El diplomático

Jiménez, entre Palestina y Marruecos

Por: | 18 de octubre de 2011

Por Miguel González

La intervención de la ministra española de Asuntos Exteriores, Trinidad Jiménez, el pasado 24 de septiembre ante la Asamblea General de Naciones Unidas, fue analizada con lupa en las cancillerías de los países árabes e Israel. Como se esperaba, la jefa de la diplomacia española apoyó la aceptación de Palestina como Estado observador de la ONU, “una etapa hacia el legítimo objetivo de formar parte de la Naciones Unidas como Estado de pleno derecho”. Es decir, ante la negativa de EE UU a permitir que el Estado palestino se convierta en miembro de la ONU (una prerrogativa que corresponde al Consejo de Seguridad), España está dispuesta a votar a favor de que la Asamblea General le conceda el estatuto de observador; siempre y cuando el líder palestino Mahmud Abbas se decida finalmente por esta opción, algo que aún no ha hecho y no se sabe cuándo hará.

20110924JimenezAGNULo más interesante de la intervención de Jiménez fueron, sin embargo, tres gestos dirigidos a compensar a Israel. El primero fue su afirmación de que el Estado israelí es “la plasmación del proyecto de crear un hogar nacional para el pueblo judío”. El segundo, la declaración de que “Israel y Palestina han de tener la certeza de que, con su firma del acuerdo de paz, quedarán superadas las reivindicaciones originadas por el conflicto”. El tercero, la idea de que la solución al problema de los refugiados palestinos deberá permitir “la preservación del carácter actual de Israel”.

Las dos últimas fases tienen poco margen de interpretación. Se trata de que, una vez firmada la paz, ambas partes renuncien a cualquier ulterior reivindicación, incluida la posibilidad de llevar a responsables israelíes a los tribunales por los crímenes cometidos durante casi 65 años de conflicto; y de que el retorno de los refugiados no altere el actual equilibrio demográfico de Israel, donde los árabes constituyen una minoría.

La primera, en cambio, es la más espinosa, pues de la misma puede deducirse un apoyo de España al reconocimiento de Israel como “Estado judío”, algo que persigue Netanyahu y rechazan los palestinos.

“Nunca este Gobierno español, ni tampoco ninguno anterior, había ido tan lejos”, exclaman con satisfacción fuentes diplomáticas israelíes. Así lo entendió también el representante palestino en España, Musa Amer Odeh, quien pidió al departamento de Exteriores “aclaraciones” sobre las palabras de la ministra. Le recibió, pocos días después, el director general para la zona, Juan González Barba. Amer Odeh acudió acompañado por el embajador argelino, decano de los embajadores árabes en España, y por el encargado de negocios de Arabia Saudí, para demostrar que el asunto interesa a todo el mundo árabe y no solo a los palestinos.

Musa

Musa Amer Odeh, representante palestino en España, con el exembajador israelí Rafael Schutz
durante un debate en 2009. / LUIS SEVILLANO

El diplomático español, según fuentes conocedoras del encuentro, se esforzó por tranquilizar a sus interlocutores explicándoles que las palabras de la ministra habían sido “muy medidas” y su intervención “muy equilibrada”; sugiriendo ideas sobre asuntos que, en todo caso, deberán consensuar las partes en un futuro acuerdo de paz. Negó con firmeza que la intervención de Jiménez suponga un respaldo a la definición de Israel como “Estado judío”, una terminología que tiene connotaciones religiosas y suscita rechazo en sectores de la propia sociedad israelí. Parece que las aclaraciones de González Barba fueron suficientes pues desde entonces no se ha producido  ninguna nueva queja en el lado árabe.

La semana de la ministra española en Nueva York dio mucho de sí, como ya se ha contado en este blog (Cita frustrada con Irán y frustrante con Cuba). Hubo una entrevista, en particular, que puede tener consecuencias a corto plazo: la que mantuvo con su homólogo marroquí, Taieb Fasi  Fihri. El encuentro fue cordial y, según fuentes españolas, por vez primera no se centró en contenciosos bilaterales, sino en un intercambio de puntos de vista sobre la situación internacional, incluido el conflicto palestino.

Ambos quedaron, además, en buscar fechas para un próximo viaje de la jefa de la diplomacia española a Rabat. Jiménez, que sustituyó a Moratinos en noviembre pasado, es la única responsable de la diplomacia española que no ha viajado a Marruecos, primer destino de todos sus antecesores, y, dada la proximidad de las elecciones, se quedará sin hacerlo si no se remedia pronto. En su ministerio están convencidos, no obstante, de que habrá viaje a Marruecos más pronto que tarde.

Hay 1 Comentarios

Espana y Marruecos pueden jugar un papel muy importante en las relaciones entre Israel y Palestina por conocer a arabes y judios. La unica solucion verdadera hoy para llegar a una paz de largo trato es la de un estado unico binacional en todo el territorio que garantize derechos a los dos pueblos como a los inmigrantes de otros paises y el regreso de los palestinos hechados en los primeros anos de Israel.
Los dos pueblos tienen su raiz en todo el territorio y solo
asi podran vivir sin pensar en una aldea perdida.
Un estado palestino en las tierras no ocupadas por Israel
es un estado que no tiene ninguna independencia en las
fronteras de cielo, tierra y mar, ni economica.
Los judios de Israel nacidos en los paises a mayoria arabe y berbera comprenden mejor que Israel no puede seguir
haciendo guerras en medio oriente y puede al reves
integrarse en el medio oriente con relaciones pacificas
y de crecimiento social y economico por todos los pueblos
de la region.

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