por JESÚS RUIZ MANTILLA
Escolanía de Cuenca. / SANTIAGO TORRALBA
Con la que cae, lograr que una actividad cultural salga a flote resulta una audacia. Pero en el caso de la Semana de Música Religiosa de Cuenca cabe mejor el término milagro. Más después de los azoramientos recientes, en los que, por falta de fondos y respuestas a serios problemas económicos, el festival que cumple este año su 52º edición estuvo a punto de pasar a la UVI.