Desde el pasado día 7 y hasta abril del año próximo, el capitán de navío español Jorge Manso Revilla está al frente de la Fuerza Naval de la Unión Europea (EUNAVFOR) que lucha contra la piratería en el Índico. Es la tercera vez que España asume el mando de la primera operación naval de la UE desde que se puso en marcha a finales de 2008. Nunca, sin embargo, había sufrido tal escasez de medios para cumplir su tarea.
El capitán de navío Manso solo tiene a su mando tres barcos (el buque español de aprovisionamiento Patiño, una fragata alemana y otra francesa), así como dos aviones (entre ellos, un P-3 Orión español). El presidente del Comité Militar de la UE, el general sueco Hakan Syren, ha advertido de que esta cifra está por debajo de la “línea roja (un mínimo de entre cuatro y seis barcos), pero sus llamamientos no han sido suficientes para arrancar nuevas contribuciones nacionales.
Cubrir una zona de operaciones equivalente al Mediterráneo con medios tan limitados se antoja imposible, por más que buques de EEUU y otras potencias extraeuropeas también patrullen la zona y que la actual estación, con los vientos monzones soplando hasta primavera, no sea la de mayor actividad pirata. El general Syren ha propuesto, como alternativa, que soldados de los países que no aportan buques embarquen en los mercantes del Programa Mundial de Alimentos que llevan ayuda para paliar la hambruna del Cuerno de África.
EUNAVFOR ha sido, en opinión de la hasta ahora ministra española de Defensa, Carme Chacón, la misión más exitosa de la UE. Ha conseguido reducir el número de secuestros, hasta el punto de que ahora solo hay siete barcos en poder de los piratas, una cifra cinco veces inferior a la de hace un año. El problema es que las restricciones presupuestarias que sufren todos los países europeos está haciendo que cada vez sea más difícil reclutar medios y los únicos que mantienen en pie la operación son aquellos que, como España, con una importante flota atunera, tienen intereses directos en la zona.
Por eso, muchos miran con escepticismo el lanzamiento de una nueva misión civil de la UE para ayudar a los países de la región a poner en marcha su propia guardia costera, aprobada el pasado 30 de noviembre en Bruselas por los ministros de Defensa, que no consiguieron sin embargo prorrogar la Operación Atalanta más allá de 2012.
Está previsto que en febrero se incorpore a la EUNAVFOR una fragata griega y que en marzo se recupere el nivel mínimo de buques. Mientras tanto habrá que confiar en que la suerte y los monzones le echen una mano al capitán Manso.