
Casi un jetapostre que cuela como un coulant / EL COMIDISTA
Nunca he tenido muy claro si al final es más triste robar o pedir, pero cuando probé las trufas de Rasoterra, mi restaurante vegetariano favorito del mundo –y posiblemente también de la galaxia, no conozco otro en el que traten las verduras, huevos y quesos con la misma sensibilidad gastronómica que ellos– tuve claro que tenía que conseguir esa receta, ya fuera a base de cuchicuchis o por la fuerza bruta.