Por MIGUEL PÉREZ MARTÍN
Manuel de Falla vio España por última vez el 28 de septiembre de 1939. Contemplando la llegada irremediable de la Segunda Guerra Mundial y con abatimiento, el gaditano dejó aquella España que había llenado las páginas de su música para comenzar su exilio en Argentina. Se marchaba del país el baluarte cultural español fuera de nuestras fronteras, uno de los artistas más importantes a nivel internacional, y con él el franquismo perdía un hombre crucial para la imagen de España a ojos del mundo. Pocos son los que se han adentrado en esta etapa de la historia musical española pero, para arrojar un poco de luz, la profesora de la Universidad de Granada Gemma Pérez Zalduondo ha agrupado algunos de sus artículos de investigación sobre el tema en Una música para el Nuevo Estado, que ha editado Libargo y que está disponible como libro electrónico.