por Ángeles Espinosa
El camello adoptado por la Embajada de España en Yemen, descansando en el jardín. / Á. E.
Todas las embajadas guardan algún secreto tras los muros y las alambradas de espino que las rodean. Los diplomáticos y el personal administrativo tratarán de disimular, esconder o disfrazar. Tal vez cuenten con la complicidad, implícita o explícita, de los policías que custodian el recinto. Incluso es posible que el agente secreto que todas las novelas sitúan en la legación esté implicado. Sin embargo y aunque entre el mobiliario obligado de las cancillerías se incluya de serie una máquina destructora de documentos, hay asuntos que no pueden reducirse a una ininteligible serpentina de papel.
En la Embajada de España en Saná lo supieron en cuanto llegó el cargamento en vísperas de la Fiesta Nacional. La destartalada furgoneta procedente de la ciudad de Ibb cantaba demasiado. Ni siquiera pudieron contar con la nocturnidad como coartada. El transporte arribó a plena luz del día y a la vista de todo el vecindario. Además, estaban los guardas yemeníes que vigilan el perímetro exterior. Antes de que transcurrieran dos horas, era un secreto a voces que la Embajada había recibido un camello. Literalmente.
Javier Hergueta, que desde enero de 2011 representa al Reino de España ante la República de Yemen, ya ha superado una evacuación y varios bombardeos. Pero nada ni en los cursos de la Escuela Diplomática, ni su dilatada carrera como mediador de conflictos, le había preparado para aquello. Cuando uno de los jeques con los que siempre se ha esforzado en mantener relaciones cordiales le dijo que le regalaba un camello, tuvo que hacer uso de todas sus dotes diplomáticas para mantener la compostura, contener su sorpresa y seguir sonriendo. Rechazarlo hubiera supuesto una afrenta para su interlocutor. Antes de darse cuenta, se sorprendió dándole las gracias.
No está Yemen para desairar a nadie y mucho menos a un notable de una tribu que había tenido un gesto especial para con sus amigos españoles. Pero ¿qué iba a hacer Hergueta con camello por mucho que el jeque le hubiera asegurado que apenas tenía cinco meses?
La asamblea informal de funcionarios, cuerpo de guardia e incluso personal de servicio le sacó de su cavilación. Adoptarían al rumiante como mascota. El embajador no terminaba de verlo claro. Por un lado, las difíciles circunstancias por las que atraviesa Yemen, le habían obligado a reagrupar todos los efectivos y servicios en su residencia, y escaseaba el espacio. Por otro, su equipo pasaba la mayor parte del tiempo recluido en el recinto por razones de seguridad, sin ninguna alternativa de ocio más allá de la lectura, los DVD y los contactos por Skype con la familia. Eso siempre que no se fuera la electricidad o se cayera internet, algo que sucedía con harta frecuencia.
Al atardecer, mientras corría alrededor de la casa para mantenerse en forma y conservar la cordura, Hergueta llegó a la conclusión de que sí, que sería buena idea tener una mascota, que serviría para levantarles la moral y les daría algo en lo que entretenerse durante sus escasos ratos libres. Además, entre el muro exterior y el muro interior del recinto, hay hierba en abundancia y ni siquiera habría que preocuparse de conseguirle comida. Cuando creciera, si todavía estaban allí, sería un buen signo de que Yemen había superado su crisis.
Ahora sólo quedaba encontrar un nombre para el camello. Pero eso dará para otro post.
PD: Este es un relato novelado de una realidad subjetiva. Algunos detalles se han cambiado para proteger al camello.
Hay 11 Comentarios
Hola amor
Publicado por: saimar | 10/11/2011 19:02:15
Muchas gracias por este gran artículo !!
Publicado por: Alvaro | 27/10/2011 12:49:16
"Rocinante", un nombre honorable y conveniente.
Publicado por: Jesús | 10/10/2011 0:51:24
"Rocinante", un nombre honorable y conveniente.
Publicado por: Jesús | 10/10/2011 0:51:24
it is a great post! i like it and thank you for sharing your experience!
Publicado por: dissertation writing | 09/10/2011 0:47:43
Eso es un dromedario.
Publicado por: captain spaulding | 08/10/2011 18:35:02
Eso es un dromedario.
Publicado por: captain spaulding | 08/10/2011 18:35:02
Yo creo que, como hay tanto recorte presupuestario, cuando el coche del señor Embajador quede obsoleto, pues que vaya a sus cosas montado en el coleguilla ese. Esperaría a que nos regalen otros dos y los traemos a la cabalgada de reyes magos de oriente.
Saludos,
Jonás
Publicado por: Jonás | 08/10/2011 3:52:12
Aun sin ser equino, le daría un nombre mítico: "Rocinante", desde aquí mi voto, a ver si El Diplomático hace llegar la propuesta. Esteremos a la espera de más noticias.
Publicado por: rocín | 07/10/2011 3:23:12
¿El de algún narco famoso , tal vez?
Publicado por: Elmonperunforat | 07/10/2011 1:58:41
Dios, lo que me he podido reir, deberiamos de hacer encuestas para el nombre! yo voto por ponerle el nombre de alguna isla canaria!
Publicado por: Andrea | 06/10/2011 14:58:47