humor y sin ínfulas de alta gastronomía.

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Mikel López Iturriaga

es periodista y bloguero, y lo más decente que ha hecho en su vida es crear El Comidista en 2009. Escribe en EL PAÍS y habla en el programa 'Hoy por hoy' de la Cadena Ser, después de haber pasado por Canal +, El País de las Tentaciones, Ya.com o ADN. Aprendió a guisar con su madre y, después, en la Escuela Hofmann, pero sigue siendo cocinillas antes que cocinero.

Mónica Escudero

es DJ, madre, escribe, cocina y pone la mesa para El País Semanal, ejerce de Comidista adjunta, y no necesariamente en ese orden. Dirigió las revistas Barcelonés y Madriz, y colaboró en medios como Marie Claire, SModa, Vanidad, Yo Dona o La Luna. Ha escrito A vueltas con la tartera, y lo que más le gusta es cocinar, la michelada y los gatos (pero no para comérselos).

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